—Ah~…esto es tan relajante. —dije mientras flotaba en el agua.
Estábamos descansando en un rio mientras Sokka miraba la mejor ruta para llegar a Ba Sing Se.
—¡Bala de cañón! —grito Katara mientras se lanzaba de un risco hacia el agua.
Fue tanta la fuerza que nos sacó a Aang y a mí del agua, y mojo todos los pergaminos de Sokka.
—Claro solo son unos mapas de cinco mil años que saque de la biblioteca, puedes mojarlos si quieres. —
—Lo siento. —dijo Katara y seco los mapas con agua control.
Todos nos acercamos a Sokka.
—¿Qué camino seguiremos? —pregunte.
—De acuerdo, acabamos de salir del desierto así que estamos por aquí y queremos ir a Ba Sing Se que esta acá. —señaló el mapa. —El único camino que conecta el sur con el norte es esta faja estrecha llamado "El paso de la serpiente" —
—¿Es la única opción que tenemos? —pregunto Toph.
—Es la única forma. Recuerda que no está Appa para que nos lleve. —dijo Sokka como si nada.
Le pegue en el brazo.
—Auch, ¡¿Por qué hiciste eso?! —
—Que insensible eres. —dije.
Volteamos a ver a Aang.
Estaba serio y se miraba desanimado.
—Está bien, Lin. —dijo el. —Estaba muy triste por lo de Appa pero ahora solo quiero concentrarme en llegar a Ba Sing Se y contarle al Reino Tierra sobre el eclipse solar. —
—Me alegra saber que estas mejor. —dijo Katara.
—{No lo está.} —pensé.
Me acerque a él y tome su mano.
—No podemos distraernos, Ba Sing Se nos espera. —dijo Sokka guardando el mapa.
—¡Hola, ¿Cómo están, amigos refugiados? —
Gritaron a nuestras espaldas.
Eran tres personas, un hombre y dos mujeres.
Una de ella estaba embarazada.
Cuando se acercaron se presentaron, dijeron que iban como nosotros a Ba Sing Se. Nos alegramos en tener compañía pero al decir cuál era nuestra ruta se escandalizaron y dijeron que esa era una ruta mortal así que propusieron ir juntos a "La Bahía de la luna llena" la cual era la vía más rápida para ir a la ciudad del Reino Tierra.
Al llegar a la bahía, fue impresionante ver cuantas personas habían sido desterradas por la Nación del Fuego.
Nos acercamos a hacer fila para que nos dieran el permiso que nos haría entrar a la ciudad.
—¡Siguiente! —grito la señora que estaba frente a nosotros.
—Eh… cuatro boletos para el trasbordador a Ba Sing Se. —dijo Aang.
—Pasaportes. —pidió ella.
—Nadie nos dijo que necesitábamos pasaportes. —
—¿Acaso no sabe quiénes son ellos? —pregunto Sokka apuntándonos a Aang y a mí. —Son el Avatar y la Ānníng. —
—Ja, ya han venido como cien que dicen ser el Avatar y la Ānníng. Y sus disfraces no son muy convincentes. —apunto hacia un lado.
Había varios chicos y chicas vestidos con ropa parecida a la nuestras pero de diferentes colores y las chicas tenían pelucas rubias. Hasta había un hombre disfrazado de mí.
La señora me miro.
—He mirado pelucas mejores. —
—¿Qué le pasa? —dije indignada. —Esto es natural, vieja…—Aang me tapo la boca.
—Además no se permiten animales. —dijo cuando vio que Momo se paró en mi hombro. —¿Quieren que llame a seguridad? —
Apunto hacia un oso ornitorrinco que comía o más bien destruía un puesto de coles.
Negamos rápido.
—Déjenme esto a mí. —dijo Toph mientras se acercaba al mostrador y sacaba un papel con el sello de su familia.
—Que tonta, yo tengo uno igual pero el mío tiene el sello real. —pensé.
