Colegio "Glodin Arpez"
Los murmullos de conversaciones acompañados de risas, se llenaban en el aula de clases.
Etna no dejaba de golpear sus dedos en el pupitre. Eran golpecitos suaves, no susceptibles para los demás. Bueno, ella no dejaba de contar mentalmente los minutos para salir de clases. Se encontraba sentada en el mismo lugar de siempre; en la última fila, cerca de la ventana. Tenía la mirada afuera, observando amenamente el día medio nublado pero con una brisa fría y agradable.
Este día para ella era importante, igual que ayer. Para ser precisos, desde el día que conoció al chico guapo de Jeff, estos dos eran lo mejor de su vida para ella.
Desde luego que ella, ayer espero por él. Sin embargo, no tuvo éxito porque el chico guapo no apareció.
Para ella todos los días eran iguales, no podría esperar más de la vida. Pero si que su hermano Caleb volviera a ser el mismo hombre de antes, cálido y amable.
Ella se mentalizó que venir al colegio debía aguantar las burlas, los malos y desagradables comentario dirigidos a su persona.
Estas palabras despectivs estaban al orden del día. Sólo ponía un pie en el colegio y ya la abrumaban con malos comentarios. Sin embargo, ella se dio cuenta que conocer al chico guapo y misterioso de Jeff, le cambió algo en su mentalidad.
No supo qué era exactamente, pero sin duda era algo bueno.
En cierta parte temía que los chicos bravucones la volvieran a molestar; después de que Jeff los ahuyentará apareciendo como un gran monstruo, estos chicos se mantuvieron alejados de ella.
Bueno, solo pasaron dos días, pero Etna se sorprendió que estos chicos no se acercarán para intimidarla.
Etna tenía la imagen de Jeff como su gran héroe. Ya sentía impaciencia para verlo, platicar con él y saber más de él. Su delicado corazón no dejaba de revolotearse al pensar en él. También sentía como sus mejillas ardían por la emoción de escucharlo hablar.
Ella cerró sus ojos. Recordó sus ojos color ámbar de Jeff. Esa expresión indescriptible de él. Tal vez era mayor que ella pero a Etna no le importaba demasiado. Como ella siempre decía: "para el amor no existe edad ni altura."
Había convencido a su hemano Caleb para que ya no la recogiera al salir del colegio. Ella se las ingenio para decirle a a su hermano que era una oportunidad para enfrentar las malas caras y comentarios cuando la miraban. Por supuesto, Caleb no estaba seguro si Etna soportaría eso. Pero al darse cuenta que Etna se mostraba con valentía y fuerza de espíritu, no tuvo de otra que acceder.
Etna había logrado a convencer al frío de su hermano. Ella notó que estaba más áspero de lo habitual. Sin embargo, prefirió no investigar el por qué.
Tenía 15 años y ya era momento para aprender ser independiente. Etna vio esto como una gran y magnífica oportunidad para encontrarse a Jeff y así esperar el tiempo que fuera necesario para verlo.
Sus dedos seguían sin detenerse. Estos movimientos, finalmente fueron avistados por una de sus compañeras de clases.
Igual de tímida que Etna, con la diferencia que a Etna no se le acercaba nadie y menos tenía amigo. Por lo mismo de su cicatriz, sus mismos compañeros la hacían menos.
Claro, desde aquel incidente fatal, Etna perdió sus amistades y se dio cuenta que los verdaderos amigo que ella apreciaba, desapareció en un abrir y cerrar de ojos.
Pero esta chica, en particular, no miraba a Etna de la misma forma despectiva como hacían los demás. Al contrario, esta chica quería acercarse a ella, conversar con ella y ser su amiga...
Sin embargo, se limitó todo este tiempo hacerlo. Si eso sucedía, "sus amigos" la dejarían de hablar. Por ese simple hecho, ella prefirió tener sus supuestos amigos antes que ser como Etna. Sola y vacía.
Ya que esta chica solía ser como Etna.
Mientras tanto...
Afuera del colegio, el intrépido y problemático de Jeff se encontraba en el mismo sitio de ese día. Esta vez estaba dispuesto a conseguir la información de su hermana.
Estos dos días se estuvo moviendo de un lugar a otro con la intención de ocultar su verdadera ubicación.
Jeff como ser inteligente que es, sabía perfectamente quién lo seguía. No obstante, no dejaba de lado que alguien más lo buscaba. Uno para capturarlo y el otro para arrebatarle esa parte valiosa que tomó cuando la nave se estrelló.
