En estas dos horas, Mo Xuan Fei había estado bajo tormento y agonía bajo las agujas. Con las agujas retiradas, dejó escapar un suspiro de alivio, pero el miedo se apoderó de él cuando descubrió que todavía no podía sentir sus piernas.
Luchó por levantarse, pero sus piernas inútiles se negaron a ceder. Solo podía quedarse de rodillas, mirando a la gente.
—Tráeme la silla de ruedas que preparé especialmente para el Segundo Príncipe—. Jun Wu Xie ordenó.
Un soldado del Ejército Rui Lin se movió de inmediato para llevar la silla de ruedas a la sala principal.
Mo Xuan Fei miró fijamente la silla de ruedas, encontrándola muy familiar. ¿Era esa la silla de ruedas que la Familia Imperial regaló a la Familia Jun después de que Jun Qing se paralizara?
—Ayuda al Segundo Príncipe en eso—. Jun Wu Xie ordenó.
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