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La noche teñida de azul

Parte Única.

Hacia mucho frío, pero hace tiempo que no retomaba uno de mis hábitos favoritos, lo de salir a recorrer la ciudad de noche, haber que cosas me iba a topar.

-Esta será otro gran noche para a chica intrépida Asuana... o eso me gustaría decir...

Me sentía sola, estaba así desde que habia sido rechazada por Hikaru, eso dolía mucho por dentro, no sabia cuantas veces ya habia llorado por ello.

Cada vez que me quedaba mirando el despejado cielo nocturno, me hacia sentir diminuta, sola como las estrellas del firmamento, tal vez ese era mi destino, en el fondo de mi esperaba que algo mal saliera en la relación de Hikaru y Akari, asunto que me hacia sentir mal, si tan solo me hubiera armado de valor antes...

El mar de pensamientos angustiosos habia provocado a que comenzar a caer lagrimas de mis rostro sin que me diera cuenta. Con un esfuerzo intente olvidar todo eso, proseguí mi camino intentando admirar los grafitis que habian por ciertas partes de la ciudad, siempre me gustaba observar los que parecían pinturas a diferencia de esos mamarrachos de letras que no tienen ningun sentido.

Me tope con uno que se parecía a la noche estrellada de Van Gogh, pero muy distinta a la vez, las estrellas eran pequeños murciélagos brillantes, y lo que a mi parecer era una especie de roca ahora era como un castillo estilo Drácula, cuando leí la firma del autor, no pude evitar sacar una sonrisa: Aerosol.

Se me ocurría que este grafiti estaba de cierta manera inspirada en Colmillos, tal vez en el amor que siente o en el que sintieron alguna vez, por desgracia habia caído nuevamente en mis pensamientos angustiosos sobre haber perdido a Hikaru como novio, eso me quemaba por dentro, fui una tonta ilusa que siempre pensó que terminaría junto con el.

Tuve que salir de ahí corriendo porque no podía aguatar las ganas de llorar, corri a una parte alejada de la ciudad donde habia un pequeño mirador donde se podía admirar el paisaje.

Apenas note que estaba sola, rompí en llanto, ya no quería más.

-Soy estúpida, estúpida en verdad, porque no me arme de valor antes, me odio a mi misma, perdí todo, se acabo, arruine todo, me merezco estar sola.

Gritaba soltando todo lo que me angustiaba, perdí al unico chico del que me habia enamorado, incluso perdí a mi mejor amigo, por escogerlo a él, y yo nunca tuve la valentía para decirle que lo amaba.

Mientras seguía con mi griterío habia comenzado a nevar suavemente, el poco viento se llevaba mis palabras sin que nadie los oyera o eso creía.

-¿Oye te encuentras bien?

No pude evitar asustarme, dio un salto que termino conmigo chocando contra el barandal del mirador, golpe que me dolió bastante. Un niño salía entre lo matorrales.

-Perdóname no quise ni espiarte ni asustarte, solo estoy perdido.

Me sobaba la cabeza, estaba sintiendo como un pequeño palpitar en la nunca, pero por suerte no habia rastro de sangre, mire al niño que estaba vestido con una chaqueta que le quedaba gigante, pero se me hacia algo similar.

-Tú eres Jim, el sabelotodo... digo el niño genio.

-¿Me conoces?... eres la presidenta de ese club paranormal no es así...Kimiga o kiniwawa.

-Detente, solo dime Asuna, ¿así que te perdiste?

El se acerco a mi, me ayudo a levantarme, el intentaba no mirarme fijamente, al inicio no entendí el porque, pero después comprendí que era por mi escote, de la chaqueta de bomberos.

-Si, discutí con mi mamá, salí corriendo y bueno aqui estoy, donde sea que este este lugar.

Solté una pequeña risita.

-Estamos en el sur, si sigues ese camino hasta la intersección y sigues hacia la derecha llegaras a la zona comercial.

-Es enserio, ¿así de fácil?

-Si Jim, no hay perdida te lo aseguro.

El estaba yéndose, pero se detuvo cerca de los escalones.

-No creo que seas todo lo que dijiste, le digo enserio.

Lo que me habia dicho se sintió raro.

-No me conoces Jim, no sabes lo que dices, te lo aseguro.

-No soy experto en el amor, ni nada, de hecho nunca me a gustado alguien, pero... esto se me hace difícil te molestaría subirte la chaqueta es que no puedo evitar ponerme nervioso, ni si quiera se para donde ver.

