Hoy parece que es el último día del verano. El día esta caluroso, pero ha empezado a correr un viento fresco. Los cielos están semi cerrados, como anunciando la caída del telón y llamando a su próximo actor. Después de que Victoria, Maaya y Kain almorzaron, este último se despidió y salió de la oficina acompañado de Maaya. Su próxima parada está destinada a ser la tienda de joyas. Mas importante aún que vender y generar dinero, Kain tiene una cita con tres preciosas criaturas. En todo este tiempo nunca los ha dejado de ver por las tardes y hoy no será diferente. Apurando el paso del carruaje, Kain viaja con una Maaya distraída. Ella lleva alrededor de un mes viviendo en su casa. No ha pasado nada entre los dos, pero reuniendo todo su valor, ayer Maaya beso a Kain. Por supuesto, este último acepto el beso y lo contrarresto con uno de su propia autoría mientras disfrutaban de la tarde. Ahora ella no sabe cómo enfrentarlo. Por un lado, quisiera estar pegada a él, pero se siente un poco apenada, ya que ha pasado todo el día pasándose la punta de los dedos por los labios, como tratando de rememorar ese momento. Sin embargo, como estaban en la oficina, no puede hacer esas cosas. Ahora que están en el carruaje, se siente nerviosa y se pregunta como da el siguiente paso.
Kain ve que Maaya está algo confundida, le dijo -ya te dije Maaya, tranquila, no hay necesidad de apresurarse. Por ahora ¿te quieres sentar a mi lado?-. Maaya asintió al nerviosa, se apoyó en la pared del carruaje y se ganó a su lado. Sus mejillas se pusieron aún más coloradas, pero cuando él le tomo la mano sintió que su corazón iba a explotar. Ella lo miró por el rabillo del ojo y vio Kain sonriendo y eso le da rabia. Ella se siente algo avergonzada, pero él actúa normal. Suelta un suspiro y trata decirle algo. No obstante, cuando por fin lo mira, él la besa de improviso. Se apartan y Maaya siente que tiene mariposas en el estómago.
-¿Mejor?- le pregunta Kain
Maaya asintió, levanto la barbilla y le dijo -sí, si lo hacemos otra vez, podría estar mejor-. Por la diferencia de estatura Kain la mira hacia abajo, le toma el mentón y se agacha para darle un pequeño beso. Después uno más duradero hasta que la pasión los consume y se empiezan a besar con intensidad. Esto dura todo el trayecto hasta que llegan a la tienda. El cochero golpea la puerta y los interrumpe. Una voz vieja se escucha y les decía -señor, ya hemos llegado-
-Gracias Mark- le responde Kain y se arregla la ropa. Maaya hace lo mismo y bajan del carruaje. El viejo Mark lo mira con una mirada de viejo picaron, como diciéndole que él no sabe nada y después de recibir la tarifa, se despide. Por su parte, Kain y Maaya avanzan mirando las tiendas cercanas a su tienda. Su vecino, el dueño de la tienda del frente lo queda mirando con malos ojos. Es un viejo calvo, que prácticamente usa una sotana a pesar de no ser sacerdote de Millis. Al parecer no fue apto, pero igual es un fervoroso de la fe, que vive de vender cosas relacionadas a eso. El hecho es que el viejo le da una mirada llena de desaprobación. Kain lo ignora y pasa sin darle la mayor importancia.
-El señor George es una persona cerrada de mente- le comenta Maaya. Ambos se detienen frente a la puerta de la joyería.
