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Reverend Monarch of Falsehood

El viaje hacia la eterna longevidad es largo y solitario. Ante las adversidades, hay que sobrevivir y permanecer inflexible. Solo entonces uno podra avanzar y continuar su viaje hacia la cima para convertirse en la existencia más fuerte. El Monarca de la Falsedad vaga por la existencia misma fingiendo y adueñandose de las identidades y razas de otros, asesinando y sembrando el caos a donde sea que vaya, cometiendo incluso toda clase de actos sin escrúpulos en su camino con tal de conseguir estar siquiera un paso mas cerca de cumplir su tan ansiado objetivo...

Feng_Yinyang · Huyền huyễn
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85 Chs

Marcas de costura

Luego de descansar unas horas, Feng Yang se sacó el traje de piel en su mayor parte.

Solo dejo la parte que cubría su rostro y cuello, este pedazo de piel había sido pegada a su verdadera piel, como si fuera una grave herida en el cuello la cual había sido cosida. La otra parte del traje de piel la guardo en su bolsa universal. Después de todo, no quería usar el traje de piel completo porque cuando el médico lo tratara podría descubrirlo si prestará bastante atención.

Por tal razón era mejor prevenir que lamentar.

Por otro lado, Feng Yang se alegro de que la piel de su traje de piel se hubiera vuelto tan pálida como su verdadera piel tras pertenecerle a una persona que estaba desde hace varios días, muerta.

"Supongo que ahora que solo mi rostro esta cubierto por la piel de ese mortal, no será fácil que me descubran... ah, por qué no lo pensé antes. Me había emocionado bastante en ese burdel al recordar viejos tiempos y lo olvidé... no hacía falta el traje de piel completo, siempre y cuando la piel del traje y la mía compartan la misma tonalidad, no será difícil el disfrazar solo mi rostro..."

"Solo que las marcas de cicatrices en mi cuello... Suspiro, supongo que no es un problema, ¿Quién en este mundo de cultivadores no salió herido en algún momento de su vida...?" Suspiro Feng Yang mientras caminaba lentamente hacia afuera de la cueva, si hubiera sido en la tierra, tales marcas de costura en el cuello habrían llamado mucho la atención. Pero en este mundo no era muy anormal que un cultivador tuviera heridas en su cuerpo.

Al salir de la cueva y mirar hacia el cielo, este estaba lleno de nubes blancas y no se veía el sol por ninguna parte.

"No debería de ser muy tarde.... debería de ser aproximadamente mediodía." Susurro Feng Yang al ver hacia el cielo azul claro cubierto de nubes.

Cuando se enfrento al oso negro, recién había comenzado a amanecer, pero luego de descansar unas horas, el día había transcurrido bastante rápido.

"Si mal no recuerdo, cerca de aquí, cuando me adentre en este bosque vi a lo lejos un pueblo... es bastante probable que haya algún médico en dicho pueblo..." Pensó Feng Yang para sus adentros mientras caminaba.

Al caminar por el bosque Feng Yang fue bastante precavido y se mantuvo siempre alerta, temía encontrarse con otra bestia monstruosa mientras estaba herido por lo que su velocidad no fue muy rápida, pero tampoco lenta.

Luego de caminar por un rato, Feng Yang salió del bosque y frente a él, ante sus ojos apareció en lo lejos la sombra de un pequeño pueblo.

Mientras caminaba y miraba hacia el pueblo, Feng Yang entrecerro los ojos: "Supongo que es un pueblo de mortales... pero eso es lo mejor, con mis heridas actuales, si algo sucediera... no podría defenderme si me encontrara con cultivadores."

Luego de media hora Feng Yang llegó con dificultad al pequeño pueblo, mirando a su alrededor, Feng Yang pudo ver varios acres de tierra llena de cultivos.

En medio de todos esos acres de tierra llenas de cultivo, había un camino de tierra que llevaba directamente al pueblo.

Mientras caminaba Feng Yang pudo ver a varios mortales trabajando y cosechando los cultivos, también a niños corriendo de un lado a otro y a un anciano de cabello negro lleno de canas y piel arrugada. El cual miraba a todos con las manos detrás de la espalda y una leve sonrisa colgando en su viejo rostro.

A diferencia de los demás, que vestían ropas humildes y se veían como granjeros, el anciano con canas y piel llena de arrugas vestía una túnica, aunque uno podía decir que esta túnica había sido lavada tantas veces que había perdido en su mayoría, su color y casi se habia gastado. El anciano resaltaba fácilmente en este pequeño pueblo lleno de humildes granjeros.

