webnovel

Romance entre girasoles

Alba se ha criado durante toda su un infancia en pueblo remoto en las montañas. Por lo que ella no sabe nada de la ciudad y está muy nerviosa, ya que va a mudarse allí, además tendrá que dejar a su mejor amiga con la que lleva 16 años irremplazables de vida. Por un pequeño descuido acaba involucrada con la gente más llamativa de todo el instituto.

Shallow2 · Thành thị
Không đủ số lượng người đọc
55 Chs

¿Qué pasaría si las rosas mejoran?

Alba estaba mirando las actuaciones de sus compañeros cuando de pronto se oyó un gran estruendo proveniente de una zona cercana, venía de la planta de arriba, todo se paralizó y de pronto más estruendos, todos miraban al techo con gran intriga.

- Voy a ver qué pasa, quédense aquí.- Dijo la profesora antes de irse por el pasillo.

-¿Que estarán haciendo los A-2?-Dijo Rad Tiza mientras continuaba el ruido.

-A saber.-Respondió Jonathan.

De pronto comenzaron a oírse gemidos.

Decidme qué no están haciendo una orgía.-Dijo Jhonatan preocupado.

Todos comenzaron a reírse, era un momento relajante ante la cómica escena. De pronto un chillido.

-No, si al final va a ser verdad lo de la orgía.-Dijo el hermano de Naruto Water.

-Yo creo que era el chillido de la directora.-Dijo un joven de la multitud

- ¿Cómo te sabes el chillido de la directora?-Preguntó Alba extrañada.

-Yo me sé los gritos de todos.

-Cierto.-Afirmó Jonathan.

-Pues el mio no...aparte ¿Cómo te sabes los gritos?-Le dijo mientras le miraba extrañada.

-Soy conocido por hacer bromas.-Le extendió la mano y Alba se la estrechó, a la vez Alba pegó un chillido ya que en su mano tenía un objeto que daba corriente.

-Y ahora ya sé tu gritó, me llamo Roi Ferrero.

-Ferrero...- repitió Alba.

-Me suena a chocolate...-Pensó Alba.

-Soy el tataranieto de Pietro Ferrero, el hombre que creó la nocilla.

-Me quiero casar con tu tataraabuelo -Dijo una chica en la clase.

-Gracias supongo... No es normal que alguien te venga a decir que tiene una necrofilia con un antepasado pero...- La miró muy profundamente.

-Te tolero.-Dijo entre risas.

- Gracias.-Dijo la chica.

-Oye, cómo que si ya tardan mucho mejor ir a ver.

-Nos dijo que nos quedaríamos.- Dijeron Rad y Jonathan a la vez.

-Venga vamos.-Dijo Alba.

-Siii, venga hacedle caso a la pobre-Dijo Roi.

-Oye.-Dijo Alba mirando a Roi, para después mirar a Jonathan

-Vamos.

-Pues vamos.-Dijo la chica

-Por cierto me llamo Candeli encantada.

-Genial ya se el nombre de la futura esposa de mi difunto antepasado y dios creador de la Nocilla.-Habló el chico.

Los 5 (Rad, Jonathan, Alba, Candeli y Roi) salieron del aula sin ningún permiso, subieron las escaleras y cuando llegaron al final se toparon de frente con Marcos.

- Marcos...-Dijo Alba

- ¿Quŕ haces aquí? Llevaba días sin saber de ti.-Le preguntó Alba.

-Estuve enfermo y pues no pude venir y ahora me mandaron los profesores de los B-1 a venir a entregar un papel a los A-2.

-Nosotros vamos a ir porque sonaban gemidos, luego un grito y llevamos media clase solos.-Se explicó Candeli

-¿Gemidos?- Preguntó Marcos confundido.

Todos asintieron, luego siguieron por los pasillos con mucho sigilo hasta que se encontraron con los profesores en el aula de castigo de los A-2, los 6 observaban desde una de las paredes la escena, su profesora estaba ahí hablando con la directora y todos estaban muy callados, de pronto se dieron cuenta de una parte de la conversación, se iban a quedar solos pero no podían salir, un poco tarde pensaban, al momento se oyeron unos pasos que iban hacia ellos, ellos solo corrieron y se pudieron meter en una de las puertas que estaba completamente a oscuras, encendieron las luces, no era un cuarto de alguien específico, había unas cuántas sillas, 3 armarios y unas fregonas y eso era todo, los pasos siguieron aumentando y parecían que se dirigían a la puerta.

- A esconderse.-Dijo Alba.

-¡Sabía que no era buena idea! Soy delegado, me voy meter en un buen lío.-Dijo Rad.

-Cállate y escóndete.

Candeli y Roi se metieron en el mismo armario, el suyo estaba vacío y era espacioso con lo que cada uno pudo estar en su lugar.

Jonathan y Rad, el suyo tenía unas escobas y les hacía estar un poco pegados pero pudieron acomodarse.

El peor les tocó a Alba y a Marcos.

-Enserio...- dijo Marcos viendo el armario, estaba todo lleno de cartulinas y cajones con lo que solo había una puerta del armario para poder meterse.

-Vamos tú primero y me acomodo después-Dijo Alba, Marcos entró como pudo y se acomodó para poder meterse

-Vale...Lo complicado viene ahora.

Los pasos se oían ya muy cerca así que se metió lo más rápido que pudo y cerró la puerta, causando que se cayera sobre Marcos apoyándose en su pecho, algo incómodo teniendo en cuenta de que estaba esguinzada y llevaba el cabestrillo, por suerte en unos días ya se lo quitaba, Marcos solo la abrazó como el primer impulso y ella miró hacia la cara de Marcos intentando poder moverse y ponerse más cómoda pero luego entró alguien en la sala y no se pudieron mover, con lo que estaban en una extraña posición que los mantenía muy cerca el uno del otro.

-Qué extraño había imaginado que habían entrado aquí unos alumnos, en fin, me tendré que quitar las gafas...-Dijo una mujer, que suponían que era la directora.

-Voy seguir vigilando a eses A-2, malditos chamacos...-Dijo con acento mexicano.

La puerta se volvió a cerrar pero nadie salió de los armarios, a Alba le llegó un mensaje al móvil, intentó cogerlo pero en aquel espacio era imposible.

-¿Por qué no cojes? -Preguntó Marcos en un susurro.

-Porque no puedo moverme, estamos muy cerca en un espacio muy pequeño y no llego al bolsillo trasero de mi pantalón, osea tengo un brazo abrazándote de cuando caí y otro en el cabestrillo

-A ver, voy a intentar cojer el teléfono de tu pantalón estáte muy quieta no quiero tocar nada de más.- Marcos se rió entre susurros de su propio chiste y Alba también.

-Cuando quieras...

Marcos movió los brazos con mucha dificultad hacia abajo hasta llegar a la cintura de la chica, cuando estaba tocando su móvil perdió el equilibrio y le hizo estar a unos pocos centímetros de su boca, ninguno movía ningún músculo Marcos se acercaba más a Alba, Alba estaba pegada contra la pared del armario, Marcos se acercó y depositó un cálido beso en sus labios, Alba no se resistió.

Continuará....