Después del cálido aplauso, Douglas sonrió.
—En el último mes, muchos arcanistas, incluyéndome a mí, hemos probado la existencia de los rayos catódicos en base a tus hallazgos, y el experimento que nos acabas de mostrar es perfectamente válido. Podemos decir, provisionalmente, que es una nueva partícula más pequeña que un átomo. Como descubridor, tienes derecho a ponerle nombre.
Pese a que el artículo de Lucien sobre el hallazgo del rayo catódico no se publicaría en Arcana hasta el próximo mes, todos los arcanistas y hechiceros presentes ya lo habían leído.
—Llamémoslo... electrón —Lucien decidió ceñirse al nombre con el que estaba familiarizado.
—Bien. Muy buen nombre. El electrón nos llevará a dar nuestro primer paso en el micro-mundo, y es un gran progreso para que nos acerquemos a la verdad del mundo.
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