Respiró hondo cuando salió de ese hospital ya listo para ir a su nuevo hogar, estaba nervioso pues nunca había tenido hermanos o hermanas, siempre había estado solo por lo que no sabía cómo reaccionar frente a ellos o como debería tratarlos cuando ya crecieran.
— ¿Estás seguro que quieres ir a casa ya? Podemos hacer que le hagan más exámenes.
Ryan acarició la mejilla sonrojada de su bebé, no podía quitarle la mirada a Liam. Ya tenía cuatro hijos más y todos sus partos fueron asombrosos pero sentía algo más con este bebé, Liam era especial además de ser el único Omega en la familia, había sobrevivido a cualquier diagnóstico y era su último hijo. No tendría más, había quedado muy débil luego de este parto y su esposo no permitiría que algo más le pasara.
De todas maneras ya tenían 5 hijos, ya se divirtieron lo suficiente.
— Si, hemos estado ya mucho tiempo ahí, quiero que los niños vean a su hermano. — El Omega levantó la mirada viendo su hogar a lo lejos. — No es bueno para nuestro hijo estar tanto tiempo en el hospital.
— Si.
Liam observó el enorme lugar, podía ver por la ventana el enorme patio por dónde pasaban y cuando bajó del auto sus ojitos pidieron apreciar la belleza de lugar en donde viviría de ahora en adelante. La enorme mansión era lujosa pero no extravagante, cómoda y tranquila, llena de algunos empleados que los saludaron dandoles la bienvenida y también al nuevo miembro de la familia Kaiser.
Cuando su madre lo dejó en su nueva cuna aún estaba en shock, habían muchos juguetes y ropa, tenía muchísimas cosas lujosas que le hicieron sonreír mentalmente hasta que frente a él tres cabezas se asomaron en las orillas de su cuna.
— ¿Es él?
— Si, parece un muñeco.
Supuso que aquellos niños eran los hermanos de este chico y ahora los suyos también, dos de cabelleras negras y uno rubio como él, todos con una belleza excepcional haciéndolo sentirse algo incómodo y sorprendido.
— Déjenlo, lo están asustando.
Otra cabellera negra esta vez apareció frente a él y de inmediato supo quién era. Aquel niño era su hermano mayor, Frederick Kaiser, primogénito y futuro heredero de la familia Kaiser. Fue uno de los defensores más leales del protagonista Omega y quién lo cuidó con todo el corazón dejando a un lado a su propio hermano menor sumido en la tristeza y oscuridad de su propio corazón. No quería nada con su hermano, según la novela ambos se detestaban y no podían estar juntos, sobretodo por parte de Frederick quien se alejó de Liam.
No entendía porque tanta sobreprotección contra ese Omega pero ahora era diferente, en la novela todo fue ocasionado gracias al orgullo de Liam pero él no era ese Liam, él era alguien diferente.
No quería que su nuevo hermano mayor sufriera por su culpa.
El pelinegro se limitó a observar al niño, sin duda nació con los genes de los Kaiser. — Vayan a hacer sus deberes.
— ¡Pero Fred! — Chilló una de las gemelas, Laila.
— Fuera.
Fred era alguien frío, de carácter fuerte y seco, odiaba la gente ruidosa y sin objetivos en la vida, de ojos y cabello negro, su atractivo en la novela fue explícito y en los artes de esta dibujaron muy bien cada parte de él, Frederick estaba destinado a ser un alpha de gran renombre pero lastimosamente no lo fue, su destino dejó un mal sabor en la boca a Liam cuando leyó la novela.
No dejaba de mirarlo, lo escudriñaba con aquellos ojos gélidos y pálidos. Liam se estremeció. Luego alargó la mano para tocarlo pero se detuvo a medio camino no muy seguro de que hacer y cuando estuvo a punto de retirarla Liam lo tomó de su dedo con su pequeña, y blanca mano tomándole por sorpresa.
— Ahhh buuu... — Balbuceó en un intento por llamarlo y decirle que lo viera más. ¡Quería atención! — Buuu...
