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Una chica traviesa

Con Zanoba llegamos a los campos de entrenamiento, donde nadie nos pidió identificarnos. Simplemente pasamos y nos sentamos en unas galerías tipo anfiteatro griego, y mirábamos las maniobras de los soldados. Podíamos ver a lo lejos a Chagall, quien dirigía los ejercicios, sin embargo, no podíamos ver bien su rostro por la distancia.

—Pfffff, ¿cuánto durará esto? Ya lleva un rato.

—Pero Maestro, están recreando una batalla, —dijo Zanoba, que me explicó lo que estaba sucediendo.—Me extraña que usted, Maestro, siendo un general asurano, no sepa de esta batalla, considerando su estrategia en la batalla del fuerte Karon. Pensé que su padre lo había instruido en temas militares.

—Eeeeeee, así es, pero no de esta batalla en específico. Además, yo soy un estratega, veo qué plantea el enemigo y planifico cómo atacar o defender para obtener la victoria.

—Vaya, Maestro, eso quiere decir que usted es brillante. Con razón la reina Ariel lo nombró su general. (Si, en realidad, no me nombró por eso si saben a lo que me refiero —Me dieron ganas de decirle.)

Estábamos ahí sentados, cuando un tipo de la edad de Paul, rubio de pelo hasta los hombros y una barba cuidada se acercó a nosotros.—Podría sentarme junto a ustedes? —dijo el tipo muy amablemente, pero en su rostro algo me recordaba mucho a papá. Me dio la impresión de que cuando era joven, este sujeto andaba en las mismas andanzas que mi viejo, coleccionando calzones de vírgenes y divirtiéndose en los bares , y ahora que llegó a los 40 había madurado.

—Claro que sí, —le dije, y el tipo se sentó a nuestro lado. No me presente ni Zanoba tanpoco, porque tal vez el tipo era un noble o un caballero, o tal vez un espía, así que creí que sería mejor que él diera el primer paso.

—Veo que disfrutan de los ejercicios, —dijo el sujeto.

—Sí, bastante. Es fascinante, —dije.

—Sí, aquí en el reino Dragón, creemos que la meritocracia es lo mejor. No desperdiciamos talentos, por ejemplo, aquel joven es un noble menor, y algunos oficiales son hijos de artesanos o campesinos, en otras circunstancias jamás llegarían a los altos mandos , sin embargo, el talento es el que prima en este pais.

—Estoy de acuerdo con usted, —dije. —En Asura, siempre los nobles están al lado de los comandantes.

—Oh, ya veo, asurano. ¿Son espías? —dijo sonriendo.

—Jajajajaja, no, mi señor, solo hemos venido a hablar con el general Chagall.

—¿Han venido a verlo? —dijo con sospecha.

—No, mi amigo aquí vino a ver a su sobrino, y esta muy preocupado por el y su seguridad , y necesita hablar con el general, sobre el niño.

—Oh, ya veo. Eso es muy loable. Muy poca gente se preocupa así por su familia, y menos un familiar lejano. ¿Puedo preguntar su nombre? —le dijo a Zanoba.

—Soy Zanoba, uno de los generales del Dios dragón Orsted.

—Vaya, ¿y usted? —me dijo a mí.

—Soy el general Rudeus Greyrat - Latreia, comandante del ejército del Dios dragón Orsted.

—Vaya, dos peces grandes en el reino, pero ¿usted también vino a ver al sobrino de su colega general Greyrat?

—No, de hecho, vengo en misión diplomática. Estamos estableciendo alianzas alrededor del mundo, y queremos que el reino Dragón integre la alianza contra el resurgimiento de Laplace en unos 70 años.

—Oooh, sí, recuerdo que ya había oído de usted, . Perdone mis modales, me llamo Dior Pompadour.

—¿Pompadour? ¿La misma familia que es nombrada en los relatos del Dios del Norte? (Y la abuela del Rey era una Pompadour, y Kirkland y Stevio eran Pompadour antes de cambiarse el apellido a Kingdragon al subir al trono, es decir, este tipo es de la familia real).—Mi señor, perdone mis modales. No pensé que usted fuera miembro de la familia real.

