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The Guardian [Spanish/Español]

Viajaron a otro mundo a través de una máquina de realidad virtual creada por un Dios en el cual durante un gran tiempo creyeron que solo era un juego, pero termino siendo real. Pasaron por un 'Gran Cataclismo' que cambio el mundo a través de la energía mágica, logrando transformar el mundo de una forma impensable. Ha pasado treinta años desde que la humanidad se enfrentó a la máquina virtual y veinte años tras el 'Gran Cataclismo' que despertó habilidades y dio comienzo a un mundo mágico y maravilloso muy diferente al antiguo. Ahora una joven llega a una ciudad en medio del mar para asistir a una academia. ¿Cuál es su objetivo? ¿Cuál es la razón de su llegada? Y principalmente... ¿Quién es ella? Sigue la aventura de Aurora cuya vida, valores y actitud irán conociendo a su debido tiempo junto a su pasado, secretos, virtudes y defectos. ---- Para aquellos que desean, pueden unirse al Discord: discord.com/invite/WG8FX75 Géneros: Fantasía, Acción, Aventura, Mundo Moderno, Magia. Frecuencia: Cinco capitulos a la semana.

Evil_Warlord · Kỳ huyễn
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980 Chs

Historia Paralela La Caída Capitulo 28: Tercera rueda.

Firmando un documento tras otro, Agatha frunció el ceño ante el último documento.

"¿Así que el Sumo Pontífice de la Iglesia Católica ha sido destituido?" Dudó Agatha al leer el informe.

La Cardenal Brousseau, que estaba delante de ella, dio una expresión seria.

"Sí. Los Dioses de la Tierra han estado inquietos. Sucedió cosas similares con las iglesias en oriente medio y algunas en Asia… Hasta algunas sectas o iglesias en estados unidos se han visto afectadas." Dijo Fiona y dando una expresión solemne, explicó. "Estamos hablando de no solo religiones que engloban creencias. Hasta algunas sectas de estafadores de ricos han sufrido ataques o represalias. Los atacantes capturados han declarado que no quieren que otros usen el nombre de los Dioses de la Tierra por beneficios. Anunciando se puede solamente para el bien de la humanidad."

Dioses de la Tierra… Tales seres eran misteriosos.

Los teóricos lo llamaban la aglomeración de las creencias de la humanidad y, por ende, cada 'Dios' independiente de la religión o región en donde le rindieran adoración, eran ellos.

Eran un misterio y lo único que estaba claro era que gracias a ellos la humanidad no se vio afectada por el Gran Cataclismo antes.

También fueron esos dioses quienes llamaron a Aión para pedirles ayuda, aunque conociendo a Jezabel tal vez había algo más ahí.

—Solo Aión lo sabe. Tal vez vio un futuro malo y decidió intervenir. Si soy sincera cuando conocía a Karzhal estaba aburrida, por eso me acerque. Si no lo hubiera conocido, tal vez hubiera hecho una locura.

Escuchando la voz de Jezabel en su mente, Agatha frunció el ceño leyendo los informes de los Dioses de la Tierra.

Los atacantes se llamaban a sí mismo como paladines de los Dioses de la Tierra, quienes estaban moviéndose en contra de aquellas iglesias que supuestamente adoraban a los mismos dioses.

Aunque no tenía sentido que lo hiciera en algunas sectas.

—¿Por qué no? Cualquier religión local es parte de ellos. Ya sea que crean en la ciencia, algún elemento, valores o hasta un hombre que ha existido realmente. Ellos son conformados por la fe y la creencia de la humanidad y ahora están enojados.

¿Cuántos años de creencia se necesitaba para que los Dioses de la Tierra fueran afectados?

En este mundo hubo nombres de otros dioses como los nórdicos o griegos, y si bien los teólogos no han encontrado rastros de que eran reales, algunos creían que lo eran y que no estaban relacionados con los Dioses de la Tierra.

—Son reales. Quizás hay varias tierras paralelas existiendo al mismo tiempo. Aión no es de profundizar con sus poderes. Un hombre aburrido.

La voz continuaba hablando, provocando que Agatha frunciera el ceño al ser distraída.

Los Dioses de la Tierra estaban enojados con las iglesias que usaban su nombre y que durante años se llamaban los representantes de dios en la tierra.

El catolicismo era un ejemplo exacto con el Santo Padre y si bien los valores que representaba tal iglesia no estaba mal, eran los mortales lo que distorsionaban todo.

—¿Distorsionar? Por favor, hicieron Guerras Santas y del otro lado Yihad. Los idiotas estaban matándose entre los mismos creyentes. Sin darse cuenta de que adoraban una cara del mismo dios.