Al ver a Feng Yang que caminaba lentamente y que vestía una hermosa e impecable túnica negra, el anciano sonrió ampliamente mostrando sus dientes amarillos y dijo: "Oh, joven amigo, me pregunto que busca de nuestro humilde pueblo al visitarnos..."

"¡El menor saluda al mayor!"

"Suspiro, este joven ha tenido mucha mala suerte y cuando caminaba por el bosque para dirigirme hacia mi pueblo, me encontré con una bestia salvaje y terminé herido... aunque trate personalmente mis heridas, no es lo mismo que recibir la ayuda de un experto. Por lo tanto solo pude acercarme a su honorable pueblo, que era el mas cercano a mi posición, para buscar a un médico que tratara mis heridas..." Respondió Feng Yang humildemente mientras ahuecaba los puños con dificultad al escuchar las palabras del anciano. Al mismo tiempo que respondía sonreía torpemente con amargura.

Las bestias salvajes eran diferentes a las bestias monstruosas, las primeras eran cazadas incluso por los mortales y no tenían cultivó alguno a diferencia de las segundas.

El que Feng Yang no se presentará así mismo como un cultivador y dijera tal mentira, era naturalmente por que era bastante mas útil y no quería revelar que era un cultivador. Además en estos lugares tal cosa sucedía con frecuencia y no era extraño que a Feng Yang le hubiera sucedido mientras se dirigia a su 'pueblo'.

Por lo que al escuchar las palabras de Feng Yang que se veía como un joven de veintitantos años, de apariencia amable y humilde, el anciano sintió que era realmente un joven agradable que se había encontrado con un asunto desafortunado.

"No se preocupe joven amigo, este anciano lo ayudará. Casualmente, este anciano es un médico y es el que trata a todos en este pequeño pueblo, aunque no hay mucho de lo que enorgullecerme, mis habilidades como médico son una de las pocas cosas de las que me enorgullezco..." Suspiro y sonrió el Anciano con canas.

"Niña, Wan'er, ven y ayuda al joven amigo a caminar hacia mi casa para que pueda tratarlo." Llamo el Anciano mientras se iba.

Tras escuchar las palabras del anciano, una joven de quince años a la que el anciano llamó Wan'er se acercó a Feng Yang y lo ayudó a caminar mientras miraba tímidamente hacia el suelo.

Al ser ayudado por la joven, Feng Yang la miró, la joven lo miró y al ver la hermosa sonrisa llena de dientes blancos como la nieve de Feng Yang se sonrojo y bajo la cabeza sin atreverse a mirarlo.

Feng Yang simplemente no dijo nada y dejó que ella lo ayudara a caminar.

Mirando al pueblo aunque había al menos doce casas de madera con techo de paja, Feng Yang pudo decir que no todas se utilizaban para vivir y algunas eran utilizadas para guardar la cosecha o tal vez otras cosas.

Contando a los adultos Feng Yang pudo ver que no había más de once personas en todo el pequeño pueblo y todos eran mortales.

Al ser apoyado por la joven de quince años llamada Wan'er, Feng Yang llegó rápidamente a la casa del anciano que estaba en el centro del pueblo.

Aunque esta era bastante humilde, era bastante buena entre las casas de los mortales del pueblo. Decir que era la mejor entre ellas, no sería decir mentiras.

Feng Yang simplemente siguió caminando junto a la joven y entro a la casa, él no era alguien que se fijará en cosas tan insignificantes.

Para Feng Yang tales cosas materiales no eran muy importantes, naturalmente no diría que no le importaban. Por que, de hecho, para lograr su objetivo, necesitaba cosas materiales como lo eran los recursos de cultivo y otras cosas, pero fuera de eso, no le importaba algo tan insignificante como en donde viviría.

Si se fijará en tal cosa no hubiera estado de bosque en bosque y de en cueva en cueva mientras viajaba estos días. Después de todo tenía varias miles de monedas de oro y seria extremadamente sencillo para él, el quedarse en alguna posada o algo por el estilo. Pero Feng Yang no quería hacerlo, cuanto menos contacto tuviera con las personas del Continente Superior, mejor sería.

Después de todo aunque era poco probable que por los lugares desolados y pobres por lo que viajaba encontrará cultivadores, la posibilidad no era de cero y Feng Yang no quería encontrar a alguno mientras era tan débil.

