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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Mundo Shinobi - PGM - 182

-Kain Uchiha, el monstruo de Konoha- dijo Tobirama mientras miraba como se caía la Montaña de Escarcha a pedazos -En la nación del Viento aplasto por sí solo al Ichibi y en la nación de la Tierra, realizo una masacre unilateral por su propia cuenta. Los shinobis que cuidaban el sector que ataco Sasuke Sarutobi y Kazuto Hyuga, retrocedieron muertos de miedo por su sola presencia. Las bajas se contaban por miles, al punto de que nuestros propios shinobis se horrorizaron. La fruta, no cae lejos del árbol-

Danzo vio como caían los peñascos de la Montaña de Escarcha mientras escuchaba estas palabras. Entonces recordó a ese monstruo Jin y como lo venció con facilidad. Después recordó a los protectores del raikage y sintió como si alguien le apretujara el corazón. Sentía frio, inquietud, miedo, terror, quería salir corriendo y ocultarse en una cueva para no tener que luchar jamás. Sin embargo, su sensei estaba presente. De ningún modo podía hacer eso.

Por otro lado, Hiruzen agacho la mirada y recordó al tierno niño de cabello blanco que le encargo la protección de sus amigos cuando realizo la misión que dio comienzo a esta guerra. Superpuso la visión que pintaba su sensei con la que él conocía y desconoció una versión de la otra. Hiruzen era consciente de muchas de las actitudes de su sensei. Él lo respetaba, pero no era ciego. Podía ver como estaba pintando a Kain como el villano. Por otro lado, si Kain mato a tantos ¿no sería eso bueno para Konoha? Las bajas se reducirían y los enemigos perderían su voluntad de luchar. No, definitivamente no, algo pasaba aquí, pensó Hiruzen. Por último, Kain seguía órdenes y si hizo algo, fue porque se lo solicitaron. Hiruzen no se podía imaginar a su amigo tomar tal acción por su propia cuenta.

Tobirama leyó la expresión de duda en el rostro Hiruzen y pensó que carecía de la suficiente imaginación para visualizar el peligro que representaba el hijo del demonio Uchiha. Tobirama soltó un suspiro, pero no se hizo problema -Hiruzen, tu padre realizo tratos con la nación de la Tierra- dijo en un tono serio -él apartó a los Uchihas y Hyugas del resto de nuestras fuerzas para que los vencieran y robaran sus ojos-

Los ojos de Hiruzen se abrieron llenos de incredulidad y solo pudo pronunciar un -¡¿Eh?!-

-Desde este momento quedas relegado de tu cargo. Una vez que termine la guerra, tu padre será juzgado y tu clan castigado por alta traición-

Hiruzen abrió la boca para defenderse, pero las palabras no salieron.

-¡Espere, sensei!- protesto Danzo

Tobirama miró hacia el otro lado y vio a Danzo furioso. Algo que no esperaba, considerando la rivalidad entre ellos. En un principio pensó que Danzo estaría feliz, ya que esta podía ser su oportunidad, pero como siempre, los sentimientos son un factor fuera de la ecuación.

-¿Qué sucede, Danzo?- preguntó Tobirama

-No puede hacer eso- dijo Danzo enojado -Hiruzen ha estado de principio a fin en la campaña, a protegido a los shinobis, a protegido a Konoha. Incluso si estuvimos al filo de la muerte, no ha dejado de luchar. Él, él, es de vital importancia. Por favor, reconsideré. Sasuke Sarutobi puede ser el patriarca, pero Hiruzen pronto asumirá. Puede apartar a la persona del clan y juzgarla por separado-

Hiruzen miró a Danzo algo sorprendido por la intensidad de su voz y las palabras. Jamás en la vida pensó que lo defendería con tanto fervor. Sin embargo, la respuesta de Tobirama lo dejo confundido y desamparado.

-Tú no entiendes, Danzo- respondió Tobirama -Hiruzen puede tener planes como su padre. Ya ves, Sasuke hizo un trato con el enemigo y vendió cada ojo de nuestros shinobis en cuatro millones de ryos. Al igual que Kain y su padre, Hiruzen y Sasuke no pueden ser diferentes-

Danzo tembló al recordar el furioso mar de llamas. Desde acá se veía pequeño, pero considerando el tamaño de la Montaña de Escarcha, debe haber sido un espectáculo aterrador. Entonces Danzo agacho la mirada, imaginando a todos los shinobis que le hicieron sentir miedo durante esta guerra y después miró a Hiruzen a su lado. Quería creer que su amigo sería recto como una lanza. Abrió la boca para decir que aún seguía creyendo en Hiruzen, pero las palabras no salieron de su boca.