Kain pasa una llave mágica, fabricada por el mismo, y remueve el seguro. Él la mira con una sonrisa y le dijo -no importa, él solo esta celoso de que tengo una hermosa esposa-
Maaya agacha un poco su cabeza y con un rostro rojo le susurro -yo, todavía no soy tu esposa-
-Tu lo dijiste "todavia", pero ¿Cuánto falta para que pase?-
Después de abrir la puerta, Kain invito a Maaya a pasar. Una vez adentro, Kain empezó a abrir las puertas y ventanas por mientras que revisaba la seguridad. Por otro lado, Maaya inspecciona para ver si faltaba algo. Después coloco la tetera en un pequeña cocina, ya que los pequeños van a venir y hay que tenerles su leche, si no sería un verdadero problema. A pesar de que esos tres son unos bebés, lloran como si sus pulmones fueran de acero.-¿Cómo pueden llorar tan fuerte?- se preguntó Maaya mientras va a ver a Kain a la fragua. Este último tira algunos cuantos leños, prende fuego y al darse la vuelta se encuentra con Maaya. Le sonríe y la invita a permanecer en la tienda.
Después de una hora de derretir oro y rellenar moldes para hacer algunos anillos. Kain toma algunas piezas que estuvo trabajando ayer y las empieza a procesar. Por otro lado, Maaya atiende el mostrador. Por lo usual, la tienda se llena con parejas de todas clases. Cuando ellos le preguntan por alguna rebaja, Kain les hace una pequeña magia y les pregunta si se aman. Esto por desgracia a resultado en peleas y hasta separaciones. El marcador hoy en día va igualado, pero es porque últimamente las parejas que han venido se aman de verdad. En un principio el marcador fue horroroso. Eran diez fracasos contra un real amor. ¿El hechizo? No era nada en especial, solo era un sello que te permitía saber si alguien estaba mintiendo. No es cien por ciento seguro, pero gracias a esto la tienda se ha ganado una gran clientela. En su mayoría son mujeres que quieren ver a un tipo guapo. Otras que quieren comprar algo que no esté relacionado con la fe de Millis. Como por ejemplo los famosos aros con forma de flor. En un principio fueron un furor. Tanto que vinieron mujeres de la alta nobleza a encargar unos personalizados.
Maaya atendió al último cliente, camino hasta el final del mostrador y fue a la mesa de trabajo de Kain. Este último la tiene instalada en una amplia habitación cuyo único acceso es a través del pasillo que conecta la tienda con la cocina. Gran parte del espacio esta designado para los tres granujas. Como crecen sin límites, ya se les preparo un corral y tres cunas. La mesa de Kain y todas sus cosas están relegadas a una esquina, pero este último no se hace problema. Mientras tenga el suficiente espacio para trabajar y los pueda ver a diario, es feliz.
Kain le estaba dando el último toque a unos aros. Tenían forma de copo de nieve, un poco adelantado a la temporada, pero nunca está de más. Una vez que termino, escucho un suave golpe en la muralla. Miró hacia el dintel de la puerta y le pregunto a Maaya -¿ya llegaron?-
Maaya sonríe con dulzura y le responde -no, todavía no. Pero te quería decir que ya no quedan anillos. Todos se vendieron-
-Eso es bueno ¿Qué queda?-
-Solo tres pares de aros-
-Bien, por ahora coloca el cartel de cerrado y esperemos a mis hijos. Voy a seguir haciendo algunos anillos, pero por esta semana no atenderemos. Esperemos al cambio de estación y mostramos las cosas que he estado preparando-
Maaya de repente recuerda algo y le dice -la primera princesa del reino del Rey Dragón pidió que le confirmemos cuando hayan nuevos diseños-
Kain levanto la ceja y le pregunto -¿esa que vive en vacaciones?-
Maaya se ríe del comentario y le dijo en voz baja -puede ser verdad, pero es la princesa del reino vecino, así que cuida lo que dices-
-Lo que digas-
Después de colocar el cartel de cerrado, Kain y Maaya fueron a la cocina. Prepararon algo suave para comer y lo acompañaron con té. Media hora después llego Lilia y Catalina con los tres bebés. Kain de forma automática estiro sus brazos pero como siempre es detenido por Lilia. Es inspeccionado y después de recibir el visto bueno se le permitió tomar a los bebés. Según la jefa, es importante la higiene cuando toma a los bebés. Así que Kain escucha a Lilia en todo lo que dice. Primero tomo a Kain-hijo, el primogénito. Como siempre está sano como un toro, pero es tan dormilón que Kain-padre se pregunta si va a ser mago cuando crezca. Por otro lado Ars es tranquilo, pero sus ojos miran a Kain como si lo estuviera evaluando. Kain-padre sonríe y le da unos cuantos besos en sus mejillas. Según Kain-padre este niño tiene una buena pinta de ser un espadachín, sus astutos ojos se lo dicen. Por último, toma a Elías, el más curioso de los tres. Siempre está mirando alrededor, curioso por todos los "juguetes" que tiene su padre. Kain trata de mantener todo fuera de su alcance, pero ya se está haciendo la idea de hacer un estante con llave. Este niño pronto empezara a registrar por aquí y por allá.
