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Catorce. Declaración.

—¿Estas segura de esto? —le pregunte a Alice la tarde de un miércoles.

—Si, creo que es innecesario suspender la fiesta. —dijo segura.

—Bueno si estas segura que todo saldrá bien, entonces te apoyo. —sonreí.

—Todo saldrá bien ya lo veras. —dijo mientras picaba lo que estaba en la bandeja. —Además, ya compré tu regalo, solo necesitas abrirlo. Después de todo es la primera y última vez que te guaduas de la escuela, tiene que ser especial. —

—¿Y los asuntos pendiente? —dije refiriéndome a los neófitos.

—Jasper ya se está encargando de eso, el cree que un poco de ayuda no vendría mal. —dijo Edward en voz baja. —La familia de Tanya no es la única que hay. Carlisle está intentado dar con los amigos que tiene regados por ahí. Hasta Jasper se ha ido para hablar con Peter y Charlotte. Ha tenido en la mente la posibilidad de pedirle ayuda a María, pero nadie quiere que los sureños se involucren. No sería muy difícil que digan que sí, pero no queremos visitas desde Italia. —

—Y esos amigos nos son vegetarianos, ¿Verdad? —pregunte.

—No. —contesto Edward.

—¿Y los traerán? —

—Son amigos. Todo saldrá bien, no te preocupes. Después, Jasper tiene que enseñarnos como eliminar neófitos. —concluyo Alice.

—¿Y cuándo se irían? —pregunte nerviosa.

La posibilidad que alguno saliera lastimado no era muy atractiva.

—En una semana. —dijo Edward.

—Oh. —dije.

—Todo saldrá bien, corazón. —dijo mientras me pasaba un brazo por la cintura y me abrazaba.

—Me encantaría poder ayudar. —dije haciendo un puchero.

—No serias de gran utilidad. —dijo Alice y Edward asintió. —Acuérdate lo que dijo Jasper, solo te dejarías llevar por tus instintos y no sabrías pelear. —

Asentí dándole la razón.

—Ah. —dijo Alice de repente con expresión hosca. —Como odio las cancelaciones de último minuto y esta rebaja la lista a sesenta y cinco. —

—Wow, son muchos. —dije asombrada. —¿Quién cánselo? —

—Kim Ji Won. —dijo.

—¿Mi abuela? Pero ella ya había dicho que no. —

—Eso fue porque yo le dije que te dijera eso, para darte una sorpresa, pero algo salió mal. Encontraras un mensaje en la contestadora. —dijo Alice.

Por una parte estaba triste de que no viniera, pero por otro lado estaba aliviada de que no hiciera con la situación como esta.

Las clases pasaron normales, ya con los últimos días de clases, no teníamos mucho que hacer.

Cuando llegue a casa, la luz roja del contestador parpadeaba. Me alegre de saber que ella estaba bien, pero mi tío que trabajaba en la construcción había sufrido un accidente que tenía como resultado una pierna rota, y como era el menor de sus hijos mi abuela quería quedarse a cuidarlo. Mi abuela siguió disculpándose hasta que se terminó el mensaje. La llame rápidamente para decirle que no tenía que preocuparse y que entendía sus razones.

—Una menos. —dije cuando colgué.

—¿Una menos de qué? —pregunto Edward.

—Una persona menos de la que me tengo que preocupar. —conteste.

Asintió.

Fuimos a la sala para estar más cómodos, una vez ahí me abrazo de costado.

—Mañana después de la escuela iré de caza con Carlisle, Esme y Rosalie, iremos a un lugar aquí cerca, así que solo serán unas horas. Alice, Jasper y Emmett estarán contigo por si pasa algo. —dijo Edward.

—No creo que sea justo para ellos. —dije. —Además Jasper se va a aburrir y Emmett comenzara a burlarse de mi como siempre. —

—No será por mucho tiempo. —

—¿Y si mejor voy a La Push? No voy desde que me invitaron a la fogata. —dije volteándolo a ver. —Y recuerda que ahí estaría a salvo. —

Lo pensó por unos momentos.

—Es posible que tengas razón. —

Lo mire con más atención dándome cuenta de lo marcadas que tenía las ojeras.

—¿No tienes sed? —pregunte mientras levantaba una mano y le acariciaba el contorno del ojo.

