Décimo primer año del establecimiento del sabio reino de Lemuria, capital de Hyperion, lugar anexo del castillo, mes de octubre.
Otro día comienza en el reino de Lemuria. Como es finales de otoño, hace frio. El cielo esta cubierto por nubes que parecen pompas de jabón. Corre un viento bochornoso de norte a sur. Viene desde las calurosas tierras de Muozinel. Son las seis de la mañana y en el castillo empiezan sus funciones. En la guardia real se realizan el cambio de guardia. Por otro lado, los cadetes se preparan para ser aporreados por el capitán, Iván.
Mientras todos empiezan a moverse. En el anexo del castillo, el príncipe de Lemuria permanece en su cama. La piedra que reviste la habitación, hace que bajen varios grados calor. No obstante, el príncipe apalea este problema con una buena frazada y el calor de la persona que ama. En la habitación, dos personas compartiendo un abrazo. Uno era Kain y la otra era Ann. Ambos se acurrucaban para luchar contra el frio y compartían un agradable momento.
-Buenos días Ann- le dijo Kain en un hilo de voz
-Buenos días, hoy mi cuerpo esta totalmente inútil, creo que te excediste anoche- dijo Ann mientras colocaba la cabeza de Kain entre sus senos, este era su acción que insinuaba "podrías hacer algo mas".
-No puedo cansarme de esto, Ann. Quisiera pasar todo el día entre ellos-
-Solo puedo imaginarme cuando tu cuerpo este listo, anoche sentí algo duro tocándome-
-Mm, tuve una erección-
Ann abrió los ojos con sorpresa, llenos de expectativas.
-¿Quieres intentarlo?- le pregunto Ann
-Sí, ¿por qué no?- respondió Kain -ven acá, primero déjame comerte y después vemos si puedo cumplir con tus expectativas. No te prometo nada porque aunque estuviera listo, soy joven y sin experiencia (en este cuerpo), no creo que dure mucho-
-No me importa- dijo Ann -si dejas tu semilla en mi, te perteneceré por completo. Come mi senos primero, me encanta que muerdas un poco mis pezones, Aaah, as��, fufufu, se esta poniendo duro- dijo mientras estiraba su mano y bajaba hasta la entre pierna de Kain -siempre me he preguntado ¿Qué clase de niño eres?, haaa tan intenso. Mis senos no se van a ir a ningún lado. Esto sigue creciendo, aaah. Cómeme por favor, hazlo rápido, quiero sentirte dentro. Si besas mi ombligo, aaah, vamos come mi vagina, quiero correrme fuerte he intenso. Esta cosa tuya apenas cabe en mi mano, ¿Cómo puede ser tan grande?. Aaaah, sí mi botón, lámelo, por favor, disfrútalo. Un poco más, solo un poco más, ahí viene, AHHHH. Por favor ven dentro ahora que estoy sensible, dame mucho uso. Ahí no. Ese es el agujero equivocado- dijo Ann mientras estiraba su mano para conducirlo a su objetivo -aquí, déjame guiarte, aaaaaah ¿Qué es esto?, ¿Qué es esto?. Algo tan bueno. Por fin estás dentro, te he esperado tanto. Todos los días pica mi entrepierna. Tu me calmas con tus caricias, pero cada vez que pienso en ti me empiezo a mojar y a fantasear. Sigue así querido, déjalo todo dentro de mí. No te preocupes, adelante, juega con mi botón. Si lo haces así me correré muy fuerte, AAAAAAAAH, oh dios, me estoy muriendo, me estoy muriendo. aaaah, abrázame Kain, Kain, Kain-
Después de varios espasmos, Ann recobró su sentido y dijo con una mirada de satisfacción -Estoy feliz Kain, por fin, por fin- entre susurros repitió tales palabras con si fueran un mantra y después cayo dormida con una sonrisa feliz.
Kain la beso en la boca, espero un poco y se levanto de la cama -(Esto duele un poco, no sé si será por mi cuerpo joven o la poca estimulación del músculo, pero duele. Habrá que investigar más, no recuerdo que fuera tan incomodo)- se limpio la sangre que había en su pene y después de ponerse una bata, camino hasta el baño. En la entrada se encontró con Rose, la cual amablemente se ofreció para ayudarlo.
