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Capitulo 22 El dios misterioso desterrado

Piso 95

Un lugar donde solo los ángeles gobiernan, el "Cielo Divino", el piso 95 está gobernado exclusivamente por estos seres celestiales y los jugadores que logran alcanzarlo se enfrentan a una de las pruebas más difíciles que hayan experimentado.

Zeus es uno de los habitantes del piso 95, al igual que muchos administradores de alto rango como Silvia. Residen en un palacio donde se encuentran los ángeles protectores, reunidos en una sala que recuerda a una de conferencias.

[Disculpe, hemos recibido un aviso de que un administrador ha violado las reglas.]

[¿Quién es este administrador y en qué piso de la torre se encuentra?]

[Está en el piso 7. Se llama Breit Andrés y está peleando con un jugador que acaba de terminar la prueba.]

El ángel que recibe el aviso del otro se siente molesto por la imprudencia y el caos que se está generando en el piso 7.

[Envíen a un ángel de administración para que resuelva este problema.]

[Sí, Lord Supremo.]

El ángel de rango supremo examina el papel que le entregó su colega que acaba de partir, leyendo la información sobre el jugador Marck.

[Interesante...]

[¿Pasa algo, mi Lord?]

Una ángel femenina se acerca para preguntarle al ángel supremo.

[No, no es nada.]

[De acuerdo, mi Lord.]

Los rangos de los administradores tienen cierto parecido al grado de los jugadores, pero se dividen en cuatro partes: novato, élite, veterano y supremo.

Silvia ostenta el rango supremo, los ángeles en esta categoría tienen un gran control sobre los pisos y no reciben penalización siempre y cuando no ataquen ni guarden rencores.

***

Piso 98

Una vez más, los cuatro dioses elevaron sus voces al presenciar la pelea entre Breit y Marck.

[¿Qué pasa? ¿Se atreve a atacar a un jugador?] habló Poseidón.

[¿No desconfiabas de este jugador?] añadió Zeus.

[Shh, miren la pelea. Veamos cómo se las arregla este jugador contra un administrador.] intervino Hércules.

Mientras hablaban, Silvia escuchó apenas algo.

"Creo que es hora de bajar al piso 7."

Algo muy importante está por suceder en el piso 7 mientras Marck se encuentra en apuros.

***

Piso 7

Elizabeth ya se encontraba en el piso 8, esperando a Marck. Aunque ella sabía que Marck estaba en peligro, se mantenía sorprendentemente tranquila mientras disfrutaba de una taza de té.

"Mmm, ¿cuánto falta para que lleguen?" se preguntó Elizabeth, con la mente puesta en su amigo.

Mientras tanto, en el piso 7, Marck yacía herido en el suelo mientras Breit continuaba atacándolo lentamente, disfrutando cada momento de su humillación.

*Cof cof*

"Este tipo realmente quiere humillarme", pensó Marck mientras luchaba por ponerse de pie, sintiendo el dolor de sus heridas en cada movimiento.

Con profundas heridas y marcas de golpes por todo su cuerpo, Marck estaba completamente desorientado en el suelo de arena del desierto, mientras Breit lo observaba con una sonrisa de desprecio.

*Toc toc*

Breit se acercó lentamente hasta quedar justo frente a Marck, mirándolo con desdén mientras continuaba humillándolo con sus palabras.

"¿Qué pasa con tu arrogancia de antes? Pensé que eras más fuerte cuando desplegaste toda esa presión en la ronda 3", dijo Breit, burlándose de la situación de Marck.

Marck no entendió a qué se refería Breit, ya que en la ronda 3 él no actuó de forma controlada; en ese momento, un misterioso poder lo envolvió.

Con graves heridas, Marck apenas podía respirar y le resultaba extremadamente difícil ponerse de pie. Dado que Breit era un administrador, su poder se veía penalizado en un 80%, lo que significaba que Marck solo podía enfrentarse al 10% de la fuerza de Breit en ese momento.

Sin embargo, lamentablemente, Breit todavía poseía un 20% de su poder, mientras que Marck solo podía luchar al máximo hasta el 15% del poder de Breit, dadas sus actuales condiciones físicas.

"Maldita sea, si tan solo estuviera en el nivel 100, podría desbloquear una de mis dos habilidades bloqueadas", pensó Marck, frustrado por su limitación.

Pero lo que Marck no esperaba era que pronto llegarían dos personas más.