—Mi nombres Toph Beifong y quiero cinco boletos. —
La mujer se sorprendió.
—El sello dorado del jabalí volador. —hizo una reverencia. —Sera un placer ayudar a cualquiera de la familia Beifong. —
—Se lo agradezco. Como puede ver soy ciega, ella es mi amiga la princesa Lin del Polo Norte y ellos tres son nuestros sirvientes. —
Sonreí y toma pose de princesa.
—¿Pero el animal? —
—Es mi lémur lazarillo. —
Rápidamente puse a Momo en su hombro.
—Bueno, generalmente entregamos un solo boletos por pasaporte pero este boleto es tan oficial. Supongo que vale cinco boletos. —
—Se lo agradezco mucho. —dijo Toph mientras tomaba los boletos.
Tome la mano de Aang y comenzamos a caminar al trasbordador que nos tocaba pero fuimos detenidos por una guardia que resulto ser Suki.
Nos contó que ella y sus compañeras se habían ido de Kyoshi por que las habíamos inspirado a ayudar a las demás personas pero terminaron escoltando refugiados en la bahía y mejor se quedaron.
Entonces pregunto por Appa y el clima se puso tenso y triste.
—Desafortunadamente nos robaron Appa. —dije triste. —Creemos que esta en Ba Sing Se. —
—Lamento mucho escuchar eso, ¿Cómo te sientes Aang? —pregunto Suki.
Todos voltearon en nuestra dirección.
—Me siento bien, ¿Podría dejar de preocuparse por mí? —pidió irritado.
Aprete su mano en forma de apoyo, sabía que comenzaba a molestarse y no quería que los demás lo estuvieran atosigando.
—¡Avatar Aang! ¡Ānníng Lin! —escuche la voz de Ying, la mujer embarazada. —Tienen que ayudarnos, alguien robo todas nuestras cosas, los pasaportes, los boletos, se llevaron todo. —comenzó a llorar.
—Tranquila, hablaremos con esa mujer. —dijo Aang.
Entonces fuimos con la mujer gruñona y dijo:
—¡Sin pasaportes no hay boletos! —
—Pero está embarazada y robaron todas sus cosas, tiene que hacer una excepción. —dijo Aang.
—¡Sin excepciones! ¡Si empiezo a regalar boletos a cada caso especial se acabaría el orden y debes de saber que sin orden se acabaría la civilización! —
—¿Y si les damos nuestros boletos? —
—¡No! —
—Pero…—
—¡Siguiente! —
Entonces me acerque al mostrador, saque el sello real y le di mi mejor sonrisa.
—¿Esto ayudaría a cambiar su decisión? —pregunte.
Hizo la misma cara que cuando vio el de Toph.
—Princesa, lamento mucho decirle que no podre cambiarla. —dijo cambiando su tono de voz a una más amable. —Como ya le dije al niño calvo, no puedo ir regalando boletos. —
—Pero con nosotros hizo una excepción. —dije.
—Si, ahí ya rompí las reglas al regarles cuatro boletos con un pasaporte, no me puedo dar el lujo de regalar más. Lo siento princesa. — hizo una reverencia
Asentí y me fui con los demás.
—No se preocupen. —dijo Aang. —Llegaran a la ciudad a salvo. Los guiare por "El paso de la serpiente" —
Todos nos sorprendimos.
Entonces ahí nos tienen, caminando hacia el paso mortal que no guiaría a Ba Sing Se con una mujer embarazada, su familia y Suki, que al final decidió ir con nosotros.
Al llegar nos topamos con un camino algo empinado y estrecho.
—Aquí hay algo escrito. —dijo Ying mientras lo leía. —Que horrible. —
—¿Podría leerlo? —pregunto Toph.
Katara se acercó.
—Dice…abandonen la esperanza. —
—No podemos hacer eso, es lo único que nos queda. —lloro Ying contra el pecho de su esposo.
