Como el Sr. Livingstone había dicho palabras tan duras, la Sra. Hunt confió al instante en su juicio. Se levantó: —Muy bien, escucha al señor Livingstone en este asunto. Nora, sé que tú también quieres ayudar a los Hunt y más aún ayudar a Pete a proteger su patrimonio, pero tienes que mantener los ojos abiertos y no dejar que los demás encuentren ninguna grieta. Es mejor no confiar tan fácilmente en tu supuesto amigo.
La señora Hunt le dijo entonces al señor Livingstone: —No te rebajes a su nivel. Decir que quiere dimitir no es más que un comentario airado. No te preocupes, Nora te ha descuidado esta vez. Te pagaré el doble.
Cuando el Sr. Livingstone escuchó esto, asintió: —¡Muy bien! Entonces ahora, señorita Smith, siga los pensamientos de Howard y deseche la inversión en oro. Esa es la mejor opción.
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