El tiempo parecía que se había detenido por completo. Inclusive Mey se encontraba desorientada de sí misma. Abrazaba a Lou de una manera afligida, como si necesitará un abrazo que la reconfortara.
Por otro lado, Lou se mantenia estático, dejando que Mey se aferrara a su cuerpo magnético.
Entonces Mey abrió sus ojos, y se dio cuenta que estaba más tiempo de lo previsto.
- C-Creo que deberías de soltarme. - susurro contra el pecho de él.
Lou de inmediato la soltó con delicadeza. Mey tenía el rostro ruborizado y bajo su mirada de lo avergonzada que se sentía. Su corazón latía frenéticamente.
Lou por su parte regresó a sentarse y sin revelar más. Mey también hizo lo mismo.
<<¡¡Dios...lo abraze!! Oh no puedo creerlo pero ¿por qué me sentí tan bien?, sé que él no tiene sentimientos pero ¿por qué lo hizo entonces?...ya no sé qué pensar sobre él.>>, pensó ella.
Ese sentimiento que la rodeo era inevitable; ese sentimiento de compasión. Sabía que anoche fue aterrador pero aún así había algo que la hacía flaquear ante su presencia de Lou.
Mientras tanto, Lou contemplaba su desayuno con ese mismo misterio en su mente.
- Tú...humana, debo salir. - murmuró Lou.
Mey arqueo sus cejas y le preguntó: - Eh...¿ A dónde quieres ir?
Lou enseguida respondió: - Debo encontrar a los otros. ¿En qué lugar estoy? ¿Dónde está la ciudad?
Mey: - Estamos en el bosque Darkness...la ciudad Solé está a dos horas de aquí. - respondió con precisión.
Entonces Lou le dijo: - Debo ir allí.
Mey sin entender el por qué quería ir directo a la ciudad Solé, asintió débilmente ante su petición. Bueno, ella también quería salir a comprar insumos y ésta era una oportunidad que no debía dejar pasar por alto. También pensaba en un móvil que necesitaba con urgencia, así que no le iba seguir dando vuelta al asunto de Lou. Aunque en su mente no dejaba de resonar que Lou mencionó a "los otros" y ella se imagino que se refería a esos seres extraterrestre.
Solo rogaba que no se involucrará en un gran problema.
Ambos desayunaron aunque por parte de Lou con su problema de sus papilas gustativas, comió sin problema.
***
- Bien, Lou, vamos a salir directo a la ciudad Solé. Tú necesitas algo por tu aspecto porque destacas mucho, así que ten estos lentes que son para estética y lo cual no tendrás problemas con tu vista y esta gorra de lana para que por lo menos cubra tu pelo llamativo. - explicó Mey con mucha seriedad. Instruyendo a Lou para que su apariencia no fuera muy perceptible.
Lou cogio ambas cosas y lo observó a fondo.
Después de eso, ambos se alistaron; Mey ya estaba arreglada con un atuendo de temporada y un maquillaje sutil con su cabello violeta suelto.
Esperaba a Lou quien aún no salía de la habitación. Luego de unos segundos más de espera, por fin, apareció Lou y Mey al verlo se quedó absorta; Lou vestía casual, con la gorra de lana y esos lentes translúcidos que lo hacían ver otra persona; más apuesto y rebelde por el pendiente de su oreja.
Mey ante tal presencia, paso saliva, sintiendo esa inquietud que le produjo Lou.
<<¡Ahh dios mío! Dame fuerzas para sobrevivír en este laberinto>>, rogó en silencio.
La ciudad Solé era la más grande del país Vasco. Era la cuidad más visitada por extranjeros por sus enormes playas y mares. El bosque Darkness era visitado en temporada de vacaciones por su peculiar apariencia en la noche.
Mey sabía que le tomaría dos horas llegar hasta la ciudad Solé así que tenía que tomar el autobús directo. Por que si transbordaba tardaría una eternidad y para eso tenía que detenerse en la región C, donde vivía su familia paterna y para ella sería mortificante pasar en dicho lugar.
Apenas tenía un mes exacto que se mudó después de su gran fracaso en su boda.
Ambos se encaminaron cuesta abajo, el sol era brillante pero aún así se sentía la brisa fría. Ya eran pasadas las diez de la mañana. Los dos caminaron en silencio y Lou con su mirada inexpresiva veía a su alrededor toda la vegetación, los pocos hogares y escuchando el sonidos de las aves.
Llegaron hasta la parada de autobús. Mientras que esperaban, Mey recordó que Lou siempre le llamaba "humana" y que actuaba como un robot, así que suspiro y le comento: - Por cierto, Lou, no me llames "humana", mi nombre es Mey. Recuerdalo. Ah y solo intenta actuar normal como cualquier humano.
Lou silencioso le puso atención y asintió en breve.
<<No puedo creer que este haciendo esto. Salir con él... ¿Acaso no es arriesgado? En verdad que con esta apariencia creo que destaca más. Solo espero que no ocurra algo desagradable.>>, pensó ella.
