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Puerta

Tras finalmente obtener una reacción por parte de este sujeto, Abel únicamente pudo quedarse unos cuantos minutos en silencio, mirando la abominable sonrisa de esta persona sintiéndose más alejado de la realidad por cada segundo que pasaba mirando la monstruosa sonrisa.

Hasta que finalmente sin decir una sola palabra, el viudo se dio media vuelta y con lentitud salió de la habitación. Acto seguido, Abel busco la puerta en donde había encontrado a la víctima que le habia advertido sobre la existencia de este otro mundo, al cual el habia tratado como un demente y por ironia de la vida, ahora el viudo tendria que buscar competir con su demencia, puesto que Abel se habia propuesto ir a buscar las respuestas que necesitaba escuchar sobre este otro mundo en donde se habia terminado metiendo.

Finalmente Abel llegó a la puerta que buscaba y procedió a intentar abrirla, sin embargo la puerta permaneció cerrada, por consiguiente Abel comenzó a tocar la puerta esperando tener respuesta alguna.

*Tock*,*Tock*...Abel tocó la puerta, esperó y nada pasó.

—Hola?, Martin?, Muchacho, ¿aún estás del otro lado?, tengo que preguntarte varias cosas!—Grito Abel con fuerza esperando recibir alguna respuesta, pero eso no terminó ocurriendo. Preocupado por sentirse ignorado, Abel acercó su oreja a la puerta y trató de escuchar si había movimientos del otro lado de la habitación, pese a ello el intento fue en vano, y solo se lograba escuchar nada más que el silencio característico de este lugar.

*Tock*,*Tock*,*Tock*,*Tock*...Abel insistió y siguió tocando la puerta cada vez mas fuerte, tratando de que el joven se animara abrir la puerta nuevamente, pese a ello nada estaba ocurriendo.

—Martin,soy yo!, estoy perdido, ¿no puedes ayudarme un poco, muchacho?—Grito Abel mientras tocaba la puerta con violencia, sin embargo la puerta no se abrió y aún más preocupante era el hecho de que nada podía oírse del otro lado.

*Tock*,*Tock*,*Tock*...*Tock*,*Tock*,*Tock*,*Tock*....,*Puff*,*Puff*...Abel comenzó a tocar la puerta de forma frenética, hasta que finalmente su paciencia termino tocando limite y el viudo comenzó a patear la puerta, el hombre estaba decidido entrar a esta habitacion, ya sea tirando la puerta abajo, o incluso rompiendo los gruesos tablones de madera de las paredes si fuera necesario.

—Abre la puta puerta, mocoso!, ¿ no ves que necesito tu ayuda?, si yo te ayudé en el pasado entonces es hora de que me devuelvas el favor, carajo!—Rugio Abel mientras pateaba la puerta con enojo, claramente la situación no ameritaba menos, acaba de asumir el hecho de que estaba en el mismísimo infierno y su única fuente de respuestas era estaba al otro lado de la puerta, para sobrevivir y para poder afrontar lo que tenía por delante Abel realmente requería la ayuda de este muchacho.

Cansado por no obtener respuestas y notando que sus patadas no estaban terminando en nada útil, Abel probó en forzar la cerradura girando el pomo de la puerta con violencia:

*Click*,*Click*,*Click*,*Crack*...Abel giró un poco con tanta furia que terminó arrancando de la puerta. Viendo lo inutil que eran sus intentos, Abel desquitó su frustración arrojando el pomo de la puerta con violencia al piso, haciendo que rodara hasta perderse entre la pequeña capa de niebla que envolvía el piso.

—¡Por favor!, te lo suplico, estoy desesperado, abre la puerta, joven!, No quiero morir, no quiero más estar en este lugar, quiero volver a casa y empezar mi vida de cero, porfavor ayudame!—Suplico Abel mientras unas lágrimas comenzaron a empapar su rostro, sin embargo nadie le respondía y el corazón del viudos se sintió cada vez más abrumado.

Un buen rato termino pasando y Abel continuó intentando de diferentes formas que el joven del otro lado de la habitación abriera la puerta, el desperado viudo ya había intentado todo, desde tirar la puerta abajo, hasta suplicar por ayuda, tambien intento engañar al joven, e incluso amenazarlo, sin embargo nada de lo que dijera o hiciese Abel parecía provocar que al puerta se abriera.

Fue entonces que Abel se terminó resignado y trato de cambiar en el enfoque, por lo cual se dirigió hacia el sótano oculto con el objetivo de encontrar alguna herramienta que le ayude a romper los tablones de la puerta con más facilidad, fue entonces cuando habel se estaba por marchar que el viudo escuchó desde su espalda un inusual ruido.

*Cruiiiik*...Abel con brusquedad se dio la vuelta y apuntó con su revolver, sin embargo el hombre descubrió que no había absolutamente nadie en su espalda, pese a ello si había ocurrido algo, puesto que la dichosa puerta trabada finalmente se encontraba abierta.