—No. —Mostró su perfecta sonrisa—. Lo que dijiste fue lo más hermoso e inspirador que le he escuchado decir a alguien jamás.
—Gracias. Pero no es pa... para tanto.
—Para ti lo es todo. —Me miró profundamente.
Sinceramente, no sabía que iba a hacer con él, en serio. Ya no sabía como detenerlo. Había intentado todo.
Después de que nos quedamos casi todo lo que quedaba de la tarde y algo de noche en el mirador, Ryan me preguntó que si quería ir a comer algo con él. Yo obviamente me negué lo cual por primera vez él estuvo de acuerdo. Sin embargo, me dijo que lo acompañara al supermercado porque iba a comprar algunas cosas para preparar de comer. Le dije que no había nada abierto, él dijo que conocía un lugar que estaba las 24 horas disponible. ¿Si ven que no hay por donde detenerlo?
—¿Ves? Te lo dije. Está abierto siempre.
—Yo te dije que... que no quería nada, terco. —Viré los ojos. Él rió, pero para sorpresa mía, se acercó y me dio un beso en la frente.
—¿Te dije que eras adorable? Vamos, gruñona. —Me soltó para tomarme de la mano y guiarnos hasta la entrada del dichoso supermercado.
Cuando entramos, sorprendentemente habían personas comprando. No es que fuese muy tarde, pero al igual era de extrañarse. Parece ser que la gente ahora se las tiraba de nocturna.
—No te sorprendas. Es normal que esté lleno —decía, mientras tomaba una especie de salsa totalmente desconocida para mí y la dejaba en la canasta de compras —. Creo que llevaré esta.
Y así nos la pasamos como por lo menos media hora, mientras que Ryan escogía lo indispensable. Bueno, yo no necesitaba nada ya que no soy muy excelente en la cocina y tampoco era mi dinero como para gastarlo.
—Pensar tanto no es saludable... —Me sacó de mis pensamientos con su tan repetido comentario.
—No es... estaba pensando. —Rió.
—Sí, no me digas. Ven, vamos a pagar.
Creo que era una costumbre de él tomar de la mano, porque eso fue exactamente lo que hizo. Yo aún no me adecuaba porque tenía una duda: ¿hacía eso con sus amigas también?
Ryan llegó a la caja donde estaba menos llena. Sólo había un chico pagando algunas cosa que llevaba. A mi parecer, era soltero. Digo, si tuviera a alguien, viniera ese alguien, no él. O yo que sé.
—¿Es todo lo que va a llevar, joven? —preguntó la chica que atendía.
—No. Espere, ¿donde está lo que...? —El chico comienza a dar como vueltas en su misma posición para buscar lo que le faltaba.
Después de unos segundos buscando, encuentra lo que se le había perdido: un paquete de condón. Estaba justo debajo de mis pies. El chico se agacha, lo toma y cuando se levanta, centra su mirada en mí. En cuanto nuestras miradas chocan, mi corazón se detiene totalmente.
—Vaya, qué sorpresa. —Calvin me mostró su más grande sonrisa. Y pensar que me moría por ella.
—Hola —dije lo más neutra posible. Lo cual fue un error porque el comenzó a mirarme de arriba a abajo y centró su atención por unos segundos en mi mano entrelazada con la de Ryan.
—Christine, no sabía que eras tan pero tan rápida. ¿Y dónde dejaste a tu defensor? —preguntó con una felicidad más falsa que su amabilidad.
—Chris, ¿lo conoces? —Ryan me susurró en el oído. Yo lo miré y negué con la cabeza.
—De... deberías terminar de pa... pagar. Te... tenemos prisa —hablé.
Pareció pensarlo, pero le entregó el paquete a la chica para que terminara con su compra sin despegar la mirada de mí. Él le dio el dinero a esta para terminar.
—¿Cuándo te vuelvo a ver, muñeca? —Me guiñó un ojo. Como odiaba su descaro. Como odiaba que hiciera eso. Y lo hace porque sabe que me duele.
—Jódete —escupí llena de rabia. No quise ver a Ryan y tampoco me importaba en estos momentos.
—Quiero que lo hagas tú —respondió con malicia. En eso, Ryan enseguida se posicionó delante de mí de un modo rudo.
