La atmósfera era denso. Mey todavía no sabía cómo reaccionar ante la declaración de Lou. Se sintió patética al imaginar que Lou estaba siendo muy comfianzudo con esas chicas colegialas. Sin embargo, la realidad era otra.
- Aah no...discúlpenos. Pe-Pensamos que era un extranjero y no entendía pero fue un error de nosotras. Nos vamos y de nuevo...¡Perdón!. - se disculpó la chica coqueta, quien ahora estaba perpleja por la profundidad de la voz de Lou.
Ella jaló a su amiga tímida que todavía se encontraba en shock.
Ambas se dieron la media vuelta, caminando a prisas por el error que cometieron. Claro, ambas dedujeron que esa chica de pelo violeta era su novia de ese hombre majestuoso. Ya que notaron claramente la expresión sombría y recelosa de Mey.
Mey sólo vio como ambas chicas desaparecieron de su vista. Ella respiraba agitadamente con sus manos empuñadas en el carrito.
<<¡Un segundo! Yo acabó de sentir...yo tuve celos...celos, eran celos ¡aghr! No puede ser...>>, ella se agitó más porque admitió que en realidad sintió celos por ver que Lou tomaba el pelo de la chica colegiala.
Todavía no comprendía por qué celos por este ser alienígena. Creyó que su mente estaba jugando con ella.
- Mey. - habló Lou ladeando su cara para verla. Pero notó que ella seguía estática, con la expresión en blanco.
- Mey, ¿estás...
- Es-Estoy bien, estoy bien. - interrumpió Mey, agitando la cabeza y volviendo a la normalidad.
No quería que Lou le dijera sobre su estado emocional. Claro, este ser leía a medida las expresiones.
- S-Solo pensé que estabas a punto...de hacer algo extraño. N-No puedes tocar a la gente de esa manera. Eeeh...vamos. Debemos continuar. - agregó Mey, empujando el carrito al frente, mostrando su energía habitual aunque por dentro todavía era incongruente sentirse celosa.
Sabía que esa chica colegial era menor que ella pero aún así, era imposible sentir celos de la nada.
Este ser inmutable le causaba más emociones de lo normal.
Lou sólo observó a la chica humana y la siguió en silencio, no sin antes mirar el puesto de helados. Realmente Lou quería comer uno.
Ambos entraron en la sección de alimentos enlatados. Mey seguía confundida consigo misma, preguntándose una vez por qué se sintió celosa. ¿Realmente cuál era la causa que sus emociones cada vez más tuvieran que ver con Lou?
Muchas incógnitas la abrumaban; tomaba cada producto sin saber que era lo que llevaba solo poniéndolo en el carrito porque su mente estaba fuera de sí. Lou sólo podía verla que ella le ocultaba la cara.
¿Qué le sucedía a la humana?
Y en cuestión de nanosegundos, Lou percibió una presencia. No un humano, sino seres como él. Enseguida con su vista periférica, se dio cuenta que no era uno, sino varios.
Se detuvo abruptamente, en medio del largo pasillo. Su pendiente destello fugazmente. Mey continuaba caminando, sin percatarse que Lou no la seguía.
Lou con su poder extrasensorial, concentró su energía y sus ojos se abrieron como platos al percibir que el enemigo estaba cerca.
Lo supo en un santiamén, eran alienígenas de Élite, pertenecientes del Escuadrón UECRA. Por supuesto, no eran cualquieres seres comunes.
No se sobresalto ya que con su pendiente era fácil eludirlo, pero si tenían registros de él y su apariencia en la Tierra...entonces debía actuar rápido y esconder su destacable rostro.
Sin más premura, él avanzó a grandes zancadas sin resonar sus calzados y sin avisarle a Mey, él giro de ella y la abrazo súbitamente, clavando su cara de ella en su pecho fornido.
Mey: - ¡¡...!!
Ella quedó en shock total por el inesperado acción de Lou.
- Shh...alguien me sigue. - y dicho eso Mey se quedó como una estatua viviente con su corazón latiendo a mil por hora.
<<¿Alguien lo sigue? ¿C-Cómo lo sabe...?>>, ella no tuvo más remedio que quedarse muy pegada al cuerpo de Lou.
Del otro lado del pasillo, Iker, el Líder del Escuadrón UECRA, con atuendo de un simple humano común y corriente. Llevaba un carrito, casi nada sobre el. Claro, disimulando ser un cliente cualquiera pero con el objetivo de capturar a código D56. Desde luego que no estaba solo, sus otros subordinados se encontraba en el mismo supermercado.
Ya tenían el rastro de Lou, tenían en cuenta que era ingenioso y el dios supremo de Marte. Con la mínima ayuda de arriba; con un radar de una tecnología desconocida y muy poderosa de los mismos seres alienígenas, ubicaron en tiempo real donde se encontraba el código D56.
Ya también tenían grabado en la mente el perfil de Lou. Solo obtuvieron su ubicación, la tarea solo era encontrarlo. Sin embargo, no lo tendrían fácil porque Lou tenía con el un elemento muy importante y poderoso: su pendiente.
Sería como buscar una aguja en un inmenso pajar.
Aquel joven alien, Aiden quien dice ser hijo de Lou, se encontraba en guardia por la entrada del supermercado, mirando cada una de las personas que caminaban. Siendo muy perspicaz para buscar señales de Lou, su padre.
Todos los individuos del Escuadrón UECRA estaban en alerta. Siendo minuciosos entre la multitud.
Lou sólo clavó más su cabeza en el hombro de Mey, haciendo que la visera de su gorra chocará con al frente de ella.
Él quería ocultar su cara, lo más posible que fuera. No podía darse el lujo de escabullirse por su cuenta y más porque la humana estaba con él.
En su mente se dijo: 'La protegeré hasta marcharme del Planeta Tierra.'
Mey seguía inmóvil, permitiendo que Lou la estrujara suavemente. No supo por qué pero ella presintió que Lou tenía mucha ansiedad. Se preguntaba quién lo seguía. ¿Lou estaba en peligro? ¿Lo buscaban para llevárselo?
Tan solo eso, la abrumo. Imaginar que Lou se fuera de su lado, que estuviera sola en casa, no le gustó para nada. Sin ser consciente de ella misma, lentamente subió sus brazos, tomando de la espalda de Lou. Inmediatamente, ella se regocijo.
Bueno, a simple vista sería un abrazo afectuoso y muy cercano pero a su vez un abrazo crítico.