Chara se integró gradualmente al grupo de Frisk y sus amigos, tratando de adaptarse a la vida en la ciudad urbana mientras lidiaba con los remanentes de su pasado oscuro. La conexión con Frisk y los demás monstruos parecía ofrecerle un sentido de pertenencia y esperanza en medio de la confusión.
Determinados a sellar el peligroso poder del "Cuchillo del Pasado", el grupo emprendió una búsqueda por reliquias antiguas que podrían ayudarles a contener su influencia. Guiados por leyendas olvidadas y pistas dispersas en los registros de la ciudad, se adentraron en lugares remotos y misteriosos en busca de respuestas.
Entre ruinas y templos antiguos, encontraron artefactos y símbolos que parecían conectados con el poder del cuchillo. Cada hallazgo les brindaba un nuevo conocimiento, aunque también planteaba desafíos y peligros inesperados.
En su búsqueda, se toparon con una entidad ancestral, un guardián de conocimientos olvidados que protegía una reliquia crucial: el "Sello de la Redención". Este sello, según las leyendas, tenía el poder de contener el mal y purificar las influencias corruptas de objetos como el cuchillo.
El guardián, una criatura sabia y antigua, desafió al grupo con pruebas y enigmas, evaluando su determinación y su voluntad de proteger a la ciudad y a sus habitantes. Con ingenio y trabajo en equipo, Frisk y sus amigos superaron cada desafío, demostrando su compromiso con la causa.
Al final, el guardián reconoció la valentía y el propósito del grupo. Con solemnidad, les entregó el "Sello de la Redención", advirtiéndoles sobre su uso y recordándoles la importancia de la responsabilidad en el manejo de tal poder.
Regresaron a la ciudad con el sello en su posesión, preparados para enfrentar la última etapa de su misión: sellar el "Cuchillo del Pasado" y asegurar que su influencia destructiva fuera neutralizada de una vez por todas.