—Vuelve a decir eso delante de ella y verás lo que yo si te puedo hacer —dijo. Calvin sólo bufó con sarcasmo.
—El idiota de Sam te deja por un rato, y ya tienes el sustituto. Algún día te veré sola, y ese día me las vas a pagar todas, preciosa.
Una vez dicho eso, tomó su bolsa y se fue. Ryan se volteó y me miró por un segundo, tomó la canasta y comenzó a pagar lo que había pedido.
Agradecía que no dijera nada ahora. No estaba lista. Calvin acababa de destruir lo poquito que sentía por él. La esperanza que había puesto, desapareció al momento en que me había tratado tan mal. No podía creer que alguien que fue una vez tan importante para mí hiciera tantas cosas para dañarme cuando yo lo único que hacia era quererlo más y más.
—¿Puedo preguntar quién era él? —dijo Ryan una vez que salimos del supermercado.
—Ya lo has hecho —soné algo sarcástica.
—Lo sé. El problema es que no se sí puedo o si obtendré respuestas sin que te molestes por ello. —Le miré a los ojos. Había tanta preocupación en ellos. En una mano tenía el casco y la otra llevaba la bolsa de compras. Se veía adorable.
—Era mi ex novio —decidí responder.
—Por lo que veo no terminaron muy bien, ¿cierto? —preguntó cuidadosamente.
—No —dije difícilmente sin mirarle a los ojos —. ¿Po... podemos irnos ya? Estoy al... algo cansada.
—No es así —refutó —. Te sentiste así desde tu encuentro con él. ¿Por qué te amenaza? Puede ser peligroso, Chris.
—Basta —le regañé —. No quiero que me adviertas nada Ryan. Ya te lo he dicho una y mil veces. ¡No te metas en mi puta vida! ¡Concéntrate en la persona que ni si quiera te da la jodida hora! —grité.
—Lo siento. —Me miró herido —. La he cagado otra vez. Vamos a casa para que descanses.
—Yo...
—Está bien, Chris... tine —me detuvo —. No digas nada.
Todo el camino de vuelta a casa, fue de por sí silencioso. Sé que no hablábamos mucho debido al viento, pero a veces Ryan decía alguna que otra idiotez que me hacia reír. Esta vez no había dicho nada y sé que era mi culpa. Estaba tan abrumada y ensimismada con lo de Calvin que no pude ver con claridad. No tenía por qué tratarlo de esa manera. No había excusas.
Llegamos al departamento de igual manera en como veníamos; sin decir ninguna palabra. Entramos y Ryan cerró la puerta.
—Yo iré a prepararme algo, supongo que tú no quieres nada; me lo dejaste en claro. Cualquier cosa, estoy en la cocina.
Lo vi entrar a la cocina con la bolsa de compra sin mirar atrás. Él ni si quiera me estaba tratando mal para yo hacerle sentir así. Sabía que le había lastimado con el comentario que le hice.
Me quedé un rato ahí de pie, como una tonta, tratando de aclarar mis pensamientos, liberar mi rabia y tranquilizarme en todas las maneras posible.
Una vez que lo hice, me dirigí a la cocina con la intención de hacer lo que creía que era correcto.
—Lo siento —dije, mientras Ryan estaba de espalda.
—No te preocupes...
—No, Ryan, escúchame. Escúchame, por favor —repetí al ver que él no se volteaba. Pareció pensarlo, y centró su atención en mí.
—Dime —sonó lo más neutro posible. Casi parecía al Ryan que había conocido por primera vez.
—Lo siento, ¿sí? Quiero decir, sé que fue muy descortés de mi parte haber hecho ese comentario tan de mal gusto. Yo... —Mi voz comenzaba a romperse. Todo lo que no quería que sucediera —. Es difícil, Ryan, muy difícil ver a la persona que quieres o que creías querer tratarte de esa forma. Es que aún yo no soy capaz de asimilar todo el daño que me hizo. No lo comprendo. Soy una estúpida. Lo sé.
Puse mis manos en mi rostro para tapar las lágrimas que estaban deseando caer desde hace mucho y yo no les había permitido hacerlo. Ahora parecían no detenerse y me sentía mucho más humillada que antes.
