ALEX
No tengo ni idea de lo que le ha pasado a Gabriela ni el porqué de que se desplomase como lo hizo en medio del pasillo del hospital. Después de una hora la doctora que la había atendido vino y le sacó los sedantes que tenía y se fue luego de revisarla.
Yo y Carlos estábamos en la habitación de ella y yo sentado a su lado para que cuando despertase no se preguntase en donde estaba y no sé cuanto tiempo pasó exactamente cuándo empieza a despertar.
-Hermosa.
- ¿Dónde…?
-Estás en urgencias, ahora relájate y descansa un rato.
-No pienso descansar ahora, tengo que ir con Ana.
-No te vas a mover de aquí Gabriela, mi hermana está con Marcos, está bien cuidada.
-Y no lo dudo, pero quiero estar yo.
Se sacó la vía que le quedaba y se incorporó, pero en cuanto se quiso levantar de la camilla para irse a la habitación de Ana, se mareó y entre yo y Carlos la aguantamos para que no se comiese otro tortazo contra el suelo.
-Preciosa, así no vas a ir a ning��n sitio.
-Voy a ir a pesar de que no queráis, solo me duele la cabeza, nada más.
- ¿Usted no se puede mover de aquí?
-Claro que me puedo ir, tengo que ir junto a mi hija.
-Su hija está bien cuidada, usted lo que debe hacer es descansar.
-Gabriela, hazle caso, mi hermana está bien cuidada, y está Marcos con ella, no le pasará nada.
-Me da igual Carlos, tengo que estar con ella. Mire, sé que está haciendo su trabajo y todo eso, pero yo debo estar con mi hija, ella me necesita.
-Y como le dije, usted necesita descansar, está bajo observación médica.
-Y yo no me pienso mover del hospital. Se lo pido por favor, déjeme estar con mi hija.
-La dejaré si se mantiene tranquila y ellos se hagan cargo de usted, yo iré a revisarla más tarde.
Con esas palabras salió disparada de la habitación dejándonos a nosotros y a la doctora en la habitación solos.
-Espero que estar con su hija le haga mejor, deben controlarla en todo momento porque ahora mismo está algo delicada.
-Pero que tiene exactamente.
-Los nervios a flor de piel, y por lo que pude ver, es algo normal en ella, al menos hace un par de años.
-Si, pero los tenía controlados hasta ahora.
-No sé que es lo que le ha pasado o no, pero puede que el estrés y la ansiedad volvieran porque está bajo mucha presión o está llevando impresiones bastante grandes para ser una chica que se estresa fácilmente. Deben controlar eso, ahora váyanse junto a ella.
-Muchas gracias doctora.
-Nos vemos luego chicos.
Con eso, acabamos por salir de la habitación en la que estábamos y llegamos a junto a ella justo cuando iba a entrar en la habitación de Ana, pero antes de que entrase la paro, lo que hace que se quede a mirar para mí.
-Mi reina, no me mires con esa cara, solo quiero decirte que, si te encuentras mal, cualquier cosa que necesites me avises.
-No va a pasarme nada Alex.
-Prométemelo o te llevo de vuelta de la habitación que saliste antes, por mucho que te enfades conmigo lo haré.
-Está bien, si así quedáis tranquilos.
-Y recuerda lo que te dijo la doctora.
-Alex, dudo que haya escuchado lo que dijo la doctora si salió de la habitación en cuanto dijo que podía venir a ver a mi hermana.
-Si lo escuché listo, y de verdad mi vida, no hace falta que te preocupes, estaré bien.
No tardó nada en entrar a la habitación y pude notar como se destensó un poco, lo cual es buena señal, al menos desde mi punto de vista.
-Ya estoy aquí princesa.
-¡¡¡¡Mami!!!!
Gabriela no tardó nada en acercarse a ella y abrazarla, lo cual Ana tampoco dudó nada en hacer.
- ¿Qué tal te encuentras princesa?
-Mejor, ya no me duele la barriga.
-Eso es bueno, pero ¿y el café a por el que fuisteis?
- ¿De qué hablas princesa?
-Marcos me dijo que fuiste a por un café para cuidarme y mantenerte despierta.
-Ah, eso, ya me lo tomé, no te preocupes y cuéntame que es lo que quieres que hagamos.
Estuvieron hablando por una hora hasta que se quedaron dormidas las dos, y menos mal, porque Gabriela se veía cansada y teniendo en cuenta que no había dormido casi nada por lo de Ana, le venía bien descansar.
- ¿Me explicáis por qué Gabriela está aquí? No se ve bien.
- ¿Piensas que no lo sabemos Marcos? Pero la novia terca del aquí presente quería estar con Ana, logró convencer a la doctora para que la dejara venir para aquí.
-Pero no está bien.
