LUNA va corriendo hacia la casa, mas que asustada, va enfurecida, creyendo a sus hermanas capaces de cualquier cosa, cree que en estos momentos, TOIRE ha terminado su trabajo y ellas lo creen desechable.
Antes de cruzar la colina, el sentimiento de LUNA se hace mas grande, transformándose en angustia.
El viento, le ha traído un aroma bien conocido para ella.
Huele a sangre… no sangre cualquiera… huele a sus hermanas.
LUNA, rompe en llanto, cae de rodillas.
Se cuestiona así misma si fue buena idea dejar a TOIRE con vida.
No, no cree que TOIRE fuese capaz de hacerles daño, al menos, no tiene el corazón para matarlas.
Un miedo la atrapa, ella, volteando en dirección a su casa.
Por instinto, se esconde y avanza.
Logra llegar detrás de un gran árbol, se oculta, esperando, su corazón late con fuerza.
Se alcanza a ver la casa desde aquí.
Tuvo que moverse de lugar para tener el viento en contra y no ser percibida.
Al poco rato, puede mirar que, TOIRE es ayudado por una mujer, es ESU, ella saldría de su escondite, es frenada al darse cuenta de que, detrás de ellos, también salen NAIFU Y OGLAE.
LUNA se llena de rabia.
No puede atacarlos, no puede recuperar a TOIRE tampoco.
Su corazón se llena de dolor, toda su familia ha sido aniquilada y el hombre, del cual se ha enamorado profundamente, se ha ido.
LUNA, decide no seguirlos, tocándose el vientre con cuidado, desata el llanto en silencio.
Ella lleva en su vientre el fruto de TOIRE.
LUNA, los ve alejarse, cayendo poco a poco deslizándose por el árbol, apagando su llanto.
En el castillo, hay mucha tensión.
Todos están preocupados, si la mujer que ha traído su amo llegase a morir, todo se sumiría de nuevo en la oscuridad.
Esto causaría que su amo, tal vez no pueda soportar otros tiempos para volver a encontrarla.
En la habitación, KEKI ha comenzado a mover sus dedos, poco a poco va despertando, al abrir los ojos, observa la habitación en plena oscuridad, no se da cuenta de que CHONT-SU está sentado en un lado de la cama, junto a ella.
INKU, todo el tiempo, ha estado furioso, siente una gran impotencia de no poder ayudar a KEKI como es debido, es constantemente vigilado por los sirvientes, OKE está fuera de su alcance por el momento.
INKU se siente dolido ya que, su amiga, está arriba, sola, con profundas heridas y lo mas preocupante es que, no ha despertado.
Además, de que CHONT-SU no se ha apartado un solo momento de la habitación.
KEKI, al hacer un pequeño movimiento, al apretar la sábana, CHONT-SU se da cuenta de que ha despertado, él se acerca por el lado al que voltea KEKI.
Grande es la sorpresa de ella, el rostro afligido y demacrado de CHONT-SU por la falta de sueño y alimento, no lo esperaba.
Él se sienta junto a ella.
En verdad, le alegra que haya despertado.
KEKI, incapaz de creerle, pregunta: ¿me hubieras matado?
CHONT-SU, esperaba esta pregunta, no hay sorpresa, solo pesar, bajando la mirada, contesta que no.
Se disculpa con ella, era un mal necesario.
KEKI deja ver su molestia.
CHONT-SU descubre las heridas de ella rasgando el vendaje, KEKI no sabe lo que planea, le pide que se detenga, si desea que sane, no es buena idea quitar los vendajes.
CHONT-SU, toca las heridas de la espalda, duele, sí, pero no tanto como esperaba.
CHONT-SU, de su vestimenta, saca un pequeño frasco, con la yema de sus dedos, unta la pócima en las heridas lentamente, KEKI se estremece un poco con el desliz de sus dedos, está algo alarmada, no sólo sintió dolor por el medicamento helado, lo que la inquieta, es lo que sintió cuando los dedos de él recorrieron su piel.
Ella reconoce ese tacto.
Las heridas se cierran en segundos, dejando una cicatriz en el lugar.
CHONT-SU le explica que, debía estar despierta para que la pócima hiciera efecto.
Con sumo cuidado, CHONT-SU ayuda a KEKI a volteare boca arriba, ella no tiene mucha fuerza, la cercanía de CHONT-SU con ella, la delicadeza de sus movimientos, la impresionan, la mirada de CHONT-SU, desborda de amor y preocupación.
Demasiado cerca de ella, inclinado, tocando su cabello, KEKI, sin deseos de apartar a su enemigo, siente que todo está mal.
CHONT-SU se acerca un poco mas a su rostro, como si le fuese a dar un beso.
KEKI, para evitarlo, pregunta: ¿por qué hizo todo ese mal a INFRAMUNDO? a CHOSEN para ser exactos.
Contrariado, CHONT-SU afirma no haber ido a CHOSEN desde hace 1,000 años… haciendo una pausa, declara que, desde que murió su amada AMELIA.
Niega ser el motivo de los pesares de CHOSEN.
Él, solo ha pisado CHOSEN en la ocasión en que la trajo a ella AL CIELO.
CHONT-SU, toma un momento para mirarla con ternura.
KEKI, intentado romper con el ambiente, pregunta:
¿por qué está tan seguro de que ella lo ama?
¿o lo ha de amar?
CHONT-SU, con nostalgia en su voz, como si recordara algo en ese instante, responde: Cuando ella estaba a su lado, su mundo era perfecto.
Queda pensativo.
Por su mente pasan recuerdos que no narra a KEKI, mas, va oscureciendo su mirada.
En su mente, recuerda que, en esos tiempos, el castillo rebozaba de vida, siempre cubierto de flores por todos lados, hasta en enredaderas por las paredes.
Siempre había una rosa azul en su jarrón del peinador, AMELIA amaba las rosas azules.
CHONT-SU, todos los días, se despertaba antes que ella, observaba en el alba, la alegría de que ella estuviera a su lado, amaba mirarla, dormida, recostada en su pecho.
Comprobando un día más que, no era un sueño.
A partir de aquí, sale de su trance, debido que, escucha la voz de KEKI, llamándolo.
CHONT-SU se da cuenta de que está en la habitación, junto a KEKI.
CHONT-SU, la mira, callado, hace una pausa.
Él narra que, cuando los mundos comenzaron la guerra, AMELIA, es decir, KEKI misma en su vida pasada, (KEKI está intrigada) estaba en contra de su padre…
Él había caído en la locura cuando, su esposa perdió la vida en manos de la humanidad de CHOSEN.
KEKI lo escucha perpleja, atenta.
fin de capitulo 98