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Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
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Mundo Shinobi - Clones verdaderos - 484 - NSFW

—Así que vamos a ir a dos lugares diferentes— dijo Kain mientras se quitaba el haori blanco y lo lanzaba a la cama. Él hablaba con energía, pero manteniendo la calma, trasmitiendo la emoción por este nuevo movimiento en sus planes —Hana ira a la nación del Viento y Mana a la nación del Agua—

Al mismo tiempo, Hana y Mana escuchaban a Kain y sentían en su forma de hablar una energía exquisita que transmitía la emoción. Ni siquiera se preguntaron en sus mentes ¿Cómo lo iban a hacer? O ¿Quién acompañaría a Kain? Ellas sonreían y se desvestían a los costados de la cama.

—De cara al público, será una misión de paz para enseñar ninjutsu médico, pero de fondo estaremos monitoreando la situación y los kages nos darán acceso a los genin que participarán en los exámenes chunin. Fácil, llegar, entrar y comunicarse. Nada complicado. Si vemos a alguien prometedor, lo ayudamos para que saque el máximo provecho posible de los exámenes chunin. Si no lo hay, examinaremos a los genin para ver si hay potencial—

Hana y Mana sonreían animadas de solo escucharlo con un sentimiento de excitación en el corazón.

—Sensei ¿Iremos con usted a los exámenes chunin?— preguntó Hana, ella tomo el dobladillo de su polera y se la iba a levantar, pero se detuvo y quedó mirando a Kain, expectante.

Kain la miró a los ojos, sonrió astuto y le respondió —por supuesto, ustedes están conmigo—

Hana mostro una amplia sonrisa, ella levantó su polera revelando su piel oscura: el abdomen plano, un sostén rojo para retener sus prominentes senos y finalmente, sacándose la polera. Su cabello blanco y ondulado se desordeno, pero ni por asomo su imagen se echó a perder. Ella era hermosa, la piel oscura, los ojos grandes y expresivos con el iris rojo.

Al mismo tiempo, Mana, del otro lado de la cama, también se había quitado la polera. Ella llevaba un sostén azul, su físico era similar al de su hermana, pero su cabello era liso. Ella llevó las manos a sus pantalones, desabrocho el botón y se los bajo. Sacó una a una sus piernas largas y contorneadas. Ella quedó mirando a Kain y le preguntó —¿Quién ira contigo, sensei?—

Kain miró a Mana, ella sonreía, pero había una preocupación en su mirada, como si temiera ser descartada, incluso si era por su hermana —tú tienes que estar tranquila y disfrutar del viaje, yo me hago cargo de todo— dijo

Mana lo quedó mirando, ella apretó sus labios como si contuviera una gran sonrisa, pero que no pudo retener y afloro. Era una hermosa sonrisa. Ella y su hermana tenían bocas grandes y labios gruesos, muy atractivos.

—¿Cómo va a estar en dos lugares al mismo tiempo, sensei?— preguntó Hana del otro lado.

Mana miró a su hermana, después miró a Kain y espero su respuesta.

Kain sonrió tranquilo y les dijo —mi juego es demasiado complicado para ustedes—

Él se dio la vuelta y camino a la puerta del baño.

—Sensei, eso es trampa. Dígame, por favor— dijo Hana

—Es cierto, sensei, no haga trampa— añadió Mana

Las dos hermanas caminaron desnudas a la cola de Kain y lo siguieron al baño.

Kain abrió la puerta del baño, vio la cerámica blanca en el piso y las paredes recubiertas de mármol negro con vetas blancas. Era un baño con una cubierta negra con vetas blancas y dos lavamanos y un largo espejo. Hana y Mana eran el tipo de hermanas que habían vivido toda su vida juntas y como gemelas se complementaban la una a la otra. Así que no era extraño que ocuparan el mismo baño y habitación a pesar de tener una enorme casa. Ellas ocupaban el segundo piso y su abuelo Akira el primer piso. Cuando vivías tanto tiempo como Akira, las rodillas siempre eran un tema importante.

