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Capítulo 1LA VIDA SI ES UNA CONTINUA SUCESIÓN DE OPORTUNIDADES…

Capítulo 1

LA VIDA SI ES UNA CONTINUA SUCESIÓN DE OPORTUNIDADES…

Nunca me volveré a enamorar, ya que, sin llegar a desaparecer de un todo, te vas desvaneciendo en el horizonte de la vida misma.

Siguiéndote todo el día me he sentido como en una película romántica…

¿Qué pecado he cometido, para que juegue con mi vida y mi destino? Luchar, romper, incluso el final fue perfecto.

¡No me gusta recordar mi agonía anterior…!

Antes que salga el sol por las montañas, ámame solo una vez más antes de irte para siempre de mi vida.

Solo déjame tu recuerdo y te prometo no volver a enamorarme ni volver a besar a nadie como te he besado a ti.

—¡Cuando la flor del durazno florezca cada año, volveré a tus brazos!

En ese momento, su rostro se desvaneció ante mí sin siquiera decir adiós…

Llegó el amanecer con el Sol despertando con gran alegría y, mirando al Monte Olimpo dijo:

Sol: Deben resonar las campanas de una boda, pues Adonis ha encontrado a una amante diosa.

Al escuchar tal cosa, los dioses llenos de curiosidad, le preguntaron al Sol quién era esa diosa. El Sol, que todo lo veía, estridentemente dijo:

Sol: ¿Recuerdan aquella vez que Adonis desobedeció a Afrodita y trajo la muerte de la Ninfa Alive?

Al unísono todos respondieron que sí.

Sol: Bueno, la Ninfa Alive estaba embarazada y moribunda, entonces él extrajo al bebé que ella tenía en su vientre, bajo la promesa de que la salvaría, la cuidaría y se casaría con ella cuando alcanzara la mayoría de edad, y así, Adonis besó a la bebé como bendición y formalización a la promesa que acababa de hacerle a la Ninfa Alive. Luego, entró en secreto al palacio de Eros y entregó a la niña a una sirvienta… con el tiempo la niña fue creciendo en gracia, belleza y talento mientras que Adonis a menudo la venía a ver en silencio, tanto, que ni el mismo celoso Eros jamás percibió la presencia de Adonis en su palacio.

»Teniendo ya dieciséis años de edad aquella niña que había recibido el nombre de Galt, tenía la obligación de cuidar permanentemente a Psique, esposa del dios Eros, pero en un paseo por unas montañas cercanas a palacio, Psique se lastimó al caer sobre unas piedras, por lo cual la joven sierva Galt fue condenada por Eros a ser azotada… días después de cumplida esa sentencia , la joven lloró mucho en sus aposentos, por lo que en secreto Adonis, furioso con Eros, decidió aparecer, y ayudarla a curar sus heridas con salvia, con la condición de que ella no volteara a verlo… Galt aceptó y cumplió, por lo que al ella estar completamente curada, Adonis se marchó, o eso es lo que él le hizo creer, ya que mientras ella dormía, Adonis posaba a su lado temiendo a que Eros o Apolo aparecieran, pero la belleza de Galt lo cegó haciéndolo caer en la tentación de darle sin que ella se enterara, su primer beso de juventud mientras dormía. Al irse Galt ese mismo día, conoció a un Zorro en las montañas y bosques donde había sido enviada por un nuevo castigo de Eros.

»Ella, al ver al Zorro, se sintió inicialmente atraída por él, pero Adonis lanzó una maldición sobre dicho Zorro, pues nadie jamás podría tener a su amada.

»Apolo, días después llegó a creer que él fue quien le dio a Galt su primer beso, pero Adonis era más cuidadoso de lo común para no dejarse atrapar por ninguno de los dioses, por ello le dejaba flores cada mañana a Galt, de preferencia malvas, pues eran las favoritas de esa joven. Nadie la conocía mejor que él, puesto que él la cuidaba en secreto desde que ella nació; y ahora, Adonis y Galt pasan su tiempo en el borde del mundo jugando como los amantes infinitos que son, y seguirán siendo hasta el fin de los tiempos, por toda la eternidad y más allá.»

Los mismos dioses, conmovidos por aquella historia de amor, dieron sus bendiciones a la pareja ante la alegría y esplendor del Sol que se sintió feliz y conmovido por ese hermoso final.

