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DE OTRO MUNDO

Esta es la historia de una humana y un ser de otro universo (alien), que se emprenden a un camino lleno de obstáculos y misterio. Durante ese largo transcurso por recorrer ambos se enamoran; se dejan llevar por esas emociones, esa humana es consciente que tal hombre no es normal pero inesperadamente...

Dianiis_1417 · 科幻言情
分數不夠
122 Chs

Un ser cómo él, no sentiría pena ajena por ella...o al menos eso creía ella

El sonido de sus calzados se dirigían a la cocina; Mey caminaba con un dolor punzante directo en su corazón, ese dolor que le atravesó al ver a Isaac junto a su media hermana, Wendy. Aunque disimuló su dolor frente a ellos, por dentro tenía un caos que removieron sus sentimientos hacia su ex-prometido.

Ese doloroso pasado lleno de remordimiento y traición la consumía parte por parte.

Una sirvienta que se encontraba picando verdura, vio con detenimiento a la Señorita Mey cómo todos las llamaban por educación. Sus ojos oscuros se abrieron como platos ante la majestuosa presencia que atisbo. Incrédula, parpadeo un par de veces y no se equivoco. Veía a una enorme figura varonil que seguía a la Señorita Mey cómo un gran soldado recatado cuidando la espalda de su General.

Estaba a punto de saludar pero se mordió la lengua al ver más de cerca la expresión vacía de Mey así cómo sus ojos que lucían sin brillo. La sirvienta especuló que le afectaba venir a esta casa y mucho más a causa de ser plantada en la iglesia.

Era increíble que la Señorita Mey tuviera el valor para regresar.

Ambos salieron por la puerta trasera. Mey lentamente empuño sus manos con la mirada vacía en sus ojos esmeraldas; esos ojos que reflejaban el rencor y sufrimiento por la traición de hace un mes. El brillo que había mantenido estos días se hizo nada; se esfumó al instante a ver a Isaac.

Llegaron hasta el jardín.

Un jardín extenso y cautivador a la vista. Había pequeños pinos alrededor del jardín, bancas de color blanca en cada extremo así cómo una mesa circular y sillas metálicas de color blancas con ornamentos dorados. Había todo tipo de plantas: rosas rojas, blancas y amarillas; girasoles, alcatraces y la planta que más le encantaba a Mey, las jardenias que la inundaba con ese aroma peculiar de ellas.

Los rayos tenues del sol apenas le daban un toque resplandeciente al extenso jardín. Había mariposas que revoloteaban de un lado a otro encima de todas las plantas. Mey se detuvo en el centro, admirando el cautivador jardín. Este lugar era especial para ella así como su abuela Naty. Sabía que era un lugar silencioso para meditar. Verlo ahora le ayudaría dispersar su mal humor y sufrimiento que oprimía en su interior.

Suspiró, una y otra vez.

Cerró sus ojos para relajarse, intentado despejar su mente.

Por otra parte, Lou estaba de pie, a un metro de Mey. Él observaba las mariposas de diversos colores, grandes y pequeñas que se movían de un lado a otro a su alrededor. Se quedó hipnotizado, admirando el paisaje frente a sus ojos.

Enseguida, los rayos del sol, desaparecieron cuando las nubes oscuras ocultaron su tenue brillo.

La brisa del aire se puso más frío.

'Mey, eres la persona que amo. La única y mejor mujer de mi vida. Anhelo pronto estar a tu lado, vivir juntos y tener muchos hijos. Te amo Mey...'

Aquel recuerdo; esas frases llenas de amor provenían de Isaac y le llegó a Mey en lo más profundo de su corazón.

Ella no aguanto más, intento ocultar, oprimir y tragarse su dolor pero esos recuerdos con Isaac, esos días de amor y felicidad, besos puros y caricias llenos de amor ahora eran más que una falsedad. Una enorme mentira que vivió.

Entonces, el sufrimiento pudo más que ella y se quebró. Su corazón dolía más que lo imaginado y aunque lo negará, todavía tenía sentimientos hacia a Isaac. Sea como sea, odió admitir esos sentimientos que la consumían.

<<No puede ser. Es más difícil de enfrentar. ¡Oh dios mío! No, no puedo llorar ahora y menos aquí. Aaah pero duele demasiado. Este amor me está destrozando. Yo juré olvidarlo pero...>>, se decía Mey en su interior.