Después de bañarse fue a su oficina y saco algunas plantas que tenia preparadas para este día. Helecho, ruda, aloe y una buena botella de oliva. Tomo un cuenco de metal, creo agua, coloco el helecho y se dedico durante treinta minutos a extraer los venenos y ácidos que no necesita en la formula. Después fue el turno de la ruda. Una vez separados los dos extractos, los mezclo con el aloe y oliva. Aumentó el calor sobre la solución y poco a poco extrajo el agua. Después saco un trozo de chocolate, lo derritió y mezclo con la solución. Volvió a su habitación y encontró a Ann que todavía estaba durmiendo. Kain dejo el vaso con la solución sobre una mesita, al lado de la cama. Después se sentó a un lado y le acarició la frente. Su lindo rostro ovalado, era precioso. Largas pestañas y labios de un color rosa inocente. Tan linda, tan tentadora.
-Hola querido ¿Qué sucede?- le pregunto Ann
Kain le acaricio el cabello como si se lo estuviera peinando hacia atrás, le dio un pequeño beso en los labios y le dijo -hice una medicina para ti. Para que sepas, esta medicina te ayudara a no quedar embarazada. No tiene contraindicaciones-. Ann quedo congelada por un momento y sintió pena. Una lagrima cayo por sus mejillas. Kain le tomo las manos lleno de preocupación y continuo -Ann, tienes que esperar hasta que yo tenga la suficiente madures, lo siento-
-*Sob**sob*, no te preocupes Kain, yo me adelante un poco, esperare-
Kain la beso una vez mas y le respondió -no te preocupes Ann, vamos a tener una gran familia, te amo-
-También te amo, desde que te conocí solo me han pasado cosas buenas-
-Toma. Mezcle la solución con chocolate así no sabrá tan mal-. Ann sonrío como pudo y se tomo la medicina. Kain por otro lado, se levanto y le dijo -yo voy a hacer mis cosas, si te sientes mal, háblame. Yo voy a escuchar todo lo que tengas que decir ¿ok?-
-Ok-
-o-
Capital de Hyperion, lugar campo de entrenamiento, mes de octubre.
Cada día era un entrenamiento y las costumbres de practicar temprano no habían cambiado. Por lo usual, Kain entrenaba a diario, pero ya no practicaba con Iván. Su suegro le dijo que no tenía nada más que enseñarle y ahora le tocaba buscar su propio camino de la espada. Así que Kain entrenaba solo, casi al final del campo de entrenamiento, cerca de un bosque. Así que como todos los días, Kain llego al mismo lugar. Dejo atrás el campo de entrenamiento y empezó a divisar arboles. Se movió buscando el lugar de siempre. No obstante, alguien se le había adelantado. Una persona con su mismo color de cabello estaba ocupando su lugar.
-Buenos días, Kain- dijo Elen. El sudor le perleaba en la nariz. Su pequeña y respingada nariz. Hoy ella llevaba un vestido bastante bonito. Raro para ocuparlo en un entrenamiento, pero era Elen. Muchas cosas de las que hacia tenían lógica, el único inconveniente, es que solo ella lo entendía. Dejando su peculiar razonamiento de lado, la ropa que usaba no era la apropiada para practicar. Mucho menos esos zapatos con un tacón bastante alto.
-Buenos días Elen ¿dónde esta Lim?- le pregunto Kain
-Esta ayudando a su majestad, la reina-
-Oooh, eso es increíble ¿Cuánto tiempo lleva ayudando a mi madre?-
-Como una semana, antes Lim la ayudaba un poco, pero parece que hoy es especial-
-Eso es genial ¿y tú?-
Elen se rasco la cabeza con vergüenza. La diplomacia y la política no eran su fuerte, mucho menos el papeleo. Hubo un día en que se quedo dormida y la reina ya no solicito más su ayuda. La reina le siguió enseñando muchas cosas, pero ayudarla en su importante trabajo estaba fuera de cuestión.
-No importa, pequeña- dijo Kain -todos tenemos nuestras virtudes y debilidades ¿Te vino a ver Vissarion?-
-Sí- respondió Elen en un tono débil -me dijo que los primeros días del próximo mes, nos pasaría a buscar. Al parecer hay un trabajo en Lebus, Zchted-
-¿Haz pensado en lo que te dije?-
-Yo…- Elen respondió con una voz entre cortada -yo, lo siento Kain. No quería defraudarte, pero no puedo abandonar a Vissarion. Lo siento *sob**sob*- dijo Elen entre lagrimas y sin suficientes palabras para disculparse.
