—Mi príncipe... —Aurelia jadeó bruscamente cuando entró y vio al príncipe en la habitación de Islinda, con su mano descansando en su pecho por el susto. No esperaba que el príncipe estuviera cerca con el tiempo que le tomó encontrar a la curandera.
Sin embargo, la presencia de Aurelia no alteró al príncipe, que no parecía más que una silueta a la pálida luz. No, casi parecía estar envuelto en oscuridad y su inquebrantable mirada descansaba sobre una figura en la cama.
El corazón de Aurelia casi saltó a su garganta cuando vio a Islinda con los ojos cerrados y pensó lo peor. Sin embargo, captó el leve ascenso de su pecho con sus sensibles oídos y respiró aliviada.
Por un momento, pensó que el príncipe la había matado. No era incapaz de hacerlo, considerando que la humana no le había traído más que problemas desde su llegada. Justo ahora, el príncipe Aldric miraba espeluznantemente a la pobre chica como si quisiera estrangularla en su sueño.
Hỗ trợ các tác giả và dịch giả yêu thích của bạn trong webnovel.com