La Sexta Joven Maestra acababa de regresar de los pilares de piedra, por lo que desconocía la conversación que el joven había tenido con Gan Yiping.
Habiendo echado un vistazo, se dio cuenta de que ella también estaba indefensa ante estos pilares de piedra.
Incluso un genio conocedor como ella estaba indefenso ante estos pilares de piedra, y sin embargo, este hombre se jactaba de que sería capaz de descifrar fácilmente todo. El intenso disgusto la golpeó de inmediato, y ella respondió airada.
—¿Quién te crees que eres? ¿Estoy hablando contigo?
Sun Qiang miró a la Sexta Joven Maestra con una postura orgullosa.
—Tú…
La sexta maestra se quedó atónita.
—¿Qué tú?
Sun Qiang tiró las mangas y levantó la cabeza con orgullo—. ¿No ves que estoy en media conversación con el maestro del salón? Este no es lugar para que una persona como tú, que no pudo descifrar ni una sola columna de piedra, interrumpa.
—¿Qué has dicho?
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