El silencio se hizo presente, ella no dejaba de sentirse ansiosa y nerviosa, estar con Lou, ellos dos, parecía verdaderamente extraño.
Después de una larga espera, ambos tomaron el autobús, tan pronto ascendieron, las miradas curiosas de las personas cayeron directo a Lou. Dichas personas los miraban con asombro por la peculiar altura de él. Mey logró percibir esas miradas cautelosas, se sentó con Lou en las primeras filas.
No dejaba de escuchar esos murmullos que en un instante la sacaron de órbita.
- Oh mira, qué suerte de esa chica y mira ese joven...oh dios, que guapo. - susurró una joven pelinegra. A su lado se encontraba su amiga, que susurró por igual: - Jijiji ya veo, es un chico muy guapo y alto. Qué envidia.
A pesar de la distancia, Mey escuchó perfectamente pero hubo un comentario que la hizo sonrojar involuntariamente.
- Hacen una hermosa pareja. - murmuró una chica detrás de ellos.
Mey sólo pudo morderse sus labios ante tal especulación mientras que Lou se mantenía inmutable. Claro, Lou escucho todo perfectamente pero como para él solo eran palabras y ya, sin significado alguno para su persona.
Mey solo podía pensar ansiosamente: <<Dios...solo quiero llegar ya, ¡por favor!>>
Dos horas después...
Todas las personas descendieron en la central de la gran ciudad Solé.
Mey y Lou bajaron al mismo ritmo. Ahora la pregunta que se hacía Mey, era saber dónde exactamente él quería dirigirse.
Se enderezó y respiro profundamente. Con un ápice de nervios, Mey le preguntó: - O-Oye... ¿A dónde quieres ir?.
Lou estaba totalmente concentrado, observando a detalle a su alrededor. Su percepción extrasensorial estaba funcionado con más delicadeza; su mente ya estaba en blanco, y le llegó el mínimo indicio; esa señal que alguien como él estaba cerca.
Ese era con quién llegó y era "X87". Lou ya podía percibir esa energía enigmática de él.
Como todo un humano normal, común y corriente, se ajusto sus lentes y ordenó con una voz engrosada: - Sígueme.
Mey frunció su entreceja en señal de confusión por su voz autoritaria.
<<¿Seguirlo?, pero ni siquiera conoce aquí. ¡Ah! ¿Qué es lo que busca?>>, con ese pensamiento, no tuvo más remedio que seguirlo sin atreverse a cuestionarlo.
Había mucho gentío que deambulaba y a parte de eso, se sentía intimidada por que de nuevo esas miradas curiosas caían hacia ellos dos. No era de saberse que Lou destacaba mucho por su gran altura y su apariencia física. Daba una personalidad de "badboy" por su misterioso pendiente.
Las mujeres de todas la edades se impactaban por tal belleza singular y deslumbrante.
Mey era consciente de ello, por algo desconocido en su interior, dibujo una mueca de irritación. Ambos caminaron entre la multitud, hacia lo desconocido.
Los minutos transcurrieron, Mey se empezaba abrumar por qué seguían caminando sin sentido. Caminaba detrás de Lou, quién caminaba de manera elegante para ser un alien.
Mey: - Lo-Lou, puedo saber a dónde vamos. Ya me duelen los pies. - inquirió quejándose por esa dolencia de sus piernas. No estaba acostumbrada a caminar tanto.
Sin embargo, él como siempre la ignoró. Tan pronto, Lou percibió con más fuerza esa energía, se detuvo en cierto lugar.
- Aquí. - pronunció Lou con su voz ronca.
Mey con su respiración agitada, casi desvaneciendo sobre el pavimento dio un paso hacia delante porque Lou cubría la vista por su ancha espalda. El lugar donde llegaron era el centro comercial más concurrido por su prestigiosa apariencia.
Mey al verlo, puso una expresión vacía y rígida totalmente por qué este lugar era donde ella solía venir con Isaac. Aunque lo intentara de mil maneras olvidar esos recuerdos, le era imposible.
Sin cuestionar a Lou, ambos prosiguieron hacia adelante atravesando la gran puerta eléctrica.
Al entrar, Lou roto su mirada por doquier. Sus oídos captaban las risas, murmullos y gritos de la multitud.
<<Bah...no importa sirve para comprar lo que necesito y de paso ropa para este tipo. Pero primero debo esperar que es lo qué quiere Lou. Parece muy concentrado>>, pensó Mey con una expresión exasperada.
En efecto, Lou estaba concentrado pero entonces esa energía que percibió, desapareció de la nada, haciendo que Lou frunciera su ceño.
<<¿Cómo pudo desaperecer?, él no debería saber de mi presencia>>, pensó Lou.
Mey al ver su mirada de Lou en blanco; ella dijo con precisión: - Eh...vamos por aquí.
Lou sin rastros de "X87", solo le quedó obedecer a Mey. Ambos se adentraron al centro comercial y Mey cada vez más le provocaba un sabor amargo esos recuerdos que parecían como flashes en su vista.