Juan Carlos dividió su esfera metálica en siete partes y las transformó en agujas que mantuvo alrededor suyo para protección.
Ya qué no podrían alcanzar al alfa era mejor usarlas cómo protección para restringir al alfa y reducir sus brechas. Aún así utilizaría una aguja como distractor.
Juan Carlos caminaba lentamente de un lado a otro sin perder de vista al alfa, en espera de su próximo ataque.
Mientras tanto el alfa se lanzó contra el a una gran velocidad, en menos de un segundo ya estaba frente a el y lanzó un zarpazo.
Juan Carlos movió sus agujas y las posicionó debajo de su garra. Tres de sus agujas fueron repelidas, pero uno logro penetrar en la pata del alfa.
El alfa rápidamente sintió el dolor e instintivamente redujo a la fuerza su ataque para evitar introducir aún más profundo la aguja.
Esa acción le dió tiempo suficiente a Juan Carlos de moverse y alejarse.
El alfa también retrocedió con su pata levantada, revisó mientras dividía su atención en dos revisó la planta de su pata y encontró la aguja incrustada.
Al verlo así Juan Carlos se arriesgó y envío dos agujas más hacia el alfa. El alfa sintió el peligro y se movió rápidamente de su lugar.
Las agujas como era de esperar no habían logrado alcanzarlo.
Cuándo el alfa volvió a aparecer en su vista ya había quitado la aguja y la tiró a un lado. Sabía muy bien que no importaba si la rompía, Juan Carlos sería capaz de juntar las partes y reconstruirla otra vez.
De todos modos, era una batalla uno a uno y ambos estaban usando sus superpotencias justamente. Además podría sobrevivir en cualquier momento solo rindiendose.
Por lo qué podía ver de la extraña pantera negra, tenía un comportamiento muy similar al de los humanos y su propio comportamiento.
Y no parecía querer más que un combate uno a uno.
En caso de que no aceptara su rendición aún podría huir rápidamente gracias a su velocidad.
¿En cuánto a los demás lobos? Bueno, aunque le entristeciera ellos eran muy leales y usarían su vida para ayudarlo a escapar sin importar lo que deseara.
Lamentablemente su inteligencia no se había desarrollado lo suficiente cómo para saber cuándo huir.
Con el alfa teniendo esos pensamientos Juan Carlos volvió a juntar sus agujas y siguió atrayendo hacia la superficie el metal bajo el suelo. Ya no faltaba mucho para reunir la cantidad suficiente de metal para abrumarlo y poder derrotarlo.
De todos modos ya había verificado el nivel de su mejora. Lo único que quedaba era ganarle al alfa y retirarse tranquilamente después.
En ese momento la expresión de Juan Carlos se relajó y suspiró de alivio por dentro. El metal ya estaba a sólo unos metros de salir a la superficie, solo necesitaba un pequeño empujón más.
Juan Carlos incremento la fuerza del control sobre el metal y lo atrajo hacia él bruscamente. El suelo comenzó a temblar y una parte de el comenzó a derrumbarse creando un gran agujero.
Todos los lobos incluído el alfa se sorprendieron y movieron su lugares evitando el derrumbamiento.
Al ver la extensión del mismo Juan Carlos también se retiró para evitar ser atrapado por error.
Al siguiente momento varios pedazos metálicos salieron del agujero y se dirigieron a Juan Carlos.
El inmediatamente se animó y transformó el metal en varias lanzas mientras dejaba otro poco en reserva. Listo para continuar con el combate se preparó para rugir al alfa e instarlo a continuar.
Pero justo antes de que pudiera hacerlo se escuchó un estridente chillido proveniente del agujero.
Tanto Juan Carlos cómo el alfa y su manada voltearon la vista hacía el mismo. Al hacerlo pudieron vislumbrar un enorme cantidad de puntos rojos que parecían estar viéndolos.
Al sentir todas esas miradas hacia ellos sintieron un escalofrío y tragaron saliva nerviosamente.
Sin saberlo Juan Carlos y el Alfa se miraron entre sí y pensaron al mismo tiempo, '¡Un enjambre de ratas!'
Seguido de una mirada de enojo y un '¡Es tu culpa!' , de parte del alfa hacía Juan Carlos.
Juan Carlos supo de inmediato el significado de su mirada y desvío la mirada con culpa, pero al hacerlo el terror lo invadió.
Del agujero decenas de ratas salieron en un segundo y comenzaron a correr hacia ellos. Pero eso no era todo, gracias a su movimiento el agujero se expandió más y permitió que el nivel de ratas saliendo aumentara a cientos en un abrir y cerrar de ojos.
Sin pensarlo todos se dieron la vuelta y corrieron en busca de un lugar que les permitiera escapar de las ratas.
Docenas de ratas saltaron y rápidamente los alcanzaron, al verlo Juan Carlos envío sus lanzas hacia las ratas y las empaló a todas.
Luego las separó de sus lanzas y las dejo caer en el suelo. El alfa le dió una mirada y asintió en agradecimiento.
No mucho tiempo después varias de las ratas que pasaban corriendo se detuvieron y se lanzaron contra sus cadáveres.
Habían comenzado a devorar los cuerpo de sus compañeros sin temor alguno.
Más y más ratas salían del agujero, parecían no tener fin. Pronto una gran área del bosque se llenó de ellas y si uno mirara desde el cielo podría ver una inmensa mancha negra que se extendia a través del mismo.
El alfa aumentó su poder de viento y empezó a lanzar aspas tras aspas de viento contra las ratas en rápida sucesión. Ésto pareció detener por un momento a las ratas que se reunieron y comenzaron a devorar los cadáveres.
Juan Carlos observó su acción y mientras también enviaba sus lanzas le dió una mirada preguntándole, '¡¿Todo éste tiempo ocultaste tu verdadera fuerza?!'
El alfa sólo levantó la barbilla y continúo enviando más aspas de viento.
'¡Presumido!' Gritó mentalmente Juan Carlos.
La verdad era que el alfa tenía un poco de curiosidad sobre la extraña actitud de Juan Carlos, eso lo hizo querer saber más por lo qué no demostró todo su poder.
Además tampoco sintió que tuviera qué hacerlo, al menos no hasta que vió todas esas lanzas metálicas a su alrededor.
Pasaron unos minutos huyendo de la monstruosa cantidad de ratas, pero no habían encontrado ningún lugar lo suficientemente seguro y resistente.
En ese momento Juan Carlos le envío una mirada al alfa y le indicó que lo siguiera. El alfa confío en el y lo siguió con su manada.
El plan de Juan Carlos era llegar a la ciudad más cercana y utilizar todo el metal suficiente para atacar a las ratas.
Listo otro capítulo más terminado.
Al final estos dos no lograron completar su combate gracias a que Juan Carlos enfureció a miles de ratas en un periodo corto de tiempo jajaja
¡Gracias por leer, hasta la próxima!