—Siempre quise que ella fuera fuerte e independiente, pero ahora que se ha ido, no me importa toda esa mi*rda. ¿Por qué Lith no la detuvo? Aunque todavía era un poco joven, podría haberse casado si sus padres hubieran dado su aprobación.
—¡Es gracioso viniendo de ti! —Jirni se burló—. Tal vez si en lugar de entrometerse en mis planes me hubieras ayudado, las cosas serían diferentes. O tal vez, Lith la conocía lo suficiente como para entender que no podía detenerla.
—Nada está perdido todavía. Ella está en el ejército y él se unirá al ejército. Ahora, basta de lamentarse. Quylla nos necesita más que nunca.
***
Casa de Lith, mismo momento.
Después de más de seis meses, Lith y Phillard habían llegado a un momento crítico en su esfuerzo. Las impurezas en el cuerpo de Kroxy estaban tan cerca de su núcleo cian brillante que casi se tocaban.
—Está bien, he hecho todo lo que puedo —dijo Lith—.
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