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De repente, el gran patrón redondo en el suelo comenzó a girar y descender. Me quedé mirando, ligeramente sorprendido. Honestamente pensé que el patrón redondo en el suelo era solo para la decoración, al parecer, que no era así. Después de descender al suelo, la plataforma encontrada resurgió, esta vez con un Ferrari rojo brillante.

Por un momento, me sentí como si estuviera viendo algunos coches sexys revelarse en un salón de autos. Tanto el coche y la forma en que fue transportado con estilo desde el suelo definitivamente hizo un impacto. No pude evitar mirar el deportivo Ferrari rojo que estaba aparcado frente a mí. Odiaba admitirlo, pero estaba claro que Hayden y yo venimos de mundos diferentes. No es que no lo supiera ya, pero ver su contundente exhibición de riqueza era solo frotar la verdad en mi cara un poco demasiado.

"Deja de mirar y entra", dijo Hayden.