—No. —contesto. —Queremos estar lo más fuertes posibles, talvez tengamos que cazar de camino al gran juego. —

—¿Eso les dará más fuerza? —

—Si. —contesto. —La sangre humana es la que más vitalidad nos da, aunque sea un poco. Jasper ha considerado la opción de hacer trampa. Es un tipo realista, la idea no le agrada y no la propone porque ya sabe lo que Carlisle contestara. —

—¿Y eso ayudara? —pregunte.

—Eso no importa. No vamos a cambiar nuestra forma de ser. —asentí estando de acuerdo a lo que dijo. —He ahí la razón por la que son tan fuertes. Los neófitos están llenos de sangre humana, su sangre, que reacciona a la transformación. Hace crecer los tejidos, los fortalece. Sus cuerpos consumen de forma lenta esa energía y, como dijo Jasper, la vitalidad comienza a disminuir pasado el primer año. —

—¿Yo tendré mucha fuerza? —

—Si, más que yo. —sonrió.

—¿Y qué Emmett? —pregunte con una sonrisa.

Su sonrisa se hizo más grande.

—Si. Hazme un favor, cuando llegue el momento rétalo a las vencidas. Le hace falta un golpe de humildad. —

Me reí al imaginarme ganándole a Emmett.

Después de un rato me tome el tiempo de llamar a Jacob, Edward pareció cómodo con eso, o eso era lo que aparentaba, porque solo se dedicó a jugar con mi pelo mientras usaba el teléfono.

Mi llamada había despertado a Jacob, y eso que era plena tarde. Le encantó la idea de que fuera el día siguiente a visitarlo. La escuela de los quileutes ya estaba de vacaciones de verano, así que no había problema.

Al día siguiente Edward me iba en la línea divisoria, como la vez pasada.

—¿Cómo estuvieron los exámenes? —pregunto cuando íbamos en camino.

—Historia era fácil, y en Calculo un problema si me puso a pensar, pero al final si pude, solo espero haber sacado la nota competa. —conteste.

—Estoy seguro de que te ha ido bien. —

De repente suspiro pesadamente.

—¿Qué pasa? —pregunte.

—Nada. —

Dimos la vuelta en la curva y pude ver el auto de Jacob delante.

—Bueno, te veo al rato cariño. —dije mientras bajaba del auto.

—Diviértete, corazón. —

Me despedí de el con la mano antes de subir al Golf de Jacob.

—Hola, Elina. —dijo Jacob cuando subí al auto.

La voz de Jacob sonaba normal, pero un poco cansada. Lo mire bien, tenía ojeras y los parpados se le cerraban de vez en cuando.

—¿Estas bien? —le pregunte.

—Si, solo un poco cansado. —apenas pudo decir antes de dar un gran bostezo. Cuando termino pregunto: —¿Qué quieres hacer hoy? —

—Yo creo que lo mejor es ir a tu casa. —dije mirando lo cansado que estaba. —Podemos hacer otra cosa después. —

—Está bien. —bostezo de nuevo.

Cuando llegamos a sus casa no había nadie.

—¿Y Billy? —pregunte.

—Con los Clearwater. Suele pasar más tiempo ahí desde la muerte de Harry. —

Jacob se sentó en el sofá y con pereza se hizo a un lado para hacerme espacio.

—Pobre Sue espero que se encuentre bien. —dije.

—Está bien, solo está teniendo problemas con los chicos. —

—Bueno, debe ser difícil para Leah y Seth perder a su padre. —

—Si…—volvió a bostezar mientras cambiaba la televisión de canal.

—¿Seguro que está bien? —volví a preguntar.

—Esta noche no dormí más de dos horas y la anterior solo dormí cuatro. —dijo mientras se estiraba. —Ya no puedo más. —

—¿Por qué no duermes? —

—Sam tiene problemas. No confía en los chupasangre y en que yo hable con Edward. He hecho turnos dobles sin ayuda estas dos semanas, él no lo toma en cuenta. Así que de momento soy una vigilante solitario. —

—¿Has hecho doble trabajo solo para vigilar mi casa? Jake, eso no está bien. Tienes que dormir bien. Todo estará bien si no vigilas. —

—Si como no…—dijo para después mirarme alerta y preguntar: —¿Han averiguado algo sobre el visitante? ¿Tienen alguna novedad? —

—No, aún no sabemos nada sobre mi…visitante. —

—Entonces seguiré vigilando. —insistió mientras sus ojos se iban cerrando.