—Jajajajaja, tranquilo, General. Yo fui quien llegó y se sentó a su lado sin invitación. Además usted es un Greyrat, también es un noble.

—No lo soy, mi señor. Soy de una rama menor.

—Jajaja, humildad, me gusta eso. Pero señores, temo que el general Chagall planea extender los ejercicios hasta el ocaso. ¿Qué les parece si vamos a hablar a otro lugar.

Miré mi reloj, y era poco más de medio día, así que decidimos ir con él y tal vez averiguar de la situación del reino con alguien más informado.

Mientras íbamos en el carruaje, Dior se fijó en mi reloj.

—Puedo preguntar qué es eso?

—Es un reloj, un artefacto mágico que permite ver el tiempo.

—Fascinante, ¿quién lo creó?

—Bueno, mis esposas, Zanoba y yo. Se vende en las naciones mágicas y en Asura con relativo éxito. Esperamos pronto poder venderlos aquí en este país y en Milis.

—Vaya, ¿puedo verlo?

—Claro, —dije, pasándoselo. (Por cierto, no es el reloj que me regaló Nana, es uno que traemos todos en misiones para coordinarnos).

—Es un hermoso objeto mágico y muy útil.

—Sí, de hecho, le traigo unos de regalo a su majestad Stevio y al Príncipe Kirkland, además de unos libros.

—Jejejeje, estarán muy agradecidos, —dijo sonriendo.

Mientras viajábamos, Dior nos mostraba los lugares turísticos. Obviamente, el tipo es un patriota. La verdad, disfruté el paseo. Como ya dije,me recuerda a una ciudad de mi mundo.

Llegamos a un restaurante, donde sirvieron una deliciosa comida. Luego de comer, empezamos a beber unos tragos y traté de sacarle algo de información sobre el país.

—El país se ve algo diferente desde la última vez que vine, —dije.

—Oh, sí, desde que el anterior rey fue asesinado hemos tenido problemas.

—Oh, eso es una lástima. Que Dios tenga al rey en el descanso eterno, —dije cínicamente, mientras Zanoba bebía un trago haciéndose el tonto .

—Sí, y ha costado un poco volver a reorganizarnos. Su muerte fue repentina, y nunca supimos quién lo mató.

—Ya veo, ¿y qué problemas hay?

—Pues más que nada en la frontera. Tres países de la zona de conflicto atacan constantemente a uno de nuestros países satélites. Si bien los expulsamos, ellos se mantienen en la frontera y atacan cada cierto tiempo. Es algo raro, pareciera que nos acosan a propósito, y más raro aún que tres países de la zona de conflicto estén aliados.

—Sí, eso sí es raro. Creí que esos países pasaban en peleas entre ellos.

—Así es. Cada cierto tiempo vuelven a atacar, lo que nos ha obligado a mantener soldados en la zona, y está el peligro de que Shirone se les una. El nuevo gobernante tiene a su sobrino de rey y es solo un títere y las relaciones no son buenas, ya que derrocaron y mataron al legítimo rey . Si unen sus fuerzas con los estados de la zona de conflicto, sería un dolor en el culo y sería aún más complicado tratar de estabilizar el país. Además, están los caballeros de las órdenes de Milis. Hemos tenido que pedirles ayuda para mantener el orden, pero los malditos se aprovechan, y llevan sus creencias demasiado lejos, acosando a demonios, que son ciudadanos de este país.

—Uffff, entiendo. Odio esa actitud. Una de mis esposas es una demonio, y tengo una hija mestiza.

—Me dijo que su nombre era Greyrat-Latreia, ¿cierto?

—Así es.

—¿La familia Latreia no es una familia noble de Milis?

—Sí, así es.

—Vaya, eso debe ser difícil para usted.

—No, no soy de la fe de Milis y mi abuela y mi madre son integradoras. No hay problema.

—Oh, qué suerte tiene.