Jeff tenía el pleno conocimiento que el Escuadrón UECRA era muy sigiloso y muy rápido en actuar. Sólo era cuestión de tiempo para verse frente a frente.
Ya no importaba como él se vistiera o usará cualquier tipo de atuendo para camuflaje, ahora más que antes, le seguían la sombra a cada segundo.
La investigación de la muerte de su hermana se quedó estancado por lo mismo que lo seguían.
El colegio Glodin Arpez era una pista fundamental para saber exactamente qué era su hermana para este lugar.
Esta vez entraría como diera lugar. Sólo tenía que ser paciente para entrar en el momento indicado.
Quería saber qué ocurrió con su hermana, cómo fue que murió bajo las llamas ardientes del fuego. ¿Por qué no logró sobrevivir?
Los involucrados pagarían con su vida la muerte de su hermana mayor, sin importar que fueran humanos o los mismos de su especie.
...
Luego de veinte minutos, los alumnos salían en grupos del colegio. Y Etna como siempre, cabizbaja y sola; ocultando su cara ante los demás con su pelo marrón.
Era innegable que sus emociones se disparaban por esta vez tener la esperanza de encontrar a Jeff. Sus nervios a florecieron al máximo.
Parecía una chiquilla enamorada y muy ansiosa por ver el amor de su vida...
<<Dios mío. ¡Por favor! Es viernes y quiero ver a este chico. ¡Dios ayúdame!>>, rogó ella en silencio.
Su rostro se ruborizo. En verdad anhelaba ver a Jeff.
Camino lo más rápido posible; doblando aquella esquina donde corrió esa vez para salvarse de los bravucones.
Ella meditó por un segundo el aura fría y misteriosa que emanó Jeff ese día, pero a ella no le importaba en lo absoluto.
Al fin y al cabo estaba más que acostumbrada al mal temperamento frío de su mismo hermano Caleb.
Etna ya desbordaba sus emociones. Sus ojos se reflejan un brillo especial que hacia contraste con el color azul cielo de sus ojos.
Esos pequeños ojos con largas pestañas, hipnotizarian a quien la viera en una fracción de segundo.
Por otro lado, Jeff seguía donde mismo, con sus auriculares puestos y escuchando música a todo volumen.
Vestía ropa de chándal; su Jersey se ajustaba perfectamente a su cuello, precisamente para ocultar su símbolo. Tenía unos gafas oscuras y una gorra para ocultar su pelo rubio, sin embargo, no le ayudaba en nada ya que su pelo resplandecía como el mismo oro puro.
Un chico misterioso y atractivo a la vista de cualquiera.
Enseguida, se puso en alerta. Perplejo por la presencia de tres seres. Lo supo de inmediato, lo siguieron y muy pronto harían su aparición.
Él se preguntó cómo era posible si hizo lo mejor para ocultar su ubicación actual. Él no era de esos tipos que cometían un minúsculo error.
¿Qué salió mal, entonces?
Él se movió, relajado sin dejar que esto le preocupará en los más mínimo. Rió con irritación por dentro. Estarían locos si creían que lo atraparian así de fácil.
Jeff camino al frente, listo para retirarse del lugar. Al siguiente segundo, un grito apabullante lo hizo detener en seco.
- ¡¡Jeff!!
La voz apabullante era de Etna. Jeff solo frunció su ceño. Torció su cuello para atisbar que la chica se acercaba muy despacio pero emanando una aura de pura alegría.
<<¿Q-Qué hace ella aquí?>>, se preguntó él, sin dejar de observar a la chica.
Pero lo increíble para Jeff fue: ¡¿Cómo ella lo reconoció a primera vista?!
Eso sin duda le causó desconfianza. Sólo pensó que esta chica era muy perspicaz.
Jeff se enderezó, avanzando para acortar los pasos de Etna.
Él tenía en mente que corría peligro y más porque la chica humana estaba frente a él.
Si estos seres los miraban intercambiando palabras, nada bueno se avecinaría.
- ¡Ho-Hola! ¿Cómo has...
Jeff: - Largo. - interrumpió, con la voz engrosada y glacial, sin apartar la mirada fría de Etna.
Etna: - ¡...!
Jeff debía hacer que esta chica se alejará de él. Y él tenía que irse antes que esto seres lo atraparan.
Aunque Jeff ni por un segundo les daría la oportunidad para dejarse atrapar.
¡Nada lo detendría!
Así que se dijo a sí mismo...si era necesario, volvería a ser el mismo de antes para detener a toda costa su captura.
Sería el maldito ser sádico de los alienígenas para su mismo beneficio, aunque eso le costará llevarse el mundo contra él.