-o-
Un día, más o menos hace un mes atrás. Kain estaba intercambiando golpes con Elen. Mientras ella lo atacaba como si su vida dependiera de vencerlo. Kain respondía con facilidad y le aconsejaba -tus golpes son muy pronunciados y puedo ver a donde van antes de que tú misma lo notes. Trata de pensar en donde golpeas, peleas muy de frente pensando que la otra parte tiene tu misma fuerza, peso y estatura. Así nunca vencerás a alguien mas fuerte que tu, mucho menos a alguien mas alto que tu-
Elen estaba jadeando. Dejo caer su espada y se tiro en el suelo. Sus ojos cerrados, pelo despeinado y el gran movimiento de sus pulmones, hablaban de un cansancio mas allá de su limite -lo haces- dijo -sonar tan fácil, ya estoy casi, muerta y me, sigues exigiendo-
-Elen, ya haz mejorado un montón desde que llegaste. Ahora solo te estoy ayudando a pulirte. Detengamos el combate, hay algo que quisiera hablar contigo-
Elen se puso colorada y nerviosa, pero acepto.
Kain llevo a Elen de vuelta al anexo del castillo, al patio trasero, en donde había una la terraza al aire libre. Estaba cerca de la cocina. Kain miro por una ventana que le permitía ver la cocina y dijo -Sofía ¿puedes traernos té y algo para comer?-
-Por supuesto Kain, dame un momento- respondió Sofía
-Gracias-
Después camino con Elen a un conjunto de cuatro sillas y una mesa, y bajo un árbol, se sentaron para conversar. El día era completamente otoñal. Así que no estaba ni frio, ni caluroso. Kain tosió como para llamar la atención de Elen y le dijo -bueno yendo directo al punto, quiero que te quedes en el reino y dejes de ser mercenaria-
Elen puso un rostro lleno de incredulidad. Su boca era como la de un pez formando un circulo. Se abría y cerraba sin poder gesticular una palabra. Tomo una profunda respiración y respondió -pero ¿y Vissarion?¿Qué hago? él es mi familia-
-Tranquila, lo sé, jamás te obligaría a separarte de tu padre-
-¿Entonces? no te entiendo-
Sofía llego con una carrito lleno de cosas. Le pidió permiso a Kain, y este ultimo asintió para que ella hiciera su trabajo. Después de que ella ordeno las cosas, Kain le dijo -gracias-
Sofía miro al joven Kain y le acaricio la cabeza -de nada, Kain. Si necesitas algo, llámame- y se retiro, dejando a Kain y Elen solos.
Kain miro a Elen y retomo la conversación -hable con mi padre y ambos concordamos que primero le pasaríamos a Visasarion un pueblo con unos 500 aldeanos y 50 soldados. Dentro de cinco años se haría una evaluación a su forma de gobierno. Si todo sale bien, podríamos hacer dos cosas; lo enviamos a otro pueblo con el triple de personas y soldados, o le pasamos fondos para que mejore el pueblo que se le entrego desde un principio. De esa manera, él puede aumentar la población tanto como quiera-
-¡¿Eso es verdad?!- pregunto Elen parándose de su asiento y golpeando la mesa. No obstante, su rostro lleno de esperanzas, se oscureció al poco tiempo. Pensó en la reacción que podría tener Vissarion y se calmo. En el fondo de su corazón, sabia que no había esperanza- puedo ver ha Vissarion rechazándolo. Él quiere construir su propio país- e hizo una sonrisa triste.
-Esta propuesta también es para ti-
-¡¿Eh?!, pero yo…no sé-
-Tranquila, no es como que le vamos a entregar un pueblo a una niña para que practique. Vas a tener que estudiar. En tres años mas voy a ir a las costas y gobernar una ciudad. Puedes ayudarme y aprender todo lo necesario. Cuando estés calificada, el reino te pasara un pueblo similar al que te hable en un principio-
-¡Es verdad! ¡¿no me mientes?!-
-¿Por qué lo haría?¿alguna vez te he mentido?-
-¡Nunca!-
-Entonces ¿Qué dices?-
-Yo, yo quisiera, pero, yo quisiera…- respondió Elen con un corazón lleno de dudas. No sabía si seguir a su familia o su sueño. Podía quedarse aquí y crecer en este país. En el mismo lugar en donde esta la persona que le gusta. Ella estaba segura de que su hermana la acompañaría en el mismo camino. No obstante, la vida no es fácil y el mundo de los adultos no es tan sencillo.
