Razones

Después de contarme la verdad que había ocultado durante tanto tiempo con una voz apática y una cara inexpresiva, Lucien ahora tenía una mirada de preocupación evidente en sus ojos. Era fácil para mí darme cuenta de que estaba preocupado por mis sentimientos y estaba listo para consolarme.

Independientemente de cómo me sentía, que en ese momento no podía precisar exactamente qué era lo que sentía, me di cuenta muy rápidamente de que Lucien tenía razón en algo. La verdad es inútil.

El yo del pasado habría empezado a llorar hace mucho o de alguna manera terminaría siendo un desastre emocional sollozante. Sin embargo, por más impactada o sacudida que me sintiera con la noticia, mi mente estaba clara y estaba procesando rápidamente esta información a la luz de cómo debía proceder hacia mi futuro. ¿Desde cuándo me volví un poco desalmada y mucho más calculadora?