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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Mundo Shinobi - PGM - 192

Kaoru estaba enfocada en mantener una imagen de todo su alrededor, sin que escapara ningún detalle. Los doscientos metros de diámetro y las murallas que ascendían formando el domo de hielo eran el área efectiva de donde podía venir un ataque. No obstante, solo había una imagen que se podía dividir en varias decenas de cuerpos. Sin embargo, cada imagen debía emerger para poder realizar el ataque. Lo cual les daba un pequeño margen para repeler el ataque y contraatacar.

Los clones del anciano con cara de loco eran raros, pensó Kaoru. Aunque los golpearan seguirían moviéndose hasta que los destruyeran por completo. De lo contrario, se hundirían en el hielo y volverían a emerger regenerados. No obstante, Kaoru abrió y cerró su palma izquierda recordando la sensación de golpear a uno diferente.

Kaoru tomo una profunda respiración tratando de apartar sus pensamientos y concentrándose en este momento. Su sensei estaba atenta al enemigo y si Kaoru se descuidaba, su sensei la castigaría. Por otro lado, de repente Kaoru empezó a captar que otras fuentes de chakra se acercaban al anciano en el hielo.

-Sensei- dijo Kaoru siguiendo el movimiento de las fuentes de chakra en el hielo -estamos rodeados-

-Explícate- respondió Mari Hatake, molesta por su incapacidad de ver más allá del gran domo de hielo.

-Muchas fuentes de chakra se están acercando a la fuente de chakra del Mizukage-

Mari mostro una sonrisa y dijo -eres mis ojos Kaoru, dime donde-

-Cien metros por delante, a un metro de altura desde el piso. Todas las fuentes de chakra se están concentrando a lo largo-

Mari mostro una gran sonrisa astuta y cerró los ojos por un momento mientras emergían las marcas del modo sabio sobre su rostro.

Por otro lado, dentro del espacio dimensional generado dentro del hielo, los miembros del clan Yuki se movían como si estuvieran volando. Una vez que llegaron delante del patriarca, que también era el Mizukage, se postraron delante de él.

-Patriarca- lo llamaron los mayores del clan Yuki mientras los jóvenes solo agachaban la cabeza y se mantenían callados -¿Cómo se encuentra?-

-Bien- respondió el mizukage Byakuren tosiendo a causa del inesperado daño que recibió por parte de Kaoru -solo sufrí un pequeño percance- entonces junto sus palmas y las partículas de hielo reunieron delante de él. Después entrelazo sus dedos para reforzar su concentración sobre los clones y se formaron cuarenta copias de él. Una vez que estuvo preparado, miró hacia afuera del hielo y señalo a sus copias para que atacaran a Mari y Kaoru. Las copias se desplazaron dentro del hielo, salieron por diferentes paneles de hielo que conformaban el domo.

Byakuren se dio la vuelta y miró a sus descendientes. Solo quedaban cincuenta vivos de los cien que habían venido, una pena, pero era el precio que pusieron los otros clanes de Kiri por continuar el ataque a Konoha y perder a las espadas de Kiri. Esos bastardos de los otros clanes le reclamaron que todo esto era su culpa por no esperar a un consenso entre todos. Si hubieran atacado juntos, nada de esto hubiera pasado. Sin embargo ¿se podía confiar en esos tipos? Para nada. Ese muchacho Hozuki quería su lugar como mizukage y los Terumi lo secundaban en todo lo que decía. El resto de los clanes también pensaban en sacarlo de su posición; unos pensando que estaba demasiado viejo, otros que era malo estar aislados del mundo, otros por una módica suma, cortesía del clan Hozuki. Todo el mundo tenía una razón para sacarlo del puesto de Mizukage, pero más que cualquier otra cosa, querían debilitar su clan. Así que solo podía realizar esta invasión por su cuenta o regresar y verse aplastado por los otros.