—No eres estúpida. —Hizo un sonoro suspiro —. No lo eres, Christine Moore, métetelo en la cabeza.
—¿Por qué, Ryan? —pregunté llorando ���. ¿Por qué lo hizo? ¿Por qué no tiene corazón? ¿Por qué disfruta de mi dolor? ¡¿Por qué no me quiere, ah?! ¡¿Por qué no lo valgo?!
Él se acercó a mí a abrazarme tan fuerte, que sentí que con ello solucionaría todos mis problemas, y los demonios que estaban acechándome, se irían para no volver jamás.
—Lo vales —susurró —. Y mucho más de lo que piensas, cariño. El sólo es un idiota que no supo qué hacer con un diamante tan valioso en sus manos.
—Sien... siento haberte dicho todas esas cosas. —Lo abracé más fuerte —. Sé que... que puedo confiar en ti como tú lo... lo has hecho conmigo.
—No te voy a dejar sola, así pongas miles de muros delante de nosotros. No voy a permitir que ese hijo de puta se las arregle para hacerte daño cuando le plazca.
—Gracias. —Fue lo único que pude decir.
—¿Tienes oportunidad para verlo otra vez? —Me soltó un poco para poderme mirar a los ojos.
—Trabaja en donde yo... yo lo hago. Pero él no se... se acerca a mí porque Sam no... no se lo permite. —Mientras yo hablaba, él escuchaba atentamente, limpiando mis lágrimas.
—Ahora entiendo por qué te protege tanto —dijo más para sí mismo, que para mí —. Y me parece bien, no hay que darle oportunidad alguna.
—¿Por qué lo haces? —decidí preguntar —. ¿Haces esto con todo el mundo? Y... y si no es así... ¿Por qué yo? Ni... ni si quiera sabes la... la clase de persona que soy o la... la razón por la cual ese chico me desprecia y tú... tú ya estás de mi lado.
—Cualquiera que te ponga de esa manera, merece ser golpeado hasta quedar inconsciente. Conozco tu corazón, Chris, aunque no lo creas, sé que clase de persona eres. —Acarició mi mejilla —. Y no me interesa saber lo que él te hizo si te va a lastimar con tan sólo recordarlo. Sea quién creas que seas, eres valiosa para mí.
No me respondió la pregunta principal, pero en cuanto dijo todas esas cosas, lo olvidé completamente.
Luego de nuestra charla, Ryan terminó de cocinar, mientras que yo esperaba sentada en la isla de la cocina, y él contaba una de sus muchas anécdotas que tanto me hacían reír.
Él ni si quiera me había vuelto a presionar para que le dijera por qué era así. Cuando conté como me sentía, ni si quiera me juzgó por ello, y todo lo que dijo fue para reconstruirme, no para hacer lo contrario. Y en cuánto hizo eso, sentí que podía confiar en él más de lo que realmente pensaba. Así qué había tomado la decisión de ir abriéndome como él lo hacía.
Por otro lado, aún tenía la duda del comentario no tan gracioso que había dicho en el mirador, pero no quería sacar el tema a colación porque ya había sido demasiado por un día. Habíamos hablado de tantas cosas, que no merecía la pena volver a tocar a los demonios. Así que lo dejé pasar para otra ocasión.
***
—Princesita, ¿puedes cerrar la boca? Me fastidias. —Avril sólo viró los ojos, ignorándome por completo.
—Sam, ¿quieres dejarla ya? —me pidió Emily.
Ay, sí, mira que ya lo hice.
—Vi una falda de esas que te mueres por comprarla, Brit...
—¿Sí? Cuéntame más —dije con sarcasmo dirigido a Avril, mientras ella le contaba a Brittany sobre esa mierda de chicas. Ella siguió ignorándome.
—¿Christine vendrá? —preguntó Emily con la intención de distraerme para que dejara de molestar a la niña mocosa.
—Sí, viene con McShane. No creo que tarde en llegar —respondí algo distraído debido a que estaba tratando de escuchar a Avril para así soltar algún comentario que le saboteara su conversación —. ¡No me digas, muñeca!
—¡Cállate, idiota! —me gritó por fin —. ¡Púdrete en el infierno!