—Puede ser. —dijo Aang. —Los monjes dicen que la esperanza es solo distracción, tal vez tenemos que abandonarla. —
—¿De que estas hablando? —pregunte.
—La esperanza no nos llevará a Ba Sing Se y no nos devolverá a Appa. Hay que concentrarse en lo que estamos haciendo ahora y eso es atravesar ese paso. —
Lo mire triste.
—Si tú lo dices. —dije y comenzamos a caminar.
Estábamos caminando cuando vimos como pasaba un barco de la Nación del Fuego. Intentamos no hacer nada que les llamara la atención pero el esposo de Ying, Than, casi cae por el risco al romperse la roca donde estaba parado.
—¡Nos vieron, tenemos que irnos—grito Sokka.
Los soldados de la Nación del Fuego comenzaron a lanzarnos bolas de fuego pero Aang pudo interceptar una y lanzársela de regreso.
Aprovechamos para salir corriendo.
Al anochecer decidimos hacer un campamento y dormir un poco.
Busqué a Aang con la mirada y vi que estaba en un risco mirando al mar.
—¿Sabes? Está bien extrañar a Appa, yo también lo extraño. —dije cuando me acerqué a él. No me contesto. —¿Qué te está pasando? en el desierto solo pensabas en recuperar a Appa y ahora parece que no te importara. —
—Tu viste lo que paso. Estaba tan enojado por no encontrar a Appa que no pude controlarme es una sensación horrible. —
—Pero no te estas dejando sentir nada, sé que duele tener esperanza pero tienes que dejarte sentir. —
Me acerqué más a él y le di un abrazo.
—Gracias por preocuparte, Lin, pero estoy bien. —se soltó camino hacia el campamento.
Suspiré triste y lo seguí para ir a dormir.
Al día siguiente nos levantamos temprano y seguimos con nuestro recorrido hasta que llegamos a una parte de él dónde un gran tramo estaba cubierto de agua así que Katara y yo formamos a todos en una fila, para después comenzar a separar el agua, cuando todos estuvieron adentro entre las dos formamos una burbuja que cubrió a todos mientras caminábamos.
Pero de repente una cosa gigante atravesó la burbuja haciéndola colapsar.
Por suerte Toph logro elevarnos en una columna de roca.
Ahí me di cuenta de que lo que nos había atacado era una serpiente marina gigante.
—¡Ahora veo porque se llama el paso de la serpiente! —grito Sokka y miro a Suki. —Tu eres experta en monstruos acuáticos, ¡Haz algo! —
—¡Que viva cerca de una anguila no me hace experta! —contesto molesta.
Entonces Sokka tomo a Momo y lo levanto.
—Oh gran serpiente acuática, por favor acepta esta rica y humilde ofrenda, gracias. —
—¡Sokka! —lo regañe.
La serpiente quiso atacarnos pero Aang lo desvío con un golpe de aire.
—Yo la distraeré ustedes traten de avanzar. —dijo.
—Voy a ayudarlo tu encárgate de que pasen al otro lado. —le dije a Katara.
Me lancé al agua e hice una tabla de hielo para poder ir hacia el monstruo. Congele la mayor parte de su cuerpo para que estuviera distraído en lo que Aang volaba cerca de él. Después entra Aang y yo hicimos un remolino de agua que la puso a dar vueltas como loca y haciendo que se estrellara contra las rocas, al fin desistiendo de seguir atacándonos.
Después de seguir con nuestra caminata y salir de "El Paso de la serpiente" logramos ver a lo lejos los muros de Ba Sing Se.
Pero de repente Ying se quejó de dolor mientras abrazaba su vientre.
—¿Qué le pasa? —pregunto Sokka.
—Ya va a nacer el bebé. —contesto la embarazada.
—¡¿Qué?! ¿Ahora? ¿No puede hacerlo esperar? —
—Cálmate. —dijo Katara. —En la tribu ayude a Gran-Gran abuela en muchos partos. —
—¡Esto no es igual que el parto de una foca ártica! —grito Sokka alarmado. —¡Esto es una cosa humana! ¡Real! —
Katara lo miro mal.