"Si tuviera la oportunidad de curarme al 100%, podría tener alguna posibilidad de hacerle frente", reflexionó Marck, aunque no estaba del todo seguro de poder enfrentarse a Breit en ese momento.

[Zeus te propone algo], llegó un mensaje inesperado.

"¿Qué?"

Marck se sorprendió al ver el mensaje. Estaba tan concentrado en la pelea que había olvidado por completo la presencia de los dioses, lo que significaba que Breit pronto estaría en serios problemas.

[Zeus dice: Te curaré todas tus heridas si me prometes algo importante],

Resonó el mensaje divino en la mente de Marck, mientras la voz del dios retumbaba en su cabeza.

"Rayos, en estos momentos no tengo ninguna opción. ¿Debería aceptar o no?", se preguntó Marck, sintiendo la presión de la situación.

Marck reflexionó rápidamente antes de que Breit pudiera volver a atacarlo. Después de unos segundos de deliberación, Marck tomó una decisión.

"No."

El sonido del "NO" pronunciado por Marck resonó en el aire, sorprendiendo a Breit.

"¿Qué dijiste, jugador Marck? ¿Un no?" Breit se burló, disfrutando de la irritación que causaba en su oponente.

*Cof cof*

"No es nada, maldito", Marck respondió, tratando de mantener la compostura a pesar del dolor que sentía en su pecho.

*Golpe*

Breit lanzó un golpe directo al pecho de Marck, aumentando su enfado.

[Zeus dice: Es una lástima. Te habría ayudado a subir de nivel y derrotar a ese administrador],

el mensaje divino resonó nuevamente en la mente de Marck, mientras luchaba contra el dolor y la furia que le provocaba Breit.

"Ja, como si te creyera", pensó Marck con escepticismo, resistiendo los golpes sucesivos que Breit le propinaba, mientras se esforzaba por concentrarse y soportar el dolor que lo invadía en ese momento.

"¡Maldición, debo entrar en la Consciencia Infinita!", exclamó Marck para sí mismo, sintiendo la urgencia de tomar una decisión.

Respiró profundamente y, de repente, su mente regresó al extraño lugar que lo había estado atrayendo antes.

"Este es la Consciencia Infinita... ¿Qué debo hacer ahora?", se preguntó Marck, sintiéndose perdido en este nuevo entorno.

Marck empezó a ser arrastrado por el agujero que había creado en la última pared invisible.

"¿Qué demonios está pasando?", se preguntó Marck confundido, recordando instantáneamente lo que le había sucedido anteriormente cuando abrió el agujero en la pared invisible.

Parecía que este mundo de la Consciencia lo estaba absorbiendo por completo.

Marck sintió que era agarrado por alguna extraña onda de energía en forma de mano mientras era absorbido.

"Maldita sea, creo que seré arrastrado dentro de este lugar", pensó Marck, sintiendo la impotencia de no poder liberarse del agarre de la mano.

"¿Qué está pasando con esta mano? Creo que tengo un plan", reflexionó Marck, tratando de encontrar una salida a su situación.

"Si permito que esta mano me absorba o me lleve a donde sea que vaya, podría tener alguna opción", concluyó Marck, tomando una decisión audaz.

Con determinación, Marck decidió dejarse llevar al otro lado de la pared, desapareciendo instantáneamente en el proceso.

Los golpes continuaban resonando en el aire, sacudiendo a Marck de su estado semiinconsciente.

"¿Qué está pasando?", se preguntó Marck mientras abría los ojos lentamente, sintiendo cada golpe de Breit.

"No puedes defenderte", se burlaba Breit, mientras seguía golpeando a Marck.

De repente, un estruendo resonó en el ambiente, y una energía poderosa brotó de Marck cuando abrió los ojos por completo. Breit fue lanzado hacia atrás por el repentino estallido de energía.

"¿Qué está pasando con este tipo? ¡Su poder aumentó de repente!", exclamó Breit, desconcertado por lo que acababa de presenciar.

Marck quedó cubierto de polvo, ocultando su nueva apariencia a los ojos de Breit. Después de unos momentos, el polvo se dispersó lentamente, revelando algo increíble.

"¡Maldita sea, su apariencia cambió!", murmuró Breit, sorprendido al ver a Marck en su nueva forma.

Los ojos de Marck brillaban con una intensidad sobrenatural viendo en sus ojos el mismo universo, su cabello se había vuelto blanco y un poco más largo, y su cuerpo mostraba músculos más definidos. Aunque su ropa seguía destrozada, su camisa permanecía igual.