"Se... señor, por favor recuestese aquí y enseguida el Anciano Fu lo tratara..." Dijo tímidamente la joven que acompaño a Feng Yang mientras lo ayudaba a recostarse, luego de que lo ayudó se dio la vuelta y se fue corriendo pasando junto al anciano que estaba en la puerta, caminando hacia donde estaba Feng Yang.

Feng Yang simplemente no le dio importancia y guardo silencio mientras estaba recostado en la cama, junto a él, estaba el llamado Anciano Fu que era el anciano con canas con el que hablo anteriormente.

Luego de hablar algunas cosas sin mucha importancia, el Anciano Fu preguntó en qué necesitaba su ayuda Feng Yang, este último le explicó brevemente 'lo que le sucedió' y como termino con varias heridas y huesos fracturados o rotos.

Luego de unos minutos, después de preparar todo el Anciano comenzó a tratar a Feng Yang.

"¿Hmm? Estas marcas de costura... El joven amigo parece haber sufrido bastante en el pasado..." Suspiro el Anciano Fu al ver el cuello de Feng Yang que tenía marcas de costura, como si le hubieran cosido y pegado la cabeza a el cuello nuevamente luego de que se desprendiera.

No solo eso... Al desnudar y revisar su torso, el Anciano Fu pudo ver todas las heridas con marcas de costuras causadas por el mismo Feng Yang.

Al ver tales heridas y ver como fueron cosidas de una forma tan cruda, el Anciano Fu sintió un escalofrío recorrer todo su cuerpo.

Solo de imaginar el dolor de que alguien tuviera que coser la piel de uno, el Anciano sintió bastante incomodidad...

"Jaja... De hecho, me dolió bastante cuando tuve que coser mis propias heridas abiertas..." Suspiro Feng Yang con una sonrisa amarga.

Al escuchar las palabras de Feng Yang, el Anciano Fu lo quedó mirando con una mirada estupefacta...

¡Demente!

Fue el primer y único pensamiento que apareció en la cabeza del Anciano Fu al escuchar a Feng Yang hablar tan casualmente de como tuvo que coser sus propias heridas abiertas.

El Anciano Fu podría entenderlo de mala gana si otra persona lo hubiera hecho, pero al escuchar que él mismo se tuvo que coser las heridas que se le habían abierto, el Anciano Fu simplemente no sabía que decir o como reaccionar...

Para ellos, mortales, tal cosa era extremadamente doloroso, el Anciano Fu solo podía imaginar la voluntad tan firme y decisiva de alguien que tuvo el valor de coser por sí mismo las heridas abiertas en su cuerpo... Al ver el cuello lleno de marcas de costuras de Feng Yang, el Anciano Fu se sintió algo conmovido.

¿Cómo pudo tener la fuerza y el valor para coserse el cuello por sí mismo?

Incluso herido... El Anciano Fu se imagino involuntariamente esa sangrienta escena y herida que podría cubrir todo el cuello de Feng Yang como para que este tuviera que coser su propio cuello y sus bellos se pusieron de punta. Porque uno solo podía imaginar que clase de pulso y experiencia tenía Feng Yang, un mortal, como para no cometer un error al coser su propio cuello...

Si supiera que Feng Yang decidió coser él mismo su cuello sin estar herido en tal lugar, uno solo podía imaginar lo que pensaria el Anciano Fu.

Porque incluso si fuera un cultivador, el dolor seguía existiendo, el coser alguna parte del cuerpo ya era bastante doloroso y se necesitaba bastante experiencia para no dañarse uno mismo más de lo necesario, pero uno debía de saber que coser un lugar tan difícil como lo era el cuello no era fácil...

Si uno cometiera el mas mínimo error podría dañar su garganta e incluso existía la posibilidad de que se matará a sí mismo por error...

Coser la piel o el cuerpo de uno no era lo mismo que coser telas, el cuerpo humano o el de la mayoría de los seres vivos era naturalmente sensible al dolor, otros lo eran más y otros menos, pero el dolor que sentía uno al cuerpo ser herido seguía ahí presente y no desaparecía incluso si uno se volviera un cultivador, un zombi o un Inmortal.

Porque todos los seres vivos sentían dolor, aunque otros sentían menos y otros mas, el dolor nunca desaparecía.

Solo que algunos se habían acostumbrado tanto al dolor de ser heridos que incluso se habían olvidado y adaptado, de cierta forma, a tal dolor.