webnovel

Suerte y perseverancia

Pequeña aclaración: Cada volumen es independiente del otro. Sigue su propia línea de historia y no se ve afectado por los volúmenes anteriores. Bueno, salvo por algún poder o habilidad que se viene arrastrando por el conocimiento y la personalidad del protagonista que va evolucionando. Volumen 1 Cross over entre nasuverso y Madam ou no Vanadis Volumen 2 viaje por Juego de Tronos, Señor de los anillos y Dark Soul 3 Volumen 3 Mushoku Tensei y Danmachi. Volumen 4 Naruto y muchos otros. -o- Kain, antiguo vástago del equilibrio. Renació en el mundo de Fate y vivió durante varios siglos. Sin embargo, al encontrarse con su viejo enemigo, el dios Hilden, lucho y perdió. Ahora su alma viaja a través del multiverso buscando el poder y la forma de volver a aquel mundo por la venganza. -o- Reglas del juego: 1.- No hay power up indiscriminados 2.- Todo se estudia y se gana hasta dominarlo 3.- El alma influye sobre el cuerpo, por ende, el cabello y los ojos siempre serán los mismo (ojos color lazuli y pelo blanco). 4.-La fuerza es proporcional al conocimiento adquirido, la técnica y la fuerza del alma. 5.- El nivel del mundo es proporcional al alma. Eso quiere decir que si el alma del protagonista es fuerte, irá a un mundo de mayor nivel.

AOoBeligerante · Tranh châm biếm
Không đủ số lượng người đọc
858 Chs

Capítulo 44 - Mientras estés vivo, siempre…

Therese y Kain cruzaron todo el centro de la ciudad de oeste a este y se acercaron a unos galpones ubicados casi a la salida de Millishion. Este sector estaba más cerca de la salida de la ciudad con dirección al gran bosque. Por lo general, es la zona más humilde de la ciudad. Las casas ya dejan de ser blancas y pasan a ser grises o de cualquier otro color apagado. La gente no puede permitirse esos lujos, así que poco a poco se van destiñendo los colores. Hasta que pasan varios años y recién se vuelven a pintar las fachadas. Los caminos son una combinación de adoquines y tierra, los cuales piden a gritos una mantenimiento. Pero dejando de lado el estado de esta zona, hoy en día se ve más humilde que nunca antes. Con borrachos acostados en las cunetas y prostitutas resguardadas en callejones oscuros. Mucho niño abandonado y rastros de peleas en las calles. Los caballeros de Millis hacen lo que pueden, pero en la noche, poco se puede vigilar. Al menos, el personal no alcanza para cubrir cada calle.

Mientras van avanzando por las calles de lo que se puede llamar, baja Millishion, Kain le pregunta a Therese -¿Por qué quieres que venga acá?-

-Bueno, veras- dijo Therese algo acomplejada, pero de repente los interrumpió una voz alegre

-¡Hola, Therese!- grito una muchacha

Kain y Therese miraron a la derecha, a un callejón, y vieron a una muchacha rubia con un vestido bastante revelador. No es como que tenga mucho que mostrar, es bastante esbelta por decirlo de una manera suave, pero su cara es agradable. Al menos, te inspira amistad.

-¡Minnerva!- dijo Therese en un tono molesta. Dejando atrás a Kain y avanzo al callejón para plantarse frente a ella. -no te he dicho que no andes haciendo estas cosas-

Minnerva con una sonrisa avergonzada, le responde -yaaa, veras, alguien necesita liderar a las niñas de esta zona. Como te dije, yo conozco el negocio y les puedo enseñar-

-Pero-

-No sigas Therese- le dijo Minenerva en un tono reconciliador -sabes que hay muchas de nosotras que no tenemos otra habilidad que abrir las piernas-

Therese apretó los puños con un sentimiento lleno de impotencia y mirándola a los ojos le dijo -voy a hacer la vista gorda-

-Se agradece, por otro lado ¿Qué tenemos aquí?- dijo mirando Kain, después miro a Therese con una sonrisa burlona y continuo -¿vienes a presumir a tu hombre?-

-No es eso- le respondió Therese en un apuro. Se puso colorada y movió sus manos negando con todas sus fuerzas

-Oooh, entonces ¿para que lo traes?-

-Él viene a ver a al capitán de los refugiados-

-¿A Paul?- pregunto Minnerva con duda -deberías detenerte, ese tipo funciona como un perro guardián, pero no salvaría ni siquiera a la niña que lleva a cuesta. Si no tuviera que mirar a mis chicas, tomaría esa niña y me la llevaría lejos de este lugar-

-No te preocupes- dijo Therese llena de confianza -mi marido ayudara de alguna manera-