—Entonces, nos vemos allá porque ya tú tienes un pase VIP, McShane. —Ella comenzó a ponerse roja de la rabia, mientras que yo reía. No pudo soportarlo más y se fue de allí sin decir nada.
—Hasta que lograste fastidiarla, Sam, ahora estará de mal humor todo el día —me regañó Emily.
—Cuando ella no ha estado de mal humor, ¿a ver? —Viré los ojos —. Es sólo una puta broma.
—Te comportas como un niño pequeño —Me miró en tono de advertencia.
—Sí, como sea —Le ignoré. No quería discutir con ella. No ahora.
Después de un rato aburrido mirando a la nada, mientras que Emily hablaba hasta más no poder con Brittany, llegó Tyler a sentarse con nosotros. El tipo no me caía mal, pero tampoco es que estaba muy emocionado por hablar con él. Así que seguía en las mismas.
—Hola a todos —saludó una vez que se acercó a nosotros.
—¿Dónde está McShane? —Ignoré su saludo para preguntar por el otro imbécil.
—Ya debe estar llegando —contestó mientras yo lo miraba escéptico.
Tanto él como su primo me irritaban de una manera impresionante, no sé como Christine le caía tan bien. Ughh, ella como siempre tan buena gente.
¿A dónde se habrá ido Avril? Necesitaba distraerme un rato mientras empezaba la inauguración del campeonato. Estaba que me moría del aburrimiento de tanto esperar.
—Emily, iré al baño —le dije a mi novia, mientras me ponía de pie.
—Espero que no la vayas a buscar a ella para molestarla. —Me miró con sospecha.
—¿Ahora no puedo ir al baño en paz? —fingí ofenderme —. ¡Esto es el colmo! Así no se puede.
Me dirigí al baño fingiendo estar enojado. Bueno, iba a ir a molestarla, la verdad. Pero con el fin de llevarles la contraria a todos, mejor iba al baño.
Por otra parte, quería que llegara Christine, me sentía jodidamente aburrido con esa partida de perdedores allí conmigo. Sí, estoy incluyendo a Emily; pueden llamarme hijo de puta, pero estoy seguro que ese nombre sé lo merece más ella que yo.
***
—¿No... no ha llegado Sam? —le pregunté a Ryan mientras nos íbamos dirigiendo a las gradas.
—¿No lo ves por allí? —preguntó de vuelta.
—No.
—Pero está Emily. Si está ella, estará él allí —comentó, mirando a donde estaban todos reunidos.
—¿Vas a... a acompañarme hasta allá? ¿No se supones que... que tienes que irte ya? —le detuve, cambiando el tema.
—Ellos pueden esperar, Chris. Además, primero tienen que hacer una entrada de mierda para que nosotros empecemos a correr —explicó.
—Espero que des lo... lo mejor de ti —susurré.
—¿Qué? —preguntó en tono burlón.
—Lo que escu... escuchaste porque no pienso repetirlo. —Rió.
—¿Ese mensaje era para Jack? Porque si quieres puedes decírselo tú. —Señaló con la cabeza hacia donde estaba Emily, Brittany, Jack y Tyler.
—Sí. —Viré los ojos —. Es por eso que... que estaba practicando contigo primero, Ryan.
—Eres malvada —dijo divertido.
—Tú eres un... un tonto.
—Pero guapo —susurró para mí, debido a que habíamos llegado a donde estaban los chicos —. Hola gente.
—Casi no llegas —habló Tyler alegre —. Jenkins quiere matarte.
—¿Así? —preguntó Ryan con algo de sarcasmo —. ¿Y dónde está, a ver?
—Detrás de ti, campeón —dijo Sam, una vez que llegó.
—Hey, bájale con lo de «campeón» —refutó Jack —. Apenas la primera carrera es hoy. Y sabemos quién es el campeón aquí.
—Calma, hermano. —Sam le chocó los cincos a Jack —. Es todo tuyo, lo sabes.
—Sigan hablando, ya veremos —comentó Tyler.
—Hola, Chris —saludó Sam tan pronto como supo de mi existencia —. Casi no llegas, por Dios.
—Exagerado. —Viré los ojos.
