Aurora saltó entre los árboles y luego saltó a otra isla y cayó al suelo, entonces volvió a moverse otra vez, dirigiéndose al centro de la isla en donde estaba una montaña.
Escalando la montaña y saltando con rapidez, alcanzó la cima y vio las otras islas a su alrededor.
Era de día y si bien faltaba unas horas para que atardeciera, Aurora no podía ocultar la seriedad en su rostro.
La razón era simple.
"Hay demasiadas islas." Murmuró de manera inevitable.
Su objetivo fue buscar los portales y controlarlo, entonces una vez que localizara la salida o tuviera una idea de la ubicación, podría decidir qué hacer con los demás.
Ahora estaba más tranquila luego de lo sucedido con Xu Long y si bien todavía guardaba rencor al pensar en lo que ese bastardo buscaba de su hermana, se estaba controlando.
El objetivo era el portal y para buscar el portal era necesario explorar las islas y el problema era que había demasiadas islas.
A cada lado había una isla tras otra, llenando la visión de árboles de diferentes colores, algunos con lagos y desiertos, en todo tipo de biomas tan diversos como deslumbrantes.
Y, aun así, ningún portal o señal de un portal.
—El inconveniente no es que haya demasiadas islas, ustedes son demasiados pocos.
Su sistema dio el comentario apuntando a que hubiera sido más fácil si toda la expedición hubiera trabajado junta.
No se refería a la idea de volver a amigarse con Xu Long, sino que estaba dejando en evidencia que la dificultad aumentó cuando estuvo con un pequeño grupo.
Shao Du, los hermanos Tao, Alice, Akira y ella eran demasiados pocos para investigar todo el escenario.
Sin embargo, la situación no era desesperante y había una señal que le daba a entender eso.
"…"
Aurora vio una isla devorada por una nube gris compuesta de miles de pequeñas criaturas y la manera que ellos consumían la naturaleza era incuestionable.
Si el escenario era aquella parte de este mundo que tenía vida, entonces esas nubes grises eran aquello que lo estaba llevando a su fin.
Como una peste que arrasaba con todo a su paso, estaba consumiendo las islas, delimitando el escenario y aumentando de número.
"La mayoría de los mundos están en una situación de destrucción o aniquilación. Y este parece afectado por una peste, pero dudó que eso sea todo." Murmuró Aurora y pensando en el Décimo Portal Abismal, reveló. "No creo que esa sea la enseñanza."
¿Cuál era la enseñanza de este mundo? La nube gris para ella era una peste que estaba aniquilando este mundo.
Quizás Aurora no había hablado demasiado con la Reina Lacusmina o sus hijas, pero lo poco que interactuaron se dio cuenta de que ellas no les daban importancia a las nubes grises, sino que a la pareja.
La enseñanza no era sobre las nubes grises y la razón era simple…
"…"
La nube gris, que estaba volando sobre otra isla, fue sorprendida cuando una masa gigantesca de oscuridad que brotó de la isla de manera repentina y la nube gris fue tragada por completo por la oscuridad de Alice.
Ella los eliminó con una facilidad absoluta.
El peligro de la nube gris era la manera que se multiplicaba, la agresividad con la cual consumían todo y el número, lo que significaba que individualmente eran débiles.
Y más aún para alguien que podía causar ataques con efectos en área y alguien como Alice que los devoraba a todos podía deshacerse de ellos sin problemas.
Incluso cuando varias nubes se dirigieron a la isla que Alice estaba, fueron consumidos uno tras otro, mientras la oscuridad crecía en la isla.
"Es sorprendente." Murmuró Aurora concentrándose en su hermana.
Al no tener que ocultar sus capacidades, Alice estaba soltándose con facilidad y ahora la oscuridad cubrió una isla de trescientos metros de tierra.
Las nubes grises cercanas, como si las criaturas se comunicaran entre ellas, se dirigieron a Alice, queriendo consumirla y terminaron devoradas por la oscuridad, que los tragaba completamente.
Todo mientras la oscuridad aumentaba, superaba los árboles, devorándolos también y elevándose en una masa gigantesca que dio la impresión de que tragaría todo a su paso.