—Sin embargo, están muy molestas porque tengo cuatro esposas.

—Jajajajaja, puedo imaginarlo, general.

—Si todo sale bien con el asunto del sobrino del General Zanoba, tal vez podría hablar con el Papa sobre los caballeros, después de todo Milis está en la alianza contra Laplace .

—Eso alegraría a su majestad, —me dijo Dior sonriendo.

Bebimos unos tragos mientras reíamos. Realmente, este tipo es muy agradable.

—Uffff, miren la hora, creo que debo irme, —dijo Dior. —Fue un gusto conocerlos, espero verlos nuevamente.

—El gusto fue nuestro, mi Lord, —dijimos con Zanoba mientras hacíamos un saludo noble.

Así que regresamos a los campos de entrenamiento, pero cuando llegamos, los ejercicios habían terminado y Chagall no estaba por ningún lado, así que decidimos regresar a la posada para, reunirnos con el resto del grupo y compartir la Información reunida.

—Y bien, amor, hermana, ¿qué averiguaron? —Les pregunté a Eris y Aisha.

—Encontré un edificio, ya lo compré. Está cerca del gremio de aventureros.

—Bien, hoy mismo crearemos un círculo de transporte, y estableceremos unas tablillas de comunicación. ¿Qué más averiguaron?

—Bueno, las cosas han estado agitadas desde hace unos años, pero poco a poco se van recuperando, aunque hay mucha tensión entre el pueblo y las órdenes de caballería de Milis.

—Maldita sea, siempre hay problemas con esos idiotas. ¿Qué hacen específicamente?

—Bueno, hacen de policía, pero abusan de la gente, no pagan la comida, y se sobrepasan con los demonios como si estuvieran en Milis. Se comportan como unos bandidos.

—Ya veo.

—Y ustedes, ¿qué averiguaron ? —nos preguntó Eris.

—Nada, no pudimos hablar con Chagall, estuvo ocupado todo el día. Aunque nos topamos con un miembro de la familia real, y nos contó de los problemas en la frontera norte.

—¿Y qué planeas hacer, Rudeus?

—Por ahora, quédense aquí. Iré a Milis a resolver el problema con los caballeros. Por cierto, ¿qué orden está haciendo estragos?

—Los caballeros templarios.

—Maldita sea, bien, iré a hablar con la bendita y con mi abuelo, para conseguir una orden y que se larguen esos idiotas. Y creo que tengo una idea de cómo resolver el problema en la frontera norte.

—¿A sí? ¿Y cómo lo harás?

—Iré a hablar con Orsted. Quiero que se queden aquí. Zanoba ayuda a Randolph a cuidar a la reina y al príncipe Pax. Eris, ayuda a Aisha en lo que puedas. Iré a la oficina de Orsted, y de ahí a Milis y luego a resolver el problema de la zona de conflicto.

—Bien, —me dijo Eris cruzándose de brazos.

—¿Tienes alguna idea, Maestro, de qué pasa en la frontera norte?

—Sí, algo me huele mal. Y siento que alguien tiene sus manos en eso. (Una rubia hermosa, y muy, pero muy traviesa).

"Así que esa tarde me dirigí al edificio donde fabrique un círculo de transporte. Una vez listo, me dirigí a la oficina, donde le expliqué a Orsted lo sucedido y si sabía que ocasionaba el acoso de esas 3 naciones en la frontera norte del reino Dragón .

—Orsted, ¿sabes si el acoso de esas 3 naciones en la frontera norte del reino Dragón fue ordenada por alguien? — le pregunté.

Orsted ordenó a Faria traer unos documentos, donde mis sospechas se confirmaron, el mensaje decía:

"¿Dios Dragón, afecta nuestra misión si acoso al reino Dragón mediante la manipulación de 3 países de la zona de conflicto para desestabilizarlo un poquito?"

—No hay problema — contestaba Orsted en el mismo mensaje.

Yo moví la cabeza mientras sonreía.

