--- Sasha ---
Estos días que estuvimos en casa fueron bastante tranquilos, a excepción de las noches y las mañanas, era difícil controlar a Louis después de estar juntos. Sin embargo me gustaba estar mucho a su lado, sabía que mi vida antes de que lo acontecido en la playa era caótica pero no había percibido el nivel de estrés y presión por el que pasaba al estar siempre alerta. Aún era un poco difícil el relajarme por completo, dentro de mí aún seguía aquella sensación de estar alerta de lo que me rodeaba.
Hoy era el día en el que conocería a las personas que lideraban "The Rose", mis piernas avanzaban por los pasillos del reclusorio. El ambiente era algo sombrío, mis pasos se escuchaban por el lugar. La policía que me guiaba se detuvo y abrió una puerta, indicándome que ingresara. Limpié el sudor de mis manos y sujeté con fuerza el brazo de Louis, que por fortuna me estaba a mi lado.
- El señor Durand y su equipo legal los esperan dentro. - La policía habló al notar mi nerviosismo, supuse que sabía lo que había pasado.
- Todo saldrá bien. - Louis se separó momentáneamente de mí para después rodear con su brazo mi cintura y sujetar con fuerza mi mano.
- Vamos. - Respiré y nos adentramos en aquella habitación en donde se podía ver un gran vidrio color negro en una de las paredes.
- Estas aquí. - Asentí a manera de saludo al ver al Señor Durand ponerse de pie junto con otras cinco personas.
Tras un breve saludo silencioso todos esperamos a que llegara el encargado del caso. Los segundos parecían horas, no tenía miedo de las personas que estuvieran tras ese cristal, lo que me ponía ansiosa era que esas personas fueran similares a Tommy. Me sería difícil que alguno de ellos se pareciera a mi primo al cual adoraba con todo mi corazón, no podía imaginar el cómo dos personas como ellos fueron capaces de tener tres maravillosos hijos.
- Buenos días. - Dijo un hombre de aspecto imponente al ingresar a la habitación.
- Soy Johnson, el agente encargado de su caso. - Caminó hasta nosotros y nos saludó con un fuerte apretón de manos.
- Es un gusto conocerle. - Louis saludó sin apartarse de mi lado.
- Como bien saben, ellos ya han estado ante el estrado y la jueza. Para poder dictaminar su sentencia de manera definitiva necesito la declaración de la principal afectada, que en este caso es usted. - Me señaló y observó fijamente por unos segundos.
- Pido de favor que solo se quede la señorita con uno de sus abogados en la habitación. El resto de ustedes pueden esperar fuera. - Louis besó mi frente y salió junto con los demás.
- El día de hoy, usted conocerá a las personas que atentaron en contra suya, posteriormente tomaré su declaración y finamente se entregará el informe a la jueza. A petición de los abogados se le concedió el permiso para no hacer el careo con los implicados. Usted, Sasha Aráoz, ¿esta dispuesta a decir solo la verdad y nada más que la verdad en este momento? -
- Lo prometo. - Levanté la mano para hacer el juramento y él asintió.
- Puede tomar asiento. - Rodeé una pequeña mesa que tenía un dispositivo en el medio y me senté.
- Antes de comenzar le mostraré por escrito el consentimiento para que su participación sea declarada como valida. - Sacó un folder con cosas de un maletín y me lo entregó junto con una pluma. Tras la revisión del abogado y mía finalmente firme y el agente lo guardó.
- Por aquí. - Nos levantamos y nos acercamos a la ventana, tras unos segundos el vidrio opaco y oscuro cambio a uno totalmente transparente, una puerta se abrió y tras unos minutos ingresaron dos personas con esposas en las manos.
Mi respiración se agitó e inmediatamente miré hacia el piso, tenía que prepararme para ver sus rostros adecuadamente. Levanté las manos y las apreté con fuerza contra mi pecho, tras unos ejercicios de reparación levanté la mirada y me encontré con un hombre alto, un poco fornido y piel bronceada; a su lado estaba una mujer de cabello negro, delgada y tez blanca. Habían algunos rasgos similares a los de sus hijos pero por fortuna no eran completamente parecidos a ellos.
- ¿Qué es lo que piensa? - Preguntó con curiosidad el agente.
- Me alegro que mis primos no se parezcan en su totalidad a ellos. - Contesté honestamente un poco aliviada, pero culpable por generar esa ruptura en su núcleo familiar.
- ¿Solo eso? - Cuestionó un poco sorprendido.
- Si, ellos son encantadores. - Sonreí al recordarlos y vi como frunció el ceño incrédulo.
- La mayoría de personas maldice a las personas que están tras este espejo. Es la primera vez que veo una reacción tan inocente como la suya. - Sonrió del lado, dándoles un ultimo vistazo.