Aurora se dio cuenta por qué en el Séptimo Portal Abismal, la naturaleza vio a Alice como un rival o como un enemigo peligroso.
¿Cuánto crecería Alice si estuviera en un mundo como el Séptimo Portal Abismal donde todo era naturaleza?
"Da confianza…" Murmuró Aurora sentándose en el acantilado de la montaña.
Estaba esperando a que su hermana terminara de devorar las nubes grises, que, si bien estaba delimitando el territorio, no eran un problema.
Las nubes empezaron a disminuir de número y Aurora pudo ver las islas secas y sin vida a lo lejos, y ella al observar hacia atrás vio las islas verdes, llenas de vitalidad.
Eventualmente, encontraría el Portal Abismal y eso era porque las nubes grises que delimitaban el escenario de este mundo estarían guiándola hacia donde estaba la salida.
Al menos, eso era lo que Aurora suponía.
Girándose de vuelta a Alice, que estaba terminando, vio que la oscuridad volvía a reunirse en un punto como si fuera tragado por un agujero y la isla vacía quedó a la vista como si la masa de oscuridad que la había cubierto nunca hubiera existido.
Entonces sombras se movieron y subieron a donde estaba Aurora y entonces, Alice salió desde la oscuridad.
"¿Nos vamos?" Preguntó Alice y sacando una bolsa de papitas, la vio que la observaba e inclinando la cabeza, dudó. "¿Tienes algo que preguntar?"
Aurora observó la calma de su hermana y no pudo ocultar la sonrisa en su rostro y luego vino una duda, entonces suspiró.
"¿Está bien con eso?" Dudó Aurora señalando la isla que ahora estaba sin vida y a las nubes que había desaparecido.
Antes del Séptimo Portal Abismal, Alice no quiso avanzar y tampoco devoraba criaturas de manera excesiva, deteniendo su desarrollo.
Sin embargo, ahora era todo lo contrario y estaba devorando sin pensarlo demasiado.
"¿Te refieres a si estoy bien que siga devorando y haciendo que mi cuerpo cambie?" Dudó Alice y al ver que ella asentía, explicó. "Ya he cambiado lo suficiente como para detenerme a reflexionar sobre ello y no me importa. Soy lo que soy."
Esa confianza tan libre que daba fue algo nuevo para Aurora y si bien comprendía que Alice durante este tiempo atrás estuvo soltándose cada vez más, esta vez lo estaba haciendo de una manera más natural.
Alice estaba moviéndose y actuando por su propia voluntad y por sus propios deseos, no por un tercero o por alguna necesidad… No por ella y Aurora estaba feliz de su hermana.
"¿Te preocupa que lo haga por Xu Long?" Preguntó Alice y dando una sonrisa ligeramente divertida, señaló. "Aunque admito que sus relámpagos son molestos. Es un imbécil manipulable."
Estaba usando ese tono despectivo y se estaba refiriendo a que Xu Long era fácil de hacer enojar, para guiarlo en la batalla.
Alice era fuerte, pero tenía esa capacidad de provocar para que la atacaran sin importarle los riesgos.
Y como la oscuridad podía regenerarse, ella podía dar varios golpes antes de que se viera debilitada de alguna manera o estuviera en peligro.
La pregunta fue dada porque estaba viendo que la observaba demasiado y Aurora agitó la cabeza.
"Además, no creo que nos cause problemas." Murmuró Alice encogiéndose de hombros.
No creía que Xu Long le causara problemas y no era porque lo ignorara, sino que…
"¿Hermes?" Dudó Aurora y al verla asentir, preguntó. "¿No te preocupa?"
Desde que Alice empezó a interactuar con Hermes, ella cambió.
Quizás su hermana lo negaría, pero ese hombre la provocaba, la hacía enojar y la molestaba y a pesar de todo ello, fue obvio que Alice confiaba ya fuera en la fuerza o capacidad de ese individuo.
¿No le preocupaba que algo le sucediera con Xu Long?