Me nació molestarlo un poco así que me acerque a el invadiendo su espacio personal, lo que lo puso más nervioso, entonces me baje un poquito más el cierre para que el escote se viera más grande. Jim esta vez estaba muy avergonzado viéndome hacia los pechos lo que me causo algo de risa, se pudo escuchar incluso como bajo lentamente su saliva por la garganta, entonces cuando me iba a subir el sierre de la chaqueta para cortarle el animo, el se movió primero y me la cerro hasta el cuello.

-No deberías hacer este tipo de cosas, menos con desconocidos como yo, no seas tonta, e insisto no deberías hacerte tanto daño con las cosas que te dices.

Al inicio me moleste, pero la preocupación de el era sincera, o al menos si habia algo más no pude verlo.

-Actúas muy serio para un niño de 13 años, deberías ser más alegre.

-Para tu información tengo 14 años, y no me gusta que me traten como niño, o vas a ser igual que mis compañeros de clases.

Me acomode sobre la baranda, con mi mano le hice un gesto para que se sentara al lado mío para charlar. Yo a este punto me limpie recién las lagrimas que tenia en mi cara.

-Te entiendo un poco, a mi también me molesta, si no fuera por Hikaru, Marcus y los del club tal vez seria mucho mas introvertida, o eso creo.

-Ya veo... no es peligroso estar ahí, te podrías caer.

-No seas aburrido Jim.

Lo agarre del brazo para que se subiera a la baranda, cosa que logre, era gracioso porque estaba muy nervioso, no me pude a resistir a darle un pequeñito empujón solo para asustarlo, pero cuando lo hice le se asusto demasiado y se aferro a mi con fuerza, abrazándome prácticamente con los ojos cerrados.

No podía negar, que pese que no conocía a Jim este abrazo se sentía bien, me hacia sentir acompañada.

-Disculpa ya no jugare con eso, tranquilo, vas a estar bien.

-Debes pensar que soy un miedoso, adelante búrlate.

-Si lo creo, pero no tiene nada de malo sentir miedo, una vez un amigo me dijo que el miedo es el paso que hay que tomar para llegar al valor.

-Eso suena lindo Asuna... si te sientes sola, puedo acompañarte cuando quieras.

Me asombro lo que me dijo me quede mirándolo a los ojos, incluso me sonroje un poco, lo que él noto.

-No, espera no me mal entiendas, no quise decirlo de esa manera, digo como amigos.

El se puso muy nervioso, comenzó a mover sus brazos en señal de negación, pero se olvido de equilibrarse, yéndose hacia atrás al barranco, tuve que moverme muy rápido, lo alcance agarrar abrazándolo.

-Tranquilo, te tengo, todo esta bien.

-Déjame bajar de esta trampa mortal. - Dijo Jim apunto de ponerse a llorar.

Me baje para ayudarlo a bajar, cosa que acepto muy rapidó.

-No tenias que ponerte nervioso, te habia entendido perfectamente, y es dulce, te tomare la palabra algún día de estos Jim.

-Si, siempre me encontraras en la biblioteca en el colegio, si quieres hablar.

-Por alguna razón me imaginaba que si te tenia que encontrar, seria ahí, ven vámonos, te llevare donde necesitas ir.

-Muchas gracias, si no mal recuerdo estaba en el local de tacos frente a esa vieja tienda abandonada donde vendían peliculas antiguas.

-Ex abandona, aqui ves a la actual dueña... bueno mi padre es el dueño, pero yo la manejare por un tiempo.

-¿Es encerio?, Felicidades entonces.

Le dedique una sonrisa, y fuimos a buscar a su mamá, al inicio pense que no tendríamos mucho de que hablar, pero me equivocaba, el hablaba que no creía en los fantasmas, y explicaba la parte científica del porque, cosa que debo admitir que era interesante, pero para ser alguien que no creía en fantasmas, era muy fácil asustarlo con mis historias de terror sobre ellos, que conocía, al final el termino molestando diciéndome rara, pero no me enoje fue todo lo contrario ambos nos pusimos a reír, tal vez haberme encontrado con él fue algo bueno porque habia dejado de sentirme sola.

Al poco tiempo encontramos a su madre que lo primero que hizo fue abrazarlo fuertemente y luego retarlo frente mío, cosa que fue algo tierno y gracioso a la vez.

La señora me dio las gracias, cosa que Jim también lo hizo, me dedico una sonrisa y dijo una ultima cosa antes de separarnos.

-Asuna, no eres una idiota, para nada, tal vez no entienda de esas cosas, pero creo que ya llegara alguien, te una buena noches, adiós.

Yo me despedí de él, sin creer que me habian dicho justo lo que necesitaba oír, al fin me encontraba acogida, de cierta manera, ellos se perdieron en el publico, yo me quede viendo mi local donde pronto comenzaría a trabajar.

-Supongo que esta noche ya no es necesario que recorra, me iré a mi casa a dormir.

Me estire y me fui.