"¿Qué está pasando? De repente me siento invencible, pero no puedo controlarme", pensó Marck, sintiendo una extraña sensación de poder y desconcierto.

Marck intentó moverse, pero descubrió que no podía controlar completamente su cuerpo. Era como si alguien más lo estuviera controlando.

"¡Jajaja, por fin he sido liberado!", resonó una voz misteriosa en la mente de Marck, dejándolo aún más confundido sobre su situación.

Un pensamiento resonó en la mente de Marck, una voz extraña que parecía surgir desde lo más profundo de su ser. Mientras Marck reflexionaba, escuchó la voz en su mente, como si dos personas estuvieran compartiendo su cuerpo con pensamientos divergentes.

"¿Quién demonios eres?" preguntó Marck, sintiendo una mezcla de confusión y curiosidad.

"Ah, así que tú eres el dueño de este cuerpo. Si no te importa, lo usaré para eliminar a ese tipo de ahí", respondió la voz misteriosa con una calma perturbadora.

"¿Qué?" Marck quedó perplejo por las palabras de la presencia dentro de su mente, sintiendo una sensación de desconcierto y temor.

*Swoosh*

De repente, Marck apareció al lado de Breit, quien abrió los ojos con sorpresa al verlo.

"¿Qué demonios? ¿Cómo llegó él hasta aquí sin que me diera cuenta?", balbuceó Breit, desconcertado por la aparición repentina de Marck a su lado.

Un estruendo ensordecedor resonó en el aire cuando Breit fue enviado volando a cientos de kilómetros, arrasando montañas del tamaño de edificios gigantes de la Tierra.

"¡Arg!" Breit gritó de dolor mientras se estrellaba contra el suelo, dejando una estela de destrucción a su paso.

Breit escupió sangre al aterrizar tras el tremendo impacto, sintiendo el dolor en su abdomen por el poderoso golpe recibido.

*Swoosh*

Marck, o más bien el cuerpo de Marck bajo el control de algo misterioso, apareció frente a Breit de manera repentina.

"¡Jajaja, esto es muy divertido! Pero creo que debo curar las heridas de este cuerpo", declaró la misteriosa presencia, mientras comenzaba a sanar las heridas de Marck.

"¿Mis heridas fueron curadas?", pensó Marck, sorprendido por la rápida recuperación de su cuerpo.

"Por supuesto, chico. Mientras yo esté en tu cuerpo, ninguna herida será un peligro", respondió la presencia con calma.

"¿Quién eres y por qué no puedo usar mi propio cuerpo?", preguntó Marck, sintiendo una mezcla de curiosidad y preocupación.

Marck no había considerado esta pregunta seriamente antes, pero ahora se dirigía con determinación a la entidad que lo controlaba.

"Yo soy un dios que fue traicionado por el rey"

Mi único objetivo es matar a todos en la torre mi venganza", reveló la misteriosa presencia, dejando a Marck atónito por las palabras pronunciadas.

El impacto resonó en el aire, interrumpiendo el tenso momento y aumentando la sensación de urgencia en la situación.

Dos portales de diferentes colores, uno amarillo y el otro blanco, aparecieron justo encima de Marck y Breit, interrumpiendo el tenso enfrentamiento.

"Parece que los primeros en llegar son los que matan, ¡jajaja!", exclamó una voz desde los portales recién abiertos.

Un ángel y Silvia emergieron de los portales, encontrándose con la escena ante ellos.

"¿Qué ha pasado aquí?", se preguntó Silvia, evaluando la situación con atención.

"Ustedes dos, ¿qué pasa?", inquirió el ángel, dirigiendo su mirada hacia Marck y Breit.

Breit, gravemente herido, miró hacia arriba, notando la presencia de Silvia y el ángel. Mientras tanto, Silvia observó a Marck detenidamente, notando algo notablemente diferente en él.

"Tú eres el famoso jugador llamado Marck, ¿verdad?", preguntó Silvia, reconociendo al jugador a pesar de los cambios.

"Sí, ¿hay algún problema?", respondió Marck, aunque en realidad era la misteriosa presencia del dios traicionado la que hablaba a través de él. Marck se encontraba totalmente incapacitado, sin poder hablar ni mover su propio cuerpo debido al control ejercido sobre él.

"Hay algo extraño en él, pero ¿qué será?", se preguntó Silvia, sintiendo una intensa curiosidad mientras observaba a Marck con detenimiento.