Los Dioses de la Tierra representaban la creencia acumulada de la humanidad y representaban todas las religiones.

No era raro que estuvieran enojados cuando por intereses se iniciaran guerras y en cierto sentido era normal que estuviera molesto con las iglesias, cuando ocultaban fechorías o solo pensaban en beneficios mortales.

Los que supuestamente representaban a los Dioses de la Tierra, ni siquiera estaban conectados con ellos.

"Apoyemos a los Dioses de la Tierra. Busca entre las iglesias que verdaderamente reciben atención de ellos y tratemos de cooperar. Esperemos que las cosas no se compliquen y las iglesias que se aprovechan, sepan que los Dioses no son una broma." Ordenó Agatha en calma.

Los Dioses de la Tierra estaban actuando y a pesar de que supuestamente estaban debilitados, eran dioses.

El mejor curso de acción era apoyar a esos dioses y la verdad era que con el reciente crecimiento y popularidad de la Iglesia del Tiempo y el Espacio, ellos podrían apoyarlos.

"¿De verdad? Que sucede si esos Dioses… ¿Se vuelven extremos?" Dudó Fiona en un tono cauteloso.

"Los Dioses de la Tierra representan la mayoría de las religiones. O para decirlo de otra manera, absorben la creencia de toda la humanidad. Ellos son Satán y Jesús. El Mal y el Bien. Un rostro con múltiples caras." Respondió Agatha y reflexionando sobre el tema, aseguró. "Sin embargo, su deber es incuestionable. Tal vez los métodos cambien, pero el objetivo no. Protegerán a la humanidad."

Era la clase de 'Dios' que nacía de la creencia de las personas y estaban atadas al objetivo final.

Representaban lo que eran y cumplían sus objetivos, en este caso, proteger a la tierra a todo costo, incluso la idea de supervivencia propia.

El problema era que al ser tantas creencias tenían métodos distintos para cumplir el mismo objetivo y en este momento, esos métodos estaban mostrando las caras de un lado de la moneda.

"¿Tú lo has conocido?" Preguntó Fiona y de inmediato agitó su cabeza y suspiró. "No importa. Nos podremos en contacto con aquellos más decentes y lo apoyaremos para que estabilicen sus filas."

No quiso preguntar sabiendo que los asuntos la superaban y al final, decidió moverse en lo que pudo hacer.

Posiblemente, si las diferentes religiones se unificaban en una, la Iglesia de los Dioses de la Tierra podrían sobrevivir.

Y mientras antiguas iglesias caían, Agatha podría apoderarse de los restos.

¿En cuánto a conocerlos?

"¿De verdad Karzhal los conoció?" Preguntó Agatha curiosa cuando Fiona se fue.

En la biblioteca de su hijo había múltiples libros y notas, que eran demasiado numerosas para leerlo todo en tan poco tiempo.

Algunos libros de historia que cualquiera pasaría desapercibido había notas de Karzhal sobre los Dioses de la Tierra y los eventos mágicos en la historia de la humanidad.

"Por supuesto que los conocía. ¿De dónde crees que son los murales egipcios en la defensa de la torre mágica? Él robó los murales con las almas y si no lo hubiera hecho, el Gran Cataclismo hubiera comenzado con miles de no-muertos conscientes. Karzhal trabajó con ellos para quitar algunos peligros latentes de la tierra." Respondió Jezabel apareciendo delante de ella y sonriendo, detalló. "Por lo que descubrió, el mayor inconveniente que tuvieron los Dioses de la Tierra fueron las almas que reencarnaban en este mundo con sus recuerdos y algunas veces con pequeña porción de habilidades mágicas. Por algo existen las habilidades innatas."

¿Murales de la torre? Esos murales eran peligrosos y había cientos de miles de almas selladas en esos murales.

¿Karzhal asaltó algunas tumbas? Agatha era capaz de comprender que algunas almas se filtraran en la tierra y no era raro cuando nombres de deidades de otro mundo aparecieron.

Como el concepto del 'Diablo', que si bien en este mundo cambio, seguía siendo referencia a la niña que estaba al frente de ella.

O los Dioses Nórdicos, si es que existían como Jezabel decía.

Las habilidades innatas estaban apareciendo y algunas eran tan extrañas como misteriosas y entre ellas estaban los tipos de cambiaforma como algunos licántropos.

No era raro que Karzhal trabajara con los Dioses de la Tierra y menos cuando la pequeña podía ser el enlace perfecto para conectarlos.

