—Ojalá que este pozo sea aún más profundo—pensó Meng Hao, con los ojos brillantes—. Lo mejor sería que continuáramos durante nueve o diez días —Su bolsa de posesiones no contenía mucho más que un vasto y aleatorio surtido de objetos mágicos.
Muchos de ellos eran cosas completamente inútiles para Meng Hao. Incluso tenía tesoros que había adquirido cuando estaba en la etapa de condensación del Qi, pero que no había descartado hasta el día de hoy. Los había guardado porque... No soportaba separarse de ellos.
En aquellos días, cuando era joven, había sido completamente pobre, reacio a separarse ni siquiera de una sola Piedra Espiritual. Estos objetos mágicos valían docenas de Piedras Espirituales ¿Así que cómo sería posible que simplemente los descartase?
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