Leo se agachó para recoger a Vivian que estaba en el suelo. El olor a sangre estaba fresco cuando la llevó a su habitación en vez de a la de ella. Teniendo mejores artículos médicos en su propia habitación, caminó directamente a su habitación para encontrar a su madre que caminaba por el pasillo con una de sus hermanas, Priscilla.
—¿Qué pasó, Leo? —le preguntó su madre, la Sra. Carmichael, mirando a Vivian, quien colgaba del cuello de su hijo con sus grandes ojos que la miraban inocentemente.
—Ella se cayó —le informó Leo cuando pronto se les unió Charlotte, que vino rebotando en su talón.
—Ya veo. Asegúrate de lavar bien la herida —aconsejó la Sra. Carmichael para que Charlotte dijera.
—¿No se curará por sí sola?
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