- ¿Está mejor de lo que estaba?
- ¿De qué hablas Alex? Yo no la veo bien.
-Haber, bien no está, pero Carlos, ¿recuerdas que cuando estaba en la habitación se empezaba a poner mal por no estar con Ana?
-Si, ¿y qué pasa con eso?
-Que en cuanto entró por la puerta de la habitación se destensó. No sé qué quiere decir esos mensajes que recibió, pero lo que sé es que es algo malo, yo las siento así. Tenemos que descubrir que quieren decir esos mensajes para ayudar a Gabriela de alguna manera.
-Yo tengo una idea formada en mi cabeza, pero no tiene sentido.
- ¿Y qué idea tienes formada Carlos?
-No os lo voy a decir, no por el momento.
-Mira, no sé qué es lo que está pasando por tu cabeza, pero no suena muy bien que digamos.
-Créeme que si es lo que estoy pensando no es nada bueno.
En ese momento Gabriela despertó, algo alterada, lo que hizo que me acercase a ella y le pasase el brazo por encima de los hombros y le pasaba la mano por el brazo para hacer más efectivo que se tranquilizase, lo cual acabó haciendo. Luego de un rato llegaron unos policías a hacer unas preguntas y por alguna razón a Gabriela no le hicieron ninguna pregunta, supongo que era porque la doctora había hablado con ellos para decirles que no tenía nada que ver o no sé el motivo, pero me alegraba que no le dijeran nada, porque estoy seguro que se volvería a poner mal, y yo no quería que eso pasase.
Después de que terminaron de hablar con nosotros entraron en la habitación en la que estaban tanto Gabriela como Ana y nos dijeron que quedásemos fuera. Yo estaba andando de un lado a otro en el pasillo, los nervios de no poder estar con Gabriela, no poder acompañarla para que no se pusiese tan nerviosa o no sé, pero poder estar con ella para apoyarla.
- ¿Puedes parar? A Gabriela no le va a pasar nada.
-Eso es lo que no sé Marcos, me preocupa que se ponga mal.
-No lo hará porque está mi hermana delante, no quiere que la vea mal, asique haz el favor de dejarte de preocupar tanto por ella.
-Déjalo Marcos, no vas a poder evitar que se preocupe por ella.
A los pocos minutos salieron de la habitación y en cuanto entramos podía notar a Gabriela más alterada de lo que estaba hace un par de minutos, lo que hace que me acerque a ella y la abracé.
- ¿Qué ha pasado hermosa?
-Nada, necesito ir al baño.
Me apartó y se dirigió hacia la salida de la habitación para irse, y la iba a seguir de no ser que entra la doctora que había atendido a Gabriela hace un par de horas, pero pronto se fue, nos dijo que la avisáramos en cuanto apareciese.
Es en ese momento en el que nos giramos hacia Ana que estaba preocupada por algo, se lo podía notar en la cara.
-Ana, ¿de qué habéis hablado tú y Gabriela con los señores hace un par de minutos?
-De como me tratabais y si había jugado con plantas.
- ¿Y le preguntaron algo a Gabriela?
-No, mamá se puso mal, le faltaba el aire. Se enfadó también.
- ¿Y de que estabais hablando en ese momento?
-Le conté que unas chicas muy majas me habían dado un chupa por la tarde en el parque contigo Marcos. Al principio sabía mal, pero luego sabía a fresa.
- ¿En que momento se te acercaron unas chicas?
-Estabas hablando con alguien por teléfono.
-Ana, esta pregunta es importante por lo que trata de recordar ¿cómo eran las chicas?
-Una era rubia, muy maja y la otra era morena y baja.
-Perdonad, pero tengo responder esta llamada, y Alex.
- ¿Qué?
-No es necesario que vayas junto a Gabriela que está con su abuela.
-Ángela aún no ha llegado.
-Si, sí que lo ha hecho, me ha enviado un mensaje diciéndome que necesitaba un momento con Gabriela, por lo que quedaos con Ana hasta que vengan.
Y con eso salió de la habitación. Yo no entendía nada y todo era muy raro la verdad, tanto Carlos como Gabriela estaban actuando extraño, pero sobre todo Carlos.
-No hay quién entienda a estos dos.
-Me doy cuenta.
-Oye, no te preocupes tanto por Gabriela, se sabe cuidar y ahora que está con Ángela puedes tener seguro que no le va a pasar nada.
-Lo sé, pero quiero estar con ella, apoyarla y todo eso.
-Y ella lo sabe, asique no te preocupes tanto.
-Mamá, lo sabe y por eso te ama. Además, es fuerte.
-Ves, hasta te lo dice Ana.
-Vale, está bien, os haré caso, pero solo por esta vez, para la próxima pienso ir.
-Está bien.