Interludio - Reverse Side 2 - Land of the gods 2.1

Temprano en la mañana, una joven pareja camina por las saturadas calles de Orario. Como es recién mediados de primavera, el clima estaba exquisito. La pareja lleva un pequeño bebé de pelo rubio. Mientras que la madre tiene un cabello rojo como el vino y el padre un cabello blanco como la nieve. Ambos son se veían bien parecidos, lo que se refleja en el bebé. Muchas personas los quedan viendo. Los aventureros también pero por otros motivos. El escándalo que dejo Kain en Orario fue una fiesta de una sola noche, pero gracias a eso se hizo famoso. Hoy, cuatro años más tarde se cuenta como un mito. Algo que a lo mejor pudo ser o a lo mejor fue una exageración o una fábula.

Mientras van haciendo su camino por las calles de Orario con destino al distrito herrero. Lilia le dice a Kain -eres muy famoso ¿no lo crees?-

-¿En serio? No me había dado cuenta- responde Kain con disimulo

-Te deje una noche solo y mira el desorden que haces-

-Mujer, eso fue hace mucho ¿no te vas a olvidar?-

-Tengo que recordártelo para que tengas conciencia-

-No mate a nadie-

-No hables de esas cosas enfrente del niño-

-Ok, pero no hice nada indebido-

-Espero que te mantengas así. Ahora eres padre, compórtate como tal-

-Ok. Tu también eres bastante famosa-

-Solo me miran porque soy bonita, nuestras formas de ser admirado es diferente. Además, no te hagas el tonto, me doy cuenta como las aventureras te hacen ojitos-

-Está bien, que miren todo lo que quieran. Voy acompañado de la mujer más hermosa, así que no me importan en lo más mínimo-

Lilia coloca una agradable sonrisa y le susurra -boca dulce-

-Oh, pero es verdad- responde Kain, suelta una carcajada y le da un beso en la mejilla. Después mira al joven Ars que va durmiendo en los brazos de su madre. Al rato después Lilia se cansa de cargarlo y se lo pasa a Kain. De esta manera, siguen avanzando por la gran avenida con dirección al taller de lady Hephaestus.

-o-

Una vez que llegan al taller de Hephaestus los hacen esperar durante media hora: Lilia comenta que son los usuales desvelos de la diosa.

-A lo mejor tuvo mucha acción anoche- comenta Kain con una sonrisa burlona.

Lilia lo pellizca y le dice -ella no es así. Trabaja todos los días hasta el cansancio. Además, para que ella de su consentimiento, primero tienen que aceptarla tal como es-

-¿Oh y eso?-

-No te cuento. Ya tienes suficientes esposas y no quiero que hagas sufrir a lady Hephaestus-

Kain abraza a Lilia y le pregunta -¿tan malo ha sido?-

-No, a sido la mejor vida que podría haber tenido. Te amo- le dice Lilia y le da un beso en los labios. En medio de ese intercambio amoroso. La puerta del taller de Hephaestus se abre y la diosa los queda mirando. El beso dura mas de un minuto. Así que la diosa con algo de tacto, solo tose tratando de dejar en claro que no están solos.

-Lo siento, lady Hephaestus- dice Lilia ruborizada

-Es bueno que estén de buen ánimo. A sido bastante tiempo- dice la diosa con su melodiosa voz, tan clara y amigable como puede ser. Ella sigue llevando su usual ropa: Una camisa, un pantalón ajustado, botas hasta las rodillas, guantes negros y ese parche en su ojo derecho.

-A sido un tiempo- responde Lilia con una sonrisa acompañada de una leve reverencia.

-A sido un tiempo, diosa Hephaestus- le dice Kain en un tono calmado

-Si no le importa, traje a mi hijo- le dice Lilia y se acerca a la diosa

-Pero que lindo, es precioso- le dice Hephaestus llena de emoción, como quien recibe un regalo inesperado. Por otro lado, Ars está durmiendo entre las frazadas que lo arropan. La diosa lo toma y con un rostro tonto, lo mira como si fuera un tesoro.

