Fue entonces donde aquel hombre que yacía sobre el suelo helado, levantó su cabeza hacia ella.
Pero eso no fue el único movimiento que aturdio por completo a Mey.
- ¡...!
Se quedó en shock. Totalmente en desconectada de su mente. Las neuronas le dejaron de funcionar.
Ese hombre misterioso, dejó levantar su cuerpo de una manera impresionante. Dejando caer ese abrigo afelpado que cubría esa parte íntima. Esa parte que Mey no quería ver por nada del mundo.
Mey seguía con la vista hacia donde hace unos segundos yacía el cuerpo de ese hombre y que ahora no había nada.
Hincada y con la respiración agitada sintió su corazón latir demasiado fuerte tanto que sentía dolor en el pecho.
Se levantó, oh no, no puedo ver. Esta desnudo, completamente desnudo ante mí.
Mey divisó que su abrigo que estaba sobre el suelo y estiró el brazo para levantarlo. Tomó la linterna que también estaba a un lado de ella.
Trago saliva.
Estaba a punto de presenciar una escena vergonzosa. <<vamos, tranquila.. >> se dio fuerzas. Esa fuerza que la impulso levantarse.
Y tan pronto se puso de pie desvío su mirada al otro lado. Sin ver esa sombra que estaba a uan distancia corta.
El hombre estaba parado como estatua. Sin hacer ningún movimiento. Y sólo posar como una sombra oculta.
Mey no tenía idea que hacer en ese preciso momento. Nada le llegaba a la mente. Era una bochornosa escena para ella. Se sentía totalmente apenada.
Una chica de tan solo 22 años; presenciar un hombre desnudo, le nubló los sentidos tanto que sintió que en cualquier momento le fallaria la mente.
La desnudez la intimidaba más que cualquier beso o un toque de manos.
Soltó un gran suspiro para poder tranquilizarse mentalmente.
La confusión la rodeó a pesar de lo vergonzosa que se sentia.
Y eso se debía al hecho que el hombre sólo estuviera parado, allí, sin hacer nada más. <<si este hombre tuvo un accidente, ¿por qué esta completamente desnudo? Hum.. Algo no cuadra aquí >> Mey sabía perfectamente que todo la situación era muy extraño y porque sólo lo encontró a él.
Respiro hondo y profundo para hablar. Pero era imposible ante tal escena.
- umm... To-o-maa - sosteniendo el abrigo en dirección hacia él.
Con el brazo en el aire, esperando para que esté lo tomará. Dándole a entender que se cubriera.<<ah vamos tomalo y cubrete ahí, que hombre más desvergonzado >> se quejó profundamente.
Los segundos eran eternidad para ella.
Ahora no tenía idea del porque este hombre no tomaba el abrigo para cubrirse.
Se rindió. Bajo el brazo frustrada. Haciendo una leve mueca en ese rostro pálido.
- Oye, solo sígueme, ¿entiendes? - refuño con un tono irritante. Este hombre la irritó al no tomar el abrigo. Decidió caminar primero para no tener que ver a ese hombre. Aunque estaba oscuro y la neblina estaba presente se limitaba a dirigir su mirada hacia él.
Con el cuerpo rígido avanzo unos pasos, y haciendo ruido por sus pisadas al caminar sobre todo ese escombro de metales.
Tenía muchas dudas al respecto del accidente pero pronto las resolvería.
Continuó y percibió que sus pisadas eran lo único que se escuchaban. <<ah, este hombre... >> se desespero ante eso.
Se detuvo y soltó en un tono áspero :
- Vamos, sígueme. Te llevaré a un hospital para que te revisen. Así que muévete.
Nada. Absolutamente silencio.
Entonces escucho el crujir de los escombros. <<entonces si entendió lo que me dije>> negó con la cabeza ante la incómoda situación y continúo hacia adelante.
Sin mirar atrás y afocando por el estrecho camino dejando de lado todo ese escombro.
Supongo que debe estar herido pero no dicho nada. Que tipo más raro. ¿Alcaso no siente pena al estar desnudo frente a una mujer? La afectada solo soy yo en este momento. Un hombre sin pudor..
Mey se lamentaba en silencio.
15 minutos después...
Caminaron en silencio todo el tiempo, Mey apresurada sus pasos. Para llegar justo a tiempo a la entrada y correr en busca de una manta.
Sabía que entrar y con la luz encendida reflejaría por completo a ese hombre. Dejaría mostrar todo de él. No iba a permitir esa situación.
Llegaron. Mey casi corrió hacia la puerta para abrirla.
Girando el picaporte en un dos por tres.
Entró y cuando disponía a dar un gran paso... Una ráfaga de aire que le erizo la piel por completo.
Ese hombre entró antes que ella se diera cuenta...