—Deberé ir a Asura — dije mientras le escribía un mensaje a Ariel de que llegaría al monumento de las 7 grandes potencias a las afueras de Ars. Ella rápidamente escribió que Luke estaría esperando.

Así que me transporté a Asura y apenas salí del bosque, había un carruaje donde Luke y Tristina me esperaban.

—Vaya primos, ¿cómo están? Veo que están con el pequeño Armand — dije.

—Sí, bueno, Su Majestad nos permite estar con nuestro hijo. Ella quiere que sea amigo del Príncipe a medida que crezcan — respondió Luke.

—Ya veo, ¿y cómo está Edward? — pregunté.

—Bien, al niño le gustan los senos, al parecer — dijo Tris.

—Si debe parecerse al papá, jajajajaja Auch, no me golpes Tris—le dijo Luke a su esposa

—Mira tú, qué curioso a Ars también le gustan. — dije sonriendo, mientras Luke y Tristina se daban una mirada entre ellos.

—¿Cómo está Silphy? — preguntó Luke .

—Bien, ya tiene 4 meses. Ha estado preocupada por lo de Geese, ustedes ya deben saberlo.

—Sí, Su Majestad nos contó, se busca por todo el reino — dijo Luke.

—Sí, bueno, por eso vine. De hecho, debo hablar con Su Majestad — dije.

—Ella estará feliz de verte y el príncipe también — dijo Luke sonriendo, mientras Tris le daba un codazo a su marido.

Una vez llegamos al Palacio de Plata, me dirigí a los aposentos de Ariel. Ya eran casi las 11 de la noche y, de hecho, era tarde para una audiencia, pero Ariel me recibiría en su habitación. Cuando estaba llegando, un enorme tipo en armadura dorada y una tremenda hacha custodiaban la entrada a los aposentos de la reina. Por un momento, pensé que era el Dios de la Lucha, pero eso era imposible; debía ser uno de los Caballeros Dorados, la nueva orden de caballeros de Ariel.

—Con su permiso — dije mientras trataba de entrar a los aposentos, pero el tipo me tapó el paso.

—No puedes pasar — dijo el guardia.

—Soy el General Greyrat, tengo una audiencia con Ariel — dije.

—A mí nadie me dijo sobre eso, así que no puedes pasar — respondió el guardia.

—Oye amigo, admiro que hagas bien tu trabajo, pero yo puedo entrar a ver a la reina cuando quiera, ella me autorizó — dije.

—Mentira, solo Lady Silphiette, Lady Tristina, Lady Elmore y Kleene, además del Comandante Luke Notos Greyrat y el General Rudeus Greyrat son los únicos que pueden entrar — dijo el guardia.

—Te acabo de decir que soy el General Greyrat, déjame pasar — dije.

—No hay pruebas — respondió el guardia.

—Entraré de todos modos — dije, pero él se cruzaba en mi camino, cada vez que trataba de hacerlo, hacía lo mismo. Por un momento, parecía que estábamos bailando cumbia, pero ya me estaba irritando.

—¡Ya déjame pasar, por un demonio, esto es urgente! — dije.

—No, no puedes — dijo levantando su enorme hacha mientras yo llevaba mi mano a la empuñadura de mi espada.

—¿Qué está pasando aquí? — dijo una sirvienta de la edad de Lilia que salió de la habitación de Ariel.

—Este tipo quiere pasar a la fuerza y está armado — dijo el guardia.

—Doga, él es el General Rudeus Greyrat, es el aman... amigo de la reina y su general más poderoso — dijo la sirvienta.

—No hay evidencia, no puede pasar — dijo el guardia.

—Ufff, Dios Doga, él es el esposo de Lady Silphiette, el padre de Lucy, ¿recuerdas a la niña que paseabas en tus hombros? — dijo la sirvienta.

—Sí, las recuerdo, pero a él no lo conozco. No hay evidencia, no puede pasar.

—Doga, deja pasar al padrino de mi hijo inmediatamente — se escuchó una voz desde la habitación, la mole dorada rápidamente se arrodilló ante esa voz.

