Llego en mi moto al hangar donde ya me esperaban para partir. Cuando entro veo solo tres personas, uno de ellos lo conozco muy bien ya que es mi jefe, otro en un sujeto de tez blanca, de unos 1.75 metros de altura, complexión delgada no se ve musculoso pero tampoco tiene mal pinta, por el uniforme asumo que debe ser el piloto, el tercer sujeto es ligeramente más alto, es de tez morena, cuerpo marcado, supongo que trabaja en campo por su buen físico, su barba tipo candado lo hace ver algo atractivo, lástima que no es mi tipo, a él nunca lo he visto por lo que no lo conozco pero eso está por resolverse.
– ¡Buenas noches, Señores! – saludo al llegar.
– ¡Buenas noches, An! – me devuelve el saludo mi jefe.
Los otros dos hombres solo sienten con la cabeza, pero no me sorprende la mayoría son bastante machistas y engreídos, aspecto que antes de intimidarme solo me divierten. Así que solo me paró cerca de ellos y me cruzo de brazos.
– Señores les presento a An, ella será la encantadora de leones – sonríe ante su propio comentario – An te presento a George el piloto y el es Joe tu compañero.
– Es un placer señorita – estira su mano para saludar y noto que ligeramente moja su labio inferior.
¡Hombres! En realidad, todos son iguales, aunque claro ahora va la mía, así que solo asiento y no estrechó su mano.
– Les entregó sus identidades – menciona mi jefe repartiendo unos sobres.
– Tomó el pequeño sobre y preguntó – ¿Adónde iremos?
– Bogotá – responde mi jefe.
– ¿Colombia? – siento que la sangre se me va a los talones cuando escucho su respuesta.
– No te preocupes, sus vidas no se cruzarán de nuevo – responde sin darle importancia.
– Eso espero, porque estoy muerta, no lo olvides – repetir esas palabras duelen.
– ¿Sucede algo que deba saber? – pregunta el tal Joe confundido.
– No es nada – dice mi jefe
Revisamos el expediente de nuestras nuevas identidades, debemos memorizarlas antes de partir y destruirlo. Cada uno se concentra en estudiarlas por lo que se produce un silencio en el lugar, de pues de un rato regresa mi jefe.
– ¡Ya es hora – ordena
Nos dirigimos al Jet el cual ya está listo para que partamos a una nueva ''aventura''.
– No olviden recoger sus identificaciones cuando lleguen al aeropuerto – nos da las últimas indicaciones.
Después de varias horas de vuelo, nos encontramos ya en suelo colombiano. Cuando descendemos del Jet ya nos esperaba una mujer con uniforme quien se identificó solo como Jen.
– ¡Bienvenidos a Bogotá! – sonríe y nos da la mano para saludarnos – Pueden llamarme Jen.
– ¡Gracias! – le regresó el saludo y estrecho su mano.
– ¡Gracias, Jen! – Joe también le saluda estrechando su mano y sonriéndole.
– Aquí están sus papeles y llaves de su nuevo hogar – Joe recibe el sobre.
– ¿Y mi moto? – pregunto por nena ya me mencionaron que si la podía traer y necesito ir a recogerla.
– Te la enviaremos a casa – me mira al responderme y de nuevo se vuelve a dirigir a Joe – Ahora los espera un coche que los va a llevar a su casa, en ella ya se encuentra el coche que ustedes usarán, debajo del asiento del copiloto encontrará las primeras instrucciones.
– Gracias, entonces a la marcha – se dirige a mí haciendo una seña para irnos.
Solo asiento y lo sigo, aun no es momento de enseñarle quien manda.
***
Después de una hora y media de camino nos encontramos frente a nuestra nueva casa, él es el primero en bajar y después lo hago yo.
