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Si, bueno... este no es un buen mundo

Nuestro protagonista, un joven hombre excitoso y casi sin conocimiento de animes o mangas, trasmigra a una realidad desde donde tendrá la tarea de viajar/Tomar control de diversos personajes pertenecientes diversos mundos de fantasía cumpliendo misiones propuestas por... ¿Él mismo? Este es un fanfic de cumplimiento de deseos, no esperes una obra maestra. Por favor, agradecería que leas las etiquetas y que no comentes tonterias sin sentido, pues serán eliminadas (^_^) Advertencia: No tengo los derechos de ninguno de los personajes que aparezcan en esta historia, solo de mi protagonista. Cronograma de publicación: 3 capítulos o más por semana Historias tomadas en cuenta: - Getsuyoubi no Tawawa (Tawawa No Monday) - Sono bisque doll wa koi wo suru (My Dress-Up Darling) - Miru Tights - Mieruko-chan - Dark Gathering Mundos relacionados a misiones: - Btooom! - Saimin Seishidou - Otome Dori - Kokujin No Tenkousei NTR Ru - Tachibana-San-Chi No Dansei Jijou - Henshin-Emergence ETIQUETAS: No Yuri, No NTR, Harem, Multiverso, R-18

Culture_Lover · Tranh châm biếm
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129 Chs

ABE NO SEIMEI (I)

"Vaya, parece que esos ojos tuyos se volvieron más agudos eh"

*Ding, ding, ding*

[Se detecta presencia de una personaje del manga/anime "Dark Gathering", tienes un punto adicional]

[Abe no Seimei (+1000 años – muerto): fue un reconocido maestro Onmyouji de la era Heian. Es un personaje excéntrico y conocido generalmente por sus caprichos y hazañas al azar. Por lo general, profundiza en la filosofía y tiene poco interés en el mundo mundano. A pesar de su excentricidad, posee un fuerte sentido de responsabilidad y justicia]

Yuuma alzó una ceja al ver la información que el sistema le había dado.

Sabia que este tipo no era un humano común y corriente, pues la sensación que transmitía su presencia era igual a la que le daban los seres paranormales con los que se había enfrentado antes.

Por ello, activó su habilidad "visión de aura" para poder determinar su verdadera naturaleza.

Yuuma había deducido que, en algún momento, se toparía con un ser paranormal de características humanas, eso era algo inevitable, por lo que no estuvo tan sorprendido cuando este monje de apariencia joven apareció de la nada.

Además, ahora por fin Yuuma podia determinar que, al menos una de las presencias sobrenaturales que lo estuvieron vigilando desde que llegó a Kioto era este sujeto.

No obstante, grande fue su sorpresa al ver que las matrices que conformaban el alama de este sujeto frente suyo eran tan intrincadas y complejas que casi le causa un nuevo dolor de cabeza.

¿Qué clase de espíritu era este?

No obstante, cuando el sistema le dio la información, Yuuma pudo determinar de quien se trataba este sujeto. Y no era para menos, pues el templo en el que se encontraba refugiado actualmente era uno de los tantos templos levantados en memoria del gran Onmyouji Abe no Seimei.

"¿Mmm? ¿Te quedaste mudo?" – el joven sacerdote hizo una mueca graciosa al ver que Yuuma no respondía.

"No, perdón, me distraje con otras cosas que tengo en mente, La última batalla me dejó con una fuerte jaqueca que no se va" – Yuuma se relajó y se sentó despreocupadamente en el suelo de madera – "Pero, a decir verdad, no esperaba que el mismísimo Abe no Seimei se presentara en persona aquí, o bueno, técnicamente no en persona ya que… tu sabes, ya no tienes cuerpo físico y todo eso"

Las palabras del humano hicieron que el legendario Onmyouji sonriera un poco. No se sentía insultado ni nada por el estilo, sino que, más bien, aumentó su curiosidad.

Como un ser espiritual de alto valor que aún se mantenía en el mundo de los vivos, Abe no Seimei se mantenía vigilante de todo lo que ocurría en Kioto, en especial en las acciones desenfrenadas que ese Dios sintoístas estaba llevando a cabo.

Además, también le tenía puesto un ojo al santuario Kubizuka Daimyojim ya que el sello del mítico general Oni Shuten Douji había comenzado a debilitarse y en cualquier momento se rompería, dejando libre al monstruo y con ello trayendo una gran calamidad a las personas de Kioto.

No obstante, la presencia de este humano había acaparado su total atención desde el momento que puso un pie en la ciudad.

"Jajaja, no te preocupes, hace tiempo que me acostumbré a esto" – el joven sacerdote se rió y caminó hacia el interior de la pagoda, sentándose también en el piso de madera, a unos metros de nuestro protagonista – "Mas bien, lo que si me sorprende que es me reconocieras tan fácilmente, ¿Qué me delató?"

"Pues, para empezar, tu alma es jodidamente compleja, es algo que no he visto antes en algún ser humano o espíritu. Luego, está la cantidad de energía que posees, es incluso mayor a la de ese Oni alborotador. Por último, tu presencia está impregnada en este templo. Así que es fácil de decir que provienes de aquí, del templo de Abe no Seimei"

Yuuma sonrió relajadamente mientras sus ojos azules destellaban en la oscuridad y analizaban detenidamente la estructura del sacerdote.