-¿Cómo va el ataque?- preguntó Byakuren

Uno de los seniors de cabello oscuro y algunas canas a los costados de su cabeza, respondió -bien, pero…-

-¿Pero qué?- preguntó Byakuren molesto, ya tenía bastantes preocupaciones como para seguir alargando esta lucha.

-¡Cuidado, señor!- grito un muchacho apuntando hacia afuera del hielo.

Byakuren se dio la vuelta para mirar y vio a Mari Hatake corriendo hacia el cristal en donde él estaba de pie junto con los de su clan. No tenía miedo al ataque, ya que el hielo era su protección. No obstante, de repente noto las extrañas marcas en el rostro de Mari y la energía verdosa que rodeaba la espada. Ella extendió la energía como si alargara su espada y cortó el hielo en horizontal.

El espacio dentro del hielo se comenzó a agrietar y sintió un intenso dolor en su estómago. De repente se vio impulsado hacia atrás y enviado fuera del domo de hielo junto con los miembros de su clan. Al mismo tiempo, el domo de hielo se empezó a trizar. Pronto los paneles de hielo se empezaron a romper en fragmentos dejando ver el cielo nublado del exterior.

Mari al ver el colapso de la construcción corrió hasta Kaoru, la niña saltó a su espalda y Mari corrió hasta un agujero en la pared. El día afuera seguía nublado y frio, con el mar congelado y las densas capas de nieve sobre la playa. No obstante, el aire fresco le dio un pequeño alivio a su corazón. El suelo se empezó a resquebrajar y Mari saltó desde el cuarto piso del domo de hielo y cayó sobre un bosque. Mari se trató de agarrar a una rama, pero esta se rompió con el peso y la velocidad de la caída. Kaoru se soltó de la espalda de su sensei para no caer encima de ella y revistió su cuerpo con chakra. Sin embargo, al momento de impactar contra la nieve, el golpe fue tan fuerte que le quito todo el aire de los pulmones. Kaoru trato de forzar sus pulmones a respirar, se estaba ahogando, pero no le respondían. Su visión se estaba oscureciendo y su rostro se estaba tornando amoratado. Vio a su sensei arrastrándose en su dirección y preguntándole por su estado. De repente vio otra sombra que se acercaba por la derecha, señalo con lo último de sus fuerzas, pero vio que su sensei retrocedía.

-Deme un momento, Mari-sama- dijo el anbu con mascara de perro

Mari se hizo hacia un lado y el anbu extendió su mano sobre Kaoru. Después emitió un chakra de luz verdosa y Kaoru dio una gran respiración y por fin respiro con normalidad.

-¿Cuál es el estado de la situación?- preguntó Mari con un rostro cansado por el uso del modo sabio y rogando el haber matado a ese viejo.

-No lo sabemos, señora- respondió el anbu -llegamos hace un par de minutos y todo lo que pudimos ver fue el domo de hielo del Mizukage. Intentamos destruirlo con todo tipo de jutsus, pero nada funciono. Intuyo que Mari-sama encontró una manera de destruirlo desde dentro-

-Más o menos- respondió Mari de forma esquiva, ella se puso de pie y empezó a caminar cojeando hacia los escombros del domo de hielo -anbus- llamo en un tono firme -necesitamos rescatar a los que quedaron atrapados en el hielo-

Al instante siguiente cayeron veinte anbus a su alrededor y se arrodillaron. Mari asintió y avanzó cojeando con un terrible dolor en el hombro derecho y en la pierna izquierda por la mala caída. La mayor parte de los anbus fue enviada a remover los escombros de hielo mientras Mari y otros cinco anbus fueron a cazar al resto del clan Yuki. No obstante, y para su sorpresa, los encontraron a todos muertos cerca de la orilla del mar. La mayor parte tenía un corte en su abdomen hecho por la espada de Mari recubierta por la energía natural del modo sabio. Sin embargo, lo que los mato no fue eso, sino un agujero en la cabeza.

