"Afortunadamente, Alex se controló y se aseguró de mantener el castillo quieto de nuevo.
—¡Cállate, Zeke! ¿Por qué estás aquí? —preguntó, aparentemente enfadado.
—Porque Abigail me invitó —respondió Zeke— y el castillo se movió ligeramente de nuevo. Pero al siguiente segundo, el hada volvió a su escondite y sonrió a los dos. La cara de Alex volvió inmediatamente a la normalidad. Ella levantó la vista hacia Alex y le preguntó en un susurro.
—No parecía tan nerviosa, ¿verdad? —susurró y Alex solo pudo asentir. A decir verdad, no escuchó nada de lo que ella decía porque estaba demasiado ocupado acusando a Zeke.
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