-Tranquila Elen- dijo Kain -no tienes que aceptar de inmediato, tomate tu tiempo, conversa con tu padre y después me das una repuesta ¿ok?-
-o-
De esa conversación a pasado un mes, y ahora, aquí , al final de los campos de entrenamiento. Elen esta triste de no poder responder a Kain cómo ella hubiera querido. Era la amargura de la ignorancia, pensó ella. Era su incapacidad de poder estar en un mismo nivel de igualdad.
Kain al ver el rostro de Elen, lleno de lagrimas de dolor y tristeza. Le dijo -Elen, vamos a andar a caballo. Ahora ya te manejas con los caballos ¿cierto?- Kain vio el modo triste de Elen y le dolió el corazón. Esta niña es muy alegre al igual que Rose. Es difícil no quererla. Pero no había nada que él pudiera hacer. Ella tenía su propia vida y destino. En la cual ella debería elegir por sí misma.
-Por supuesto- respondió Elen gesticulando una sonrisa. Se paso las mangas del vestido y se limpio la cara -ahora nadie me gana ¿una carrera?-
-¿Una apuesta?-
-Por supuesto ¡esta vez te venceré!- dijo Elen. Quería algo de Kain antes de irse y este evento la acercaba a su objetivo.
-¿Qué quieres apostar?- pregunto Kain. Él cedió esta oportunidad solo para hacerla feliz. Quería animarla y borrar esas lagrimas de sus ojos.
-El perdedor tiene que hacer todo lo que quiera el ganador-
-¿Estas segura?- Kain le dio una mirada pervertida.
-Estoy segura ¿Qué estas pensando pervertido mujeriego? no pondrás tus manos sobre esta señorita, si lo haces, le diré a la tía-
-Yo no he dicho nada ¿no sé de que estas hablando?-
-Sucio mujeriego, uno de estos días te enseñare una lección. Ahora vamos a buscar los caballos antes de que te golpee-
Kain y Elen fueron a las caballerizas y sacaron sus respectivos caballos. El caballo de Kain es el que le dio su padre, el gigante azabache. Mientras que el de Elen es uno que le regalo la reina. Es un yegua amarilla con una gran musculatura. Especialmente buena para alguien que trabaja de mercenario y tiene que recorrer grandes distancias.
-Una vez que crucemos la puerta de la ciudad corremos hasta el primer arroyo ¿lista?- pregunto Kain
-¡Lista!- respondió Elen. Su rostro resplandecía de felicidad. Parecía mentira que hace solo un momento estaba llorando
-Vamos-
Cabalgaron hasta la puerta de la ciudad y una vez que llegaron al punto de salida, Kain miro a Elen -solo espera Elen- dijo -tu apuesta será tu perdición, parece que hoy comeré carne tierna-
-Cállate pervertido- grito Elen -ya tienes cuatro amantes. Una en camino ganando puntos con tu madre y todavía dices que me quieres. Hmph, definitivamente desvergonzado- después de terminar sus palabras pateo a Kain desde el costado.
-Ouch ¡Elen!, eso duele, ok vamos ¿estas lista?-
-¡Siempre estoy lista!- respondió Elen
-Bien…a la cuenta de tres. 1, 2-
-3- dijo Elen y arrancó sin esperar a Kain.
-Maldita Elen tramposa, veras cuando te pille-
Elen se reía mientras cabalgaba y solo se enfocaba en su victoria -nunca me pillaras, tortuga-
Kain y Elen corrieron con todas sus fuerzas, pero Kain freno lo suficiente como para dejar que Elen ganara esta carrera. A lo mejor, de esa manera ella ya no estaría tan triste. A diferencia del caballo de Elen, que era bueno para recorrer largas distancias. El caballo de Kain era de velocidad. Sin contar qué era el caballo que compro el rey de un país, para su primogénito y príncipe del reino. Así que a menos que Kain amañara esta carrera, a Elen le sería muy difícil ganar.
-Kain, si te acercas a mi caballo te golpeare- grito Elen
-Elen, no seas tramposa, me obligas a ir mas lento- le respondió Kain
-En la guerra todo se vale-
-o-
Al finalizar la carrera con un cuerpo de ventaja, Elen hablo de su recompensa con una malvada sonrisa -ahora tengo que pensar qué vas a hacer, ¿debería pedirte que saltes por un puente a un lago lleno de lodo? o ¿tener un entrenamiento en donde solo te puedas defender con las manos?-
-¿Quién eres tú?- pregunto Kain -devuelve me a mi preciosa y pura Elen. Ella es traviesa, pero nunca lastimaría a su hermano-
-Oooh, sí que sabes decir cosas buenas ¿así corrompiste a mi hermana Rose?-
-Hmph, ella corrompió mi puro y joven corazón-
-Puro y una mierda. Debes ser un pecador, el hombre mas pecador de la tierra- Elen soltó una cantarina carcajada y continuo -vamos, sentemos en ese árbol, quiero descansar- dijo Ella apuntando a un árbol especialmente alto. Medía unos cuatro metros de diámetro y diez de alto.