Kain avanzó al fondo del baño, donde estaba la mampara de vidrio y la ducha. Por detrás lo seguían Hana y Mana.

—Sensei, vamos, dígame— rogo Hana

Kain le dio una mirada de soslayo hacia atrás, sonrió, pero no respondió.

Mana acelero su paso y le tomo la mano para que avanzaran a una misma velocidad. Hana frunció el ceño. El baño era grande y espacioso, pero no tanto como para que los tres caminaran lado a lado al mismo tiempo. Así que solo los pudo seguir.

Mana soltó la mano de Kain, se adelantó y abrió la puerta de la mampara, pero en lugar de entrar, ella apoyo sus manos a los lados bloqueando la entrada y quedó mirando a Kain con una sonrisa astuta y juvenil —no puede pasar si no me dice— dijo, su sonrisa se volvió coqueta.

Kain se detuvo y la quedó mirando. Ella tenía una hermosa piel oscura como su hermana, casi no tenía imperfecciones. Unos ojos grandes y expresivos con el iris rojo. Un brillo entusiasta en la mirada y una sonrisa coqueta. Kain continúo observando más abajo, vio el cuello delgado, la clavícula, el trapecio y los delicados hombros. Los brazos de Mana eran delgados igual que el resto de su cuerpo, pero sus senos eran bastante grandes para alguien que no parecía tener mucha grasa. Tenía dos tiernos pezones cafés. Más abajo el abdomen plano, pero no marcado. La cintura era apretada y se enanchaba dando paso a las caderas más pronunciadas que hubiera visto Kain, ni hablar del trasero o los muslos. En su entrepierna destacaba una fina línea de cabello blanco como si señalara donde estaba su sexo. Ella tenía piernas largas y contorneadas.

—¿Le gusto lo que vio?— preguntó Mana con voz sensual y una sonrisa coqueta.

Kain la miró a la cara, no era broma que te podías perder en la contemplación con ella y su hermana. Eran mujeres demasiado hermosas. Kain soltó una risita y miró hacia otro lado algo avergonzado por haberse perdido en la contemplación.

—Sensei, Hana es toda suya— susurro Hana por detrás de Kain y lo abrazó. Sus manos pasaron por el abdomen de Kain y lo abrazo mientras presionaba sus senos en la espalda de Kain —puede mirar todo lo que quiera a Hana—

—Oye, oportunista— protesto Mana

Hana, por detrás de Kain, asomo su rostro por el lado y miró a su hermana. Ella le sacó la lengua y Mana le respondió frunciendo la nariz y negando con la cabeza en un gesto infantil. Mana se acercó por delante, se detuvo delante de Kain y apoyo sus manos sobre su pecho. Ella levantó su rostro y lo miró a los ojos. Kain era mucho más alto, así que él tuvo que agacharse para poderla besar. Mana se paró de puntillas y reunió sus labios con los de él a mitad de camino. Mana lo besaba en la boca mientras Hana, por detrás de Kain, lo besaba en la espalda.

Hana empezó a descender por la espalda de Kain, le acariciaba la piel con las manos mientras que con sus labios marcaba todo el camino hasta el trasero.

Al mismo tiempo, Mana apartó sus labios de la boca de Kain, lo quedó mirando a los ojos, mostro una sonrisa juguetona y lo comenzó a besar en el pecho. Ella también descendió por el cuerpo marcando todo el camino hasta el abdomen. Sus manos se deslizaban por la piel, al llegar al ombligo, ella lo comenzó a lamer y a dibujar el contorno con la punta de su lengua. Ella bajo casi al mismo tiempo que su hermana. Hana llegó a las nalgas y Mana a la entrepierna. Ambas lo besaron y lo comenzaron a lamer. Hana le abrió las nalgas a Kain y lo comenzó a lamer en el ano mientras que Mana, levantó el pene y le succiono las bolas.