La casa está en un barrio de clase media, a lo que vi esta cerca del colegio al que debo infiltrarme, frente la casa hay un amplio jardín, aunque no hay tantas plantas si encuentran algunas flores que le da vida al lugar, la casa es de dos plantas, la fachada es irregular, en realidad me gusta, tal vez si seria una casa que algún día compraría para vivir y alejarme de tanta mierda en la que me he metido en los últimos años.
– No está mal – digo en cuanto bajó del carro y me dirijo a la puerta principal.
Él no dijo nada solo bajo y se dirigió a la cochera, diez minutos después nos encontramos en la barra de la cocina revisando las instrucciones.
– ¿Por qué siempre me toca la peor parte? – pregunto frunciendo el ceño. – No exageres, solo tienes que ser una niña mimada – responde Joe quien será mi compañero en esta misión.
– Eso está bien, aunque sigo pensando que es ridículo, pero ¿Por qué ir a la universidad? Ya no lo necesito.
El solo ser ríe y mueve la cabeza.
– Vamos a descansar, mañana será tu primer día de clases. – responde.
Ruedo los ojos y comienzo a subir a mi habitación a instalarme… Claro, antes pedimos algo de comer.
Cuando entro, no puedo creer la decoración. Quisiera tener aquí a el decorador para poder matarlo con mis propias manos, no comprendo que mierda consumió para pensar que elegir el rosa en toda la habitación. La pared focal es de color rosa fiusha con dos líneas rectas horizontales con anchura diferente, el resto de las paredes blancas tienes las líneas rectas horizontales rosa fiusha que empatan con las líneas blanca de la pared rosa. Las colchas son de color rosa al igual de las cortinas de la ventaba, una pequeña alfombra de peluche color rosa y tres cuadros que en conjunto a completan la imagen completa de flores rosas.
Es… es demasiado cursi para mi…
– ¡Mierda! Esto solo le puede gustar a una niña hueca – aviento mi maleta, tratando de no vomitar por lo colorido de la habitación.
Decidí ir a darme una ducha, ya que el viaje estuvo algo pesado y solo falta un par de horas para ir a la universidad.
Cuando entro, me siento como si estuviera en un mundo paralelo. Observó alrededor y mis náuseas aumentan al ver las paredes color lila, el mueble color morado con blanco, algunos detalles de decoración en color lila y morado. El blanco aquí solo hizo acto de presencia.
– An, solo es temporal – me lo repito para que sea más tolerable.
Me meto a la ducha oprimiendo mis náuseas, cuando termino me pongo un atuendo deportivo, ya que no creo que hoy alcance a dormir antes de ir a la uni... Después de treinta minutos tocan a la puerta y voy a abrir.
– ¿Qué pasó? – pregunto al abrir la puerta.
– Llegó la cena-desayuno – sonrió ante su comentario.
– Ya bajo – respondo tranquilamente.
Seco mi cabello, me hago una coleta y bajo directo al comedor. – Listo, se ve riquísimo – digo al mismo tiempo que me saboreo las hamburguesas. – Solo es porque tienes hambre – te dice en forma divertida.
Nos ponemos a comer en silencio, no es tan incómodo como pensé que sería. – ¿Lista para la escuela? – pregunta viéndome directamente a los ojos. – ¡Claro! – desvió la mirada y solo pienso ''Como si tuviera de otra''.
Los minutos pasan y la luz del día comienza a entrar por la ventana, nos ponemos de acuerdo de lo que haremos después de mis clases.
– An, entonces paso por ti para ir al super y a comprar los materiales para la universidad – solo asiento con la cabeza al escuchar su ''brillante plan''.
– Claro y no se te olvide investigar qué actividades realiza el objetivo – empiezo a caminar a la salida ya que es hora de empezar el show, me detengo en la puerta y volteo a verlo – Ah y no se te olvide que ya no existe An a partir de ahora.
– ¡An! Espera – volteo a verlo – yo te llevo.
Espero que saque el automóvil del garaje, se detiene justo a un lado y me subo en el lugar del copiloto. – Recuerda Sam, que ya no existe An – le recuerdo después de cerrar la puerta.