—Esa cosa se llama bebé y también ayude a nacer a muchos de ellos. Aang trae unos trapos, Sokka agua, Toph necesito que hagas una tienda de tierra, una muy grande. —rápidamente todos hicieron los que les ordeno. —Suki, Lin, acompáñenme. —
—¿Quién? ¿Yo? —pregunte nerviosa. —Yo no sé qué hacer. —
—Solo me ayudaras, vamos. —dijo Katara.
Suspire y entre detrás de ella.
Katara le dijo a Than y la hermana de el que acostaran a Ying en las mantas que habíamos acomodado y que la sujetaran fuerte de las manos. Ying solo se dedicaba a respirar muy fuerte y a soltar gritos de vez en cuando.
—Vas muy bien, Ying. ¡Sokka, ¿Dónde está el agua?! —grito Katara. —Ahora tienes que pujar…1…2…3… ¡Puja! —
Y justo en el tres Sokka decidió entrar con el agua… miro sorprendido a la embarazada ¿Y qué paso? Pues se desmayó.
Con agua control levanté el agua y la volví a poner en el cuenco donde Sokka la había traído.
Todo paso demasiado rápido pero en menos de un parpadeo ya podíamos escuchar el llanto de un bebé.
—Es una niña. —dijo Katara feliz.
Le pase el agua, entre Suki, Katara y yo la comenzamos a limpiar.
Era tan bonita.
La envolvimos en su cobija y se la pasamos a sus padres.
Vi como Toph y Sokka entraron a la tienda sin Aang así que caminé hacia la entrada y vi a Aang sentado con la mirada en el piso.
—Cariño, no te puedes perder esto. —dije y volví a entrar a la tienda.
—Suena saludable. —dijo Toph.
—Si y es muy hermosa. —dijo Katara.
—Se ve tan pequeñita. —dijo Sokka.
—¿Cómo la llamaremos? —pregunto Than.
—Quiero que el nombre de nuestra hija signifique algo. —dijo Ying.
Sentí que alguien tomaba mi mano. Era Aang, se miraba diferente, le brillaban los ojos y sonreía.
—Han sido tiempos muy difíciles para mí pero me han devuelto la esperanza. —sonreí, abrasé su brazo y le di un beso en la mejilla.
—Ahora ya se cómo se llamará nuestra bebé. —dijo Ying. —Esperanza. —
—Es un hermoso nombre, me gusta. —dijo su esposo.
Aang me jalo hacia la salida, nos alejamos un poco de la tienda y se puso delante de mí.
—Pensé que trataba de ser fuerte pero en realidad estaba escapando de mis sentimientos y ver a esa familia reunida, llena de felicidad y amor me recordó lo que siento por Appa…y lo que siento por ti. —
Sonreí y lo abracé con todas mis fuerzas. No pude retener las lágrimas que se escaparon de mis ojos.
Nos separamos un poco y le di un beso en los labios, sonriendo mientras lo hacía.
Escuchamos pasos acercarse a nosotros y nos separamos.
—Lo prometo, traeré a Appa de vuelta. —dijo mientras Toph le devolvía su planeador. —Esto es lo que tengo que hacer. —
—Nos veremos en la ciudad. —dijo Sokka.
—Saluda de mi parte a esa enorme bola de pelos—dijo Toph dándole un golpe en el brazo.
Se quejo y se sobo.
—Lo encontraras. —dijo Katara.
—Seguro que no quieres que te acompañe. —pregunte.
—Es algo que tengo que hacer. —
Asentí entendiendo.
Abrió su planeador volando junto con Momo en busca de Appa.
—Adiós. —se despidió Sokka.
—¡Cuídate! —grite. —¡Cuídalo, Momo! —
—El estará bien, Lin. —dijo Katara poniendo una mano en mi hombro.
Sonreí y asentí mientras lo veía alejarse.