-¿Algún usuario de Byakugan?- preguntó Mari

-Sí, señora- respondió un anbu con mascara de búho, hizo un sello con una mano y dijo -listo, señora ¿Qué es lo que debo buscar?-

-Al tipo que mato a los miembros heridos del clan Yuki-

El anbu, manteniendo el sello de mano, se concentró en extender su visión sobre la playa cubierta de nieve, después se adentró en el mar convertido en hielo y avanzó varios kilómetros hasta que encontró una fuente de chakra.

-Va a cinco kilómetros de aquí con dirección Este- dijo el anbu con mascara de búho

-¿Se mueve por la superficie del hielo, en el hielo o por debajo del hielo?-

-Por debajo del hielo, señora. Para ser más específicos, se mueve por el agua que no fue congelada-

Mari asintió y no le dio más vueltas al asunto. Debe ser un problema interno del clan Yuki o con los otros clanes de Kirigakure -tomen los cuerpos del clan Yuki y colóquenlos en sellos de almacenamiento- dijo en tono firme -debemos llevarlos para que los estudien. Después de eso debemos buscar los cuerpos de nuestros aliados. Esta misión fue un fracaso-

Mari se quedó de pie, mirando como los anbus removían los grandes escombros de domo de hielo e iban encontrando los cadáveres de los shinobis de Konoha uno a uno. Lo único positivo en lo que pudo pensar es que, no fue su culpa por haber derrumbado el domo de hielo. Los shinobis de Konoha habían muerto apuñalados por las espadas de los miembros del clan Yuki, lo que limpiaba algo la conciencia de Mari.

¿Cuánto fue? Se preguntó Mari mientras veía como llevaban un cuerpo pálido por el frio y con varias manchas de puñaladas en el pecho y estómago ¿Cinco minutos? ¿Diez minutos? En solo unos pocos minutos, todo el campamento de Konoha fue eliminado ¡Malditos kekkei genkai! Grito Mari en su mente.

-Aquí hay alguien vivo- grito un anbu

Mari se llenó de asombro y corrió cojeando a pesar de que le dolía todo el cuerpo. El anbu estaba tratando de levantar un grueso muro de hielo de un metro de espesor. Así que Mari llego a su lado y lo ayudo con su único brazo. Mari frunció el ceño por el dolor corporal y el gran esfuerzo que significaba hacer fuerza sin el sustento del chakra. A los pocos segundos llegaron cuatro anbus más y los ayudaron. Entre todos tomaron el muro y lo sacaron hacia un lado. Para sorpresa, agrado y alivio de Mari, era Aoi Hyuga.

-¡Rápido, primeros auxilios!- grito Mari

-Sí, de inmediato- respondió un anbu y se acercó a Aoi. Extendió su mano cerca del cuerpo y emitió un chakra de luz verdosa que poco a poco fue disipando el hielo en el cuerpo de Aoi. La piel volvió a retomar su color natural, pero notaron que la mano izquierda se veía amoratada. Una vez que Aoi respiro con normalidad, el anbu se detuvo.

-¡Hey! ¿Qué pasa? ¿Por qué te detienes?- preguntó Mari enojada -ella aún está herida-

-Lo siento, señora- respondió el anbu -pero el brazo es imposible de sanar. Además, no se ve a simple vista porque no sangro al momento de extraerlo, pero alguien le quito el ojo derecho-

Mari se quedó devastada y agacho la mirada. Se llevó la mano a la cara y se refregó el rostro con furia, quería arrancarse la piel del rostro del puro enojo, pero solo alcanzó a rasguñarse la cara.

-No deberías hacer eso- dijo alguien con una voz muy débil

Mari miró a Aoi en el suelo, su rostro tenía algo de rubor, pero todavía se veía demasiado pálido por el intenso frio del hielo.

-Kaoru se sentiría mal si te lastimaras- añadió Aoi -ahora eres su sensei-

Mari se mordió el labio inferior y asintió. Está misión fue un completo fracaso, pensó. La costa Este de la nación del Fuego fue protegida, pero todos los shinobis, salvo Kaoru, Aoi y ella, murieron en combate.