"No. Quien tiene que estar preocupado es Xu Long. Fue él quien invitó a un idiota peligroso." Respondió Alice de inmediato y observando las islas, murmuró. "Es mejor que nosotros nos centremos en buscar el portal. Tal vez salir de noche y comprobar por donde las criaturas se mueven, ayude."
¿Era confianza lo que tenía Alice? ¿En qué se basaba esa confianza?
Aunque Aurora estaba curiosa por la respuesta, decidió concentrarse en la tarea que tenía en frente.
******
El templo estaba de fiesta.
Hermes, que observaba como las plantas iluminaban los alrededores sin que la luna roja absorbiera la luz, le dio una mirada al centro del templo.
Las mesas estaban puestas por la zona y la mayoría de los miembros masculinos estaban en este sitio, conversando con las hijas de las reinas y algunos de ellos, acercándose a ellas.
Sun Liang estaba siendo seducido por las dos hijas de la reina con las cuales había estado y en otra parte los miembros de la Familia Sun también estaban disfrutando mientras se besaban con otro par de esas encantadoras mujeres.
Alguien había usado un reloj holográfico y había puesto música y aunque las bebidas se habían agotado, los miembros de la expedición seguían disfrutando de la fiesta
Específicamente de las hijas de la reina, que se movían entre las personas, trayendo todo tipo de frutos para compartir, meneando sus caderas y pareciendo tan inocentes como la primera vez.
"Disfruten esta fiesta." Dijo Xu Long mientras abrazaba de la cintura a dos hijas de la reina.
Las manos de ese hombre se movieron hacia abajo, tocando sin pudor, y las hijas de la reina soltaban risitas tímidas y coquetas, sin rechazarlo.
Xu Long era un joven que era fácil de manipular y guiar, que cedía fácil a los elogios y a los placeres carnales.
Complacerlo por ese medio era fácil y Hermes se giró a la Reina, que estaba en una esquina apartada, lejos de la vista de los demás, observando en silencio como su 'pareja' se relacionaba con sus hijas.
A pesar de que se veía algo solitaria, era ella quien lo quería a Xu Long en ese estado.
Cuando su mirada se cruzó con la de la reina, ella le hizo una señal para que se acercara y él obedeció.
"Gracias por mediar con Xu Long." Dijo Hermes al acercarse a la Reina y observando a Xu Long y luego a ella, murmuró. "Espero que no te haya costado."
El 'costo' apuntaba a que ella no tuviera que aceptar que Xu Long tuviera relación con las hijas por su culpa.
Aunque era una farsa y más cuando a la mujer que estaba al frente de él, no le importaba compartir a Xu Long, era más, parecía instar a sus hijas a que lo hiciera.
Aun así, que él estuviera afuera era gracias a Lacusmina.
"No… No es nada de eso." Respondió Lacusmina con ese tono de no querer contar el 'sacrificio' que cometió.
La forma que lo miraba, que se retorcía sutilmente como si ella hubiera pagado un alto precio, fue divertido para alguien como él y en respuesta, Hermes abrió su boca, como si quisiera decir algo, pero se quedó en silencio.
Como si comprendiera que era demasiado débil y lo que diría no importaría.
Ella disfrutó esa mirada, aunque a diferencia de antes cuando estaban solos, controló sus expresiones para evitar que ninguna emoción que no deseaba saliera.
En vez de presionarla, Hermes se abstuvo y luego observó la fiesta calmadamente.
Tenía que jugar bien sus cartas y no precipitarse, moviéndose lentamente y en calma, ya que, si daba un paso en falso, toda la actuación que estaba haciendo seria para nada.
Y si bien había algunos que eran medianamente cautelosos como Lacusmina y otros tan idiotas como Xu Long, había uno que todavía no bajaba su guardia frente a todos.
"Parece que Kong Tian no la está pasando bien." Murmuró Lacusmina en voz baja.
Kong Tian estaba conversando con tres hijas de la reina, que parecían coquetas y lindas a su alrededor.
Las hijas de la reina físicamente eran exóticas y nadie podía negar que tenían un encanto seductor, pero ese hombre mantuvo esa distancia que evitaba que cualquiera se acercara.