Después de dejar a los tres granujas en su corral, Kain besa a sus esposas. Lilia la primero, por obvias razones. Después a Catalina y Maaya también recibió un extra. Ella se sonroja, pero más se sonrojo cuando Catalina la empezó a molestar. Esta última ha empezado a contarle como el elfo la toma y le hace el amor. Como resultado, Maaya ha tenido dificultades para conciliar el sueño. Catalina por otra parte se divierte al molestarla. A pesar de que Maaya tiene diecinueve años, actúa como si todavía no hubiera llegado a los quince (mayoría de edad en el mundo de mushoku). Así que le hace gracia.
Una vez que los cuatro se instalan en un mesa, comparten un poco de té y unos pasteles que compro Catalina en el camino. Kain levanto la ceja izquierda y le dijo -deberías dejar de comer tanto dulce ¿no crees que están comiendo demasiado últimamente?-
Catalina frunció el ceño y le respondió -no empieces Kain, ya sabes que es mi única forma de recuperar energía. Tu hijo me exprime todo el día. Por dios, parece un barril sin fondo-
-Yo te he dicho que lo alimentes solo con leche de vaca o comida picada. Ya casi no te sale leche, así que no es mi culpa y deja de comer tanto dulce-
-Voy a intentarlo- respondió Catalina algo malhumorada
El resto de la comida siguió en completa calma, hasta que los tres granujas empezaron a cabecear. De forma automática, Lilia se levantó, los arropo y volvió a su asiento. Kain miró desde el lado y les pregunto sin apartar su mirada de sus hijos -¿alguna novedad?-
-Nada- respondió Lilia -pero me he topado bastante seguido con algunas monjas de Millis. Unas tratan de convencerme para que entre a la facción radical. La última vez fueron descaradas. Poco les falto para decirme que era una mujer pecadora-
Kain levanto la vista mientras recordó la noche anterior y le dijo con una sonrisa pícara -eres un mujer muy pecador, sobre todo…-
-Cállate- le dijo Lilia algo avergonzada recordando la noche anterior -eso, eso no es una conversación para la mesa. Además, se serio si preguntas algo-
-Ok- le respondió Kain entre risas, le tomo la mano y le beso el reverso -lo siento, solo era una broma-
Lilia asintió y le preguntó -¿Por qué estas preguntando tanto últimamente?¿hay algo que no me has dicho?-
-Mas o menos. Digamos que hay gente que quiere cosas de mi. Solo ten cuidado ¿ok?-
-Esta bien. Creo que sería mejor dejar de venir-
-También pienso lo mismo-
Catalina que está al frente de Kain, le pregunto en un tono serio -¿Quién es Kain?-
Kain la miró a los ojos y le dijo -es el cardenal-
-¿él?- pregunto Catalina algo sorprendida y susurro -no tiene medio a morir-
-¿Por qué lo dices?-
-Bueno, es un secreto a voces que hace poco murió la familia del papa y su relación no es la mejor. Hay algunos rumores que dicen que fue la facción radical-
-Eso es verdad- responde Maaya -mi abuela lo sabe y por eso la seguridad se ha aumentado-
Kain se cruzó de brazos y les dijo a todos -dejando de lado los chismes y la facción radical. Tengan cuidado-
-///Sí///- respondieron las tres