Kain queda un tanto asombrado. Es como Lilia decía, ella es amigable.

Hephaestus se saca uno de sus guantes con la ayuda de sus dientes y le empieza a acariciar el pelo a Ars. Le delinea las cejas y la nariz con la punta de su índice. Entonces asiente y mira a Kain -saco tu nariz- dice. Sin embargo, Kain solo sonríe y asiente. ¿Qué le podría decir?, ¿gracias? Se pregunto.

Después de estar por unos diez minutos afuera, Lady Hephaestus los invita a entrar a su taller y como se esperaba de una diosa herrera, el lugar es un desorden. No hay ningún mobiliario desocupada, todos tienen minerales, planos, herramientas, cubiertos y platos sucios. El piso tiene algunas residuos de oxido y otras sustancias del metal. Algo avergonzada, lady Hephaestus trata de excusarse, pero Lilia la detiene.

-Usted de nuevo a estado trabajando sin preocuparse de la higiene- la regaña Lilia

-Lo siento- dice lady Hephaestus con timidez -estoy tratando de mejorar el proceso de combustión, pero aquí en la tierra no hay muchas fuentes de energía. No puedo alcanzar el nivel de mi herrería-

-Sería peligroso si existiera ese tipo de material- añade Kain con total calma. Él por su parte esta viendo los estantes repletos de libros de herrería

-Puede ser- responde lady Hephaestus con dudas. De repente se acuerda de algo y dice -se me había olvidado. Lilia me dijo que eras herrero-

-Algo así- responde Kain sin darle la mayor importancia

-¿Por qué no…- dice Lady Hephaestus pero es interrumpida a la mitad de su pregunta

Kain se da la vuelta y le dice -no creo que sea buena idea. Eres una diosa, así que debes haber sentido como Lilia perdía tu bendición-

-Fue una cosa bastante extraña. Nunca antes lo había sentido y llevo doscientos años en la tierra-

-¿Tienes un lugar donde podamos conversar?-

Hephaestus se ruborizo y dijo -se supone que debería ser aquí, pero esta un poco sucio-

-Con unas sillas bastara ¿puedo?-

-Sí, adelante-

Entonces Kain trajo tres sillas, limpio un pequeño espacio y con la ayuda de Lilia, monto una mesa con varios tipos de manjares. Cuando Kain extraía las cosas desde su anillo, Hephaestus abrió los ojos con curiosidad. Era posible hacer ese tipo de artilugios, pero no cualquiera tenía la capacidad. Después de veinte minutos, se sentaron a tomar el té. Entre el olor de la fragua, los metales y el carbón.

-Bien- dijo Kain, miró a Lilia, ella asintió y él continuo -¿por dónde empiezo?-

-Por el principio- dijo Lady Hephaestus con un inusual sentido del humor. La diosa se rio con el encanto que solo ella puede alcanzar. Todo esto mientras seguía llevando a Ars en sus brazos.

-Sí, por el principio- repitió Kain, sin saber cómo responder a tan singular sentido del humor -bien. Para empezar, nosotros no somos de este mundo. Ahora, como podrás ver, tengo esposas y ellas vienen conmigo y se van conmigo. Cuando volvimos a nuestro mundo, tu bendición perdió su efectividad y se rompió-

-Puedo entenderlo- dijo lady Hephaestus un poco sorprendida. Después cambio su rostro a uno mas astuto y miro a Lilia -pero me perjudicaste al llevarte a Lilia. Ella era mi mejor administrativa y aunque pudo enseñarle al resto de mis administrativos, nunca fue lo mismo-

-Se nota lady Hephaestus- responde Lilia con un toque de desaprobación. La oficina de la diosa estaba hecha una pocilga.

