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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Mundo Shinobi - Virtud - 257

La fiesta de bienvenida se llevó en completa armonía a pesar del malhumor de Tsunade. Nawaki se sentó en el regazo de Kain mientras Naomi a la derecha y Kaoru a la izquierda, lo alimentaban como a un rey. Nawaki era feliz porque la comida y los dulces eran deliciosos.

Al mismo tiempo, Kain abrazaba a Nawaki por detrás para que no cayera hacia delante de lo cabezón que era. Él le peinaba los cabellos castaños y lo veía sonreír con tal naturalidad que parecía mágico. Kain sonrió al verlo sonreír y atiborrar su boca de comida, haciendo reír a las chicas para que después lo elogiaran. Kain se preguntó si su tío sentía lo mismo cuando lo cuidaba. Acaso pensó en que, a pesar de cómo estaba el mundo, pudo proteger a un inocente. En ese caso, Kain debería estar orgulloso porque pudo proteger está sonrisa inocente. Incluso si fue manipulado por Tobirama, pudo proteger Konoha y el sueño de su tío.

La fiesta continúo y cuando dieron las seis de la tarde, Kain miró el reloj en la pared y realizo una sonrisa incomoda. Después miró hacia la larga mesa que se extendía por delante de él, viendo al lado derecho como Mito, Naoko y Aoi conversaban de buen humor y se reían. Kaoru y Naomi conversaban mientras el pequeño Nawaki dormía en los brazos de Kain. Del lado izquierdo de la mesa estaban Rei, Nagisa, Tsunade y Kiyomi. Rei dominaba la conversación mientras Nagisa hacia intervención inteligentes. Al mismo tiempo, Tsunade y Kiyomi intervenían para llamar la atención de Rei.

Kain miró a Naomi a su derecha y le susurro —Naomi ¿Puedes decirle a sensei que necesito atender un asunto?—

—Dame un segundo, Kain-kun— dijo Naomi, se levantó y camino hacia Mito

Kaoru sentada al lado izquierdo de la mesa, preguntó —¿Qué necesita, Kain-sama? Kaoru no tiene nada que hacer, le puedo ayudar—

—Gracias, Kaoru— dijo Kain con una sonrisa, extendió su mano izquierda y Kaoru acercó su mano derecha. Se tomaron de las manos y Kain continuo —pero necesito ver mis nuevos discípulos. Ellos son Uchiha y ya sabes lo que decía la abuela—

Kaoru miró hacia un lado con una expresión nostálgica recordando a Naori y asintió —entiendo, Kain-sama, pero debe volver temprano—

—Volveré lo antes posible, no te preocupes—

—¿Qué sucede, mocoso?— preguntó Mito mientras se acercaba

—Necesito atender unos temas, así que le quiero entregar a Nawaki— dijo Kain tomando a Nawaki con ambas manos y alzándolo. Mito asintió y lo recibió en sus brazos. Kain se puso de pie y continuo —volveré en unas dos o tres horas. Todo depende de cómo se comporten mis discípulos—

Mito miró a Kain con cierta reticencia, ya que se estaba llevando un peso que no le correspondía. Más sabiendo que el anterior patriarca no fue amable con él ¿Por qué tendría que cuidar de esos mocosos? Ella negó con la cabeza

—No vuelvas tarde— dijo Mito y camino de vuelta a su asiento.

Kain miró a Naomi, ella se acercó y él le dio un pequeño beso en los labios. Eso capto varias miradas, sobre todo la de las pequeñas Tsunade y Kiyomi. La primera frunció el ceño mientras la segunda se tapaba los ojos con las manos, pero tenía los dedos abiertos, así que de todos modos miraba.

Después Kain se acercó a Kaoru, la cual se puso roja como tomate y agacho la mirada. No obstante, Kain le tomo la barbilla y levantó su rostro. Ella lo miró a los ojos, cerró sus ojos y Kain le dio un pequeño beso igual que Naomi.

—Me voy— dijo —volveré en un par de horas—

Kaoru abrió los parpados con una mirada rebosante de anhelo —que le vaya bien— dijo

Kain le dio la espalda, camino hasta la puerta corredera y la abrió. Entonces miró a la mesa y sus ojos se posaron en Mito, quien sonreía feliz. No obstante, al notar que Nawaki se estaba empezando a mover, cerró la puerta corredera lo más rápido posible y arranco. Ese pequeño parecía tener un radar, pensó Kain. Cada vez que él iba a salir o volvió era el primero en enterarse. Cuando Kain salía, Nawaki lo quería acompañar, pero como no podía porque todavía estaba pequeño, se ponía a llorar. Por otro lado, cuando Kain volvía a la casa, Nawaki era el más feliz.