—Ven a darle un abrazo a papá. —Extendió los brazos y yo con mis ojos en blanco, le di lo que quería. Él me dio un beso en la cabeza en cuanto nos abrazamos.
—¿Y a mí no saludas? —me preguntó Jack con una mirada coqueta.
—Hola —le dije. ¿Eso era lo que quería, no?
—Divertida —comentó sonriendo —. Me gusta.
En vista de que dijo eso, decidí mirar a Ryan, lo cual fue como extraño ya que él se encontraba hablando con Brittany. ¿En qué momento sucedió? Digo, apenas nos estábamos saludando y ya él estaba en una conversación súper interesante con la chica. Pero bueno, mejor me ahorro mis opiniones.
—¡Hermanito! —gritó Avril en cuanto llegó, sacándome de mis pensamientos. Ryan le recibió el abrazo, interrumpiéndole la conversación con su chica.
—Santo, Avril, estás fría —dijo Ryan.
—Como su corazón —comentó Sam. Yo le pellizqué el brazo para que se callara.
—¡Cállate! —le gritó Avril al imprudente que tengo como amigo.
—Ay, sí, mira como ya lo hice —contestó sarcástico, virando los ojos. Yo le volví a pellizcar más duro —. Auch.
—Déjala en paz, Sam —susurré.
—De acuerdo, de acuerdo —accedió —. Pero no me pellizques más.
—Bueno, me tengo que ir —habló Ryan —. Nos vemos luego, chicos.
—Sí, nadie te lo preguntó, McShane —dijo Sam.
—Hoy no me vas a hacer enojar, Jenkins. —Sonrió en grande.
—Será mejor que yo también me vaya. —Jack se levantó de donde estaba sentado.
—Adiós, Brit. —Ryan le dio un beso en la mejilla a la chica. En realidad, muy muy cerca de la comisura de sus labios.
—Espero que ganes —susurró ella.
—Oh, ¿y qué hay de mí? ¿Ya no eres mi fan número uno? —Jack le preguntó a Brittany. Quería leerle la mirada, pero no mostraba nada y me frustraba.
—Supongo. —Se encogió de hombros un poco enrojecida debido a la atención que estaba teniendo.
—No seas envidioso, Woods. Es obvio que los dos están que se comen con los ojos —comentó Avril, mirándome fijamente. Obviamente yo no le sostuve la mirada. Ella era tan venenosa que no valía la pena.
—Avril. —Ryan le miró con advertencia.
—¿Ahora todos son fans de McShane? —preguntó Jack —. Lealtad, señores.
—Hey, amigo, aún sigo aquí. —Sam le golpeó el hombro —. Sabes que eres mi favorito.
—Y yo. —Levanté la mano.
No sé por qué lo hice, ni qué me impulsó a hacerle saber a Jack que aún lo apoyaba incluso cuando ya no lo sentía de la misma manera. Pero algo me decía que estaba jugando con fuego y que me iba a quemar.
—Eso es lo único que necesito. —Me dio su más grande sonrisa —. Puedo morir en paz.
No tuve el valor de mirarle a los ojos a Ryan, pero por lo que pude ver, estaba sorprendido. Y supongo que debería ser así, ya que hace unos minutos atrás, prácticamente le estaba animando a que diera lo mejor de sí para que ganara, y ahora le digo a Woods que lo apoyo. Tiene más coherencia, no sé, Sam diciendo que es vegetariano pero come pechuga de pollo todo el tiempo.
—Me voy. —Se despidió una vez más Ryan sin mirar a atrás. No sé por qué pero me volví a sentir fatal.
—Nos vemos, gente. —Le siguió Jack.
—Ven, siéntate aquí —señaló Sam el asiento vacío que estaba entre él y Tyler —, no quiero estar al lado de ese perdedor.
—Ay, no, cuidado, muñeca —respondió el primo de Ryan al oírnos.
—¡¿Quieres dejar de... de ser tan... tan imprudente?! —le grité a Sam, susurrando —. Pareces un niño pequeño.
—Vamos, ¿tú también? —Se tiró en el asiento.
—¿Yo qué? —pregunté, sentándome con cuidado, a diferencia de él.
—Nada. Olvídalo, peque —dijo frustrado —. Esta gente me molesta, ¿sabes?