Unas lágrimas se deslizaron por sus mejillas; llorando por la tristeza y la impotencia y mucho más la culpa de consigo misma por estar llorando de nuevo, por todo ese sufrimiento que prometió no derramar una sola lágrima más. Sin embargo, esa promesa se lo llevó el viento.

Recordó que Lou se encontraba detrás de ella. Pero también pensó que Lou no sabía del dolor ajeno aparte ni siquiera podía experimentarlo o sentirlo. Simplemente era insensible y sin corazón, cómo ella misma dedujo anteriormente. Él sólo era capaz de identificarlo a través de gestos faciales y de la misma postura.

Entonces, dedujo que Lou no podría sentir pena por ella. Mey quería expulsar todo el dolor en su interior; necesitaba a alguien para que la escuchará. Preguntar qué hacer para olvidar ese amor que la hacía sufrir en agonía.

El jardín estaba alejado de la casa, así que nadie la podía escuchar y ver su mirada inundada en un abismo negro.

Desconfiando de sí misma, se giro hacia Lou. Enseguida contempló que Lou sostenía una mariposa de color violáceo y grande en la yema de su dedo. Mey arrugó sus cejas ante la insólita imagen.

<<Se ve tan inocente y puro...tan ajeno a la verdadera vida de un ser humano.>>

Sus lágrimas seguían brotando, se inclinó un poco para controlar su sollozo. Sentía un terrible nudo en la garganta que la abrumaba.

Mey: - L-Lou... - masculló. Empuño su cartera con mucha fuerzas.

De inmediato, Lou ladeo su vista enigmática hacia ella y la mariposa que sostenía en su dedo, voló. Una brisa de aire frío los golpeó a ambos. El pelo violeta de Mey revoloteo así como el pelo blanquecino de Lou que terminó por despeinarlo.

Sus ojos de Lou en tonalidades violáceos, atisbaron el semblante decaído de Mey.

Ella sollozaba en silencio pero era bastante audible para Lou. Él en un santiamén supo que la chica lloraba y no entendió por qué pero una extraña sensación lo sacudió en su interior. Esta vez era diferente cuando la vio sangrar de su mano y la curó. Una especie de emoción indescriptible para él.

Mey desde su posición, levantó su cabeza y al ver la mirada intensa de Lou sobre ella, un escalofrío la envolvió.

- O-Oye...dime... Tú me podrás...¿Q-Qué debo hacer para no sufrir...para no sentir esta gran opresión en mi corazón? Es-Esto que me consume y de nuevo me hunde más... Tú, eres inteligente solo podrás, solo...darme un consejo. - pronunció Mey con la respiración agitada y el sollozo que solo ascendía.

Lou proceso las palabras al mismo tiempo que veía caer las lágrimas de Mey al suelo. No comprendió exactamente a qué se refería ella. Sólo dedujo qué tal vez se encontraba enferma; se sentía mal y algo la estaba molestando pero entonces '¿cuál era la fuente de su pena?', se preguntó Lou.

Por supuesto, él sólo se guiaba de sus gestos y no como se sentía realmente ella por dentro. Un sufrimiento que él desconocía y que por ahora no experimentaría.

Lou no dijo nada.

Mey sonrió irónicamente con lágrimas en sus ojos.

- N-No tienes que responder. Sé que no lo entiendes. Qué tonta...pero... - pausó para inhalar aire y lentamente se limpió sus lágrimas. - Pe-Pero esta bien. Me hace sentir algo aliviada que me escuches; que por lo menos sirva para desahogarme y qué mi dolor cese...

Un sollozo se hizo más potente, ya dejó liberar su dolor y cayó de rodillas, llorando cómo nunca lo había hecho antes. Ella sabía que cometió un gran error al venir pero le estaba haciendo frente a ese sufrimiento en su interior.

<<Estoy llorando cómo una bebé. Delante de él, quien puso patas arribas mi vida y quien me hizo olvidar mis penas estos días. Qué tan impredecible puede ser el futuro.>>, pensó Mey mientras lloraba sin sentirse avergonzada al llorar frente de Lou.

Él se quedó estático; observando cómo la chica se derrumbó frente a sus ojos, cubriendo su cara y sollozaba sin parar.

En un instante, su mente quedó en blanco.

Su corazón revoloteo con desesperación y cómo una descarga eléctrica, sumamente poderesa y mortal, le sacudió su cerebro y a la velocidad de la luz, un mensaje llegó en su mente: "Haz algo; hazla sonreír."