-Ok- respondió Kain. Bajo de su caballo y camino hacía el árbol, pero sintió que algo estaba mal. Se dio la vuelta para mirar y vio a Elen colgando del estribo. Kain soltó una carcajada y le pregunto en un tono burlón -¿Qué pasa? ¿no te puedes bajar del caballo?-
-¡Maldito Kain!- grito Elen mientras se afirmaba con la punta de los dedos de la montura -sino me ayudas a descender del caballo le diré a la tía que te burlaste de mi. Vamos a ver si después de eso, todavía te sigues riendo-
Kain ya no se rio. Si hay algo que Magdalena no le acepta a Kain, es que tenga una actitud poco caballerosa. Suspirando hizo su camino hasta Elen mientras dejaba pastar a su corcel sin ninguna restricciones. -Ven acá pequeña- dijo -déjame ayudarte-
Elen que quedo en los brazos de Kain, se sonrojo y le dijo en un hilo de voz -gracias-
-No te preocupes, ven conmigo, vamos a sentarnos-
Elen siguió a Kain, cada vez que lo veía sentía que su corazón iba a explotar. Tenia miedo de que él pudiera oír el intenso palpitar. Así que trato de hacer una conversación sin sentido -¿Cómo puedes dejar tu caballo libre y sin restricciones? si la gente de Silver Gale te viera se burlarían y hasta te golpearían-
-Este tipo es muy orgulloso- respondió Kain refiriéndose a su caballo -y desde que soy su dueño, no deja que nadie más lo monte. Cuando lo necesito le silbo y viene de inmediato. Así que no hay para que darle problemas, es un buen muchacho-
-¡No te creo! ¿Cómo puede ser posible?- pregunto Elen, pero el caballo relincho protestando y Kain le respondió entre risas -vez, hasta él lo confirma-
-Te creeré por esta vez- dijo Elen asombrada por el caballo, al parecer entendía.
-Ven acá y siéntate, dime ¿que quieres que haga o te de?-
-¡Hey! no me presiones, déjame pensarlo, no es fácil-
-Bueno, como tu digas-
Una vez se tranquilizo, Elen le pregunto en un tono más calmado -Kain ¿vas a ir con mis hermanas a las costas?-
-Van a ir todas, me gustaría llevar a Ariel, pero madre no lo toleraría- respondió Kain
-Ahí va de nuevo el hermano idiota, ¿no te cansas de ser tan idiota?-
-Eeeh, entonces ¿tú ignorarías a Lim y la dejarías a un lado si tienes algo bueno?-
Elen al recordar Lim, sonrió y negó con su cabeza -no lo creo- dijo -lo compartiría con ella- era imposible que se olvidara.
-Es lo mismo acá-
-¿Qué vas a hacer en la costa?-
-Vamos a dirigir una ciudad. Justina va comprar unos barcos y va a empezar un negocio de comercio ha gran escala. Yo por supuesto tengo que hacerme cargo de la ciudad-
-Que bueno es ser de la realeza, si quieres hacer algo como comprar barcos solo tienes que preguntar-
-Eso no es así- dijo Kain con calma. Tomo una espiga del suelo y la comenzó a doblar mientras se explicaba -el oro para comprar los barcos es mío. Te acuerdas cuando mate a ese general enemigo en montaña del trueno. Ese tipo tenia un montón de oro. Como ya no lo podía utilizar lo tome para darle un mejor uso-
-No lo puedo creer- dijo Elen llena de incredulidad -el príncipe de Lemuria anda saqueando a sus enemigos-
-Suena tan feo cuando lo dices así, pero podría decirse-
Elen quedo con la boca abierta ante tal descarada confesión -como pensé, totalmente desvergonzado-
Kain se rio. Estaba un poco avergonzado, pero solo un poco -podría decirse-
Entonces Elen y Kain se quedaron callados durante mucho tiempo. Se acostaron sobre el pasto, miraron el cielo abochornado y escucharon a la naturaleza; era un buen día.