Kain apoyo sus manos en la mampara de vidrio y cerró los ojos. Se concentro en su respiración y después en la sensación sobre su piel. El tacto suave de los labios de Hana y Mana, después en la humedad y el calor de sus lenguas. Hana le dio una mordida en una nalga y Mana metió el pene dentro de su boca. Kain estaba duro.

—Suficiente, quiero meterlo— dijo Kain al borde de su ingenio.

Hana y Mana se detuvieron. Ellas se apartaron y tomaron a Kain de una mano. Como la puerta de la mampara era amplia, pero no tanto como para que pasaran los tres. Hana entró primero a la ducha, después Mana y al último Kain.

Hana se movió a la llave y dio el agua. Primero cayó el agua helada en forma de lluvia, pero después cayó tibia.

Al mismo tiempo, Kain arrincono a Mana en la pared, la beso, ellos se abrazaron, Kain paso sus manos por debajo de las piernas de Mana y la levantó. Ella se colgó del cuello de Kain y lo miró a los ojos. Ellos se continuaron besando. Kain hizo su camino al interior y lo metió. Él apartó su boca de la de Mana y soltó un jadeo caliente al sentir lo cálido que estaba Mana. Ella acercó su boca y lo beso mientras Kain la llenaba.

Por otro lado, Hana se acercó por detrás de Kain, ella lo abrazó por detrás. Como él utilizaba sus brazos para levantar y bajar a Mana, no era un problema para Hana. Esta última abrazó a Kain por detrás, lo volvió a besar en la espalda mientras caía el agua tibia de la ducha y los mojaba a los tres.

Hana bajo hasta las nalgas y continuo lo que estaba haciendo.

Por su parte, Kain levantaba y bajaba a Mana mientras se introducía en ella. Al mismo tiempo, él la besaba y sentía la estimulación de la lengua de Hana sobre su ano.

Mana apartó su boca, tomo sus senos grandes y los llevó a la boca de Kain. Este último suavizo el movimiento de sus brazos y se concentró en lamer los lindos pezones y la aureola café. Kain apartó su boca de los senos y dijo —voy a terminar—

Mana acercó su boca y lo beso apasionadamente.

Por otro lado, Hana sintió a través del trasero de Kain como él quería terminar en Mana, así que ella se apartó y se puso de pie.

Kain comenzó a levantar y bajar a Mana con mayor intensidad. Mana apartó su boca y se abrazó a Kain mientras él entraba en ella. Ambos gemían y después de un tiempo, Kain y Mana soltaron un fuerte gemido y el movimiento se detuvo, seguido una respiración dificultosa.

Mana acercó su rostro y beso a Kain, él respondió mientras le sujetaba las nalgas, las afirmaba con fuerza hasta dejar sus dedos marcados. Él tomaba el trasero de Mana, disfrutando su textura y abundancia. Él la movió en círculos frotando su entrepierna con la de ella.

Una vez que se calmaron, Kain apartó su boca poco a poco y bajo a Mana para que ella se apoyara en sus piernas y quedara de pie. Mana no le quitaba la mirada, se paró de puntillas y le dio un beso. Kain apoyo sus manos en la pared de la ducha y agacho su rostro para coincidir con ella.

Kain apartó su boca, se acercó al oído de Mana y le susurro —límpialo—

Kain apartó su boca del oído y quedó mirando a Mana. Ella se mordió el labio inferior como si esperara poder continuar, pero el rostro de su hermana vino a su mente. Kain era grande y la ocultaba detrás de su espalda. Mana asintió, se agacho, se puso en cuclillas y comenzó a limpiar a Kain.

Al mismo tiempo, Kain apartó sus manos de la pared y miró hacia atrás. Ahí estaba Hana, de pie, bajo la ducha. Con los ojos cerrados y disfrutando del agua. Kain la quedó mirando, ella abrió los ojos y sonrió.