-Ohhh, que chica más linda, tanta fe en un hombre-

Therese se volvió a poner roja y le dijo -ya verás, él los ayudara-

-Bueno, si él lo logra, dile que todas mis chicas, incluyéndome, le daremos un servicio de lujo. Incluso si tiene la energía suficiente, de 24 hrs-

-No sabes lo que dices- le respondió Therese, soltó un suspiro y continuo -ten cuidado ¿entendido?. Recién hoy en la mañana, al otro lado de ciudad, encontramos a una chica-

-¿Leticia?- pregunto Minnerva con un rostro compungido. Therese asintió y Minnerva continuo -maldición, si ese estúpido sacerdote no se hubiera burlado de la muchacha, no habría pasado esto-

-¿A que te refieres?-

Minnerva cruzo los brazos y con un tono molesto contesto -hay un tipo llamado Simón, es un párroco bastante joven. Viene a pedir nuestros servicios y solo le gustan las experimentadas. Es un tipo flojo, así que le gusta que lo atiendan ¿entiendes a lo que me refiero?- Therese asintió ruborizada y Minnerva miró al tipo que estaba apoyado en un pared como preguntándose ¿Qué clase de cosas hacen?. Después volvió a mirar a Therese y continuo -el hecho es que ayer estábamos todas ocupadas. Así que solo quedaba Leticia. Así que ante la urgencia, Simón le pidió que lo atendiera. No obstante, Leticia es nueva en esto. Solo ha atendido a unos tres tipos antes de Simón. Así que imagínate lo que paso. Simón se portó como un idiota y cuando no se sintió a gusto, la hecho de su casa, desnuda y lanzándole maldiciones-

-¡Es un maldito!- dijo Therese indignada

-Así es, el hecho es que ayer, con lo poco que gano, Leticia se puso a beber y comenzó a contarnos su vida. Al final, como a eso de las doce de la mañana, salió del cuarto y dijo que iba al baño. Al final nunca volvió- dijo Minnerva poniendo un rostro cansado y triste. Parecía que sus ojeras se remarcaban.

-Lo siento- dijo Therese con la cabeza agachada, su pelo rubio caía hasta tocar el pecho de su armadura -tratare de ayudar, en lo posible, tratare de que ya no tengan que hacer este trabajo-

-Está bien, Therese- contesto Minnerva con una sonrisa amable -pero, debes entender que este tipo de trabajo siempre existirá-

-Pero está mal. San Millis…-

-Tu dios no puede salvar a todos, lo siento, pero es la verdad. Al menos, no a nosotras-

-Eso es cierto- dijo una voz ronca que reverbero por todo el callejón. Las dos miraron hacia atrás y vieron a Kain que se acercaba -pero los humanos si se pueden salvar a sí mismos. Mientras estés vivo, siempre puedes cambiar tu destino-

-Ojala sea así, guapo- contesto Minnerva con una sonrisa audaz

-Será así, pero también debes poner de tu esfuerzo, de lo contrario, por mucho que ayudemos, todo será en vano. Así que la pregunta es ¿estas dispuesta a esforzarte?-

-Este tipo de vida…-

Kain llego detrás de Therese y le puso las manos sobre los hombros -Si te forzaron a esto, te entendería, pero nadie te está forzando. Después de todo, los clérigos son basura, pero esto es Millis. Se vería muy mal que un clérigo llevara este tipo de negocio-

-Lo haces sonar fácil-

-La vida no es fácil, te lo dice un semi humano. Así llaman a los de mi raza en Asura ¿o no?-

Minnerva miró a Kain de pies a cabeza y asintió. Si él no tuviera la fuerza necesaria, se habría vuelto un animal de placer al igual que otros elfos. -Está bien- dijo -creeré en ti, cuando nos ayudes, pondré todo mi empeño en ayudar a mis chicas a dejar el negocio-

-No te preocupes, ayudare. Aunque claro, ni siquiera sabía que venía a ayudar- dijo Kain mirando a Therese, la cual solo puso una sonrisa incomoda. Pero estiro sus labios para darle un beso y ser perdonada. Kain, sin poner ningún obstáculo, le dio un pequeño beso y la abrazo por detrás. Después de eso miró a la trabajadora y le dijo -mucho gusto, Minnerva. Soy Kain, esposo de Therese, espero que cumplas tu parte, porque yo cumpliré con la mía-

Minnerva lo miró a los ojos y tendiendo su mano, le respondió -espero lo mismo, Kain. Mi oferta seguirá en pie hasta cuando la quieras cobrar-

Kain le estrecho la mano y le dijo -tu oferta es tentadora, pero ves aquí- dijo apuntando a su camisa a la altura de sus costillas. Therese, con su mano revestida por un guantelete metálico lo estaba pellizcando. -Esto significa que no hay posibilidades-

-Má- dijo Minnerva en un tono burlón, se tapó la boca y le dijo Therese -no sabía que eras de esas esposas celosas-

-Ya no te hablare más, te odio- dijo Therese y se apartó de los dos. Iba con el ceño fruncido.