—¿Qué gente?
—Está —susurró —. Ya sabes, la que tenemos alrededor.
Miré con disimulo y vi que sólo era Tyler, Avril, Brittany y Emily.
—¿Emily también?
—Sí. Ella está incluida en el paquete —respondió.
—¿Pue... puedo saber el por qué?
—Más tarde, amiga, más tarde. —Viré los ojos. Sam y sus misterios.
—Buenas. —Todos miramos a ver quién era. Sam y yo sonreímos de alegría inmediatamente.
—¡Norah! Viniste —hablé emocionada.
—¿Te lo prometí, lo recuerdas? —Yo asentí abrazándola.
—Y obvio yo no iba a perderme la primera carrera, Chris —dijo Brent mientras se saludaba con Sam.
—Genial, más chusma de la que hay —susurró Avril lo suficientemente para que fuese escuchada por nosotros.
—Mira, te callas, vale? —señaló Sam.
—Ya, déjala. Es una... una maleducada —le susurré a este.
—¿Cómo me llamaste, mosca muerta? —Se puso a la defensiva.
—Lo... lo que escuchaste. Te llamé maleducada —repetí lo más cordial que pude. No iba a quedarme callada de nuevo.
—Vaya, pero si ya estás por sacar las garras, ¿no?
—Bueno, te sigues metiendo con Christine y te las verás conmigo más tarde Avril McShane, ¿de acuerdo? —habló Sam esta vez.
—Y conmigo también. —Norah le dio una mirada de esas amenazantes que asustaba a cualquiera. Avril no hizo nada, sólo se quedó callada.
***
—Es muy bueno, ¿no? —dijo por primera vez Brittany hacia mí.
—¿Quién? —pregunté confusa.
—Ryan. —Me miró —. Es muy bueno en lo que hace.
—Sí.
—Aunque hablo con él muy poco, también creo que es un chico agradable. —Sonrió.
—De... deberías hablarle más. Agradable es... es un eufemismo. —Le sonreí de vuelta, encogiéndome de hombros —. Tampoco es que... que le conozca desde hace mucho.
—Sin embargo, se nota que te quiere mucho —comentó, tocando mi brazo. Si supieras que a ti te ama.
—No creo. Él sólo es... es así.
—Pero...
—¿Brittany, qué haces hablando con la tartamuda? —susurró Avril para que sólo escucháramos nosotras.
—Avril, deja de molestarla. En serio. Ya no es gracioso —le regañó la chica amablemente.
—No puedo creerlo, en serio eres...
—Chicas, silencio. Vamos a ver la carrera —dijo Emily en cuanto vio nuestra reunión de chicas.
No puedo creerlo, esa chica en serio era agradable. No sé si debería sentirme triste o feliz por ello. De verdad pensé que iba a ser una perra conmigo o algo así. Y a decir verdad, quería que eso hubiera sucedido. Ahora ni si quiera tengo pretextos para creer que ellos no están destinados a estar juntos. Al igual, creo que Ryan se lo merecía. Cada vez que la imagen de él llorando, se transportaba en mi cabeza, me hacia pensar que él necesitaba ser feliz. Y era con ella; con Brittany.
Después de nuestra conversación, yo me senté con Norah, para ver la carrera. Cabe recalcar que al ser cercanos a dos de los corredores, teníamos algo de privilegio, por ende, estábamos en una de las cabinas VIP. Cosa que me tranquilizaba porque Norah estaba embarazada, y no querría que le pasara algo sólo por acompañarnos.
—Pronto nacerá este coso que tengo en mi panza, no me abandones, Chris —dijo Norah, fingiendo cansancio.
—Claro, que... que no. Te prometo que cuando nazca está criaturita —toqué su panza —, voy a ir todos los di... días para ayudarte con tus niños.
—¿Qué? De ninguna...
—Vamos, déjame hacerlo. Además, tú... tú me ayudaste mucho cuando estaba en tu casa. Estoy muy agradecida y sa... sabes que le tengo mucho cariño a tus niños y cuatro serán mucho para sólo dos personas.
—Muchas gracias, Chris. —Me abrazó llorando, algo muy particular en ella —. Odio estas hormonas.