"¿Has escuchado sobre los héroes que han estado apareciendo? ¿Deteniendo crímenes con trajes hechos a media? ¡Estamos en una historia de superhéroes!" Exclamó Jezabel y mientras sus ojos brillaban, anunció. "Debemos buscar planetas con razas similares a los humanos. Preferiblemente, algunas en donde sean fuertes bajo nuestro sol."

¿De qué estaba hablando? Agatha se distrajo por completo y observó a la pequeña.

Jezabel se puso la mano en su mentón reflexionando y si bien parecía que estaba actuando, la verdad era que el modo que reflexionaba era intenso.

Ella había escuchado sobre los 'héroes' que aparecían y ya no fue al estilo de su esposo, ella u otros héroes, sino que estaban inclinándose por ser superhéroes.

Tal vez era uno o dos, que se hicieron virales por las redes, pero existían y era probable que aparecieran más.

"Si obligó a algunos conocidos, podemos darle superpoderes a la humanidad y antes de que nos demos cuenta… ¡Tendremos nuestra historia de superhéroes!" Exclamó Jezabel emocionada.

Hablaba seriamente.

¿Llamaría algunos dioses para que den poderes a los terrícolas? Ella era la Diosa Primordial del Caos, aquella que podía cambiar la esencia de las personas.

¿Cuántas formas podía tomar el concepto de 'Caos'?

"Los superhéroes son aburridos." Dijo Agatha mientras comprobaba la hora.

En su casa estaba Alice que se iba a quedar a dormir con Aurora y si volvía temprano, tal vez podrían ver una película y librar a su esposo para que pudiera salir a ayudar en su rol de héroe.

Últimamente, él estaba involucrado en esos asuntos y era agradable que tuviera un tiempo propio.

"No lo entiendes, Agatha. ¿Cómo puede ser aburrido traer un alíen? Buscaré en Marte y traeré un marciano. Lo educaremos y lo meteremos en la policía para que sea el Policía Marciano. ¿O tal vez doctor? ¿Bombero? ¿Abogado marciano?"

Agatha tomó los documentos necesarios y guardó otros en sus anillos espaciales, ignorando por completo a la niña, hasta que se giró y se detuvo sorprendida.

La pequeña de cabello rubio la miraba inflando sus sonrojadas mejillas en un puchero que era adorable… Al menos, hasta que Agatha recordaba todo lo que había hecho desde que apareció.

"¡Yo quiero ir a jugar con Aurora y Alice!" Refunfuñó la pequeña.

La mirada, el modo tímido que observaba, los ojos y los pequeños movimientos expresaban enojo de una niña que la estaban apartando y fue una actuación perfecta.

No solo parecía querer ir a jugar con Aurora y Alice, sino que estaba celosa y los labios de Agatha temblaron por la actuación.

Era malditamente buena para convertirse en una niña cuando deseaba y el inconveniente era que detrás de esas 'emociones' que expresaba, podía no estar sintiendo nada.

O quizás divirtiéndose de un modo retorcido.

"Serás la tercera rueda y supongo que nadie entenderá tu humor." Respondió Agatha y viendo que Jezabel la miraba como si fuera herida, sonrió y comentó. "Aunque tengo tiempo y podemos salir a tomar algo."

Antes se hubiera enojado al escuchar que Jezabel deseaba acercarse a Aurora, pero ahora estaba de buen humor.

Su hija por fin tenía una amiga y ambas se llevaban muy bien.

Independientemente de todas las cosas que la rodeaban a ambas niñas, la amistad era honesta y Agatha estaba feliz.

Así que no tenía problemas en prestarle atención a la 'niña' solitaria.

"¿Me ayudarás a raptar un marciano?" Preguntó Jezabel observándola como una niña que pedía ayuda.

Era adorable y linda, actuando tan infantil que daba miedo.

Después de todo, estaba preguntando de modo tan lindo que la ayudara a raptar un marciano si es que existían y por más aterrador que fuera, Agatha estaba acostumbrada.

"Si te comportas." Respondió Agatha siguiéndole el juego y viendo que ella sonreía de modo adorable, preguntó. "¿Qué hizo Karzhal la primera vez que actuaste de este modo?"

La actuación era brillante y Jezabel controlaba su cuerpo como si fuera un objeto, permitiéndole sonrojarse y mostrar la timidez natural en su rostro.

Un ejemplo de lo que bien que entendía a los seres humanos al replicar los leves movimientos, tics y expresiones con tanta naturalidad.