—¿Me preguntó si yo también era así?— murmuro Kain avanzando por el pasillo. A pesar de ser reencarnado, el cerebro en los primeros años de vida está poco desarrollado, por lo cual recuerda su niñez como pequeñas imágenes que parpadean saltando de un recuerdo a otro.

Kain giro a la izquierda en el cruce de pasillos y continúo avanzando hasta la puerta corredera que daba al patio frontal. Saco sus sandalias de madera, se las puso y después abrió la puerta corredera. Entonces al salir al patio notó que, en estas dos horas de diversión, el cielo se había nublado y corría un viento frio.

Kain se arregló el haori blanco y juntó sus manos como si estuviera rezando, resguardándolas dentro de las mangas del haori. Después camino mirando los jardines a los costados del camino empedrado y notando que algunas se estaban marchitando por la temporada. El pasto se estaba volviendo café y los árboles habían perdido sus hojas.

Una vez que llegó a la puerta torii, miró hacia la vereda del frente, donde se veían las casas de los civiles. Algunos ya habían cerrado las ventanas y puertas de sus casas para resguardarse del clima. Los postes de luz ya habían sido instalados hace una semana, pero todavía no contaban con el cableado necesario.

Kain doblo a la derecha y avanzó por la vereda con dirección norte hasta el cruce de las dos avenidas. Cruzo al frente donde se veían las bonitas casas tradicionales y se detuvo en la esquina. La casa tenía una muralla de dos metros de alto, igual que las casas a la izquierda y detrás de ella. Todas esas casas pertenecían a los shinobis que murieron en la guerra y ahora estaban a la venta. Kain ya había arreglado el asunto con el viejo mono (Sasuke Sarutobi) para que le vendiera los terrenos y pudiera construir el salón de té de La Luna y la Serpiente. Dentro de todo, Kain se preguntaba si había conocido en los campos de batalla a los anteriores propietarios.

Después siguió avanzando por la avenida que cortaba en Konoha por la mitad hasta alcanzar el distrito Uchiha y ahí se metió por unas calles con dirección norte. Poco a poco se hizo el camino hasta la mansión en forma de pagoda que debió pertenecer al patriarca.

En ese momento del día, siendo las seis y media de la tarde, no andaba mucha gente además de la policía militar que hacia sus rondas. Muchos ya se habían resguardado en sus casas y habían encendido sus chimeneas. Por lo cual, Kain pudo avanzar hasta la puerta de la mansión sin ningún problema.

—Hola, soy Kain Uchiha, vengo por Kenzo y Kenji— dijo Kain mientras percibía que alguien estaba a unos diez metros de la puerta. Los pasos se escucharon sobre el piso de madera, se detuvo, se puso unas sandalias de madera y se acercó a la puerta para abrirla.

—Hola, Kain-sama— dijo Haruko, la sirvienta de la familia. Ella seguía viéndose joven, con un largo delantal blanco.

—Hola, Haruko— respondió Kain con una sonrisa —¿Cómo haz estado?—

—Bien, Kain-sama. Kenzo-sama y Kenji-sama lo estaban esperando— continuo Haruko

—Lo siento, tuve que atender un asunto y me demoré más de la cuenta ¿Los puedes llamar?—

—Sí, de inmediato—

Haruko dejo la puerta abierta y fue a buscar a los muchachos. A los pocos minutos volvió con Kenzo y Kenji, de diez y seis años. Kenzo medía 1,30 mts, de contextura delgada y cabello corto. Kenji media un poco más de un metro de estatura y más rellenito que su hermano. También llevaba el cabello corto, pero si había algo que los diferenciaba era su actitud. Mientras Kenzo iba serio como si fuera al combate de su vida, Kenji parecía que iba a ir a jugar.

Kain los espero en la entrada, con las manos entrelazadas y resguardadas bajo las mangas de su haori

—Hola, Kain-sama— dijo Kenzo con una expresión seria mientras se detenía a un metro de distancia

—Hola, Kain-sama— dijo Kenji deteniéndose al lado de su hermano mientras Haruko se detenía detrás de ellos.

—Desde ahora llámenme sensei, vengan conmigo— dijo Kain y les dio la espalda. Kenzo y Kenji miraron a Haruko y ella asintió. Después se despidieron de ella y siguieron a Kain. Este último caminaba con dirección Sureste, con dirección a la muralla de Konoha.