—Lo siento, Majestad — dijo el guardia.

—Está bien, Doga, haces bien tu trabajo, pero él es mi aman... amigo, Rudeus, él puede entrar cuando quiera. ¿Está claro? — dijo Ariel.

—Lo siento, Majestad — dijo el guardia.

—Bien, no te preocupes, haces un buen trabajo. Por favor, mi amo... General, entra — dijo Ariel.

Entramos a su habitación y ella vestía un elegante traje para dormir y olía muy bien. Cuando de pronto hizo una señal y todas las sirvientas salieron de los aposentos.

—Gusto en verte, Ari.... Aggggghhhhhh— No alcancé a decir su nombre, cuando ella saltó sobre mí y cruzó sus piernas en mis caderas, mientras me besaba salvajemente y frotaba sus partes contra las mías como una gata en celo.

—Oh, mi amor, te extrañé tanto. Estaba muy preocupada por ti. De hecho, fui a tu casa a preguntar por ti , estuve a punto de mandar a mis mejores caballeros a Milis. ¿Estás bien? ¿Te pasó algo? — dijo Ariel.

—Estoy bien, Ariel — dije mientras tomaba aire luego de su salvaje saludo .

—Mira, Edward ya tiene 7 meses. Mira qué lindo está — dijo mientras traía a mi ahijado y me lo pasaba en brazos.

—Dios, qué lindo está. Se parece mucho a ti — dije.

—Sí, y se porta muy bien, aunque le gustan los pechos. Le encanta estar en brazos de su nodriza o las chicas. Se vuelve loco cuando Tris le da teta — dijo Ariel.

—Jajaja, salió a su madre, creo — dije.

—Mmm, yo creo que a su padre — dijo Ariel sonriendo.—Viniste a pasar la noche conmigo, ¿por qué vienes tan urgentemente? .

—De hecho, vengo porque sé que eres culpable — dije mirándola fijamente a los ojos .

—Sí lo soy, pero debes ser más específico, amor .

—No te hagas la tonta, ¿fuiste tú? — dije aún con Edward en mis brazos.

Ariel me siguió el juego y puso una cara de inocente .

—He sido una niña muy mala, ¿Me vas a golpear? — preguntó Ariel subiéndose sutilmente su traje de dormir, mostrándome sus tangas.

En ese momento, la puerta se abrió y Doga entró levantando el hacha listo para atacarme.

—Doga, ¿qué demonios crees que haces? — dijo Ariel.

—Él te estaba gritando, Majestad, y dijiste que te golpearía — dijo Doga.

—Dios, Doga, agradezco tu preocupación, pero solo estamos jugando. Él es el padrino de mi hijo y lo tiene en brazos. Por favor, déjanos solos, solo entra si oyes que grito de terror — dijo Ariel.

—Está bien — dijo Doga agachando la cabeza mientras salía.

—Es un hombre leal — dije.

—Sí, es un buen niño, un gran guardián — dijo Ariel.

—¿Un niño? ¿Debes estar bromeando? — .

—Jajajaja, no, solo tiene un poco más de 18 años, tiene un rostro de niño — dijo Ariel.

—Su hacha no se ve gentil, que digamos — dije.

—Jajajaja, te extrañé, amor. Ven, siéntate — me dijo mientras nos sentábamos en su elegante sillón. —Cuéntame ¿qué pasó en Milis?.

—Pues bien, por dónde empiezo, —le dije mientras le contaba toda la historia. El secuestro de mamá, mi pelea con la abuela, mis reuniones con el Papa, la niña bendita, mi pelea en la catedral. Y las negociaciones y mi reconciliación con los Latreia, los recuerdos de mamá, y la traición de Geese.—Y eso fue más o menos todo lo que pasó.

—Oye Rudy, pero tu mamá en serio no dejó ver a la Miko ciertas cosas.

—Sí, debe ser las partes en que me besaste, ella lee mentes, sabe que quieres llevarme a la cama jajajajajaja pero lo oculto, de seguro porque mis abuelos estaban ahi, la verdad es que oculto muchas cosas sobre ti, Cúando estuvimo en tu Coronación .

