Las horas pasaron, con las estrellas y la luna alumbrando a los adolescentes cansados del peso de su mochila, Theo se encontraba en la cama de abajo de un camarote, una habitación compartida entre los cuatro chicos.
A la espera que morfeo lo abrace, su mente sopesó el día.
« ¿Por qué debo pasar la noche con ellos? » se preguntó el pelirrojo. En algún momento vio de reojo a cada uno de sus nuevos compañeros.
« De todas formas, somos unos idiotas. Ninguno pudo encubrirse bien »
Sin embargo, algo destruyó su tranquilidad, una repentina respiración y golpe despertó a Theo, volteando a un par de pies. Era Andrew, alzado en la tarima para ver a su hermano.
— oye … — se quejó Bruno entre murmullos.
— cállate, no me dejas dormir — habló Andrew al regresar a su cama después de ver a su hermano respirar normalmente.
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Horas más tarde, en pleno alba hacia el campo. Nicolas se encontraba liderando aquella fila de zombies dormidos.
Después de minutos, llegaron frente a esa pequeña planicie de césped. No tuvieron la necesidad de despedirse del adulto agobiado por la actitud de sus protegidos o de esa mirada de desaprobación de kayle.
— si, si buenos días para ustedes también — se quejó Nicolas y resopló en un largo estiramiento que terminó por ver hacia unas hermanas cargar una gran bolsa negra.
— para estar en esa cabaña, te ves bien — escucho de una joven hermana. Rose.
— Es porque soy guapo — respondió él con una sonrisa seductora, mientras sacaba un billete — ¿qué hay de comer?
— Solo come ensalada y frijoles, adiós — dijo ella para luego irse.
Fue así como empezo su primer dia de tortura para los adolescentes. Parecía un día aburrido, hasta que en el primer receso, se escuchó un "imbécil" de corni y claro, la rara escena de ella junto a los gemelos.
Con el paso del tiempo, los chicos estaban muy callados en el interior de la cocina. Pero no los gemelos, ellos sabían cómo aprovechar una situación para su diversión.
— ¡Bruno! — grito Andrew — perdón por lo que pasó en la mañana, no quería sacarte del baño, tengo un mal despertar. Espero que no se convierta en un rumor.
— Andrew, creo que no eres el indicado para hablar de rumores — agregó Arthur cómplice y sonriente.
— ¿A qué quieren llegar? — preguntó Theo enojado.
Los conocía lo suficiente para saber que tenían algo entre manos.
— ok, "Psycho"— habló directamente Arthur hacia la espalda de la joven — es cierto que, en tu último colegio, ¿tuviste una aventura con un profesor? ¿Por eso eres tan cercana a Nicolás?
Su pregunta fue suficiente para que los demás detuvieran, era imposible no ocultar el interés de uno de los mejores rumores de la escuela.
Kayle volteo con su infaltable sonrisa segura que derrumbó la confianza del par y sin perder su semblante, se acercó y apagó el grifo del lavabo.
— ¿Quieres tener la razón? — preguntó en un tono bajo con una intensa mirada sobre él — lo siento — soltó en un puchero — pero no planeo jugar con la mitad de un cuerpo.
Andrew respiró profundamente y exhaló, permaneciendo inmune.
— ¿Quién mierda te crees? — cuestionó incrédulo y molesto.
— una psicópata — recordó con una inquietante sonrisa.
— ya paren — interrumpió Bruno al unísono, lo cual sorprendió a los demás.
Solo eso fue suficiente para que la joven regrese al lavabo, mientras el gemelo mayor lidiaba con su enojo. Y en cuestión de segundos, miles de huevos cayeron en las ventanas de la cocina.
Todos voltearon, sorprendidos.
— ¿quién rayos es? — grito corni, mientras salía de la cocina.
Todos la siguieron, igual de sorprendidos pero tal vez, también preocupados. Solo dieron algunos pasos, cuando dieron la vuelta por el pequeño edificio hacia la parte trasera, donde alguien con una máscara amarilla sonriente volteo a ellos.
Enseguida, esa persona salió corriendo a la vista de los demás.
— ¡OYE! — grito Theo — regresa, tú limpiaras esto.
Theo lo siguió, el enmascarado no era tan rápido pero se detuvo, sorprendiendo al pelirrojo que se cayó por el impacto y volteo hacia la boca de una pistola.
Una máscara amarilla, dos puntos alargados y un tres volteado que enmarca una sonrisa. Una figura alta, no parecía tener músculos pero sin duda amenazante frente a ese pelirrojo tieso en el suelo.
Su mente se quedó en blanco, mientras sus uñas se enterraban en la tierra y sus pupilas se dilataban en el ardor atentó contra esa máscara amarilla.
« Enserio, soy un idiota » penso Theo.
— "Nos sentimos impotentes ante el terror" — dijo el hombre, en una voz robótica burlona que alarmó al chico — adiós, imbécil.