Mientras tanto, el ángel descendió al suelo para atender a Breit, quien se encontraba gravemente herido por el enfrentamiento. La presencia de estos nuevos personajes añadía una capa adicional de intriga y misterio a la situación.

"Administrador Breit, vengo por ti. Te llevaré al palacio en el piso 95", declaró el ángel con determinación, extendiendo su mano hacia Breit para llevarlo consigo.

Sin embargo, justo en ese momento, otra mano agarró al ángel mientras llevaba a Breit. El ángel se giró para ver quién era, y su rostro se llenó de sorpresa al reconocer al propietario de la mano.

"Jugador Marck, no te atrevas a tocar a un ángel de la guardia de la torre", advirtió el ángel con un tono frío y autoritario.

"¡Jajaja! ¿Y qué, ángelito? ¿Acaso me harás algo?", respondió Marck con una risa burlona, desafiante ante la advertencia del ángel.

La actitud despectiva de Marck enfureció al ángel, quien se preparaba para enfrentar el puño de Marck que se acercaba rápidamente a su rostro.

"Pero ¿qué...?", se preguntó el ángel desconcertado, cuando otra mano agarró el puño de Marck antes de que pudiera impactar el rostro del ángel. Era Silvia, quien había intervenido para detener el golpe de Marck.

"Definitivamente, algo extraño está sucediendo con este chico. Su golpe habría podido matar a este ángel de rango veterano", reflexionó Silvia para sí misma, evaluando la situación con cautela mientras mantenía el puño de Marck bajo control.

"¿Quién eres? Será mejor que salgas de ese cuerpo", exigió Silvia con determinación, enfrentando la sonrisa burlona de Marck mientras sostenía su puño con firmeza.

"Jajaja, tú nunca me...".

Antes de que el Marck poseído pudiera hablar, dos dedos apuntaron a su cabeza.

"Dispersión de presencia", pronunció una voz misteriosa.

De repente, Marck pudo mover y sentir su propio cuerpo.

"Maldición, tienes suerte esta vez, chico, pero la próxima no será así", advirtió la voz del dios, desapareciendo poco a poco. Marck sintió un gran alivio al poder usar su cuerpo nuevamente. Levantó la cabeza y miró a Silvia.

"Así que eres la original, ¿verdad?", pregunto Silvia

"Jajaja, sí", respondió Marck con una sonrisa.

El ángel, que había sido salvado por Silvia, se sorprendió por el repentino cambio de actitud de Marck, dejándola atónita.

"¿Qué acaba de pasar?", preguntó el ángel, confundido.

"No es nada. Llévate a ese administrador para que reciba su castigo. Yo me ocuparé de este asunto", dijo Silvia con determinación.

"Así será", respondió el ángel, obedeciendo la orden de Silvia.

El ángel se retiró a través del portal amarillo, dejando a Marck contemplando a Breit, quien yacía destrozado con un gran agujero en su abdomen debido al golpe anterior.

Marck giró la cabeza y se encontró con la mirada de Silvia. Ambos se observaron fijamente, y Silvia sintió un ligero rubor al ver a Marck con su pelo blanco y su mirada penetrante.

"Ahora que lo pienso, este chico es bastante guapo, pero ¿qué pasa con sus ojos?", reflexionó Silvia para sí misma, intrigada por el cambio en los ojos de Marck que aún persistía. Aunque el control del dios que le había otorgado esa transformación parecía haber desaparecido, el cambio físico aún perduraba.

"Disculpa, ¿quién eres?", preguntó Marck, rompiendo el silencio.

"¿Eh?", respondió Silvia, un tanto sorprendida por la pregunta de Marck. Sin embargo, su sorpresa se transformó en un ligero rubor cuando Marck la miró directamente, provocando una reacción inesperada en ella.

"Ah, yo... me llamo S-Silvia. Soy una administradora de rango supremo", respondió Silvia con cierta timidez, evitando el contacto visual directo con Marck.

"¿Rango supremo? ¿Qué es eso?", inquirió Marck, desconociendo los diferentes rangos de los administradores.

Después de una breve explicación por parte de Silvia, Marck comprendió por completo la estructura jerárquica de los administradores.

"Así que Breit era de rango novato, y ese dios poseía el poder de un rango supremo", reflexionó Marck para sí mismo, asimilando la información.

"Vamos, te llevaré al piso 8", dijo Silvia, rompiendo el momento de reflexión mientras se dirigía hacia el portal para acompañar a Marck.