—Dios, debe haber leído mi mente cuando te beso, por eso te golpeaba entonces, ¿ella no te dijo nada más cierto?

—¿Y qué más me diría?

—No sé, lo que pienso, de ti, —dijo Ariel haciéndose la tonta.

—No. Pero ella debe saber que tú me besas, ella lee la mente. No es como la Miko de Milis qué solo ve recuerdos, mamá sabe lo que piensas.

—Jejejeje jeje— rio Ariel muy nerviosa.—Ella no ha insinuado nada de Edward ¿cierto?

—¿Insinuar que?

—Nada, digo como también quiero que seas padrino de todos mis hijos.

—No, solo me da coscorrones o me acaricia el cabello.

—UFFFFFF ya veo, —dijo suspirando y dando gracias en su mente, que su suegra no la delatara.

—¿Qué te pasa? Estas pálida.

—Nada, estoy bien.

—Aaaa cierto, ¿dónde estaba?, claro Cof Cof, ¡se que eres culpable Ariel Anemoi Asura!

—Rudy yo debía ocultartelo, no podías saberlo, lo siento —dijo desesperada.

—No me importa, debes resolver esto ahora— dije.

—¿Qué dirán tus esposas cuando se enteren de esto Rudy?

—¿Qué?, ¿enterarse de qué?. A ella no les importa que estés instigando, que esos tres países de la zona de conflicto acosen la frontera norte del Reino Dragón.

—¿Qué?

—Sí, sé que tú eres quien está detrás de esos sucesos, venía a pedirte un favor y que pares con la incursiones de esos países , estoy tratando de integrar al rey Stevio y a Kirkland a la alianza, pero tus impuestos y tu apoyo a esos países del norte tienen a los Kingdragon con muchos problemas internos y los necesito a ellos y a Randolph, en la alianza contra Geese y Laplace.

—AAAAAA eso.

—¿Y tú de qué demonios estabas hablando?

—De eso mismo, —dijo mientras el color regresaba a su rostro.—No te preocupes —dijo mientras rápidamente escribía una carta y me la pasaba con su sello real, —toma dale esto a Luke y en unos días los ataques pararán.

—Gracias, aprecio mucho esto, pero disculpa por alterar tus planes.

—Oh no te preocupes, cazar a ese Geese es lo más importante amor.

—Por cierto, ¿puedo usar la embajada de Asura en la ciudad capital de Wyvern?

—Claro amor, toma, me dijo dándome otra insignia, solo debes presentarte con esto, usa lo que necesites.

—Gracias Ariel, te debo una.

—No me debes nada, haría lo que fuera por ti.

—Gracias.

—Por cierto, cuando estés desocupado debes hacer el viaje.

—¿Qué viaje?

—Debes llevar a Edward a donde naciste y bautizarlo con el agua de ahí.

—Oh ya veo, pero falta para eso.

—Lo sé, pero es solo una formalidad ya eres su padrino, pero me gustaría que hiciéramos la ceremonia.

—Está bien, creo que me iré —dije besando la frente de Edward y besando la mejílla de Ariel, mientras me disponía a regresar.

—Espera, quédate esta noche conmigo.

—No me voy a acostar contigo.

—No, tonto, quedémonos juntos con Edward, por favor, él necesita crecer con una figura paterna, es tu deber como padrino, ¿lo olvidas?

—No, pero...

—Pero nada, ya encargué comida y bebidas, quédate.

—Estoy sucio.

—Date un baño, usa mi tocador.

—Está bien—, así que mientras me bañaba, llegó la comida, cenamos con la reina, y después me senté en el sillón con Edward en mis brazos, de pronto me sentí con mucho sueño y vi como Ariel se llevaba al bebé dormido a una cuna y cerraba esta con una especie de cortinas, recuerdo que se acercó a mí y me besó en los labios y sentí un sabor amargo, cuando me di cuenta estábamos en la cama mientras Ariel gemía muy fuerte, desnuda sobre mí.