No obstante, Hiruzen entendió a su amigo mejor que nadie y solo pudo gesticular una sonrisa. Al menos, había alguien que creía en él. Después puso un rostro serio y miró a Tobirama a los ojos -¿Cuáles son sus órdenes?- preguntó

-Participaras en las siguientes misiones como el líder de tu clan hasta que acabe la guerra. No tengo que explicarte lo que le pasará a tu clan si desertas-

Hiruzen tirito de miedo recordando lo que su sensei le había hecho a ese clan descontrolado dentro de la villa. Todavía podía ver a su antiguo capitán Kagami, dando las ordenes de matar a toda esa gente.

Tobirama se dio la vuelta dándole la espalda al valle de la nación de la Escarcha y camino por delante, sin darle más explicaciones a nadie.

Danzo miró a Hiruzen y le dijo -lo siento, yo, debería haber dicho algo mejor-

Hiruzen vio sincero arrepentimiento en los ojos de Danzo y sonrió -de qué hablas, idiota- dijo de buen humor -no había nada que tú pudieras hacer. Por otro lado, trata de hacer tu mejor esfuerzo-

-¡Saru!- lo regaño Danzo

Sin embargo, Hiruzen sonrió, le dio unas palmaditas en el brazo y paso su brazo por encima del cuello como buenos amigos -no hay nada que hacerle, Danzo, así es mi padre. El dinero puede ocultar muchas cosas, pero la verdad algún día saldrá a la luz. No te preocupes, haré mi mejor esfuerzo y tú también debes hacer tu mejor esfuerzo ¿Quién sabe? A lo mejor sensei te nombra hokage y me puedes ayudar en el futuro cuando tenga problemas-

Danzo quiso regañarlo por lo tonto que estaba siendo su amigo. Él podía ver la tristeza en los ojos de Hiruzen, húmedos, casi al borde del llanto. No obstante, Danzo soltó un suspiro y prefirió sonreír y seguirle la corriente a Hiruzen -no importa lo que pase, te ayudaré- dijo -hablaré con sensei y no habrá problemas, te lo juro-

Hiruzen hizo una mueca y asintió. Entonces ambos se separaron y caminaron por el paso entre las montañas cubiertas de nieve. Danzo notó a Hiruzen acomplejado por la forma en que resultaron las cosas y apuro un poco su paso para darle espacio. Por otro lado, Hiruzen miraba los alrededores cubiertos de nieve mientras llevaba las manos en los bolsillos de su pantalón. Parecía que, en tan solo unos segundos, muchas cosas habían perdido su importancia.

Hiruzen pensó que, a lo mejor, debería haber actuado como si creyera lo que decía su sensei. Después de todo, era verdad que Kain era un peligro para el mundo. Él era muy, pero muy fuerte. No obstante, en vez de culpar a Kain, recordó a Jin y se preguntó por lo injusto que era el mundo. Como algunas personas podían nacer fuertes de forma natural, sin necesidad de hacer nada. No obstante, recordó lo que dijo su sensei del anciano Tadashi.

<<Verán, Tadashi es un Uchiha muy especial. Él nunca despertó su sharingan y no tiene afinidad al fuego>>

Hiruzen elevó su mirada al cielo y vio como descendían los copos de nieve. Miró las nubes con forma de pompas de jabón durante un par de minutos y se preguntó si el anciano podría enseñarle algo valioso. Ahora parecía que lo había perdido todo, a lo mejor, sin tantas preocupaciones, su mente se abría a las palabras que el anciano le dijo y de alguna manera, encontraba su motivación. Hiruzen hizo una mueca, pensando que sería difícil, pero de alguna manera tendría que hacerlo. Aunque perdiera su posición y su clan se enfrentara a problemas, todavía quedaba Biwako en casa. Ella le daría el apoyo que le faltaba a su corazón.

Hiruzen soltó un largo suspiro y sonrió más relajado. Entonces comenzó a caminar por el paso cubierto de nieve hasta llegar al otro lado de la montaña. Bajo por la colina, atravesando los bosques y pastizales hasta llegar al campamento.

Entonces Hiruzen comenzó a dar vueltas mientras era mirado por el resto de los shinobis. Era como si ellos no entendían lo que estaba pasando. Dentro de su mente, Hiruzen lo hizo muy bien durante todo este tiempo. Incluso la trampa de nieve que preparo el otro día les permitió entrar a la nación del Trueno con el mínimo de bajas.