-Cuídate Minnerva- dijo Kain

-Tu cambien, guapo. Y cuida de Therese, ella es más preciosa que el oro-

-Así lo haré-

-o-

Una hora más tarde habían llegado a los galpones, que ahora funcionaban como refugio de las víctimas del incidente de teletrasportación. El lugar estaba acinado, con habitaciones separadas por cortinas, baños improvisados en las esquinas de los edificios y muchos niños reunidos y jugando en las calles. Por ahora, en el día, mientras andaban los caballeros de Millis haciendo sus rondas, todo estaba tranquilo. No obstante, por la noche comenzaría la fiesta. Hasta el momento los refugiados habían formado dos coaliciones. Los que querían vivir tranquilos y los que querían gobernar sobre los otros residentes. El grupo de los que querían vivir tranquilos estaba liderado por un borrachín. Se respaldaba en la mayor cantidad de habitantes, que ahora sumaban unas mil personas. Podían mantener un cierto nivel de autonomía y seguridad por su cantidad, pero el otro grupo no les hacia las cosas fáciles. Habían empezado a vender droga y coaccionar a otros residentes. De los cinco galpones, uno estaba bajo la jurisdicción de los que querían gobernar a los residentes y poco a poco, estaban infectando a otros residentes de otro galpón. Era solo cuestión de tiempo ante de que los residentes tomaran las espadas y lucharan entre sí hasta el amargo final.

Mientras avanzaban por las calles aledañas, Kain miraba a los galpones y miraba al interior revisando el estado de las viviendas. Por otro lado, algunos residentes lo quedaban mirando, otros miraban a Therese y con una sonrisa la saludaban. Otros demostraban su desagrado y rápidamente desaparecían entre la multitud. Al parecer, estaban apurados por informar a alguien.

-Tienes muchos infiltrados- dijo Kain sin apartar la mirada del calle

-Así es- respondió Therese con cierta molestia -son los secuaces de un tal, José. Es un ex caballero de Millis. Fue despojado de sus títulos por corrupto, pero como su familia tiene cierta influencia, no fue a prisión-

-¿Qué hizo?-

-Trabajo en el secuestro y venta de esclavos-

-Aja ¿ahora anda en lo mismo?-

-No lo sabemos. Pero se puede ver que tiene ansias de poder-

-Déjamelo a mi, amor. No creo que sea un problema-

-Tiene dos santos del estilo dios del norte-

Kain se detuvo y levantando las cejas le pregunto -¿y eso que importa?-

Therese algo avergonzada, dijo -bueno, para ti no significa nada, pero para los caballeros de Millis es un gran peligro-

-Vamos a remediar eso. Pide permiso, no puedo creer que todavía estés en el nivel avanzado-

-Uuuh, se suave por favor-

-¿A que te refieres?- le pregunto Kain con una sonrisa mientras paso una ráfaga de viento cálido y le desordeno el cabello

-Catalina y Lilia ya me han contado como entrenas a tus discípulos-

-Ah, pero esos es a mis discípulos. A mis esposas las trato mas suave. Después pregúntale a Lilia-

Siguieron caminando hasta llegar a un gran galpón. Era el tercero en la fila y en su interior, se veía un poco mas ordenado. No obstante, cuando Kain entro, vio algo que no le gusto. Una niña pequeña, de unos tres años, con una cabecita rubia y un cuerpo delicado, estaba jugando sola con unos botellones de vino. Los ordenaba en una esquina, hasta formar tres murallas y después, tomaba un chal y lo colocaba como si fuera un techo. Feliz por haber completado su casa, tomaba un pequeño muñequito similar a un caballero y se metió a dormir. El único problema es que el suelo estaba sucio y frio. Con el clima que hay, no sería un problema para un adulto, pero para una niña era buscarse un resfriado.

Therese al lado de Kain, camino con rapidez y llego frente a la casa. Saco el chal y le hablo a la niña -Nord, sal de ahí, te vas a resfriar-

-Pero- dijo la niña en un tono triste

-Ven acá, escucha lo que dice la tía-

Nord asintió haciendo un puchero y estiro sus brazos para que Therese la cargara.

Si Kain no conociera a Therese, diría que lo había engañado y había tenido una hija por fuera. La niña tenía la misma nariz respingada y pequeña. Sus ojos eran del mismo color azul y su pelo rubio. Eran casi idénticas, pero Therese se explicó.

-Esta niña…es la hija de mi hermana mayor-