"Huyo." Respondió Jezabel volviendo a su actuación habitual y sonriendo honestamente, reveló. "Por eso me atrajo. No soy de estar tan aburrida como para actuar en persona, pero él, al ver una niña indefensa, se fue."

Parecía divertida al contar la historia y Agatha sonrió al darse cuenta de que el modo más fácil de distraerla era incitarla a que hablara de Karzhal.

Y una prueba fue que a pesar de que Jezabel estaba leyendo los pensamientos, continuó interesada en narrar la historia.

******

En una habitación debajo de las sabanas, Aurora que encendió la linterna y miró a su compañera que le prestaba atención a los aperitivos que su padre le trajo.

Alice agarró una galleta y empezó a comer lentamente, disfrutándola totalmente.

"¿Sucede algo?" Preguntó Alice inclinando la cabeza.

Aurora observó que siguió comiendo y a diferencia, cuando a veces se perdía en la comida, Alice le prestaba atención.

"Estaba pensando en la escuela. No tengo habilidades ni poderes." Murmuró Aurora un poco nerviosa.

La escuela de usuarios de habilidades a la que iba a asistir irían niños prestigiosos y era en ese lugar en donde desarrollarían sus habilidades.

A pesar de que Aurora estaba orgullosa de decir que su padre era el Gigante de Acero y su madre la Luz de Plata, ella entendía que no era especial.

Tal vez más energética que un niño normal, pero nada más.

"Tú podrías encajar." Dijo Aurora mirando a Alice.

Especialmente el brazo negro que estaba saliendo desde la sombra sosteniendo las migajas y los trozos de la galleta que se caían, sin querer ensuciar la cama.

"¿Yo?" Dudó Alice e inclinando la cabeza, murmuró. "Nunca he ido a una escuela."

Siguió comiendo con tranquilidad hasta que terminó la galleta.

Aurora le costaba descubrir que era lo que Alice estaba pensando y a veces creía, que lo único que le importaba era la comida, pero cada día notaba más en ella.

"Que tal… ¿Si vas conmigo?" Preguntó Aurora animándose un poco y motivada, planeó. "Puedes pedirles a tus padres que..."

Se congeló al darse cuenta de que se emocionó demasiado y tocó un tema que no debía tocar.

"No tengo padres." Respondió Alice en voz baja y tomando otra galleta, siguió comiendo.

No estaba molesta, ni afectada o adolorida, para Alice fue un hecho no tener padres.

Aurora se puso incómoda, al darse cuenta de que ese era un tema que no debía tocar y era por respeto.

"No te preocupes." Dijo Alice al darse cuenta de que estaba incómoda y palmeando su hombro, la miró y anunció. "Nunca he tenido padres."

Tanta honestidad en esa respuesta llevó a que Aurora parpadeara…

"¿Nunca?" Dudó Aurora sin comprender.

No podía comprender.

Entendía que significaba ser adoptada y que era ser huérfano, pero… ¿No eran los padres quienes tenían hijos?

Algunos decían que la cigüeña lo traía, pero Aurora creía que eran mentiras inventadas por adultos.

¿Después de todo, como una cigüeña puede volar tan lejos?

¿Probablemente eran cambiaformas que se transformaban en cigüeñas o una bestia mágica como una cigüeña? ¿Una cigüeña gigante y mágica? Al final, los padres tenían que estar relacionados con todo.

"Sí." Respondió Alice y al darse cuenta de que era observada, murmuró. "No tuve padre o si los tuve, no los recuerdo. No recuerdo demasiado."

No sonaba triste, aunque las palabras se escuchaban tristes y Aurora le dio un abrazo sorprendiendo Alice.

"¿Por qué el abrazo?" Preguntó Alice primero incómoda y luego lentamente relajándose.

"Porque haremos nuevos recuerdos." Respondió Aurora y abrazándola con más fuerza, murmuró. "Iremos a la escuela juntos. ¡Le pediré a madre que me ayude y cuando vamos haremos muchos recuerdos!"

"No…"

"Déjalo a tu hermana" Anunció Aurora sonriendo mientras ponía sus brazos en la cintura sacando pecho, totalmente orgullosa.

Alice la observó durante unos segundos que se convirtieron en un par de minutos y Aurora le temblaron los brazos con vergüenza, pero se mantuvo firme.

Fue Alice quien llamó 'madre' a su mama y, por ende, ambas eran hermanas.

"Entiendo." Respondió Alice bajando la mirada.

Estaba un poco contenta, Aurora pudo notarlo por el modo que seguía comiendo.

¿Le gusto la posibilidad de ir a la escuela? A Aurora le encantaba la idea y tendría que hablar su madre para conseguirlo.