No obstante, a pesar de las miradas incomodas, Hiruzen continúo avanzando por el campamento hasta donde estaban posicionadas las carpas de los Uchihas. Hiruzen saludo a un joven Uchiha que debe haber tenido su misma edad y le preguntó por la carpa del anciano Tadashi. El joven señalo una pequeña carpa y Hiruzen asintió y continuo su camino hasta llegar a la carpa. Diferente de su carpa, no había guardias, ni adornos del clan, ni gente en las cercanías. Era como si el anciano a pesar de su gran estatus como general de Madara, fuera ignorado por los suyos.

-Disculpe- dijo Hiruzen deteniéndose en la cortina que separaba el interior del exterior -¿Estará Tadashi-sama?-

-¿Sama?- preguntó alguien con voz ronca y rasposa desde el interior -¿En qué momento un muchacho desmotivado como tú se volvió tan respetuoso?-

Hiruzen sonrió, se rasco la cabeza y preguntó -¿Tiene un minuto?-

-Pasa-

Hiruzen movió la cortina y entro a la tienda de campaña. Era un lugar casi primitivo, sin alfombras en el suelo, ni muebles, ni estandartes más que uno pequeño en la cabecera, sobre la cama del anciano Tadashi, quien se encontraba recostado.

-¿Qué le sucedió?- pregunto Hiruzen asustado, cuando entrenaban no parecía que el anciano estuviera tan enfermo para acostarse tan temprano. Solo eran como las cuatro o cinco de la tarde.

-Es una cosa de la edad- respondió Tadashi con una sonrisa -cada parte de tu cuerpo duele y el frio de las montañas no ayuda. Estaba pensando en hacerme una casa lo más cercana posible a la región desértica, pero me dijeron que no sacaba nada. Ya que las noches son igual de heladas que en Konoha o peores-

-Así parece- respondió Hiruzen acercándose a la cama del anciano

-Debes estar muy mal para que un chico tan desmotivado como tú venga a verme por su propia cuenta-

-Yo…- dijo Hiruzen queriendo gesticular una respuesta apropiada, pero sus ojos se llenaron de lágrimas y le fue imposible decir que su sensei le había dado la espalda. Además de que su padre había hecho algo deplorable que había perjudicado a todo su clan.

Tadashi reconoció esa expresión de derrota, era la misma que él tenía cuando a sus diez años lo tacharon de basura dentro de su propio clan. Tadashi hizo una mueca nostálgica y señalo con su huesudo dedo índice una silla. Hiruzen miró en aquella dirección, entendió lo que quería Tadashi y fue a buscar la silla. Una vez que Hiruzen se sentó al lado de la cama, miró al anciano de brazos delgados como ramas. Entonces superpuso la imagen de este anciano cansado con la del anciano feroz que tomo a uno de los protectores del raikage y lo venció en unos pocos movimientos.

-¿Qué paso?- pregunto Tadashi desde su cama

Hiruzen gesticulo una sonrisa triste y le comenzó a contar como estaban sus cosas. No todo, por supuesto, ya que tenía miedo de que el anciano se enfureciera con él por lo que hizo su padre con los otros portadores de ojos mágicos. Una vez que Hiruzen termino de relatar todo lo que pudo decir, Tadashi quedó pensativo mirando la nada.

-Los hombres se caen, los clanes se pierden, las naciones cambian y los ideales se tuercen- dijo Tadashi con voz ronca y rasposa -pero hay algo que siempre tiene un valor inconmensurable; el futuro. Luchamos ahora para que el futuro venga con todas esas increíbles posibilidades. Luchamos por nuestros hijos, por nuestros nietos y nuestra familia. Incluso si no logramos proteger a todos, mientras haya futuro, hay esperanzas. Y por lo menos para mí, el futuro lo llevan mis nietos; Osamu y Sayuri. Ellos son mis reyes, mis kages, mi nación, mi mundo. A mi edad debería estar en Konoha, descansando como la mayoría de los viejos, pero salgo una vez más al campo de batalla para proteger el futuro. Si soy capaz de proteger Konoha, mis nietos tendrán un futuro. A lo que quiero llegar es ¿Cuál es tu rey, Hiruzen? ¿Qué es eso por lo que te levantas cada mañana? ¿Qué es eso que te impulsa a querer proteger Konoha? ¿Tu clan, tu padre, el hokage, la guía del Dios Shinobi, tu esposa, el dinero, una posición? ¿Quién gobierna en tu corazón? ¿Qué es eso que te impulsa a luchar en esta guerra?-

Hiruzen tomo una profunda respiración y se quedó pensando en las palabras del anciano.