- Pueden llevárselos. - Habló tras apretar un botón de ese dispositivo extraño que estaba en la mesa.
- Comenzaremos con el interrogatorio. Puede decir todo, si algo le resulta difícil puede omitirlo y responderlo más adelante. - Explicó el abogado llevándome hasta mi asiento.
- Por favor comience a relatarme todo lo que vivió basándonos en la organización delictiva que tenían Trevor Davis y Aída Durand y que llevaba por nombre "The Rose". - Dijo después de encender una pequeña grabadora que tenía en su bolsillo.
- Desde pequeña - Comencé a relatar toda mi vida, las rutinas que hacía junto con mi madre para asegurarnos de que estábamos a salvo, aquellos intentos por lastimarnos cuando era niña, lo que pasó el día del accidente en donde desapareció mi madre, la manera en la que tuve que aprender a vivir sola y a cuidarme de ellos.
Si hubiese contado todo esto un par de semanas antes, lo más probable fuese que yo llorara sin parar, pero ahora, mientras veía el rostro de las dos personas que estaban conmigo en aquella habitación de concreto no me sentía con aquel enojo o impotencia. El sentimiento que oprimía mi pecho cada vez que pensaba en esas personas que querían dañarme se esfumaba a cada palabra que decía, me sentía liberada. Después de casi veintiséis años que viví con temor era libre de vivir mi vida a como yo quisiera, tenía la opción de elegir y de mostrarme ante los demás sin el temor de que dañaran a mis seres queridos o a mí.
Expliqué la manera en la que logré conocer un poco del pasado que mi madre había ocultado en aquellas pequeñas pistas. Sonreí al relatar la manera en que mi madre me informaba y preparaba para enfrentarme a estos desconocidos que eran mortalmente peligrosos. Al terminar de relatar lo ultimó que había vivido en la costa y la forma en la que luché por vivir, aunque en verdad ese esfuerzo me costó unas semanas en el hospital y algunos moretones o rasguños en mi cuerpo.
- Agradezco el que haya hablado con detalle todo. Supongo que ahora le es difícil el adaptarse a esta "nueva vida" sin estar siendo reprimida. - Comentó el agente y yo asentí.
- Es complicado el saber que puedo hacer lo que quiera sin tener el miedo de que esas personas se acerquen a mi, pero estoy tranquila porque sé que puedo disfrutar al cien porciento lo que haga. -
- Hay algo que me llamó la atención, cuando usted hablaba de su madre lo hacia como si ella estuviera desaparecida, usted nunca uso algún termino relacionado a su muerte. - Me miró fijamente tratando de leerme.
- Así es, si es posible me gustaría que esto quedara entre nosotros porque no sabemos a ciencia cierta que pasó con mi madre. - El abogado y el agente me observaron algo curiosos pero accedieron a mi petición.
- Snake me dijo que unos días después del accidente ella lo encontró y él la envió de regreso a mi casa, pero eso jamás pasó. Tenemos la sospecha de que esta oculta en algún lugar y ellos se están encargando de su búsqueda. Pero no es algo seguro que la encontremos, y no queremos dar falsas esperanzas a las personas cercanas a ella. -
- Comprendo. Mantendré esto en secreto pero necesito que me informe cualquier avance que tengan. En caso de que su madre sea encontrada necesitaremos que nos brinde su declaración. -
- Le diré a Snake que se comunique con usted. -
- Comenzaré con otra búsqueda para agilizar esto. -
- Gracias. -
- Podemos concluir aquí con su declaración, en caso de que sea necesario que nos volvamos a reunir le mandaremos llamar. Si me disculpan tengo que comenzar otro trabajo. - Se levantó, tomó sus cosas y pausó la grabadora para posteriormente salir de la habitación.
- Si le dice al señor Durand la búsqueda podría ser más rápida. - Comentó el abogado pero yo negué con la cabeza.
- Se que será feliz al escuchar la noticia, pero nada nos asegura que la podremos encontrar. No quiero que él sufra otra vez, pero también sé que esta en su derecho a saber sobre su hija. Por lo menos deme algo de tiempo para que cuando encontremos algo que asegure que ella esta viva le demos la noticia con evidencias y no solo falsas ilusiones. - El abogado comprendió con exactitud lo que quería decir, la mayoría de personas sabían la búsqueda tan exhaustiva que había hecho por más de 30 años.
- Estaré esperando por buenas noticias. - Se despidió de mi en la puerta y se alejó.
Caminé tras de él hasta llegar a donde los demás nos esperaban. Vi como el señor Durand sonreía al verme.
"Por favor mamá, vuelve ya" Recé con todo mi corazón acercándome a él que me entregaba una botella con agua.