Fred claramente no entendió nada y vio con algo de asco como algo de saliva salía de esos pequeños labios. — ¿Que quieres?
"¡Te haré feliz hermano!¡Solo no me dejes solo!"
— Abuuu....
— Eres tan feo. — Murmuró apoyando su barbilla en la orilla de la cuna mirando al hermoso bebé curioso. — ¿Por qué eres tan feo?
Liam sin embargo no dejó de sonreír y apretó más su agarre en el dedo de Fred. Estaba decidido a protegerlo, aunque era Omega no importaba, haría que la relación su hermano mayor fuera la mejor, haría de su familia un éxito y evitaría los trágicos sucesos futuros que había en la novela.
Lo había decidido, nada ni nadie lo haría cambiar de opinión.
Aún pensaba en el protagonista Omega de la novela pero aún faltaba mucho para su primer encuentro, tenía el tiempo suficiente para hacer que su reputación fuera la mejor. ¡Él sería el protagonista de esta historia a su manera!
De repente un ruido hizo que Frederick alejara su mano con fuerza de Liam. Su madre estaba en la entrada con una enorme sonrisa.
— Hijo.
El pelinegro se mantuvo sereno. — Mamá, me alegro que tanto Liam como tú estén bien.
— Gracias cariño, es bueno saber que cuidaste bien de la casa y de tus hermanos mientras no estaba. — Le agradeció mientras observaba a Liam, el pequeño bebé soltó una risita, adoraba a su madre y podría quedarse toda la vida admirando su belleza.
Ryan acarició sus suaves y sedosos cabellos rubios con cariño soltando feromonas. Era la primera vez que Liam sentía algo así, la fragancia era espectacular, un olor a lavanda y flores que lo dejo cautivado, su cuerpo de sintió tranquilo y feliz.
— Debes protegerlo, Liam es un Omega dominante.
— ¿Que?¿No se supone que todavía falta para que se manifieste?
Ryan lo sabía pero fue lo más claro posible al explicárselo a su hijo mayor. — Él es diferente, tiene un gen dominante fuerte y aunque todavía no se ha desarrollado por completo será un Omega.
Frederick observó Al pequeño, el niño de enormes ojos azules parecidas a dos joyas brillantes, piel blanca y cabellos rubios desordenados tenía la mirada fija en él. El mayor frunció el ceño.
Omega.
No eran muy comunes y por ello eran cotizados, sobretodo los dominantes por la gran cantidad de hijos que podían llegar a tener y que la mayoría serían alpha's u omegas de gran calibre. Y aunque la discriminación hacia los omegas había desaparecido hace muchos siglos, aún quedaba gente con pensamientos antiguos con respecto a ellos. Un Omega dominante y de familia bien acomodada sería un objeto de valor para las demás familias que no durarían en mandar solicitudes de matrimonio por obtener al Omega.
Fred solo se limitó a asentir frente a su madre. — Lo protegeré.
— Ese es mi niño.
El Omega le dió un beso en la mejilla y se fue de allí dejando a los dos hermanos juntos. Fred no sabía que hacer pero se apoyó en la baranda de la cuna mirando a su hermano Omega.
— Buuu... — Balbuceó.
"¡Hermano!¡Ánimo!¡Sonríe más!"
Alzó sus manitas tratando de tocarlo y el niño sin poder evitarlo lo tomó entre sus brazos, había visto videos y además tenía experiencia por sus últimos hermanos así que fue fácil alzarlo pero tembló un poco. A diferencia de los demás, Liam era más pequeño y frágil, su cuerpo parecía de porcelana y eso lo hizo preocuparse.
Liam como pudo sonrió tomando por sorpresa a Fred quien por primera vez en su vida sintió la gran necesidad como heredero de cuidar y velar por la seguridad de su pequeño hermanito.
— Te protegeré con todo mi ser, Liam.
El niño solo cerro sus ojos dejándose caer en los brazos de su hermano durmiendo cómodamente.