Zarin se enfureció cuando Heaven le dijo que Zamiel la había mordido. Comenzó a maldecir y decir que mataría a Zamiel. Heaven apenas lo detuvo de cometer el error de buscar a Zamiel. No es como si pudiera ganar una pelea contra él.
—Zarin, por favor, cálmate. La marca se ha ido.
—¿Cómo puedo calmarme? Ese hombre te mordió en contra de tu voluntad. ¿Tu padre lo sabe?
Heaven se asustó. —Prométeme que no se lo dirás.
Zarin se alejó de ella, sin querer hacer esa promesa.
—¡Zarin! No me hagas arrepentirme de habértelo dicho. Prométeme que no dirás una palabra a nadie.
Zarin maldijo entre dientes. —Está bien, lo prometo. Pero si viene por ti de nuevo, lo mataré.
Heaven suspiró, decidiendo no contarle el resto. Sólo le había hablado de la mordida y estaba muy enojado. Si le contaba el resto, él se pondría en peligro.
—¿Es por eso que estaba aquí? ¿Porque la mordida se ha ido y quiere morderte de nuevo? —preguntó.
Heaven abrió la boca pero no sabía qué decir.
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