Al pasar un año, Galt no tenía recuerdo alguno de lo ocurrido, ya que Zeus bloqueó temporalmente los recuerdos no solo de ellos dos, sino del Zorro, de Apolo, Casandra, Morfeo, Dylan y algunos dioses más.

***

Pronto comencé a trabajar en una de las empresas más grandes del país: LABEL W-D, donde tenía un trabajo como asistente del Gerente General, pudiéndose decir que casi todos se llevaban bien conmigo; y entre copias, tarjetas e informes, quedé atrapada en el trabajo y así pasaron los meses…

El jefe reunió a todo el personal para hacernos conocer una lista especial contentiva de seis nombres que supuestamente eran los que más destacaban en cada una de las áreas de trabajo, quedando yo sorprendida al ver mi nombre allí a pesar de mi poco tiempo trabajando en dicha empresa.

Debido a esa inesperada sorpresa, nos fuimos a una sala de reuniones donde nos dijeron que, por nuestro gran trabajo en la empresa, seríamos recompensados con un mes de vacaciones con gastos pagos a cualquier parte del mundo, así, escuché destinos como: DUBLÍN, EL CAIRO, VENECIA, PARÍS, BERLÍN, etc., pero lo que a mí se me ocurrió fue un crucero por el Mar de las Antillas y así fue como todo comenzó…

Estaba tan emocionada que hasta olvidaba comer en casa. Solo soñaba con el crucero día y noche, hasta que el día antes de salir de vacaciones nos llamó el jefe y a cada uno nos dio un sobre con un pasaje en primera clase, reservaciones en hoteles de lujo y una tarjeta de crédito sin límite de gastos.

Además, el jefe me dijo:

Jefe: ¿Pensaste que me había olvidado de ti?

Galt: ¡No señor, jamás pensaría tal cosa!

Jefe: Bien, toma Galt, este es el boleto del crucero y tu habitación es una suite con vista al mar, además, aquí está tu tarjeta de crédito sin límite de gastos.

De la emoción salté a abrazar al jefe diciéndole:

«¡Gracias jefe, mil gracias!».

Rápidamente salí de la sala y me fui de inmediato a casa; al hacer las maletas solo escogí mi mejor ropa, zapatos y demás cosas que pudieran representar que esa suite era mía.

Al llegar el día me calcé unas botas con unos jeans de cuero y abrigo de peluche con mis mejores accesorios; y maquillada hermosamente, pasé la revisión y me indicaron cuál era el camarote contentivo de mi suite de lujo con vista al mar.

Al entrar, no sabía si era una suite o un aposento de la realeza, y comencé a verla con una sonrisa de satisfacción, porque al fin había logrado algo que valía la pena ser vivido y recordado.

Tomé impacientemente fotos de la habitación para recordarlas cada vez que deseara sentirme relajada…

Mientras me duchaba, rociaba con suavidad, aceites de melocotón sobre mi cuerpo.

Pronto llegaron pequeños fragmentos que había o quería olvidar del rostro del hombre que por segundos trataba de aparecer en mi mente.

Frases tan usuales en él como el rocío en la primavera eran agradables al oído, pero como no entendí por qué me puse tan nerviosa, decidí pasar por alto mis pensamientos y sentimientos encontrados.

Me di cuenta de que el crucero todavía no había partido, ya que aún no terminaba el chequeo a los pasajeros, de modo que decidí caminar por el lugar y tomar fotos como recuerdos.

A lo lejos vi una joven pareja y repentinamente me parecieron familiares, más que todo él, se me parecía a alguien, pero no podía recordar con franqueza a quién; lo vi tomar una llamada y alejarse de ella, pero pronto fue ella quien recibió una llamada y se notaba muy feliz de recibirla porque corrió con maleta en mano y se bajó del barco sin despedirse de su supuesto amor.

Cuando él regresó con flores y un anillo en sus manos, ya el barco había zarpado por lo cual tendría que viajar sólo.

A lo lejos me vio y desesperadamente me preguntó por ella, y yo que, cuando la vi bajarse quedé atónita, le dije que ella recibió una llamada y de inmediato bajó del barco entre sonrisas de alegría.

Dylan: ¡Lógico, debí suponerlo!

No quise molestarlo y cuando decidí irme, por accidente su anillo se cayó, por lo que corrió tras él escaleras abajo.