'¿Oh? Así que es capaz de ver la estructura de las almas eh… parece que este tipo no solo es un masa bruta de músculos… je, al menos es más listo que el antiguo samurai"

Abe no Seimei levantó una ceja y sonrió para sus adentros.

Sabía que el humano al lado suyo era fuerte, jodidamente fuerte, pues fue testigo de la pelea contra el espíritu de la represa y el reciente enfrentamiento contra Shuten Douji.

El sacerdote está realmente sorprendido ya que, ni siquiera en sus mejores tiempos, conoció a algún humano con tanta energía espiritual, capaz de no solo matar o subyugar a seres espirituales extremadamente poderosos.

¡Y no solo había ganado, sino que los había dominado por completo, saliendo relativamente ileso de los enfrentamientos!

Eso, para un humano tan joven, era algo casi imposible. Ni siquiera el viejo samurai del pasado podía hacer tal hazaña.

Además, otra cosa que hacía extremadamente interesante a este humano era que, por más que lo intentó, el sacerdote no pudo ver nada en su interior, no pudo siquiera leer su mente como lo podía hacer con el resto de humanos.

Esto hizo que Abe no Seimei pensara por un momento que este joven no era un humano, sino más bien se tratara de una posesión, en la que un espíritu antiguo tomó el control de su cuerpo.

No obstante, el sacerdote ya se había encontrado con este tipo de casos en el pasado, y al igual que los humanos, él pudo ver a través de sus disfraces de carne y presenciar su verdadera naturaleza.

Pero con este humano solo podía ver una especie de energía multicolor que rodeaba su alma y mente, haciendo imposible poder penetrarla.

¿Y los más irónico de esta situación? es que el humano si podía ver el alama del sacerdote sin ningún problema, a pesar de que tenía sus defensas espirituales activas.

"¿Vaya, parece que me estoy volviendo un poco viejo eh?" – el sacerdote sonrió irónicamente.

"Bueno, quizás la mayoría de personas no te reconozcan ya que no creerían que el legendario Onmyouji tenga la apariencia con la que te disfrazas" – Yuuma exclamó con gracia.

"Ah… ya no hay respeto por los mayores"

Luego de ello, los dos se quedaron e silencio, admirando en cielo estrellado y la gran luna llena que se alzaba entre las tenues nubes oscuras.

Cada uno estaba sumido en sus pensamientos.

"Y dime, a que debo el honor de tu visita viejo sacerdote ¿me vas a castigar por los desastres de hoy?" - luego de un momento en silencio, el muchacho habló.

Yuuma estaba intrigado por saber que era lo que este viejo espíritu estaba haciendo aquí.

Claro, sabía que lo había estado vigilando desde que llegó a Kioto, y ese era un hecho con lo que Yuuma contaba. Sabía que en este no solo podrían encontrar seres espirituales poderosos, sino también algunas divinidades locales.

Y Abe no Seimei era, para fines prácticos, una especie de divinidad.

Sabía que lo habían estado observando desde la batalla contra el espíritu de la represa cuando llegó, y que sus ojos habían estado escaneando la batalla contra Shuten Douji, pero solo ahora se había dignado a aparecer.

Era un hecho que, si vas a la casa de alguien a hacer algo de desorden, el dueño aparecería tarde o temprano para darte una lección.

 Asi que, siguiendo esa misma lógica, el único motivo por el cual Abe no Seimei se manifestaría seria para reclamarle por todo el desastre que había causado ¿verdad?

No obstante, no pareciera que este viejo espíritu quisiera hacer problemas.

"Ciertamente debería hacerlo, pero, parece que te esforzaste en controlar la situación y no dañar a los humanos que estuvieron involucrados, al menos quiero creer eso" - Abe no Seimei respondió calmadamente – "Además, el que apagaras el incendio y utilizaras un hechizo para hacer crecer las plantas nuevamente fue una buena acción"

Yuuma alzó una ceja ante las palabras del sacerdote, pero no dijo nada más.

"¿Entonces?"

"Entonces, no hay nada más que decir con respeto a lo que has hecho, no hay castigo ni nada por el estilo" – el sacerdote se puso de pie, giró y sonrió calmadamente – "En cuanto a algún tipo de castigo por lo que harás de ahora en adelante, eso está por verse"

*Wooosh*

*Rumble*

En ese preciso instante, una gran cantidad de energía salió violentamente del cuerpo del sacerdote, la cual comenzó a presionar contra Yuuma.

¡Esa energía no estaba saliendo descontroladamente, sino que estaba siendo moldeada y dirigida hacia nuestro protagonista con un control extremadamente cuidadoso!

¡Cualquier persona o ser espiritual fuera del templo no podrían detectar ninguna anomalía, pues este era el territorio del antiguo sacerdote, un ser de leyendas!

*Ding, ding, ding*

[¡Análisis terminado!]

[Espíritu divino del gran Onmyouji Abe no Seimei]

[Categoría: Rango S (--> S+)]

[Energía espiritual comparada aproximadamente= MP: 3000; HP: 2900]

[Potencia de fuerza comparada a la de un humano promedio: 200 veces]

[Habilidades especiales: Faltan datos]

Cuando Yuuma vio la información que el sistema le dio, una sonrisa irónica apareció para sus adentros.

'Carajo, y decía que no quería patearme el trasero'

"Dime, ¿a qué viniste a Kioto?"

El sacerdote no se inmutó, no cambió su sonrisa, solo siguió conversando como si nada hubiera ocurrido.