AAAAAAAAH DIOS VOY A MORIR DE PLACER—gritaba Ariel, en ese momento entró Doga.

—Majestad, ¿estás bien? Sentí gritos de terror.

—AAAAAAAH, —gritó Ariel,— Doga sal de aquí inmediatamente.

—Lo siento, lo siento majestad.

Pero aún así Ariel parecía más excitada y terminamos haciéndolo 3 veces esa noche, después perdí la conciencia.—Una vez terminado el delicioso, Ariel se vistió y salió de la habitación donde Doga aún hacía guardia y había unas sirvientas.

—Ustedes limpien al General, con agua y savia de sauce Trend, vistanlo y déjenlo en el sillón. —Doga, ¿podemos hablar?

—Sí, dijo el grandote sonrojado y algo asustado .

—Lo que viste Doga es un secreto, ni una palabra de esto a nadie ¿esta claro? .

—Si majestad, no le diré nada a nadie.

—¿Qué viste Doga?

—Vi al General inconsciente y usted trataba de reanimarlo, me asuste mucho pensé que él estaba muerto majestad.

—Pfffff jajajajaja, bueno es que estaba atragantando, ya esta bien , pero aún así ni una palabra de esto a nadie ni siquiera a Sandor entiendes?

—Porque majestad usted le salvo la vida, aunque no se porque estaban desnudos haciendo eso.

—Eeeeeee, es que justo me estaba bañando.

—Entiendo majestad, seré una tumba.

—Gracias Doga, buenas noches.

—Buenas noches majestad.

Cuando Ariel regresó se acurrucó en el sillón al lado de Rudeus.

—UFFFFFF qué bueno que Doga tiene mentalidad de niño, eso estuvo cerca, Mmmmm será mejor decirle a Sandor que le diga que no hable de esto.

Cuando desperté al otro día no recordaba cuando me había dormido(aunque si recordaba un sueño muy bueno), Ariel estaba a mi lado amamantando a Edward.

—¿Qué paso?

—Te dormiste amor, te tapé con una frazada y me dormí a tu lado, acabo de despertar con los llantos de Edward.

—Ariel debo regresar, debo ir a hablar con mi abuelo a Milis.

—Oh está bien, ven a verme pronto.

—Lo haré, necesito venir a hablar con un noble pronto, nos vemos pequeño— le dije a Edward mientras besaba su frente, y Ariel al paso me dio un beso en la boca.

—Adiós amor.

Cuando salí y mientras iba a dejarle la orden a Luke me vi rodeado por 4 caballeros dorados, incluido el grandote, Doga, que me miraba sonrojado por alguna razón, y sí tiene cara de niño, además de un tipo en sus 40 rubio con pelo hasta sus hombros, mi maestra Ghislaine, y el tipo de ojos rojos, que tenía el pelo negro curiosamente, pero no se veían tan joven como pensaba debería estar en sus 40 o 45 años, aún así tenía un aura juvenil.

— Hola, maestra. ¿Cómo estás?

— Bien — dijo la gata agitando su cola —. ¿Cómo está Eris?

— Está bien, de hecho voy con ella ahora. ¿Quieres que le dé tus saludos a papá?

— Jajaja, no gracias, Paul se puede ir al demonio — dijo sonriendo.

— Bien, lo siento maestra, me gustaría hablar, pero la verdad estoy apurado. ¿Dónde está Luke?

— En su oficina, pero espera, debo presentarte a alguien.

— Está bien, soy todo oídos — dije con una sonrisa.

El primero que dio un paso fue el tipo rubio.

— Mucho gusto, general. Me llamo Sylvester, soy capitán de los Caballeros Dorados.

— Mucho gusto, capitán.

— Quería agradecerle. Gracias a usted, estoy en este puesto.

— ¿Gracias a mí?

— Sí, usted logró que la reina llegara al trono, y ella cree en el mérito. Soy un noble menor, en otras circunstancias jamás habría llegado a este puesto.

