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#REVENGE

Señor, ¿Qué Tal Un Matrimonio?

En la cumbre de su carrera, la actriz de primera lista Song Ning anunció su retiro de la industria del entretenimiento por amor, causando conmoción en la nación. Todo el mundo pensó que debió haber encontrado su hogar ideal. Era por eso que estaba tan decidida. Al principio, Song Ning también lo creía. Por el resto de su vida, no sería una celebridad. Solo sería una mujer virtuosa y buena que cuidaría de su esposo e hijos en casa. Sin embargo, en la noche antes de su boda, descubrió que su prometido tenía un affair con su mejor amiga. Furiosa, Song Ning encontró a un hombre al azar para registrar su matrimonio en la entrada del Registro Civil. Originalmente quería vengarse de su despreciable prometido, pero no esperaba que el hombre con quien registró su matrimonio fuera el heredero del grupo financiero más grande de la nación, Mu Chen. Después de casarse, Mu Chen adoraba a Song Ning y la protegía de todas las maneras posibles. No permitía que nadie la intimidara. Song Ning siempre pensó que sería feliz por el resto de su vida y viviría la mejor vida que quería. Eso es correcto, lo consiguió. Solo que era un poco diferente de lo que originalmente había imaginado. La persona que le dio todo fue alguien más. Muchos años después... Song Ning miraba a Mu Chen con afecto. —Realmente tengo suerte. Gracias a Dios que te conocí y me salvaste del infierno —dijo ella. Mu Chen sonrió débilmente. —Sí, gracias a Dios —respondió él. Sin embargo, Song Ning nunca sabría. Mu Chen no hablaba de agradecer a Dios por permitirle conocer a Song Ning. Agradecía a Dios por permitir que el prometido de Song Ning la engañara y así él tendría una oportunidad. No había tal cosa como un encuentro accidental. Era solo una persecución premeditada. Ese día, él esperó a Song Ning fuera del Registro Civil durante diez horas...

Mountain Springs · Thành phố
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811 Chs
#REVENGE

Calidez

Ning Dong golpeaba el saco de arena sin cesar. El sudor le resbalaba por las cejas hasta los ojos, quemándolos. Parpadeó para aliviar la molestia, pero sus manos no dejaron de golpear el saco. No podía parar; si paraba, explotaría. Quería desahogar la ira de su corazón con los puñetazos.

En ese momento, alguien le agarró la muñeca. Sin embargo, siguió golpeando con los ojos cerrados. Cuando su puñetazo fue bloqueado, lanzó otro. Esta vez, su puñetazo falló, y el de su oponente le dio. Giró la cabeza instintivamente para esquivar, pero el puño todavía rozó sus labios. Fue derribado de los pies y cayó pesadamente al suelo. No obstante, no hizo una pausa; se levantó de inmediato, listo para continuar. En ese momento, sintió que alguien le presionaba el hombro.

—Ning Dong, ¿qué te pasa? —Ning Dong escuchó la suave voz de Ji An.

Con esto, todos los agravios que había reprimido en su corazón se desbordaron. Abrazó a Ji An y enterró su cara en el hombro de Ji An, llorando en silencio.