—¿Cómo han estado?— preguntó Kain mientras avanzaba

—Bien— respondió Kenji con naturalidad mientras Kenzo se quedó callado

—¿Qué sucede, Kenzo? ¿No te ha pasado nada hoy?— preguntó Kain mirando hacia atrás de soslayo

—Nada en particular— respondió Kenzo en voz baja

—Eso es bueno, quiere decir que tienes mucha energía y que podemos entrenar hasta el cansancio. A todo esto— dijo Kain con una sonrisa en los labios —¿Cómo se les da la manipulación del chakra y escalar paredes?—

—Yo lo sé hacer— dijo Kenzo con seriedad

—¿Qué es eso?— preguntó Kenji

—No te preocupes, Kenji— respondió Kain —tu hermano te lo mostrara y después tu entrenaras—

—Tu eres el sensei ¿Por qué yo tengo que hacerlo?— dijo Kenzo frunciendo el ceño

—Porque yo lo digo, Kenzo, si quieres desafiarme puedes hacerlo, pero tienes que estar preparado. Te prometo que seré lo suficiente estricto como para darte la lección de tu vida sin dejarte ningún daño permanente—

—En ese caso, en ese caso ¡Te desafío!— dijo Kenzo

Kain se detuvo y se volteó para mirarlo —¿Estás seguro?— preguntó

—Por supuesto, solo eres un poco más alto que yo ¿Qué me podrías hacer?—

Kain sonrió y se dio la vuelta —creo que te llevarías bien con Sakumo— respondió y continúo caminando.

Una vez que los tres llegaron a la muralla Este de Konoha se encontraron con amplios terrenos cubiertos de pastos y rocas. Los terrenos medían cincuenta metros de largo, lo cuales separaban las casas de los Uchihas de las murallas. Por temas de seguridad no había arboles ni arbustos donde alguien se pudiera esconder.

Kain se detuvo a diez metros de distancia de la muralla y dijo —vamos, Kenzo, primero sube la muralla hasta la parte más alta y muéstrale a tu hermano como se hace. Después lucharemos todo lo que quieras—

Kenzo bufo y le dio una mirada llena de desdén, pero de todos modos avanzó hasta la muralla, se quitó las sandalias y coloco un pie en la superficie de concreto. Una vez que comprobó que estaba correctamente adherido a la superficie coloco el otro pie y empezó a caminar por la pared a paso lento. En términos simples, Kenzo sabía caminar por la pared, pero de ahí a que tuviera la destreza de hacerlo rápido era un largo trecho. Al menos se demoraría un mes de intenso entrenamiento bajo la tutela de Kain.

—Vamos, Kenzo— grito Kain desde el suelo —pareces un caracol, yo ya hubiera bajado y subido de esa muralla un par de veces—

—Cállate, idiota— grito Kenzo desde la mitad de la muralla, volteó su rostro miró hacia abajo y se puso nervioso. Sintió que sus pies se despegaron por un segundo, pero dirigió todo su chakra a los pies para evitar caerse. Lo cual logro de momento, pero a los pocos segundos después, se quedó sin chakra.

Kain saltó más de tres metros en el aire y lo agarro en sus brazos para que no se fuera a lastimar. Eso solo demoraría su entrenamiento. Por otro lado, una vez que cayó al suelo, soltó a Kenzo y este cayó de espaldas sobre el pasto golpeándose la nuca. Kenzo se agarró la cabeza con ambas manos y se giró de lado a lado mientras se quejaba adolorido.

—¿Qué sucede? Pensé que ya sabías— dijo Kain en un tono burlesco

Kenzo quito las manos de su cabeza y se sentó, después miró a Kain con un claro enfado en su mirada y le dijo —solo me descuide, eso es todo. Tú me hiciste trampa—

—Claro, claro, bueno, inténtalo de nuevo— dijo Kain con una sonrisa maliciosa —pero esta vez no te atrapare si te caes—

Eso hizo callar a Kenzo y tragar saliva. Kain se puso en cuclillas y lo miró a los ojos mientras Kenzo seguía sentado en el pasto.

—Escúchame mocoso, tienes que aprender a diferenciar el orgullo de la soberbia ¿Entendido?— preguntó Kain con un rostro serio

Kenzo trago saliva, agacho la mirada y después asintió.

Kain le dio un coscorrón en la cabeza y se puso de pie —vamos, Kenzo, si realmente quieres volverte fuerte y cuidar de tu okaa-sama y tu otouto, puedo enseñarte ¿O acaso te gusto esconderte mientras esos viejos locos se atacaban entre sí?—. Kenzo negó, levantó la mirada y Kain le tendió la mano —vamos, tenemos mucho que entrenar—

Kenzo tomo la mano de Kain con poca convicción y Kain lo ayudo a ponerse en pie.