—Ven, Hana— dijo Kain

Hana camino hacia él y lo abrazó por el lado. Hana miró hacia abajo y vio a su hermana en cuclillas, con el rostro metido en la entrepierna de Kain. Hana miró a Kain, él la abrazó con el brazo derecho y llevó su mano izquierda al seno. Él acercó su boca y la beso. Hana y Mana podían tener cuerpos parecidos, pero la energía de ambas era totalmente diferente. Mana era más infantil e insegura mientras que Hana era más tranquila y madura. Sobre todo, se sentía en la forma en que Hana besaba, era el control y la calma. Allí estaba la pasión, pero no era un sentimiento tan desesperado como para poseer como el de Mana.

Cuando Kain sintió que estaba duro de nuevo, apartó su mano izquierda del seno de Hana y la llevó a la cabeza de Mana, quien estaba succionando vigorosamente. Si ella continuaba, Kain terminaría de nuevo y esa no era su intención. Kain apartó la cabeza de Mana con cuidado, él abrió sus ojos mientras seguía besando a Hana.

Mana entendió de inmediato y se apartó.

Al mismo tiempo, Kain apartó su boca de la de Hana y ella abrió sus hermosos ojos grandes y expresivos con un iris rojo. Hana tenía un brillo lánguido y lujurioso.

Kain sonrió, le dio un beso breve y apartó su boca. Ella se paró de puntillas y lo busco. Kain le dio varios besos breves y se detuvo —ven, tú sabes lo que tienes que hacer—

Hana asintió. Ella fue a la pared, apoyo sus manos mientras escuchaba de fondo el agua de la ducha caer como si fuera lluvia. Ella miró hacia atrás y espero a Kain.

Kain se acercó al trasero de Hana, grande, redondo, con forma de corazón. Tenía una bonita forma y era abundante —levanta tu trasero— dijo

Hana así lo hizo.

Kain puso sus manos sobre el trasero, se agacho y abrió las nalgas. Ella tenía un ano pequeño, lindo. Sus labios estaban hinchados producto de la excitación. Solo se habían besado. Kain acercó su rostro y comenzó a lamer los labios de arriba hacia abajo, pasando por el pirineo hasta el ano. Ahí se detuvo y dibujo círculos sobre el ano de Hana. Esta última gimió y miró de soslayo a su hermana. Le dio vergüenza, pero se alegró de que Mana estuviera más concentrada en jabonarse el cuerpo que mirar como de sensible ella era en ese lugar. Hana continúo gimiendo, deseando que Kain se apurara y entrara pronto. Su lengua la estaba volviendo loca.

Kain se apartó, Hana había florecido y era el momento perfecto. Él se puso de pie, agarro el trasero de Hana y le dio un fuerte nalgada.

Mana miró hacia atrás, había sido un golpe sonoro, más si consideraba que tenían la piel mojada por el agua de la ducha. Sin embargo, al ver a su hermana Hana apoyada en la pared, como una mirada lujuriosa y suplicante, agacho la mirada.

—No mires— susurro Hana, avergonzada

—Levanta tu trasero— dijo Kain

Hana levantó más su trasero.

Mana miró hacia otro lado y escucho a su hermana soltar un fuerte gemido. Mana cerró sus ojos y de solo imaginarse en la situación, se sintió tentada a mirar. Ella miró a escondidas, a su hermana no le gustaba porque la hacía sentir avergonzada de sus tendencias, pero Mana igual miró. Mana sintió que era como mirar un espejo, sobre todo porque Hana con el cabello mojado no se diferenciaba mucho de ella. Su hermana tenía una expresión de agonía, mezcla de dolor y placer.

—Sí, sí, sí— mascullaba Hana —duro, duro—

Al mismo tiempo, Kain tomaba las nalgas de Hana y lo metía vigorosamente.

Por su parte, Mana volvió a mirar hacia adelante, a la ducha y se enfocó en jabonarse, pero los gemidos eran demasiado estimulantes y sin darse cuenta se comenzó a autocomplacer.