Cuando doblé la esquina, me sorprendió ver el cabello rojo de Shelby cayendo por la parte trasera de la silla de playa. Se veía tan relajada que me sentí culpable invadiendo su tranquilidad, pero no podía irme ahora. Si ella notaba que me marchaba, haría aún más el tonto de lo que había hecho la noche anterior.
—Al parecer encontraste mi escondite. Debes haber tenido la misma idea —dije, y sus ojos grises se posaron en los míos.
—¡Sr. Astor! —dijo ella, levantándose y girándose para mirarme.
Me senté en la silla contigua a ella y me recosté. Estaba aprovechando al máximo el momento para causar una mejor impresión.
—Shelby, puedes llamarme Michael.
—Sr. Astor, no sé si... —empezó Shelby.
—Por favor, insisto —dije antes de que pudiera terminar.
—Está bien —respondió ella con una pequeña sonrisa—. Lo siento mucho si tomé tu escondite. Necesitaba un tiempo a solas, así que tu becario, Reggie, me dijo cómo llegar aquí.
在webnovel.com支援您喜歡的作者與譯者