Algunos podrían decir que era demasiado recto, pero Hermes lo definiría como cauteloso.
"¿No tiene el mismo sentido de entretenimiento que los demás?" Preguntó Lacusmina pareciendo curiosa.
Curiosidad sobre lo que le gustaba Kong Tian y como podría entretenerlo y hacer que se acercara.
Tal actitud sería normal en cualquiera anfitriona que no deseaba que sus invitados principales fueran distantes, no obstante, aquí apuntaba a algo más.
¿Ahora que tenía a Xu Long y de cierta manera lo tenía a él, estaba apuntando a Kong Tian?
Viendo a esa mujer, Hermes reveló una suave sonrisa.
"Es el jefe de la segunda familia más importante de China y debe gustarle las fiestas con mayor glamour. Escuche que él se iba a comprometer con una mujer de otra familia. Quizás no quiera rumores cuando vuelva." Respondió Hermes y al ver que la información sobre la autoridad no la atraía, comentó. "Como alguien en el rango SS es fuerte."
Ahí fue cuando la mirada de Lacusmina se volvió a interesar en él, revelando esa curiosidad inocente, que lo instaba a hablar.
Ocultando que estaba interesado en la fuerza de Kong Tian, de la misma manera que estuvo interesado en la fuerza de Xu Long.
Él era una excepción a esa regla, aunque ella eligió a Xu Long por sobre su belleza… Ahora fue obvio, que estaba queriendo averiguar sobre la fuerza de Kong Tian y Hermes volvió a sonreír calmadamente.
"Es muy fuerte. Ascendió antes que Xu Long. ¿Notas esos anillos en sus dedos? Creo que encerrado en cada anillo hay un elemental. Un ser con una afinidad natural a los elementos. Lo debes haber visto cuando luchó a la pareja antes. Estoy seguro de que en ese momento ha sido moderado." Dijo Hermes y viendo que Lacusmina estaba intrigada, murmuró. "Desconozco como ha logrado tener tanto elementales. Quizás será por una habilidad innata."
"¿Habilidad innata?" Preguntó Lacusmina de inmediato.
La curiosidad que reveló y ese brilló antinatural en sus ojos completamente negros dejaba ver que estaba demasiado interesada en esa habilidad innata.
"Si. Algo relacionado con su cuerpo. Aunque son suposiciones." Respondió Hermes como si no se diera cuenta del interés de Lacusmina.
Kong Tian era un elementalista y por los anillos que siempre llevaba equipado fue obvio que vino completamente armado al portal.
Hermes desconocía si esos elementales le juraron lealtad o estaban siendo forzados y si bien suponía que era la segunda opción, tampoco lo dejó en evidencia.
Solo expresó la fuerza y algo más que le interesó a Lacusmina… La capacidad natural que supuestamente Kong Tian tenía.
¿Tenía alguna habilidad innata? Hermes no podía responder con exactitud, aunque estaba seguro de que incluso si había esclavizado elementales, para dominarlos y usarlos, necesitaba una fuerza que le permitiera someterlos a todos.
"No lo sabía." Murmuró Lacusmina observando a ese hombre.
Si lo hubiera conocido, entonces quizás no se hubiera acercado a Xu Long, sino que a Kong Tian… Aunque no era demasiado tarde para ello.
Hermes, que observaba a esa mujer reflexionando detenidamente como si estuviera maquinando o repensando sobre sus acciones, recordó a la pareja y la batalla que tuvieron en contra de Xu Long y Kong Tian.
La pareja tenía cualidades únicas y podían adaptarse a los ataques elementales que lo rodeaban, permitiéndole reducir la fuerza de los relámpagos de Xu Long o incluso soportar las llamas del elemental de Kong Tian.
Ellos mutaban para adaptarse de la misma manera que lo hacían las bestias que ellos usaban para consumir y evolucionar.
Viendo a la mujer a su lado, Hermes tuvo una idea.
Quizás la pareja no eran los únicos con esa capacidad en este mundo… Tal idea llevó a que volviera a sonreír, como si no sucediera nada.