Todo este silencio duro hasta que Elen lo rompió diciendo -escucha Kain, ya se lo que quiero-
-¿Qué quieres Elen?- pregunto Kain -¿cuales es la penalización que me vas a dar?-
-Quiero que cierres lo ojos-
-Bien, pero si me vas a golpear que no sea muy fuerte ¿ok?- mientras él cerraba los ojos, espero unos segundos y algo suave toco sus labios. Él abrió los ojos y se sorprendió al ver a Elen sobre él.
-¡Kain!- dijo Elen entre lagrimas -se supone que deberías cerrar los ojos. ¡Esta no cuenta!, me debes una *sob**sob, ahora bésame, idiota-
Kain beso a Elen durante un buen tiempo. Compartió un pequeño beso, después uno mas largo y así hasta llegar a quedar sin aliento. Después de eso se recostaron en el pasto y durmieron a la intemperie. Kain se despertó y encontró a Elen mirándolo dormir -se que soy guapo, pero no te puedo dar mi cara- dijo -es la única que tengo y no hay de repuesto-.
Elen se rio de la broma y solo respondió -que idiota- y se acerco para besarlo.
Compartieron un beso apasionado durante un tiempo y después se separaron. Ya era hora de volver y Kain quería darle un trato especial. Se levanto y la invito a su caballo -ven Elen, deja que te lleve por esta vez-
-¿Y mi caballo?- pregunto Elen
-Podemos llevarlo de la rienda. No es necesario que lo montes- después de eso Kain ayudo a Elen a subir a la silla y después se acomodo detrás de ella. La abrazo por la cintura y viajaron todo el camino así. Una vez que llegaron a la entrada de las caballerizas, compartieron el último beso y se separaron.
Kain camino todo el camino hasta las caballerizas pensando en Elen. Pensando que podría hacer por ella antes de que se vaya. En el proceso, a un par de metros de la caballeriza se topo con una sorpresa. Lim lo estaba esperando. Ella se veía preciosa. A diferencia de Elen, que era una belleza salvaje. Lim era un belleza más sofisticada. Digamos que ella había nacido para ser una noble. Ella llevaba un vestido largo, lizo y celeste de una pieza. Su cabello rubio estaba arreglado en un cola de caballo y resaltaban un par de aros de perlas blancas.
-¿Cómo estas Lim?- pregunto Kain
-Un poco cansada- respondió Lim -nunca pensé que el trabajo de la reina fuera tan agotador-
-Por lo usual no lo es, pero padre permite que mi madre se meta en los asuntos del reino. De esa manera los dos pueden funcionar como uno solo y cuidar de los intereses de la familia-
-Es genial tener una familia así-
-Nada es gratis en esta vida, Lim. Todo se trabaja y se construye con esfuerzo-
-Sí-
-¿Qué puedo hacer por ti?-
-Quiero decirte una cosa y pedirte otra-
-¿Qué es? por tu tono es algo serio-
-Mm, primero es que mañana nos vamos al campamento de Silver Gale-
-¿por qué tan repentino?-
-Veras, con el tiempo será mas difícil despedirnos. Es mejor que lo hagamos lo antes posible-
Kain soltó un suspiro y le dijo -Ok, entonces ¿Cuál es la solicitud?-
-Que no nos vayas a buscar al campamento- dijo Lim con convicción, aunque sus ojos acuosos decían otra cosa -no importa como te sientas; Elen tiene un sueño y yo la apoyare-
-Eres una mujer egoísta Limalisha-
Lim sonrío como una flor, una lagrima se escurrió por la comisura de sus ojos y dijo -lo sé, Kain. Ahora no te muevas- y acercándose, se paro sobre las puntas de sus pies y le dio un beso.
Kain quedo estupefacto. Una vez que Lim se aparto, Kain paso la punta de sus dedos por sus labios y le dijo -después de esto ¿todavía no te puedo ir a buscar?-
Lim negó con la cabeza y con lagrimas en los ojos. Se dio medía vuelta y se fue sin decir más palabras.
Kain quedo parado en el camino sin saber cómo responder ante la solicitud. La gente lo veía inmóvil de camino a las caballerizas. Al final lo único que murmuro fue -realmente eres una mujer egoísta Lim-
¡Aquí esta!
Fin del segundo arco. Espero que hasta el momento lo hayan disfrutado. Aun queda mas.
Por favor, puntuen, comenten y voten por el fanfic. Así gana notoriedad y mas gente se puede divertir.
Gracias y hasta mañana.