—Pedro, ¿qué está pasando aquí? —Raven ya no pudo contenerse más y preguntó directamente.
—Sí, ¿cómo trajiste tanto vino? ¿De dónde sacaste el dinero? —Liza tampoco pudo evitar preguntar.
Al ver la preocupación en los rostros de todos, Pedro sabía que estaban preocupados de que hubiera hecho algo ilegal de nuevo.
Los llevó a los tres al interior y dijo:
—Conocí a muchas personas en la prisión, ya lo saben. Cuando fui al condado esta vez, algunos amigos me invitaron a cenar, o habría vuelto ayer.
—Pedro, incluso si eran tus amigos en prisión, ¡deberíamos cortar lazos con ellos ahora que estás en libertad! —Raven estaba más preocupado de que Pedro volviera a involucrarse con malas compañías y hacer algo malo de nuevo.
Pedro se rió y dijo:
—Papá, no pienses que solo son criminales. Uno de ellos es el hijo del alcalde y los demás son todos grandes jefes. Ellos no van a hacer nada malo.
—¡Oh! —Raven se sintió algo aliviado.
Liza señaló hacia afuera y preguntó:
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