-Esta bien Lilia. Lo ordenare en breve-

-Pierdes tu tiempo- intercede Kain -esta mujer no deja las cosas pasar-

-Tampoco olvida cuando te equivocas- agrega la diosa

-¿Verdad?- dice Kain emocionado, como si hubiera encontrado a su alma gemela. Alguien que sufre por los mismos reproches

-¿Dijiste algo, querido?- le pregunta Lilia en un tono amenazante

-Nada mi amorosa esposa-

Lilia bufa indignada, dejando un ambiente algo incómodo. Después de eso Ars se despierta, pero se pone a llorar al encontrarse en los brazos de una extraña. Lilia lo trata de abrazar. Sin embargo, el bebé llama a su papá. Una vez que lo toma Kain se calma y mientras es arrullado, la diosa y la esposa admiran el cuadro. Sobre todo Hephaestus. Ella no lo vio en persona, pero le contaron como Kain le limpio la cara a toda la familia Zeus. Algo que no es poco en Orario. Después de todo, se les puede considerar los tiranos locales, más similares a una banda que cobra por protección que a un gobierno corrupto.

-Este niño tiene un síndrome de papitis- dice Lilia con un toque de cansancio. Ya lo sabe ella. Cuando su padre no está, el bebé llora sin descanso hasta que se cansa o se duerme.

-Tienes suerte, Lilia- le dice la diosa con una cándida sonrisa

-Ya somos cinco, Lady Hephaestus-

-¿A que te refieres?-

-Nada- responde Lilia, pensando que ha malentendido el comentario.

Una vez que el bebé se vuelve a dormir, se vuelven a sentar todos a la mesa y la conversación prosigue. Esta vez es lady Hephaestus la que comienza -ahora, dejando de lado lo de ser de otro mundo, quiero una compensación. Te llevaste a Lilia y eso debilito a mi familia-

Mientras Kain arrullaba a Ars, la miró a los ojos y con un tono tranquilo le pregunta -¿Qué quieres a cambio?-

-Escolta a mis herreros en el calabozo. Sé que eres fuerte y no es un problema-

-¿Hasta que piso y cuanto tiempo?-

-Es una excursión que durara un par de meses. No son muchas personas, son veinte herreros-

-¿Por qué tan pocos?- pregunto Lilia escandalizada

-Todas las mujeres herreras abandonaron Orario el año pasado. También lo hicieron muchos hombres-

-¿La familia Zeus?-

Hephaestus asintió y le dijo -durante años hemos estado dando los servicios de soporte y herrería. No obstante, el último año las cosas empeoraron. El capitán de la familia Zeus se volvió un nivel siete y todos se volvieron arrogantes. Para más remate, Zeus anda esparciendo un rumor estúpido. Según él, todos los miembros de su familia tienen el mismo carisma que los dioses, así que no hay hombre o mujer que se les resista. ¡Estupideces!- dijo con profundo rincón e indignación -así que han empezado a acosar, tanto a mujeres como a hombres por igual. Muchas situaciones terminaron mal. El año pasado, seis personas se suicidaron por este hecho. Los aventureros responsables seguían diciendo que los buscaron, que fue su carisma lo que las volvió locas. Zeus no hizo nada. La guild no hizo nada. Los otros dioses no pueden hacer mucho. Después de todo la familia Zeus tiene diez nivel seis y un nivel siete. La familia Hera anda casi igual. Yo misma estoy aburrida y estoy pensando en volver al cielo-

-Entiendo- dice Kain -no puedo romper el balance del mundo, pero puedo nivelar algunas cosas. Déjame la expedición a mi-

-Gracias- dijo Hephaestus con completa gratitud

-Lady hephaestus- dijo Lilia -ya somos cinco-

-No entiendo a que te refieres-

-Espero que no lo entienda y no quiera tomar partido. Por otro lado, le pediré a una de mis amigas que se una a la familia. Solo será por un año, pero ella puede hacer mucho-

-¿Cómo de fuerte es ella?-

-¿Cómo un nivel cinco?- dijo Lilia como si le estuviera preguntando a Kain. Este último asintió.

-Eso es bueno- dijo lady Hephaestus algo mas tranquila