En poco tiempo, un látigo de agua cayó sobre su rostro, aturdido por la sorpresa y viendo a esa figura desaparecer en el bosque. Al mismo tiempo, detrás de él, el grupo de chicos lo alcanzaron, viendo alrededor en busca de una respuesta.
— ¿estás bien? — preguntó Arthur.
Theo no respondió, cubierto de agua se levantó en un largo suspiro y empezó a caminar. No podía procesar lo que había vivido y menos a esa persona. La primera que se había burlado de él.
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Horas más tarde, Theo se encontraba en el baño de la cabaña, la puerta abierta ante Corni, quien no dejó de verlo.
— ¿no le dirás a la superiora?
— ¿qué quieres que le diga? Un tipo raro entró al retiro del colegio más importante del país y atacó al hijo del abogado top uno — explicó el pelirrojo.
Corni inhalo con fuerza, desapareciendo de la vista del pelirrojo, unas repentinas pisadas llamaron su atención.
— aun lado — escuchó de pronto de parte de Arthur, con un indescriptible dolor en su rostro, corrió también al baño — la comida estaba malograda.
El gemelo menor empujó a Theo fuera del baño, junto a Andrew que lo alejó cuando los gemelos azotaron la puerta frente a él.
Theo estaba por ir a su cuarto, cuando el brillo de la fogata lo detuvo, un brillo que ni siquiera el cristal de la puerta exterior evitó mostrar e hizo que caminara. Solo dio unos cuantos pasos cuando abrió la puerta y se encontró con kayle viendo el paisaje de la laguna.
Ninguno habló, solo cuando Theo volteo hacia Nicolas, soñoliento.
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«Podemos convencer a Nicolás que somos inocentes » fue lo que dijo Theo con una gran sonrisa. Después de ese abrumador día, poder demostrar su inocencia era importante para él. Tal vez así, su padre no lo golpee.
Al pasar unos minutos, el baño estaba en cuarentena, las maletas estaban preparadas para la salida y en la terraza, Nicolás contemplaba a los jóvenes cansados. Con las piernas cruzadas, suspiró al ver la luna con una sonrisa, tratando de guardar en la memoria el rostro derrotado de sus protegidos.
— ¡FUE CULPA DE ANDREW Y ARTHUR! — reclamó Corni furiosa — Yo iba a pasar esta noche con mi novio!.
— oh, esto no me lo esperaba ¿escuchó, Nicolás? — preguntó en burla el gemelo menor.
— Claro ... pediré clases de sexualidad urgentemente — respondió el psicólogo mientras limpiaba su ojo soñoliento — ya váyanse a dormir.
— ¡espera! aún falta alguien — gritó Theo y volteo a kayle.
Kayle reconoció el tenso ambiente que la obligaba a hablar, odiaba la presión social. Fue entonces que revolvió sus pensamientos en busca de un nuevo sustento, llevando su melena hacia atrás, hasta que resoplo y volteó a Nicolás.
— Si demuestro mi inocencia, tendrás que disculparte conmigo y que todos digan la verdad — soltó curiosa.
— espera, ¿por qué quieres saberlo? — recrimino Arthur
— por diversión — contestó inocentemente como si fuera algo obvio y regresó a Nicolás — ve a la galería de mi celular, debe haber un video.
Inició un profundo silencio, desde que Nicolás sacó aquel celular antiguo de doble tapa y siguió sus instrucciones. Se estaba demorando mucho al punto de provocar nervios en la joven quien hundió sus labios, deseando que el video haya sido guardado.
En segundos, los ojos del adulto voltearon a ella y calmando sus ansias devolvió el celular. Sin darse cuenta de las diferentes expresiones sorprendidas de los demás.
— tuviste que hablar — fue lo único que dijo mientras la muchacha se acercaba a su celular — lo siento kayle, Bruno.
— espera, ¿es enserio? — cuestionó sorprendido Theo.
— no pienso decirte ni mierda — interrumpió Andrew de pronto.
— Como sea — interrumpió Nicolás — Perdón, a todos. pero, no podré ayudarlos.
Una repentina tensión de ojos llenos de enojo, confundió a Nicolás.
— Puedo darles una compensación, ¿qué les parece un cuento de terror? — preguntó Nicolás sonriente.
— lárgate — ordenó Andrew.
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Nicolás: después de tanto tiempo, puedo ser consciente que, la vida después de la muerte es solo una ilusión que nos esclaviza como la graduación de la universidad. Egregresamos después del esfuerzo, salimos al mundo para sobrevivir y esperamos con ansias el fin de mes por nuestros triunfos que una vez nos dijeron que tendríamos que tener. Si, todo es una ilusión creada por alguien más patético que quiso ver a la sociedad sufrir en las llamas de la mediocridad. ¿lo entienden?
Andrew: ¿qué le pasa?
Theo: yo solo le dije buenos días.
Hola, aqui la escritora. Espero ver a los valientes que acompañen a los siete peones en el camino tallado por "El Fantasma".
Salí a buscar a un oponente para jugar ajedrez.