Dos Caras de una Historia

Pasó una semana sin acontecimientos notables. Hayden y yo nos habíamos adaptado un poco a nuestro nuevo ritmo de vida. Lo que básicamente significaba era que ya no se mantenía a mi lado todo el tiempo. Nos conocimos cuando salí del trabajo y cuando él estaba libre. Pasaba algunas noches en mi apartamento y las otras en su casa. Hayden no me lo dijo, pero estaba seguro de que algunos de sus hombres probablemente me estaban observando en lugares que frecuentaba, como la escuela de arte y mi edificio de apartamentos.

Después de terminar un día ocupado enseñando en la escuela, estaba ordenando. Cargando un montón de cuadernos de arte en mis brazos, me dirigí de nuevo hacia mi aula donde necesitaba arreglarlos de nuevo en su lugar. Enseñar fue un trabajo duro, pero también fue muy divertido y muy satisfactorio. Amaba a mis estudiantes, mis colegas y mi trabajo.

"La chica que pintó esto tiene un talento loco, ¿no crees?" La voz de un hombre habló en el momento en que entré en el aula.