—Jake, eso no es necesario. —

—No importa. Míralo de este modo, estoy esperando poder rastrear a un vampiro al cual si puedo matar. —

Solo negué, porque tenía que ser tan cabeza dura.

—Bueno, ¿Tienes algún plan especial para tu graduación? —pregunto.

—Por el momento, no…—dije, pero luego me acorde de la fiesta. —Mentira, ahora que me acuerdo, Alice me organizo una fiesta de graduación. Esta tan emocionada que creo que ha invitado a todo el pueblo. —

—Sabes, me siento ofendido, en ningún momento me ha llegado una invitación. —bromeo.

—Puedes ir si quieres, solo si prometes portarte bien. —dije.

—Está bien, está bien. —murmuro mientras sus ojos se cerraban. —Seria de lo más…prudente. —

Y en menos de un segundo ya se encontraba roncando.

Me senté en el piso para que se pudiera desparramar bien en el sofá. Tome el control remoto y comencé a cambiarle a la televisión hasta que llegue al canal culinario. Yo no cocinaba todo el tiempo pero de algo me serviría ver este canal.

Jacob siguió roncando.

No sé cuánto tiempo paso, pero los ronquidos de Jacob cada vez eran más fuertes, así que le tuve que subir el volumen a la televisión. Lo que no previne es que de repente llegara un comercial que hizo un sonido tan fuerte que Jacob se levantó de un salto y listo para atacar.

—¿Qué? ¿Qué pasa? —pregunto desorientado.

—Siento haberte despertado. —dije mientras le bajaba el volumen al televisor.

—¿Elina? —

—Hey. —dije como saludo.

—¡Maldita sea! ¿Me quede dormido? ¿Cuánto tiempo? —

—No estoy segura, creo que unas horas. —dije.

Me senté otra vez en sofá con él a mi lado.

—Oh, como lo siento, Elina. —

Sonreí.

—No importa, Jake. Yo sabía que estabas cansado, la verdad necesitabas estas horas de sueño. —

—Últimamente no hago nada. No me sorprende que Billy se la pase afuera. Soy un desastre. —dijo dando un bostezo y poniéndose de pie para quitarse la pereza.

—Ya te miras más descansado. —

—¿Y si vamos a fuera? Necesito dar un paseo o me voy a volver a quedar dormido. —

—Si todavía tienes sueño vuelve a dormir, Jacob, la verdad no me importa. Llamare a Edward para que venga a recogerme. —me levante para tomar mi celular de mi bolsillo trasero.

—No, quédate. No puedo creer que desperdicie tanto tiempo. —se regañó.

Me tomo del brazo y comenzó a jalarme hacia afuera.

El tiempo había refrescado un poco. El clima era anormalmente frio, lo más probable es que se acercara una tormenta. Al avanzar un poco más Jacob se dio cuenta del frio, eso lo puso alerta.

—Ya te dije que te puedes quedar dormido, no importa. —dije mientras me jalaba. —Si me puedes soltar. —no lo hizo y siguió jalándome.

—Quería hablar contigo. No lo puedo creer…—

—Jacob. —advertí mirando mi brazo.

Ahí fue cuando se detuvo y me soltó. Desvió la mirada a los árboles.

—Mira, pensaba decirte esto de manera diferente. —soltó una risa nerviosa. —De una forma más sencilla, preparar el terreno, pero…no hay tiempo para eso—volvió a soltar la risa nerviosa.

—No entiendo nadita. —dije confundida.

—Quiero decirte algo que ya sabes, pero de todos modos tengo que decirlo en voz alta para que no haya conficiones al respecto. —

Lo miré confundida, de repente, estuve segura de lo que iba a decir y no quería pasar por eso, me había comenzado a sentir incomoda.

Jacob frunció el ceño, tomo aire y dijo lo que temía:

—Estoy enamorado de ti, Elina. —dijo de forma decidida. —Te quiero, y deseo que me elijas a mí en vez de a él. Se que tu no sientes lo mismo que yo, pero necesitaba decirlo para que sepas tus opciones. No me gustaría que la falta de comunicación se interpusiera entre nosotros. —