—Las necesitas de... de vez en cuando. —Reí.
***
—Vamos, hermano, tú puedes —susurraba Avril para sí misma, mientes veía que Ryan estaba compitiendo.
—Dale, Ryan, dale —dijo Tyler con esperanza. Mi corazón bombeaba rápidamente que no sabía qué hacer. Ryan estaba a punto de perder la primera carrera del campeonato.
—¡Sí! —Sam y Brittany gritaron fuerte. ¿En serio?
—Mierda. —Tyler pateó la silla.
—Increíble —dijo Brent con las manos en su rostro, expresando preocupación.
Ryan había perdido. Ya se sabía quién era el ganador; Jack Woods. ¿Por qué no estaba feliz?
Luego de un considerable tiempo, vimos a Jack y a Ryan entrando a la cabina. Uno tenía una sonrisa enorme y el otro sólo estaba neutro. No habían rastros de que estuviera enojado, triste, avergonzado o algo así.
—¡Felicidades, bro! —Sam fue directamente a abrazar a Jack —. Eres un crack.
—Gracias, hombre. Estoy muy feliz, la verdad.
Creo que fue la primera vez que vi a Jack hablar en serio y no con algún comentario sarcástico. Y eso me alegraba. Digo, ya era algo irritante.
Miré a Ryan que se sentó en una de las sillas, y Avril de inmediato fue a verlo, junto con Tyler y Brittany. Yo no sabía qué hacer, por eso no me moví.
—Ganó, tu amor. No te veo feliz. —Norah me pegó suavemente con el codo, haciendo llamar mi atención.
—Lo estoy —Mentí.
—No lo creo. —Negó con la cabeza —. Estuvieras haciéndole un show a Brent porque ha perdido su favorito.
—Creo que he madurado. —Me encogí de hombros.
—No te ofendas, pero, ¿de la noche a la mañana?
—No hay un tiempo definido para ha... hacerlo
—Ay, Chris. ¿Te gusta el niño bonito?
Su pregunta me había dejado en blanco. ¿Me gustaba Ryan? ¿McShane? ¿En serio? No lo creo. Sólo le tenía un gran cariño. No puede ser algo más.
—No. Sólo que ahora somos algo así como am... amigos —respondí.
—¿Sólo eso? —preguntó escéptica.
—Sólo eso. —Asentí.
—Sí, ya hablaremos.
—¿Dónde esta mi fan número uno? —preguntó Jack llamando la atención de todos. Yo fingí que no lo escuché así fuera conmigo la conversación —. ¿Christine?
Mierda.
—¿Sí? —Le miré.
—He ganado. ¿No me dirás nada? —Reí, algo nerviosa por la atención.
—Felicidades, Jack. —Asentí. Miré a Ryan y vi que ni si quiera prestó atención porque estaba hablando con su gente.
Después de un rato que todos estuvimos platicando, bueno en grupo separados; Norah, Brent, Sam y Jack que se unió de último a nosotros de un lado, y Ryan, Avril, Emily, Tyler y Brittany del otro, llegó el momento en el que todos ya nos íbamos del estadio, así que yo tomé la oportunidad para acercarme a Ryan y decirle cualquier estupidez antes de que se fuera.
—Oye... —Le llamé. Él se volteó y me miró con atención, esperando que dijera algo—. ¿Cómo estás?
—Bien. —Se encogió de hombros —. ¿No es tan malo perder, o sí?
—Espero que... que no haya sido otr... otra vez por mí —bromeé, golpeándole el hombro.
—No te creas mucho, ¿de acuerdo? —Para sorpresa mía, se dio la vuelta, saliendo de la cabina, dejándome sin palabras.
Holaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.
Espero que les guste el capítulo, si no, puej, lo siento.
PREGUNTASSSSSSSSSSSSSSSSSSSS:
¿Qué creen que Sam le va a decir a Christine sobre Emily???
¿Busco cinta adhesiva para Avril?
¿Qué onda con Ryan???? ME hacen el favor y me devuelven a lindo y tierno!!! lo exijo!!! Anda, verda que soy yo la que escribe. Lol.
Gracias por leerme
No se les olvide que Jesús los ama y yo también!!!