— Bueno, gracias, pero debería agradecerle a Ghislaine aquí, ella peleó más que yo.

— Jajaja, curioso. Ghislaine dice lo mismo, se nota que es su discípulo.

— Sí, aprendí mucho de mi maestra — dije mirando a Ghislaine, que sonreía.

— Como sea, general, antes jamás podría haber tenido un puesto así, y gracias a eso mi hijo está estudiando en la universidad.

— ¿Está en Ranoa?

— No, acá, en la universidad de Asura.

— Ya veo, si decide ir a Ranoa, avíseme y me encargaré que sea bien recibido ahí.

— Gracias, general, lo tendré en mente.

— Wuajajajaja, así que este es el famoso general Greyrat, el comandante del ejército del dios dragón Orsted, cuesta creerlo, el Dios dragon es un tipo muy solitario — dijo de pronto el hombre de pelo negro largo y ojos rojos, mientras llevaba su mano a la barbilla y caminaba en círculo alrededor mío mientras me evaluaba.

— ¿Pasa algo? — pregunté.

— No, nada, Wuajajajaja, cuentas buenas historias, soy admirador de tus libros.

— Ya veo, te traeré dos más para la próxima, acaban de salir publicados en Ranoa .

— Te lo agradezco.

— Me llamo Rudeus Greyrat, puedo preguntar tu nombre?

— Claro, me llamo Al… mmm, aun no es momento de que lo sepas, pero lo sabrás pronto — dijo de manera dramática como si fuera un actor y me dio la espalda, caminando muy cinematográficamente mientras se retiraba del salón

— Oye Sandor, espera — dijo Ghislaine.

— ¿Quién es ese tipo?

— El es quien quería conocerte, no sé por qué no se presentó.

— Me recuerda a Soldat, pensé, de seguro debe ser bueno contando anécdotas.

— Lo siento Rudeus, el es así pero es un buen tipo.

— Está bien, pero me debo ir, un gusto conocerlos. Perdonen mi mala educación, pero realmente estoy en una misión.

— No te preocupes — dijeron.— Luego de darle la carta a Luke, me dirigí a la oficina y de ahí a Milishion.

Cuando Rudeus se marchó, Doga se dirigió a su habitación qué compartía con Sandor para descanzar, ahí se encontró con Alex,quien se vestía para ir a la ciudad.

— Vas a salir Doga?.

— No maestro.

— ¿Porque tan sonrojado?,¿ no me digas que Isolte te sonrió de nuevo? Te estas volviendo todo un galán Wuajajajaja .

— No.

— Wuajajajaja, solo hablale no seas tan tímido.

— No es eso.

— ¿Qué pasó?—pregunto Sandor preocupado por su alumno.

— No puedo decirte, solo la cague en grande.

— ¿Qué hiciste Doga?.

— Es un secreto.

— Soy el Dios del norte, no delató a mis aliados.

— Mmmmm, el General Greyrat casi se muere comiendo .

— ¿Qué estaba comiendo?.

— No lo se escuche que la reina gritaba y cuando entré ella estaba desnuda sobre el y saltaba, se asustó cuando me vio y me regaño y me echó de su habitación , después siguió gritando y al rato salió y me dijo que lo estaba ayudando, creo que a respirar.

— Wuajajajaja vaya así que el rumor es cierto, ¿y como rayos los viste los espíabas?.

— No, ella me dijo que no entrará a menos que gritara de terror, como a la hora escuche que la reina gritaba, y cuando entre estaba montando desnuda al General que estaba con la mirada ida.

— Wuajajajaja jajaja, debes diferenciar entre grito de terror y de placer mi grandote amigo.

— La Reina me va a despedir.—dijo Doga al borde del llanto.

— No lo hará, tranquilo, solo mantén el pico cerrado, entiendes, somos leales a su majestad.

— No diré nada, pensé que el general había muerto, me asuste mucho.

— Wuajajajajaja, si claro debe haber estado en el cielo, por unas horas Wuajajajaja .